Sunday, October 3, 2021

Sin Tiempo Para Morir (No Time to Die)



Síntomas: James Bond (Daniel Craig) sale del retiro cuando un viejo enemigo intenta asesinarlo... pero el peligro real está más cerca de lo que imagina.

Diagnóstico: Después de quince años y cinco películas, Daniel Craig cierra su legado de James Bond con Sin Tiempo Para Morir. Es el fin de una era... y tal vez el inicio de otra, cuando se revele quién manejará el Aston Martin en futuras secuelas. Mi recomendación: James Bond no necesita un reemplazo; necesita jubilarse.
Sin Tiempo Para Morir no es una mala película, pero revela el cansancio de una franquicia que se rehúsa a morir a pesar de su evidente obsolescencia  (igual que su protagonista). Claro, los productores llevan años tratando de "modernizar" a James Bond, pero solo cambian detalles superficiales (como reducir el sexismo e incrementar la diversidad, lo cual desde luego apoyo), sin fijarse en el gran problema que vienen arrastrando desde hace décadas: las películas de James Bond ya no son divertidas.
Los productores se preocuparon tanto por remodelar los valores de la serie que olvidaron la esencia de James Bond (me refiero al Bond cinematográfico, no al literario). Ya no hay humor, ya no hay suspenso, y mucho menos la satisfacción de triunfar contra algún villano interesante. Ahora todo es drama, muerte, y conflicto sin sustancia narrativa. James Bond perdió el gozo de vivir, y también se extinguió mi interés en una saga que admiraba desde niño.
Aclaro que no estoy defendiendo las ridiculeces de Die Another Day, ni la insultante estupidez de The World is Not Enough. Me refiero simplemente al deseo de contar historias que capturen nuestra imaginación sin recurrir a los clichés de una telenovela.
Lo cual nos lleva a Sin Tiempo Para Morir, un melodrama familiar sobre un hombre retirado que abandona a su novia por una aparente traición; pero después se reconcilia con ella porque necesitan interrogar a un enfermo que tiene información sobre otro maniático (llamado Lucifer, nada menos) (bueno, "Lyutsifer") (Rami Malek) que quiere destruir el mundo, o algo así. No me pregunten por qué. Tal vez vio demasiadas películas de James Bond. Ah, y su base está en una isla fortificada de la Segunda Guerra Mundial.
Por el lado positivo, esta indigesta indulgencia cinematográfica de casi tres horas tiene algunas buenas escenas de acción (como la fiesta en Cuba con Ana de Armas); y los personajes secundarios encuentran más oportunidades de extender su función dentro del gran universo de James Bond. En particular me gustó la interacción de Moneypenny (Naomie Harris) con Q (Ben Whishaw), y la nueva dinámica entre M (Ralph Fiennes) y otros agentes de la división "00".
El director Cari Joji Fukunaga (Beasts of No Nation) hizo un buen trabajo balanceando nostalgia con innovación. Me gustaron los primeros diez minutos que rinden tributo al Bond "clásico" de Sean Connery; y me encantó la secuencia del avión que evoca la obsesión tecnológica de la era de Roger Moore. Sin embargo, Fukunaga tiene que apegarse al nuevo mandato de seriedad, y ahí fue donde mis ojos empezaron a cerrarse con cada escena supuestamente dramática que no inspira emoción alguna, ya sea la muerte de un viejo aliado, las remembranzas de un enemigo derrotado, o los altibajos de un romance inerte y libre de pasión. Tal vez si Daniel Craig y Léa Seydoux tuvieran mejor química en sus escenas "románticas", Sin Tiempo Para Morir alcanzaría una fracción del impacto que intenta causar; pero, entre todas las "chicas Bond", tuvieron que elegir a la que se ve más incómoda en ese cuestionable papel.
Tratando de ser objetivo, terminaré diciendo que Sin Tiempo Para Morir es más de lo mismo, lo cual será bueno o malo según la opinión que cada espectador tenga de la saga de James Bond en los últimos quince años. Para mi fue una cinta mediocre, parcialmente redimida por burbujas de ingenio que flotan de vez en cuando en el pantano de la tragedia. Sin embargo, sostengo mi sugerencia inicial (con una pequeña modificación): retiren a James Bond, pero conserven la serie con los personajes existentes (M, Q, Moneypenny, y otros agentes como los que interpretan Ana de Armas y Lashana Lynch), creando nuevas aventuras que exploten su fuerza como grupo. Así la familia Broccoli no perderá su ganso de los huevos de oro... solo lo diversificará en un universo más amplio y flexible.
Calificación: 7.5

IMDb

4 comments:

  1. Hola Pablo.

    Tomando tu última sugerencia, recuerdo como el La Liga de Caballeros Extraordinarios, es M quien asesina a Sean Connery en su última película (es mejor ignorar que en la última escena es revivido por un inexplicable ritual Vudú). Más allá de la calidad de la película, creo que fue un final apropiado para el historial del actor.

    Saludos.

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  2. Blackbird: ¿En serio ocurre eso en la película? La vi una sola vez durante su estreno, y no recuerdo prácticamente nada. ¿Valdrá la pena re-visitarla? Te mando un abrazo, y feliz semana!

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    1. Creo que La Liga de Caballeros Extraordinarios falla miserablemente tanto en su forma al no poder adaptar ese estilo pulp de las novelas que toma como fuente principal, como en el fondo, con actuaciones, dirección y diálogos que bordean la total estupidez, por lo que no, realmente no vale la pena la revisión. Habiendo dicho eso, en la película el M original en 1898 (Richard Roxburgh haciendo de Nick Furry, antes del MCU) recluta a los mencionados caballeros extraordinarios para encontrar a el "Fantasma de la Ópera" responsable de actos terroristas que pueden desencadenar la gran guerra en Europa. Eventualmente -spoilers- se revela que M es en realidad el fantasma, descubriendo su verdadera identidad, el profesor James Moriarty, dado falsamente por muerto después de su último encuentro con Sherlock Holmes (en The Final Problem). Por supuesto, la Liga acaba con él no sin antes darle una puñalada fulminante a Sean Connery. Otra vez, si se va a revisitar la película sólo lo haría por esta parte.

      Saludos!

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    2. Blackbird: Muchas gracias por la explicación! Casi me dan ganas de verla de nuevo, sobre todo porque ya pasó mucho tiempo desde que leí las novelas gráficas, y tal vez ahora no estaría pensando constantemente en ellas mientras veo la película. Un abrazo, y cuídate mucho!

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