Síntomas: Hace diez años, Dominic Toretto (Vin Diesel) y su equipo robaron la fortuna de un narcotraficante brasileño; y ahora, el hijo del criminal regresa para ejecutar una venganza que podría destruir para siempre a la "Familia" de Toretto.
Diagnóstico: Para entender y apreciar Rápidos y Furiosos X no hay que verla como la décima parte de la serie, sino como el comienzo de la trilogía que conducirá al Gran Final (a menos que cambien de opinión). Esto significa que Rápidos y Furiosos X es al mismo tiempo una reflexión del pasado y un preámbulo del futuro; por eso el director Louis Leterrier diseñó un desfile de "grandes éxitos" que nos recuerdan momentos clásicos de la saga, y al mismo tiempo aportan la estructura necesaria para acomodar las sub-tramas de un reparto que, aunque parezca mentira, sigue creciendo. Francamente, es un milagro que Rápidos y Furiosos X mantenga una aceptable coherencia dramática a lo largo de dos horas y media, en vez de degenerar en caos y confusión.
Lo cual, desde luego, no significa que sea perfecta. La "reflexión del pasado" podría interpretarse como falta de imaginación que les hizo reciclar muchas escenas de las cintas anteriores; por ejemplo, la secuencia inicial que evoca el robo de la bóveda bancaria en Fast Five, o los arpones de The Fate of the Furious. Sin embargo, yo preferí ver esas repeticiones como tributo a los fans, y como símbolo de la evolución que la serie tuvo a lo largo de veinte años, empezando como un simple thriller automovilístico sobre ladrones de televisiones, y terminando como épicos "blockbusters" de espionaje internacional donde el mundo está en peligro. Además, ese nostálgico paseo nos prepara emocionalmente para los cataclísmicos eventos que sufrirá la "Familia" Toretto a manos del villano en turno, interpretado por Jason Momoa.
La bombástica actuación de Momoa ciertamente lo hizo más memorable que cualquier otro villano de la serie. Y, aunque a veces se vuelve antipático (¿intencionalmente?), mantiene una fuerte presencia que nos hace odiarlo más, al mismo tiempo que comprendemos su motivación. El resto del reparto conoce sus papeles, y no intenta cambiar las cosas a estas alturas del partido (para bien o para mal); y los recién llegados (como Brie Larson y Alan Ritchson) encajan bien en el mecanismo de la trama porque a fin de cuentas es más importante su desempeño físico que su talento histriónico.
Lo cual nos lleva a lo más importante de la película: la acción. Personalmente encontré Rápidos y Furiosos X menos ridícula que F9... aunque de ningún modo podría considerarse "realista". Por el contrario, los "stunts" son tan inverosímiles que me hicieron reír... pero casi siempre mantienen una conexión simbólica con las leyes de física (me refiero a la física hollywoodense) que no me hizo cuestionar demasiado su existencia. Lo que me gustó menos fue la notoria separación entre "stunts" reales y manipulación digital. Aún así, las acrobacias son siempre espectaculares, y ocasionalmente creativas.
Entonces, Rápidos y Furiosos X es lo mismo de siempre... literalmente. Pero la repetición está justificada por los temas de la cinta; y además conduce a no uno, ni dos, sino tres fenomenales "cliffhangers" que inspirarán numerosas teorías para ocupar el tiempo mientras llega la segunda parte de la trilogía (¿aparentemente en el año 2025?) Finalmente, mención especial para el director Louis Leterrier (The Transporter, The Incredible Hulk), quien resultó ser el mejor de los "protegidos" de Luc Besson, y logró establecer su propia reputación a base de talento y visión. Yo hubiera preferido que Justin Lin siguiera al frente de la saga... pero Leterrier no fue un mal reemplazo. Solo espero que no suelte el volante a la mitad de la carrera.
Calificación: 8
Es gracioso que en Fast 5 escribiste que fue bueno que Hernán Reyes fuese un villano sobrio a lado de tanta caricatura, mientras que su hijo resulta ser todo lo contrario jeje
ReplyDeleteGross Griego
Gross Grief*
DeleteGROSS GRIEF: No recordaba haber escrito eso, pero tienes mucha razón... supongo que quisieron hacer una figura contrastante con la sobria maldad del padre, en vez de una simple imitación. Ya quiero ver qué más hace en la parte XI. Muchos saludos, y feliz semana!
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