Síntomas: Un avión de la Fuerza Aérea Británica es derribado en Afganistán, y la piloto Kate Sinclair (Charlotte Kirk) se refugia en un viejo bunker donde el ejército ruso condujo experimentos genéticos en los ochentas... y descubre que algunos de esos experimentos siguen vivos.
Diagnóstico: The Lair no es una gran película, pero bastó para confirmar que el talento del director Neil Marshall sigue vivo... aunque un poco diluido. Hace un par de años la cinta The Reckoning me decepcionó por su apatía y genérico estilo, muy distinto de la exuberante visión que identificó las previas películas de Marshall (como Dog Soldiers y The Descent). Y ahora The Lair restaura (parcialmente) aquel vigor e intensidad con una "creature feature" un poco ridícula, pero con suficiente sangre, acción y personalidad para pasar una entretenida velada de horror "a la antigua".
De hecho, me atrevería a decir que los elementos más extremos de The Lair constituyen un homenaje a las imitaciones de Alien que prosperaron en el cine "directo a video" de los noventas, con uno o varios monstruos persiguiendo a sus víctimas en alguna remota locación.
Esta vez el escenario del horror son las montañas de Afganistán, donde la Teniente Kate Sinclair (Charlotte Kirk) escapa de las tropas insurgentes que derribaron su avión. El único escondite viable es un antiguo bunker que se remonta a la ocupación rusa de aquel país; pero su interior oculta horribles experimentos genéticos que esperan la oportunidad de escapar y consumir a la humanidad (o algo así). Eventualmente la acción se traslada a un campamento militar con más víctimas, más armas, y más conflictos entre soldados con opiniones opuestas sobre la situación.
Y ahí fue donde empezaron mis quejas.
Las actuaciones de The Lair recorren la gama entre "aceptables" y "terribles". Supongo que Marshall quería satirizar el cliché del soldado norteamericano rudo y arrogante, como contraste de los soldados británicos más estoicos y disciplinados. Pero incluso con intención humorística, hay actuaciones tan malas que rompen el flujo de la historia y apagan la tensión que deberíamos sentir durante un buen thriller de acción.
Pasando a "lo bueno", me gustó el origen y diseño de las criaturas (me recordaron al asesino de Split Second), aunque sus "poderes" y conducta son bastante inconsistentes. A veces matan a los soldados; a veces los capturan. A veces los monstruos son invencibles, y a veces pueden derrotarse con un sartén de cocina (literalmente). Pero, bueno... como dije, todo es parte del espíritu de las B-Movies noventeras que inspiraron a Marshall, y en esos términos The Lair cumple su modesto propósito de divertir al público sin preocuparse demasiado por los detalles del horror. Además, no puedo ignorar el excelente "easter egg" del nombre de la protagonista ("Sinclair"), el cual sugiere una conexión con la protagonista de Doomsday, mi película favorita de Neil Marshall. La cronología no es muy clara, pero me encanta la idea de que pertenezcan al mismo universo. Y no me sorprendería que ambas fueran descendientes de la cazadora celta de Centurion. Solo eso le falta a Neil Marshall: una buena película sobre viaje en el tiempo.
Calificación: 7
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