Síntomas: Julia (Maika Monroe) y su esposo Francis (Karl Glusman) se mudaron a Bucarest por razones de trabajo; pero Julia tiene dificultades para adaptarse a su nueva situación, pues no conoce a nadie ni habla el idioma. Además, un hombre la espía desde el edificio de enfrente, y Julia empieza a sospechar que está conectado con una serie de asesinatos cometidos en el vecindario.
Diagnóstico: La directora Chloe Okuno hizo un auspicioso debut en la reciente V/H/S 94, con el segmento que nos dio al ícono cultural "Raatma". Y ahora, en su primer largometraje, Okuno muestra un estilo muy distinto, pero igualmente atractivo, para contar una historia que no calificaría exactamente como horror, sino como un thriller psicológico que nos sumerge gradualmente en la paranoia de la protagonista, atrapada metafóricamente en su soledad e inseguridades mientras trata de adaptarse a una nueva vida. Es una receta rica en posibilidades que, lamentablemente, Okuno no aprovecha al máximo; pero incluso en esta forma reducida ofrece buenos momentos de suspenso, una excelente actuación principal, y una ingeniosa inversión temática que rescata a Watcher de su cansada ejecución.
No tengo objeción con las narrativas lentas que toman su tiempo para revelar sus secretos y acomodar sus piezas para máximo impacto dramático; el problema es que Watcher no esconde suficientes secretos ni sorpresas para capturar nuestra atención mientras llegamos al desenlace indudablemente intenso y satisfactorio, pero que no necesitaba tanta preparación para transmitir su mensaje. En otras palabras, hay poca historia y mucho relleno en Watcher, incluso para sus breves noventa minutos de duración.
Por el lado positivo, la dirección de Okuno evoca la obra de Hitchcock y Polanski, con una frialdad clínica que alimenta las turbulentas emociones de Julia conforme crece su obsesión con el misterioso espía que no solo la observa desde el edificio de enfrente, sino que tal vez la está siguiendo en sus actividades cotidianas.
Y aquí es donde viene la "inversión temática" que mencioné al principio. Julia no tiene pruebas tangibles para justificar sus temores. Después de todo, no sería raro encontrar en la calle a los vecinos del mismo barrio; y ni siquiera está segura de que el hombre de la ventana sea el mismo que la siguió en una tienda de abarrotes. Su frágil percepción de la realidad podría ser consecuencia de su ansiedad por el cambio de domicilio, de la soledad en una ciudad desconocida, y de la tensión marital con su esposo Francis (Karl Glusman), quien está muy ocupado con su nuevo trabajo, y descarta inmediatamente las teorías de su esposa. El único respiro de Julia es Irina (Madalina Anea), una amistosa vecina que habla inglés, y le ofrece apoyo cuando más lo necesita... aunque tampoco está segura si Julia dice la verdad, o si está proyectando sus miedos en una persona inocente.
Y así procede la trama de Watcher, planteando las mismas preguntas, y avanzando lentamente hasta un final sangriento y contundente... aunque no justifica por completo el pausado desarrollo de la cinta. Aún así Watcher me pareció un thriller superior al promedio gracias a la sensibilidad artística de Chloe Okuno y al talento de Maika Monroe (It Follows, Tau) para encontrar ese punto crítico entre sinceridad y paranoia que nos mantiene a la expectativa, porque no sabemos qué creer. Habiendo dicho eso, la semi-clásica película para televisión Someone's Watching Me! obtuvo un mejor resultado con la misma premisa; pero, bueno, no todos pueden ser John Carpenter.
Calificación: 7
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