Síntomas: Durante la Segunda Guerra Mundial, los agentes de Inteligencia Británica Ewen Montagu (Colin Firth) y Charles Cholmondeley (Matthew Macfadyen) diseñan un ambicioso plan para infiltrar tropas aliadas en Italia bajo las narices de los nazis... pero para lograrlo necesitan un cadáver, un submarino, y muchísima suerte.
Diagnóstico: Operation Mincemeat (disponible en Netflix) comienza con un fenomenal monólogo que describe la cruel dualidad de la guerra: por un lado, el heroísmo del combate y el sacrificio de los héroes; por otro, el tráfico secreto de mentiras creadas por individuos sin conciencia. Y entonces el director John Madden (Shakespeare in Love, Miss Sloane) nos sumerge durante dos horas en el sórdido inframundo del espionaje militar, donde un plan aparentemente descabellado podría salvar miles de vidas... o acelerar la caída de Europa.
Al igual que las maquinaciones de los espías, el drama de Operation Mincemeat se maneja por debajo de la superficie, en forma de conversaciones sobrias y racionales que rara vez revelan los pensamientos reales de los personajes; pero para eso Madden reunió un reparto excepcionalmente talentoso, capaz de expresar profundas emociones con mínimo esfuerzo y máximo impacto narrativo.
Colin Firth y Matthew Macfadyen interpretan (respectivamente) a Ewen Montagu y Charles Cholmondeley, amigos en algunos aspectos y rivales en otros, con sus propios problemas personales que complican su relación laboral. Ewen se separó voluntariamente de su familia para protegerla; y Charles enfrenta un dilema secreto durante sus labores cotidianas en el "Grupo Veinte", el más avanzado cuerpo de espías británicos bajo el control del Almirante John Godfrey (Jason Isaacs). Entonces Ewen y Charles sugieren un plan imposible para confundir a las tropas de Hitler, y Godfrey lo rechaza de inmediato... pero el Primer Ministro Winston Churchill (Simon Russell Beale) (¡con un cameo de su perro Rufus!) está desesperado, y cree que llegó el momento de hacer locuras porque la razón no está funcionando. Y así es como Ewen y Charles, apoyados por la administradora Hester Leggett (Penelope Wilton) y la secretaria Jean Leslie (Kelly Macdonald), se preparan para "plantar" un cadáver con información falsa detrás de las líneas enemigas.
Operation Mincemeat nos muestra los detalles (a veces absurdos, a veces lógicos, y casi siempre increíbles) de una operación real de la Segunda Guerra Mundial. Pero también explora el carácter de individuos imperfectos e inseguros, creando un rico tapiz dramático que revela el lado humano de los espías, así como las consecuencias prácticas y psicológicas de un plan muy arriesgado, con miles de vidas en juego.
Para fans del espionaje "serio" (como yo), Operation Mincemeat es un regalo para la mente y los sentidos, repleto de intriga, fascinantes detalles históricos (esperen a ver quién escribe el monólogo del principio) y un exuberante libreto (escrito por Michelle Ashford, y basado en el libro Ben Macintyre) que nos mantiene en suspenso a lo largo de dos horas impecablemente ejecutadas. Mi única queja sería un triángulo romántico de dudosa relevancia para la historia principal... aunque se justifica con un sorprendente "twist" que arroja un manto de misterio sobre los eventos ya de por sí inverosímiles de la "Operación Carne Molida". Habiendo dicho todo eso, conviene advertir que Operation Mincemeat no es una película de acción; la historia transcurre en restaurantes, departamentos, y oficinas gubernamentales. Incluso las escenas en el frente de batalla son más melancólicas que violentas. Pero, como dije, la tensión fluye por abajo de la superficie, y nos arrastra cuando menos lo esperamos. Igual que el submarino y su trágico contenido.
Calificación: 8.5
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