Síntomas: La joven Jonny Baptiste (Kiah McKirnan) se muda temporalmente con su Tía Hildie (Alicia Silverstone), y descubre algunos perturbadores secretos familiares. Mientras tanto, en su nueva escuela, varias estudiantes han desaparecido, y Jonny teme ser la siguiente víctima.
Diagnóstico: El barroco estilo visual y lánguido ritmo de Perpetrator me recordaron el surrealismo del horror setentero; pero también vuelven confusa la historia, tomando desviaciones sin sentido y omitiendo explicaciones que hubieran hecho más accesible la cinta, ya de por sí enredada entre múltiples sub-tramas.
Por un lado tenemos la precaria situación doméstica de Jonny Baptiste (Kiah McKirnan), una joven de diecisiete años con un padre enfermo, y una incipiente carrera criminal que le ayuda a pagar la renta. Por eso su padre la envía a vivir con su Tía Hildie (Alicia Silverstone), una estricta mujer con sus propios secretos y un sospechoso interés en el próximo cumpleaños de Jonny. ¿Que ocurrirá exactamente cuando cumpla dieciocho años?
Y, por si no fuera suficiente, Jonny enfrenta un misterio en su nueva escuela, donde varias estudiantes han desaparecido... y ella podría seguir, a menos que descubra al "perpetrador" usando su talento para el robo y la extorsión.
Hasta ahí Perpetrator parecía una versión "neo-gótica" de Ginger Snaps, con la transformación sobrenatural como metáfora del cambio de niña a mujer. Esta noción se refuerza con referencias visuales a la menstruación (desde perturbadoras pesadillas acuáticas, hasta las hemorragias nasales de varios personajes), por no mencionar los enigmáticos comentarios de la Tía Hildie, quien podría ser otro adulto intransigente, o una aliada de Jonny cuando más lo necesita.
La directora Jennifer Reeder (V/H/S/94) mantiene una frustrante ambigüedad sobre la motivación de los personajes; la edición parece agredir al espectador, ofuscando la cronología de ciertos eventos, o dejando escenas inconclusas (por ejemplo, el robo en la mansión). Me gusta cuando las películas me obligan a pensar... pero necesito información para sacar mis propias conclusiones.
Sin embargo... hay algo hipnótico en Perpetrator que me mantuvo cautivo de principio a fin; una atmósfera onírica que borra las líneas entre horror juvenil, thriller criminal, y oscura fantasía en el estilo de Poppy Z. Brite o Dean R. Koontz... pero menos madura y más caprichosa. Y, bueno, no revelaré el punto de intersección de tantas bizarras tangentes; solo diré que el gran "twist" me tomó por sorpresa, con un perverso humor que me hizo sonreír entre todo el horror.
En resumen... no sé qué decir. Desde un punto de vista objetivo, Perpetrator es una mediocre película con algunas buenas ideas atrapadas en una torpe ejecución. Pero es innegable que Jennifer Reeder hizo algo nuevo y diferente con los clichés de antaño. No fue "Ginger Snaps con brujas", como yo suponía, sino algo más ambicioso y personal, imperfecto en la superficie, pero satisfactorio en un nivel subliminal... como una pesadilla que olvidamos al despertar, aunque su efecto dura todo el día. Algo así. Espero que haya quedado claro.
Calificación: 7
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