Síntomas: La joven Pixie Hardy (Olivia Cooke) quiere mudarse a San Francisco para estudiar fotografía y escapar el crimen y violencia de su pequeño pueblo irlandés; pero sus planes cambian cuando se involucra accidentalmente en el asesinato de su ex-novio.
Diagnóstico: No estoy seguro si Pixie es una sátira del neo-noir británico que surgió a fines de los noventas como respuesta al "cine tarantinesco" de los Estados Unidos; o si es una propuesta post-moderna del mismo género, más acorde con la sensibilidad del nuevo siglo, donde aquellos viejos estereotipos y arcaicas actitudes ya no parecen tan simpáticos como hace veinte años. Sin embargo, cualquiera que haya sido su intención, Pixie me pareció una divertida comedia con buenas ideas y un refrescante punto de vista que examina los arquetipos criminales bajo un nuevo lente cultural. Por otro lado, Pixie se siente demasiado frívola para inspirar suspenso; y el argumento se apoya demasiado en coincidencias y conductas inverosímiles para alcanzar un final satisfactorio.
La principal innovación de Pixie fue añadir un sutil toque feminista al clásico thriller criminal, donde la protagonista quiere manipular al patriarcado (los líderes de la mafia irlandesa) para resolver un gran problema y quizás mejorar su vida. Sin embargo no será fácil, pues la jerarquía del crimen organizado tiene raíces muy profundas, y sus miembros no están particularmente abiertos al cambio. Para variar, Pixie no tiene héroes de inmaculada intención, sino villanos con distintos niveles de malicia.
Pixie Hardy vive relativamente protegida de la violencia porque su padre Dermot O'Brien (Colm Meaney) (sí, su personaje realmente se apellida "O'Brien", lo cual me hace pensar que el director es fan de Star Trek) es el líder de una organización criminal; pero la violencia ya está en casa, en la forma de su hermanastro Mickey (Turlough Convery), quien odia a Pixie por ciertos eventos del pasado. Por eso la joven está planeando su fuga con dinero ajeno... pero las cosas no salen como esperaba, y el robo frustrado desata una guerra entre las pandillas locales... incluyendo su propia familia. Entonces Pixie recluta la ayuda de Frank (Ben Hardy) y Harland (Daryl McCormack), dos pretendientes que quieren impresionarla y harán todo para complacerla... perfecto material para más manipulación.
Y así llegan nuevas complicaciones, traiciones, y suficientes asesinatos para compensar el tono humorístico de la película, mientras la trama fluye con buen ritmo gracias a la dirección de Barnaby Thompson (St. Trinian's), y al reparto que añade un pícaro guiño en la periferia de sus actuaciones. Alec Baldwin es especialista en ese delicado balance de humor y seriedad, y tiene algunas de las mejores escenas como el Padre McGrath, un sacerdote católico profundamente irritado por la violencia en su comunidad... la cual, naturalmente, quiere combatir con más violencia.
Sin embargo, la atracción principal es Olivia Cooke, quien tanto me impresionó en cintas como Thoroughbreds, The Limehouse Golem, y Me and Earl and the Dying Girl (quienes solo la conozcan por Ready Player One apenas han visto una fracción de su talento). Y si bien el libreto de Pixie no le exige un gran esfuerzo, es agradable verla en un papel más ligero, moralmente ambiguo, pero con suficiente humanidad para congraciarse con el público a pesar de sus cuestionables decisiones. Después de todo, nadie sospecha de la joven tímida cuando hay tantos matones con escopetas y navajas.
Pixie me gustó como fugaz entretenimiento de fin de semana, pero le faltó la intensidad de un genuino noir feminista (como A Good Woman is Hard to Find). Y como sátira carece de profundidad para explorar las causas socioeconómicas de los eventos que retrata (como Blow the Man Down). En resumen: una placentera experiencia para fans de Olivia Cooke (como yo), pero probablemente una decepción para fans del cine criminal británico que esperaban más balazos, y menos corrección política. En cierto modo los entiendo.
Calificación: 7.5
Hola Pablo
ReplyDeleteHe notado en tus reseñas que tienes una lista de actores/actrices favoritas cuya sola presencia en una película es motivación para verla como en este caso es la de Olivia Cooke, lo que me hace preguntarme si pronto veremos reseñas de películas como The Bay of Silence, Here Are the Young Men o Happily
John: En efecto, la presencia de ciertos actores y actrices son suficiente motivación para ver una película... pero no necesariamente para escribir la crítica, como fue el caso de dos películas que mencionas (no he visto Bay of Silence). Pero, bueno... ese es el precio del "fandom" ;-) Muchos saludos y feliz fin de semana!
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