Síntomas: El joven Yakov Ronen (Dave Davis) participa en el ritual judío de "la vigilia", que consiste en acompañar durante la noche el cuerpo de un difunto mientras se reza por su alma. Pero con el paso de las horas empiezan a ocurrir cosas extrañas que Yakov no puede explicar.
Diagnóstico: Aunque no es fundamentalmente distinto en sus fórmulas, el "horror judío" aporta interesantes variaciones en los ritos, mitología, y simbolismo que acompañan con frecuencia al cine de terror. Sí, la doctrina judía también tiene espíritus, demonios y posesiones, pero el simple hecho de pertenecer a otra cultura inspiran curiosidad y renuevan nuestro temor a lo desconocido.
Lo cual nos lleva a The Vigil, un eficiente thriller sobrenatural (distribuido por Blumhouse) que el director Keith Thomas extiende con trágicas revelaciones sobre el pasado del difunto, y con el conflicto interno que siente Yakov (Dave Davis) por su religión, sobre todo después de un trágico evento que cambió su vida. Y así, la vigilia del cadáver no solo inspira fenómenos sobrenaturales, sino reflexiones personales que complementan las tenebrosas escenas de The Vigil, así como el delicioso suspenso ejecutado con elegante simplicidad visual.
Por el lado negativo, The Vigil se siente un poco lenta a pesar de su breve duración; y la cinematografía de Zach Kuperstein es tan oscura que no siempre entendí lo que ocurría en la pantalla. Claro, la oscuridad es parte integral de la atmósfera que envuelve cada escena de la película, y las sombras estimulan la paranoia del espectador y dejan que nuestra imaginación dibuje los horrores que el director solo insinúa. Pero cuando dicha atmósfera interfiere con la narrativa, es hora de prender un foco o dos.
Afortunadamente la falta de visibilidad no arruina la película ni obstruye la actuación de Dave Davis, notable por las emociones que expresa y por los pensamientos que oculta, incluyendo una decepción general con la religión; la angustia de un futuro sin prospectos económicos (Yakov aceptó fungir como "shomer" de la vigilia porque le ofrecieron 400 dólares, y no porque fuera pariente o amigo del occiso); y, en un nivel más práctico, el temor de recaer en la crisis psicológica de la que apenas se está recuperando. Por eso Yakov no está seguro si las cosas que ve en la casa de la viuda Litvak (Lynn Cohen) son reales, o manifestaciones de aquel evento traumático que lo hizo abandonar su fe.
Las respuestas a esas preguntas tal vez llegan con demasiada facilidad, pero tienen sentido en el contexto de la cinta, ya que todo ocurre en una noche, y no hay tiempo para buscar al típico experto en asuntos sobrenaturales, como ocurre en otras películas. Además, a fin de cuentas, lo importante es aprovechar todos los recursos disponibles en este compacto formato de "casa embrujada" (¿o tal vez "cadáver embrujado"?) para agilizar la trama y enriquecer el crispante drama que se desarrolla durante la vigilia. Hablando de lo cual, mención especial para la espeluznante banda sonora compuesta por Michael Yezerski, capaz de evocar por sí sola toda clase de malsanas fantasías.
No sé si podría llamarle "joya oculta" a The Vigil, pero el director Keith Thomas sin duda hizo un excelente trabajo (¡en su primera película!) conjugando sólidos momentos de terror con un profundo estudio de carácter; y todo eso bajo conceptos del judaísmo que añaden un sabor distinto y muy agradable a esta premisa relativamente simple. En resumen: una buena lección religiosa que aprendemos mejor por medio del horror; no es una herramienta didáctica común, pero funciona.
Calificación: 8
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