Wednesday, June 16, 2021

Caveat



Síntomas: Barret (Ben Caplan) contrata a su amigo Isaac (Jonathan French) para cuidar a su sobrina Olga (Leila Sykes) en una remota casa de campo, pues la joven sufre graves problemas psicológicos. Pero algo más los acompaña en la vieja mansión.

Diagnóstico: Como indica el título, Caveat requiere una advertencia antes de disfrutar su delicioso suspenso y álgidos momentos de horror: la historia es demasiado inverosímil.
Por un lado tenemos ingredientes clásicos del género: una decrépita casa alejada de la civilización (en una isla, nada menos), un misterio del pasado, y enfermedades mentales que podrían explicar los fenómenos paranormales de la casa. Hasta ahí todo va bien. Pero los detalles de Caveat desafían el sentido común, y parecen trucos del director/escritor Damian Mc Carthy (así escribe su apellido) para complicar la fórmula tradicional de "casa embrujada" y darle nuevos retos a Isaac (Jonathan French), quien descubre gradualmente que el trabajo de "niñero" no será tan fácil como describió su amigo Barret (Ben Caplan).
Sin embargo, eventualmente dejé de cuestionar las imposibilidades del libreto y me enfoqué en las numerosas virtudes de Caveat, incluyendo la belleza "grunge" de los escenarios rústicos, la intensidad de las actuaciones, y las terroríficas situaciones que crispan los nervios a pesar de su engañosa simplicidad. En otras palabras: horror puro que no necesita "realismo" para alcanzar su meta emocional.
Supongo que algunos espectadores serán menos indulgentes con los agujeros de la trama (¿de dónde viene la electricidad en una isla tan remota? ¿Qué comen los personajes? Y, sobre todo, ¿cómo demonios aceptó Isaac un trabajo en condiciones tan absurdas?) Pero yo diría que los "agujeros" tienen la función de manipular nuestra percepción y llevar la historia a un nivel surrealista donde no aplican las reglas de la realidad objetiva.
Y así, alterando mis expectativas, pude admirar la potente atmósfera gótica conjurada por la dirección de Mc Carthy, la cinematografía de Kieran Fitzgerald, y el diseño de Damian Draven (el conejo tamborilero es uno de los mejores "props" que he visto en el cine de terror, y me encantaría tener una réplica como artículo de colección... de preferencia con sus mismos atributos místicos), todo lo cual le permite al director prescindir de la lógica sin sacrificar los fundamentos del horror. No siempre sabemos lo que está pasando, ni podemos confiar en las intenciones de los personajes, pero la incertidumbre alimenta nuestra paranoia y estimula nuestra imaginación para llenar los huecos que Mc Carthy dejó intencionalmente abiertos.
Entonces, Caveat me gustó mucho como experiencia visceral de terror, y podría describirla como "joya oculta" del género, con algunas pequeñas imperfecciones que empañan su brillo. Además de las incongruencias antes mencionadas, el segundo acto da demasiadas vueltas para inflar la película y prolongar la confusión de Isaac (y la nuestra, desde luego). Tampoco tragué por completo los bizarros síntomas de Olga que solo aparecen cuando le conviene al director. Y, finalmente, no entendí la función dramática del perro Jed (Charlie) atado en el patio de la casa (Spoiler: no le pasa nada). Pero la tensión es palpable, las imágenes poseen una grotesca belleza, y hasta la minimalista música (de Richard G. Mitchell) complementa perfectamente el tono oscuro de Caveat (literal y figurado), demostrando que es posible hacer una buena película rompiendo las reglas... pero conservando la esencia del horror. Creo que voy a soñar varias noches con ese conejo...
Calificación: 8

IMDb

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