Friday, February 19, 2021

Saint Maud



Síntomas: La enfermera particular Maud (Morfydd Clark) se muda a la casa de Amanda Köhl (Jennifer Ehle) para cuidarla durante una grave enfermedad. Sin embargo Maud está más preocupada por salvar el alma de su paciente.

Diagnóstico: Tenía mucho interés en Saint Maud por la aclamación que recibió en Europa, donde incluso se ha mencionado como fuerte candidata para los prestigiosos premios británicos BAFTA... lo cual, sobra decir, es extremadamente raro para una película de terror. Sin embargo, después de ver Saint Maud, no estoy seguro de que pertenezca a ese género, aunque ciertamente utiliza algunos de sus más populares conceptos.
La premisa de "mujer en una casa solitaria" resultará muy familiar para aficionados al cine de terror. A veces es una enfermera (I Am the Pretty Thing That Lives in the House), una niñera (The House of the Devil), o hasta una escritora (The Awakening), pero el formato rara vez cambia: la visitante encuentra fenómenos inexplicables que sugieren una presencia sobrenatural en busca de venganza, redención, o posesión de almas inocentes.
Bueno, pues nada de eso ocurre en Saint Maud. O tal vez sí. No estoy seguro.
Maud (Morfydd Clark) es una enfermera devota y tenaz que realmente se preocupa por Amanda Köhl (Jennifer Ehle), ex-bailarina con muchos vicios y una moralidad muy distinta a la doctrina cristiana. Y como Maud también toma en serio la "salud" espiritual, decide ayudar a Amanda para salvar su alma.
Ahí es donde Saint Maud se desvía del horror para transformarse en un estudio de carácter sobre una mujer que se refugió en sus creencias religiosas para escapar de su pasado. O también podría ser un thriller psicológico sobre las consecuencias de tomar la religión en forma literal.
Como sea, el suspenso de Saint Maud no proviene de factores externos, sino del conflicto interno de Maud, quien trata de conciliar los designios de su fe con la caótica naturaleza humana que a veces interfiere con su misión. Pero, ¿es esa misión realmente divina, o una fantasía alimentada por traumas del mundo real?
La directora y guionista Rose Glass mantiene esa ambigüedad durante toda la película, convirtiendo a Maud en una figura trágica y heroica (¿podríamos llamarle "mártir"?), interpretada por Morfydd Clark (Love & Friendship) con especial atención a las contradictorias facetas de la joven enfermera. Su increíble devoción le da fuerza para enfrentar los retos de su profesión; pero la carne es débil, y tal vez una visita al bar local no lastimará a nadie, ¿cierto? Por su parte, Jennifer Ehle (I Kill Giants) interpreta a Amanda como una persona normal afectada por una terrible enfermedad que le deja poco tiempo de vida. ¿Debería aprovechar ese tiempo para divertirse, o para arrepentirse de sus pecados antes de que sea demasiado tarde? Supongo que cada quién responderá algo diferente.
La directora Rose Glass hizo un impresionante debut con Saint Maud, una cinta ideológicamente compleja, temáticamente profunda y rica en significado. Su desarrollo es un poco lento y, como dije, no es exactamente horror, pero explora con gran compasión la dualidad de la religión como refugio espiritual y como "opio de las masas" (Groucho Marx dijo eso) (O alguien más con apellido Marx, no recuerdo). Sin embargo, sea cual sea nuestra postura en ese debate, Saint Maud me pareció una cinta muy recomendable por su mensaje, sus valores estéticos, y porque el horror siempre es más intenso cuando no involucra fenómenos imaginarios, sino la prosaica realidad de una mente fracturada.
Calificación: 9

IMDb

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