Sunday, April 19, 2020

Extra Ordinary



Síntomas: Rose Dooley (Maeve Higgins) dejó de usar sus poderes psíquicos hace muchos años, cuando una investigación paranormal terminó en tragedia. Pero ahora, por razones personales, acepta ayudar al viudo Martin Martin (Barry Ward), cuya esposa lo sigue atormentando después de la muerte.

Diagnóstico: Extra Ordinary empieza como la versión cómica (e irlandesa) de Light From Light... una investigadora paranormal retirada (ahora da clases de manejo) acepta visitar la casa de un hombre para exorcizar al fantasma de la esposa fallecida, quien sigue haciendo la vida imposible para el viudo y su hija Sarah (Emma Coleman). Sin embargo, Extra Ordinary toma esa premisa como punto de partida para desarrollar una historia más complicada que incluye rituales satánicos, ectoplasma, y un cantante "one hit wonder" dispuesto a todo para recuperar la fama perdida. Y si bien los directores Mike Ahern y Enda Loughman pierden de vez en cuando el control de sus disparatadas sub-tramas, al menos saben confiar en la capacidad del reparto para hacernos reír. Además, los elementos paranormales del libreto (co-escrito por Maeve Higgins) funcionan bastante bien por derecho propio, logrando que Extra Ordinary sea una de las escasas "comedias de terror" que toman en serio el horror sin diluir la comedia, y viceversa.
El ingrediente fundamental de esta excéntrica fórmula es la actuación de Maeve Higgins en el papel de Rose Dooley, la hija de un famoso psíquico televisivo que heredó los poderes de su padre, pero se rehúsa a utilizarlos después de un accidente que involucró un portal a otra dimensión y un perro llamado "Beans". Rose es simpática pero solitaria y retraída, más acostumbrada a la compañía de los espíritus que la de los humanos; sin embargo su inesperada aventura podría ayudarle a ganar confianza y seguridad, no solo con el uso de sus "talentos" (como los llamaba su padre), sino en su interacción con el resto del mundo, incluyendo su hermana Sailor (Terri Chandler), el mencionado viudo, y los vecinos que necesitan ayuda con crisis paranormales de variada magnitud.
En el papel de Martin Martin, Barry Ward comparte el peso del drama y la comedia. En cierto modo comprendemos su devoción por su finada esposa; pero también queremos verlo libre de esa carga emocional para que él y su hija puedan continuar sus vidas. No revelaré por qué, pero el personaje de Martin sufre abruptos cambios de actitud que Ward expresa con increíble naturalidad; es como un brillante "performance" de comedia improvisada que complementa la bizarra lógica de Extra Ordinary.
Menos afortunado fue el villano de la película, interpretado por el comediante norteamericano Will Forte (Nebraska). Generalmente me gusta su estilo; e incluso diría que su desempeño en Extra Ordinary es bastante bueno por sí mismo... pero no encaja en la sensibilidad de la película. Forte captura la inmadura arrogancia de un cantante que tuvo un gran éxito al principio de su carrera, y luego cayó en el olvido; sin embargo parece una caricatura superficial en una historia dedicada a celebrar la sustancia de sus personajes y las conexiones forjadas en el caos paranormal. Forte es indudablemente gracioso (y tiene sólido apoyo de Claudia O'Doherty en el papel de su irritante esposa), pero se equivocó de película.
Y, lamentablemente, esa incompatibilidad afecta el tercer acto de Extra Ordinary, llevándonos a un final espectacular y divertido, pero dramáticamente incongruente. Sin embargo, Extra Ordinary me hizo reír lo suficiente para merecer una recomendación, sobre todo después de tantos "dramas de terror" serios e introspectivos que elevan el perfil del género (lo cual aprecio mucho), pero descuidan el simple placer de ver a un hombre poseído por el espíritu de un perro; o una sangrienta explosión durante un ritual satánico. Si no podemos reír con eso, el Diablo ya ganó.
Calificación: 8

IMDb

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