Wednesday, August 28, 2019

Piercing



Síntomas: Un hombre de negocios contrata a una prostituta con la intención de asesinarla, pero las cosas no salen como esperaba.

Diagnóstico: En el 2016, la película The Eyes of My Mother nos introdujo a la extraña visión del director Nicolas Pesce con un relato minimalista en su forma, pero denso en su fondo, donde el horror visible palidecía frente al horror oculto en la perversa psicología de los personajes.
La misma descripción aplica a Piercing, la nueva película de Pesce, donde maneja temas similares con un estilo completamente distinto. The Eyes of My Mother era como un trágico poema en blanco y negro, mientras que Piercing es un chiste macabro en "Technicolor", con una artificialidad intencional que insinúa un mundo imaginario donde las reglas cambian constantemente. O quizás ni siquiera existen.
La premisa parece simple (basada en la epónima novela de Ryu Murakami), pero lentamente revela detalles que alteran nuestra percepción del asesino, de la víctima, y hasta del universo que habitan. El director juega con nuestras expectativas, y encuentra múltiples maneras de sorprendernos con "twists" y cambios de conducta que no siempre son lógicos o "realistas"; pero, como mencioné hace un momento, Piercing establece desde el principio que no se desarrolla en nuestra realidad, sino en una idealizada fantasía inspirada por el cine "giallo".
¿No lo había mencionado? Piercing es un homenaje a los "giallos" italianos, con esa típica cinematografía de colores saturados, exóticos ángulos de cámara y mórbido argumento inspirado por la dualidad de sexo/muerte. Pesce incluso tomó prestada la música de Goblin (reconocí los temas de Tenebre y Profondo Rosso, de Dario Argento) para complementar la atmósfera "retro", pero sin sacrificar la bizarra identidad post-moderna de Piercing.
De hecho, podríamos decir que los ingredientes "giallo" sirven tan solo como punto de partida para llegar a una apoteosis surrealista que apenas alcanza a sostener nuestra atención durante los económicos 80 minutos de la cinta.
Y creo que la brevedad fue uno de sus mejores atributos. La constante incertidumbre del argumento y sus rebuscadas sorpresas se volverían tediosas en una película más larga, pues llega un momento en que dejan de sorprender y se vuelven caprichos sin sentido. Afortunadamente las actuaciones de Christopher Abbott en el papel de Reed, y Mia Wasikowska como Jackie, aportan las emociones humanas necesarias para unificar la historia y evitar que perdamos la empatía por los personajes. Reed es un hombre de familia que oculta violentos impulsos bajo la normalidad de su vida doméstica. Entonces, durante un supuesto "viaje de negocios", Reed contrata los servicios de Jackie, y prepara el cuarto de hotel para matarla y despedazar su cadáver. Pero la joven tiene sus propios problemas personales, y la combinación de estos desequilibrados individuos desata una serie de eventos sádicos, sangrientos, y hasta humorísticos. De hecho, creo que el humor de Piercing fue lo que rescató la película de su desmesurada ambición (en mi humilde opinión), confirmando que no debemos tomarla en serio como "cine de arte", sino como una sublimación de un género cinematográfico ya de por sí exagerado, pero con suficiente personalidad para sobrevivir la transición a sátira.
Y, al igual que en cualquier sátira, es mejor conocer de antemano el artículo genuino, lo cual significa que Piercing podría ser una bazofia exasperante para audiencias casuales. Pero los aficionados al cine "giallo" (incluso superficiales, como yo) encontrarán mucho que disfrutar en los desvaríos de Nicolas Pesce. Y también la recomendaría para fans de The Eyes of My Mother pues, aunque son películas muy diferentes, ambas exploran la catastrófica colisión de obsesión interna y acción externa. Esta vez a colores.
Calificación: 8

IMDb

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