Sunday, March 31, 2019
La Rebelión (Captive State)
Síntomas: La Tierra es invadida por una poderosa raza extraterrestre; y, para evitar la extinción de la humanidad, los gobiernos del mundo deciden rendirse y aceptar las condiciones de una ocupación pacífica. Nueve años después, la vida en la Tierra recuperó un cierto nivel de normalidad; pero los invasores establecieron bases subterráneas donde están extrayendo todos los recursos del planeta. Entonces los escasos sobrevivientes de la resistencia humana se preparan para contraatacar.
Diagnóstico: La Rebelión es completamente distinta a todas las películas sobre invasiones extraterrestres... lo cual es bueno y malo.
Por un lado (no diré si es el positivo o el negativo), La Rebelión omite todos los clichés de naves gigantes, destrucción masiva, y patrióticos héroes militares organizando la defensa de la Tierra. Todos esos "detalles" se expresan como simple texto al principio de la película, junto con escenas selectas de la reacción del público ante eventos fuera de su control. Entonces saltamos nueve años en el futuro, y encontramos a la Tierra (bueno, al menos la ciudad de Chicago) viviendo una frágil normalidad, donde la gente va a trabajar en las mañanas, pasea a sus perros, y tiene moderada libertad de hacer lo que quiera. Sin embargo la sombra de los "legisladores" extraterrestres se extiende por todos los aspectos de la vida cotidiana, incluyendo implantes electrónicos para rastrear a la población, un sistema político integrado por "colaboradores" que cooperan con los invasores para mantener la seguridad del planeta (y, de paso, para recibir favores especiales por traicionar a su especie); y un retroceso general en tecnología de comunicación, para evitar la coordinación de grupos terroristas y movimientos de resistencia que no están conformes con esta nueva realidad.
Es una premisa fascinante, pues podríamos eliminar los elementos de ciencia ficción (los aliens), y nos quedaría un relato de insurrección política apropiado para cualquier época o región geográfica de la Tierra. Los rebeldes humanos se ven inspirados por las mismas emociones y lealtad que vimos en Europa ocupada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial... o en los grupos extremistas islámicos que luchan por liberar a sus países de la contaminación cultural del Occidente. En otras palabras, los héroes de La Rebelión podrían clasificarse como terroristas en cualquier otro contexto; y sus acciones son ocasionalmente violentas y no necesariamente justificadas por las metas que pretenden alcanzar.
De esta manera, el director Rupert Wyatt (Rise of the Planet of the Apes) incorpora en La Rebelión una diferencia fundamental con las demás películas sobre invasiones extraterrestres: los humanos no son necesariamente "los buenos", y los aliens tampoco son "los malos", una vez que examinamos la situación desde varios puntos de vista.
Para lograr todo esto, Wyatt y la co-guionista Erica Beeney crean una narrativa oblicua e intencionalmente confusa, con una multitud de personajes que siguen sus particulares misiones sin explicar qué están haciendo, o cómo se relacionan entre sí. El resultado es a veces frustrante porque no ofrece las respuestas que buscamos, ni las pistas necesarias para deducirlas. Afortunadamente el gran misterio empieza a resolverse conforme seguimos la investigación del Inspector Mulligan (John Goodman), encargado de descubrir y neutralizar a los rebeldes antes de que cometan un acto de agresión tan grande que provocaría represalias catastróficas por parte de los legisladores... lo cual es otro de tantos dilemas morales que añaden profundidad e inteligencia a La Rebelión, al mismo tiempo que la hacen un poco pesada para los frívolos estándares de este sub-género.
Entonces, la alegoría social de La Rebelión parece más apropiada para aficionados a la ciencia ficción "seria", donde las ideas tienen más importancia que el "pew pew", las explosiones y los efectos especiales (de los cuales hay pocos, pero muy bien realizados). La Rebelión es una cinta para cuestionar nuestros principios y explorar disyuntivas morales imposibles de resolver sin causar pérdidas irreparables en ambos lados del conflicto. Por lo tanto, puedo recomendarla con la advertencia de que no pertenece al mismo nicho de Independence Day o Battle: Los Angeles, sino a la anticuada categoría de reliquias como Quatermass 2 (1957), Phase IV (1974) o la mini-serie V: The Final Battle (1984). En otras palabras, ciencia ficción "a la antigua", realizada con moderna subversión ideológica y elementos técnicos de última generación. Complicada mezcla de ingredientes, pero con un estimulante resultado.
Calificación: 8
IMDb
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