Sunday, March 3, 2019

El Atentado del Siglo: Utoya (Utøya 22. Juli)



Síntomas: El 22 de Julio del 2011 se llevaron a cabo dos ataques terroristas en Noruega. El primero fue un coche bomba en la ciudad de Oslo; y el segundo fue una masacre en un campamento estudiantil en la isla de Utøya, la cual seguimos desde la perspectiva de la joven Kaja (Andrea Berntzen).

Diagnóstico: El Atentado del Siglo: Utoya no es un documental, pero está filmado como si lo fuera, poniéndonos literalmente al lado de las víctimas del ataque terrorista y compartiendo su mismo temor, confusión y, sobre todo, la incertidumbre de no saber lo que está pasando, ni cuánto tiempo durará, y mucho menos sus causas. El director tomó una arriesgada decisión creativa para alcanzar un resultado crudo y perturbador, aunque no puede evitar cierto cansancio una vez que nos adaptamos al estilo de la película y nos resignamos a la ausencia total de contexto o explicaciones que podrían darle forma a esta ambigua narrativa.
El Atentado del Siglo: Utoya está filmada en una larga toma continua (o quizás una excelente simulación) que sigue a la joven Kaja, estudiante de ciencias políticas y participante del campamento educativo en la isla noruega de Utøya, donde los organizadores planearon actividades y debates donde los jóvenes podrían exponer distintos puntos de vista sobre temas relevantes para la sociedad noruega. Pero todo se interrumpe cuando se escuchan detonaciones distantes, y Kaja se refugia con varios amigos en un edificio comunitario. Sin embargo la joven está muy preocupada por su hermana Emilie (Elli Rhiannon Müller Osborne), y decide arriesgarse a salir para buscarla.
En eso consisten los noventa minutos de El Atentado del Siglo: Utoya, duplicando la duración del ataque en tiempo real (72 minutos), y acompañando a Kaja durante su frenética búsqueda, a lo largo de la cual tiene fugaces (y a veces trágicas) interacciones con otros adolescentes igualmente aterrados por la impredecible situación.
Andrea Berntzen ofrece una sobresaliente actuación como Kaja, sirviendo como nuestros ojos y oídos durante el ataque, y muchas veces expresando las mismas dudas que estamos pensando. También participan Aleksander Holmen, Brede Fristad y Solveig Koløen Birkeland como amigos de la muchacha o casuales aliados en su lucha por sobrevivir. El trabajo del reparto entero es angustiosamente natural, de modo que es muy fácil aceptar su "realidad", y olvidar que estamos viendo una película.
Desafortunadamente la ilusión se interrumpe durante algunos momentos pasivos, cuando Kaja encuentra refugio temporal, o trata de consolar a alguno de sus amigos con pláticas frívolas que podrían distraerlos de sus horribles circunstancias. En cierto modo creo que El Atentado del Siglo: Utoya hubiera funcionado mejor como lección histórica si hubiera aprovechado esas pausas para responder las incontables preguntas que inspira su desarrollo; pero, por otro lado, eso hubiera traicionado el propósito de honrar la memoria de las víctimas reproduciendo con inflexible rigor su devastadora experiencia. Como dije, una decisión arriesgada, pero a fin de cuentas correcta, pues así nos ofrece una potente alternativa a todas aquellas cintas "basadas en hechos reales", cuyas buenas intenciones no logran disimular su artificialidad cinematográfica. El Atentado del Siglo: Utoya es lo más cercano a la realidad que quisiéramos que no existiera... pero existe. Y esa lección es más importante que los detalles del Quién o el Por Qué.
Calificación: 9

IMDb

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