Monday, February 25, 2019

The Man Who Killed Hitler And Then the Bigfoot



Síntomas: Calvin Barr (Sam Elliott) participó en la más peligrosa misión de la Segunda Guerra Mundial. Pero ahora, en su vejez, no sabe qué hacer con su tiempo. Entonces el gobierno le pide ayuda para resolver una crisis en los bosques de Canadá.

Diagnóstico: Parece que el título lo dice todo, pero no en la forma que imaginamos. Los dos eventos que se mencionan en The Man Who Killed Hitler and Then the Bigfoot ciertamente están presentes en la película, pero ocurren con sorprendente rapidez y, como dice el protagonista, "no es el comic que querías ver". Por el contrario, la parte importante del título es "el hombre", y no las hazañas que realizó en distintos momentos de su vida.
Esto significa que The Man Who Killed Hitler and Then the Bigfoot no es una comedia "grindhouse", sino un parsimonioso estudio de carácter enfocado en la psicología de un lacónico protagonista que dice mucho sin necesidad de hablar.
Cuando conocemos a Calvin (Sam Elliott), es un anciano retirado, tratando de llenar sus días con visitas al bar local, paseos con su perro Ralph (Sally), y conversaciones ocasionales con su hermano Ed (Larry Miller). Calvin no está solo, pero ciertamente vive aislado porque no quiere (o no puede) compartir los recuerdos y secretos que carga consigo desde hace décadas. Además, solo un hombre en su posición es capaz de comprender el precio de la guerra, y la necesidad de sentirse útil en un mundo que lo está dejando atrás.
Paralelamente, por medio de "flashbacks", seguimos la misión que emprendió el joven Calvin (ahora interpretado por Aidan Turner) durante la Segunda Guerra Mundial, infiltrándose en territorio nazi con ayuda de espías rusos. Y, sí, eventualmente vemos su enfrentamiento con Hitler... pero nada en esta película es aparatoso o espectacular. El director y guionista Robert D. Krzykowski mantiene un tono mesurado y hasta melancólico, donde no se celebra el heroísmo, sino el código de conducta de Calvin. Fue una sorpresa descubrir que los mejores momentos de The Man Who Killed Hitler and Then the Bigfoot no fueron sus encuentros con esas célebres figuras, sino las escenas que nos muestran la vida normal del anciano, interactuando con sus vecinos, o explicando su filosofía a los agentes que lo admiran como leyenda, aunque no saben exactamente por qué.
Y por supuesto nada sería lo mismo sin el virtuosismo de Sam Elliot, extraordinario actor de carácter cuya simple presencia eleva esta modesta película y transmite todo lo que necesitamos saber sobre Calvin. Me dio mucho gusto encontrarlo en una "B-Movie" que trasciende esa descripción gracias a su inteligente libreto y sobrias actuaciones, entre las cuales también destacan al mencionado Larry David como el comprensivo hermano de Calvin; Ron Livingston y Rizwan Manji como los agentes gubernamentales que solicitan ayuda con la situación de Bigfoot; y Caitlin FitzGerald como la novia de Calvin en los años cuarentas... probablemente la más importante influencia en su vida pasada y presente.
The Man Who Killed Hitler and Then the Bigfoot me recordó la clásica Bubba Ho-Tep, pues ambas utilizan excéntricas premisas para explorar temas serios y profundos que nos toman por sorpresa: la dignidad de la vejez; la futilidad de la violencia; y el significado del legado que dejamos en el mundo. No esperaba nada de eso cuando empecé a ver una película sobre Hitler y Bigfoot... pero fue un placer descubrir sus virtudes en compañía de un gran actor. Siempre habrá más "B-Movies" con sangre y violencia; por otro lado, rara vez encontraremos dramas tan ingeniosos y emotivos.
Calificación: 9

IMDb

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