Thursday, January 31, 2019
Rust Creek
Síntomas: Sawyer Scott (Hermione Corfield) viaja en automóvil a la ciudad de Washington para una entrevista de trabajo, pero el tráfico la obliga a tomar una desviación por los solitarios caminos del estado de Kentucky... con desafortunadas consecuencias.
Diagnóstico: Rust Creek es un buen ejemplo de un argumento poco original, pero realizado con suficiente destreza y creatividad para olvidar que ya lo vimos antes. Muchas, muchas veces.
La clásica premisa de los individuos que se pierden en el bosque y encuentran hostiles habitantes rurales es casi tan antigua como el cine mismo; y, vale decir, de vez en cuando los roles se invierten, y el "extraño de la ciudad" resulta ser el villano. Pero lo importante es el simbólico choque entre dos culturas con distintos valores e ideologías, lo cual se refleja en su actitud general y en las soluciones que encuentran para problemas inesperados.
En el caso de Rust Creek, el problema de Sawyer es sobrevivir el tiempo suficiente para regresar a la civilización. El problema de sus perseguidores es matarla para garantizar su silencio sobre ciertos negocios secretos. Y el problema de los policías que encuentran el automóvil abandonado de Sawyer es... ¿comer donas, o algo así? Pero no todos los policías del pueblo son ineptos... y no todos son confiables.
Como dije, ya hemos visto esta historia en muchas películas; y, para bien o para mal, Rust Creek no llega tan lejos en el horror como I Spit on Your Grave, ni es tan culturalmente transgresora como la venerable Deliverance. En vez de eso Rust Creek encuentra un cómodo nicho intermedio de thriller "a fuego lento", donde el pensamiento estratégico y el desarrollo interno de Sawyer toman precedencia sobre las confrontaciones físicas. En otras palabras, el punto de la cinta no es reciclar la violencia de, digamos, The Hills Have Eyes, sino acompañar a la protagonista mientras aprende nuevas cosas sobre sí misma y sobre un mundo que hasta el momento desconocía, quizás como resultado de su impaciencia y juventud.
Por el lado negativo, la trama se extiende demasiado, y los villanos son huecas caricaturas con un solo propósito en sus pequeñas mentes, lo cual aprovechan los guionistas (Julie Lipson y Stu Pollard) para resolver escenas que no planearon con suficiente cuidado, o para introducir nuevas variables por medio de forzadas coincidencias que es difícil tomar en serio (por ejemplo, el asunto de la crema batida).
Afortunadamente Rust Creek gana fuerza durante el tercer acto, cuando la persecución se transforma en una especie de "integración cultural" que ofrece nuevos temas y más oportunidades para explorar la vida rural desde otra perspectiva, más abierta y menos amarillista. Y eso es algo que pocas veces (tal vez nunca) había visto en historias de este tipo.
Por lo demás, Rust Creek ofrece competentes valores de producción, sólida dirección de Jen McGowan, y excelente cinematografía para retratar los bosques sureños de tonos rojizos que pueden ser amenazadores o pintorescos según la hora del día. Y también merece mención el trabajo de Hermione Corfield en el papel de Sawyer; Jay Paulson como el ermitaño Lowell; y Sean O'Bryan como el alguacil local, compartiendo la pericia del Jefe Wiggum y la ética del Sheriff Lobo (perdón por esa referencia tan arcaica).
A fin de cuentas Rust Creek no es horror, sino una curiosa sub-especie de thriller combinado con melodrama "indie" que me gustó bastante... una vez que asimilé esta extraña fusión de estilos. Esto significa que no tiene el "gore" de Wrong Turn, ni la tortura psicológica de Eden Lake, y mucho menos el humor de Tucker & Dale Vs. Evil. Rust Creek pertenece a su propio género, y eso fue suficiente innovación para ignorar sus clichés. Y para reforzar mi propósito de jamás internarme en el bosque.
Calificación: 8
IMDb
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