Thursday, October 5, 2017

Gerald's Game



Síntomas: Haciendo un último esfuerzo por revivir la pasión en su matrimonio, Jess Burlingame (Carla Gugino) y su esposo Gerald (Bruce Greenwood) se disponen a pasar un romántico fin de semana en su casa de campo. Entonces, como parte de un juego sexual, Gerald encadena a Jess a la cama... y muere de un infarto, dejándola inmovilizada y con pocas esperanzas de escapar.

Diagnóstico: La novela Gerald's Game siempre me pareció una de las obras menores de Stephen King. Sin duda empieza con una idea interesante, pero se siente más apropiada para un cuento corto que para una novela completa. Y, como la mayor parte de la historia se desarrolla en la mente de la protagonista, tampoco se perfilaba como candidata ideal para adaptarse a cine, un medio visual donde rara vez funcionan las historias "introspectivas" (un reciente ejemplo de ese problema fue la cinta The Girl on the Train).
Por eso no tenía grandes expectativas sobre la cinta Gerald's Game (producida y distribuida por Netflix), hasta que me enteré de que sería dirigida por Mike Flanagan, cuya filmografía (Absentia, Oculus, y Somnia, entre otras) me ha gustado en mayor o menor medida gracias a su habilidad para entretejer drama humano y fantasía sin sacrificar uno a favor del otro.
Y, bueno, aunque Gerald's Game no superó por completo los retos que presentaba el austero formato de la novela, Flanagan logró crear una película tensa, entretenida, y con un denso subtexto emocional para justificar sus afectaciones narrativas, las cuales funcionan mejor conforme avanza la trama y nos sumergimos en la psicología de Jess, esposada a la cama y con la única compañía de un perro que encontró una inesperada fuente de proteínas (spoiler: el perro sobrevive).
Para empezar, el director transformó el diálogo interno de Jess en conversaciones imaginarias con su finado esposo Gerald y con ella misma, dando pie a numerosos debates sobre la manera de liberarse, sobre los problemas maritales que condujeron a ese fin de semana "romántico", y sobre el turbulento pasado de Jess, cuyos traumas infantiles acarrearon algunas malas decisiones en el presente (como, por ejemplo, dejarse esposar a la cama para satisfacer la perversa fantasía de su dominante esposo). Como dije, no es una solución perfecta, pero Carla Gugino y Bruce Greenwood tienen suficiente talento y convicción para atraparnos en su melodrama doméstico, intensificado por el peligro de la situación y las inevitables consecuencias físicas y mentales que Jess sufre en su incómoda posición.
Así, cuando llegamos al memorable tercer acto, estamos preparados para entender la motivación de Jess y justificar sus acciones, que parecían inimaginables al principio de la película. Pero esa es la marca de un buen director (y un buen libreto, desde luego): no solo mostrarnos cosas que ocurren, sino explorar sus causas y hacerlas consistentes con el carácter de los personajes.
Todo lo cual significa que Gerald's Game es la mejor película que alguien pudo hacer a partir de una novela tan difícil de adaptar. Habiendo dicho eso, la verdad es que no encontré mucho terror, suspenso, ni una ejecución suficientemente brillante para hacer Gerald's Game excepcional en las categorías de horror, thriller, o incluso drama “indie”. En resumen: recomendable, pero prescindible. Y, para quien quiera ver una mejor película sobre "mujer en peligro", recomiendo Hush, del mismo director. También está en Netflix, así que solo tomará un “click”.
Calificación: 8

IMDb

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