Sunday, July 26, 2015

In/mortal (Self/less)



Síntomas: El millonario Damian Hayes (Ben Kingsley) sufre una grave enfermedad que le quitará la vida en unos meses. Entonces el enigmático Dr. Albright (Matthew Goode) le ofrece la oportunidad de implantar su mente en un nuevo cuerpo genéticamente diseñado, donde podrá disfrutar muchos años más de vida con el vigor y salud de la juventud. Hayes acepta, y al poco tiempo emerge con la nueva identidad de Edward Kidner (Ryan Reynolds). Parece una solución perfecta, con el potencial de hacer prácticamente inmortales a quienes puedan pagar por el servicio... pero cuando Edward empieza a sufrir extrañas alucinaciones se da cuenta de que la inmortalidad no será tan fácil como le prometieron.

Diagnóstico: La premisa de In/mortal me pareció fascinante, y pertenece al genuino estrato de ciencia ficción "seria" que emplea conceptos imaginarios para explorar las ocultas realidades de la experiencia humana. Desafortunadamente la parte media de la película degenera en un blando thriller con el héroe perseguido por insípidos villanos, mientras trata de defender a una mujer (y su hija) de un destino desconocido. Balazos, peleas, persecuciones... igual que en decenas de películas de acción. ¿Dónde quedaron esos elevados ideales de ciencia ficción? Solo aparecen al principio y al final de In/mortal. El resto es relleno prefabricado y predecible que diluye el impacto de la película y su potencial especulativo.
Aún así In/mortal entretiene gracias a las actuaciones de Ryan Reynolds y Matthew Goode en los típicos roles de “Criatura” y “Dr. Frankenstein” que jugaron con el destino y ahora pagarán las consecuencias. El libreto no muestra mucha imaginación durante el resto de la cinta, pero al menos está bien manejada por el director Tarsem Singh, quien desecha momentáneamente su rebuscado estilo para dedicarse a mantener un dinámico flujo de acción con adecuados respiros de melodrama. Claro, Singh controló su tendencia a los excesos visuales, pero eso no significa que In/mortal carezca de estilo y valor estético; por el contrario, el director aprovecha al máximo las locaciones y cinematografía para crear secuencias claras y visualmente interesantes, lo cual ayuda bastante a disfrazar los puntos más inverosímiles de la trama, y a reducir el efecto de los saltos lógicos y forzadas revelaciones que seguramente vimos venir desde muchos minutos atrás.
Tal vez In/mortal sería más satisfactoria si hubiera invertido la parte media del argumento en la contemplación de las consecuencias éticas y psicológicas de un "trasplante de mente". Hasta cierto punto toca esos temas, pero siempre de manera superficial, como si tuviera miedo de ahuyentar al público que solo quiere más balaceras y persecuciones. En otras palabras, los elementos más valiosos del relato quedan relegado a simples detalles y huecas homilías, en vez de darles el peso y espacio que merecían. Por otro lado, las películas con demasiada palabrería filosófica tienden a fracasar en taquilla, así que entiendo la disyuntiva de los productores, atrapados entre una sólida idea de ciencia ficción y la necesidad de adornarla con genérica acción para atraer una audiencia más amplia y diversa.
Puedo recomendar In/mortal tan solo por su creativa premisa y distinguida manufactura, aunque se quedó corta en su irregular combinación de géneros. La promesa de inmortalidad para las más grandes mentes de la historia es una idea muy atractiva, y ofrece abundantes posibilidades narrativas; sin embargo In/mortal no tuvo suficiente ambición (o visión) para explorarlas, y prefirió la seguridad del formato de acción, donde es más simple copiar lo que otros han hecho. Hace veinte años hubiera sido "Die Hard con científicos". Hoy en día es "Taken con trasplante cerebral". Lo único inmortal es esta repetitiva fórmula.
Calificación: 7.5

IMDb

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