Monday, March 30, 2020
The Banker
Síntomas: En 1959, Bernard Garrett (Anthony Mackie) se asocia con el empresario Joe Morris (Samuel L. Jackson) en un ambicioso negocio de bienes raíces; pero nadie los tomará en serio a menos que tengan un hombre caucásico como director de su compañía.
Diagnóstico: Para su primera "película original" (creo), el servicio de streaming Apple+ seleccionó The Banker, una "bio-pic" impecablemente realizada, con altos valores de producción y nobles intenciones de progreso social... pero también con un agridulce final que casi descarrila la experiencia. En otras palabras: lo mismo que me pasa cada cinco o diez años cuando intento usar un dispositivo de Apple.
Regresando al punto, The Banker es como tres películas en una, lo cual casi siempre termina en catástrofe. Afortunadamente en este caso el director George Nolfi (The Adjustment Bureau) y su comité de guionistas (al menos cinco) lograron transformar la historia de dos hombres en una eficiente biografía; después en una "heist movie" con mensaje político; y finalmente en un thriller legal sobre la industria bancaria en los Estados Unidos. La transición de géneros no siempre fluye con naturalidad, y los aspectos biográficos se sienten pre-fabricados; pero, por lo demás, The Banker nos entretiene y nos ilustra sobre un tema muy importante que se ignoró durante muchos años en el cine comercial. Tal vez por culpa del mencionado final.
Desde luego no voy a describir el gusto que me dio ver a Nick Fury, Falcon y Beast jugando golf (y también sale por ahí el Jefe O'Brien). En vez de eso diré que Samuel L. Jackson, Anthony Mackie y Nicholas Hoult hicieron un excepcional trabajo interpretando a tres hombres muy distintos, pero con una meta en común. Benard Garrett (Anthony Mackie) tiene un gran intelecto dedicado a las matemáticas de los créditos, rentas y valuaciones, pero el color de su piel ha impedido su avance profesional. Entonces se asocia con Joe Morris (Samuel L. Jackson), el dueño de un club de jazz deseoso de invertir su fortuna; y, para facilitar las negociaciones con clientes demasiado "conservadores", también necesitan un rostro blanco que represente a la compañía. Entonces contratan a Matt Steiner (Nicholas Hoult), un joven empresario con algunos fracasos en su pasado, pero aún así inteligente y confiable. Y así el trío empieza a ascender en un medio tremendamente competitivo... hasta que Garrett decide usar su influencia para apoyar el desarrollo de la comunidad africana-americana. Ya era difícil para sus colegas aceptar dos prósperos empresarios de color... pero ¿alterar el orden social? Eso es algo muy distinto, y obviamente peligroso para los racistas en altos puestos del gobierno.
Los primeros dos tercios de The Banker me gustaron más, gracias a su accesible estructura de "lucha y triunfo", y al posterior "gran golpe" humanitario (perfectamente legal, pero con el mismo suspenso de cualquier "heist movie" porque todo tiene que hacerse en secreto). Lamentablemente el tercer acto pierde enfoque cuando denuncia el racismo institucional de la industria bancaria, llena de reglas ocultas que pueden usarse para atacar sectores específicos de la población... sobre todo la población que los políticos prefieren ver como choferes y empleados de limpieza. Admiro y aprecio la convicción del director y del reparto para transmitir su mensaje de manera clara y contundente. Sin embargo en el más simple nivel narrativo la cinta se "desinfla" en la recta final, y nunca recupera la energía del principio.
No obstante, las actuaciones, dirección, y el maravilloso diseño de producción bastan y sobran para recomendar The Banker como sólido "cine con mensaje", en igual medida emotivo e inspirador. Además, es raro encontrar una película con "héroes corporativos", y más aún en el negocio de bienes raíces. Me alegra que no sean un mito, sino una realidad. Ojalá existieran más.
Calificación: 8
IMDb
Sunday, March 29, 2020
Disappearance at Clifton Hill
Síntomas: Abby West (Tuppence Middleton) y su hermana Laure (Hannah Gross) regresan al pueblo de Ajax después del fallecimiento de su madre, y Abby empieza a recordar una extraña experiencia que tuvo cuando era niña en un bosque cercano a las Cataratas del Niágara.
Diagnóstico: El legendario "Amo del Horror" David Cronenberg no dirigió Disappearance at Clifton Hill, pero sí aparece como actor, lo cual fue razón suficiente para interesarme en este modesto thriller canadiense con una indescriptible atmósfera "retro", cuya tergiversada premisa funciona mejor como estudio de carácter que como argumento formal. Creo que Disappearance at Clifton Hill tiene bajo potencial comercial, pero atrapó mi atención con una impredecible historia donde la percepción es más importante que la realidad, y la "verdad" es un ingrediente opcional que no influye mucho en el resultado final.
Aclaro que no hay elementos fantásticos ni sobrenaturales en Disappearance at Clifton Hill. La "extraña experiencia" de Abby fue presenciar el secuestro de un niño; por lo tanto, no es una película de terror, sino un parsimonioso "noir" donde el misterio principal es la protagonista. Abby sigue pistas que la llevan a distintos "sospechosos" del crimen; sin embargo lo importante no es revelar la verdad sobre el supuesto secuestro (o lo que haya sido), sino desentrañar el enigma de Abby y su caótica investigación, improvisada y llena de mentiras, pero aún así fascinante por su estilizado surrealismo (ejemplos: pesadillas en VHS; y un tremendo "twist" final que contradice todo, pero de manera positiva).
A riesgo de utilizar referencias arcaicas, voy a decir que Disappearance at Clifton Hill es como una mezcla de Nancy Drew (me refiero a los libros, no a la tediosa serie televisiva actual) y Wonderfalls, aquella afectada fantasía de Bryan Fuller ubicada en las Cataratas del Niágara; y todo eso envuelto en un cínico sentido del humor que no es exactamente gracioso, sino agudo en sus observaciones de la ambición humana.
Perdón... creo que esa comparación solo confundió más las cosas.
En el papel de Abby, Tuppence Middleton (Downton Abbey) tiene el difícil trabajo de conducir la narrativa sin garantizar la veracidad de la protagonista. En otras palabras, las mentiras y engaños de Abby parecen justificados por la gravedad del crimen y su misión justiciera... pero también podrían ser los caprichos de una mujer perturbada que está arruinando vidas para satisfacer su obsesión. Es un frágil balance de actuación interna y externa que Middleton (actriz británica sin relación alguna con Kate Middleton) mantiene sin perder el equilibrio. Y, en el papel de su hermana Laure, Hannah Gross (Marjorie Prime) aporta sentido común y una perspectiva más "normal" de los hechos. Laure desconfía de su hermana, pero la evidencia merece el beneficio de la duda. Y además existe entre ambas la obligatoria Tragedia del Pasado que hace más tensa su relación, al mismo tiempo que las une en un nivel más profundo.
Y a todo esto, ¿en dónde quedó David Cronenberg? Su papel de Walter Bell es breve pero esencial, no solo para atar cabos sueltos y proporcionar información histórica, sino para reforzar esa excéntrica atmósfera de "pueblo pequeño con turbios secretos" donde nada es lo que aparenta.
Finalmente, en un nivel personal, Disappearance at Clifton Hill dejó bastante satisfecho mi fetiche cultural canadiense. Hay muchas películas filmadas en Canadá que tratan desesperadamente de parecer norteamericanas, pero el director y co-guionista Albert Shin no solo abraza la idiosincrasia canadiense, sino que aprovecha las locaciones fronterizas (las Cataratas del Niágara) para contrastar aspectos sociales de ambas naciones. Es un detalle menor en una película con una visión más amplia, pero igualmente enriquece la experiencia y la distingue de otros thrillers independientes cocinados con la misma receta de siempre. En conclusión: Disappearance at Clifton Hill es como si Werner Fassbinder y Guy Maddin hubieran filmado una película bajo la supervisión de David Lynch. Y con David Cronenberg como actor secundario ¡Listo! Eso aclara perfectamente la situación.
Calificación: 8
IMDb
Friday, March 27, 2020
El Hoyo (The Platform)
Síntomas: En una prisión vertical con múltiples niveles, los de abajo comen las sobras de los de arriba. Y los que están muy abajo no comen nada.
Diagnóstico: Una película que predica cooperación y tolerancia parece perfecta para las crisis que atraviesa el mundo. Pero, ¿es ese el mensaje de El Hoyo? No estoy seguro, porque existen suficientes elementos para deducir lo contrario. Supongo que El Hoyo es una de esas películas cuya interpretación depende de cada espectador.
Y ese siempre ha sido uno de los mejores atributos de la ciencia ficción. Pero, ¿es El Hoyo ciencia ficción? No estoy seguro porque, con excepción de algunos detalles tecnológicos (como "sensores de comida" y una plataforma flotante), todo podría ocurrir en nuestro tiempo. Y tal vez está ocurriendo, pero no literalmente en una prisión subterránea, sino en todos los niveles de la sociedad. Pero, ¿es El Hoyo una metáfora de la sociedad? No estoy seguro...
Perdón. No más preguntas. El punto es que El Hoyo es un sobresaliente thriller español repleto de significado hasta en sus más pequeños detalles (por ejemplo: los "prisioneros" pueden llevar un solo artículo a sus celdas, y ese artículo dice más sobre ellos que cualquier interrogatorio). El director Galder Gaztelu-Urrutia y los escritores David Desola y Pedro Rivero crearon una premisa kafkiana (o quizás "camusiana") que fusiona varias corrientes filosóficas en una narrativa dinámica e impredecible... aunque en ocasiones se nota la mano omnipotente de los cineastas, corrigiendo el rumbo de la historia antes de extraviarse entre tantas complicaciones. O tal vez es un comentario sobre la eterna lucha entre determinismo y libre albedrío.
Lo cual me lleva al principal problema de El Hoyo... quiere decir tantas cosas, que a fin de cuentas no dice nada.
Como dije, podríamos analizar cada escena de la película, cada diálogo, cada decisión del director, y llegar a conclusiones distintas. Y el final es tan ambiguo que se siente como un truco de último momento para evitar responder las numerosas preguntas planteadas a lo largo de la historia. Aunque, por otro lado, esas dudas no parecen tan importantes como la impresión general de desolación mezclada con una pizca de optimismo que nos deja Gaztela-Urrutia.
Pero, bueno... no voy a dar más vueltas a las mismas cuestiones. En vez de eso señalaré el excepcional diseño de producción, la eficiente cinematografía, y el absoluto compromiso de un reparto minimalista que incluye a Iván Massagué como Goreng, Zorion Eguileor como Trimagasi, y Alexandra Masangkay como Miharu (no son los únicos, pero no revelaré más). Cada uno empieza con una actitud específica, y resulta fascinante presenciar su gradual evolución conforme reconocen los retos y oportunidades de la prisión vertical. Es fascinante no solo por sus buenas actuaciones, sino porque nosotros, como espectadores, compartimos esa transformación... todos quisiéramos ser heroicos y caritativos, pero las circunstancias no siempre son lo que aparentan, y al cabo de unos minutos podemos ponernos de parte del más egoísta porque la bondad que sentíamos antes parece ingenua y hasta peligrosa. Entonces ocurre algo que inspira un poco de esperanza... pero podría ser un truco para disimular otro nivel de degradación, y un salto (literal y figurativo) a los más profundos abismos de la crueldad humana. Sin embargo la comida es buena (para unos cuantos), y preparada con gran esmero por chefs que realmente se preocupan por su oficio. ¿Qué significa eso? No sé. ¿Capitalismo, o algo así? Como sea, definitivamente perdí el apetito después de ver El Hoyo. Lo cual es el mejor halago que puedo hacerle. Excelente selección de Netflix, el medio ideal para esta película difícil de clasificar e imposible de comercializar. Es como Cube con conciencia social y un título en Filosofía.
Calificación: 9
IMDb
Thursday, March 26, 2020
Emma.
Síntomas: Emma Woodhouse (Anya Taylor-Joy) lleva una vida de lujo y privilegios en la mansión de su padre, y para entretenerse trata de crear conexiones románticas entre las personas que la rodean; pero sus planes rara vez funcionan como ella espera.
Diagnóstico: Es muy frecuente decir "el libro es mejor que la película", pero en el caso de la escritora Jane Austen, creo que prefiero las películas inspiradas en sus libros.
No porque los libros sean malos... lejos de ello, su incisiva visión y elegante prosa capturan las sutilezas de la vida rural inglesa del siglo diecinueve mejor que cualquier actuación, diseño de producción o elaborado vestuario. Pero en lo que se refiere al argumento, siento que un guión de dos horas destila de manera más eficiente el humor y el drama sin perderse entre meticulosas descripciones que requieren una libreta para seguir el laberinto de parentescos, amistades y rivalidades de la Regencia británica. Mis disculpas si este párrafo revela mi ignorancia y ofende a los devotos de esta venerable autora; pero quiero establecer mi punto de vista antes de explicar por qué disfruté tanto la nueva película Emma, a pesar de su engañosa superficialidad y un barniz de modernidad que podría alejar a los más fervientes "austenitas".
Emma me pareció una brillante adaptación de una novela clásica porque funciona en múltiples niveles: como romance "de época", como comedia de costumbres, y como entretenimiento perfectamente accesible para el público contemporáneo. Su entorno y cultura pertenecen al siglo diecinueve, pero las situaciones que retrata son universales, así como la ambivalencia emocional de personajes que no siempre saben distinguir entre lo que quieren y lo que necesitan. Además, el micro-universo social de Emma Woodhouse obedece reglas que siguen vigentes en el presente; y sus planes románticos están sujetos a los inescrutables caprichos de la naturaleza humana, que no ha cambiado sustancialmente en algunos miles de años (no por nada Clueless sigue siendo un clásico de la comedia juvenil).
En el papel principal, Anya Taylor-Joy captura los contrastes de Emma, una inocente joven que realmente se preocupa por la felicidad de sus amigos; pero también puede ser cruel y desdeñosa con los sentimientos ajenos. A pesar de sus buenas intenciones, Emma no puede evitar (ni siquiera reconocer) la arrogancia del privilegio, ni la errónea percepción del mundo real que existe más allá su de estrecho círculo social. La directora Autumn De Wilde establece ese complicado balance desde el inicio de la película, donde Emma selecciona (con ayuda de sus sirvientes) las flores para un ramo que le regalará a una amiga. Parece una escena intrascendente, y sin embargo nos dice todo lo que necesitamos saber sobre Emma. Hablando de sirvientes, me gustó mucho la adición de pequeños detalles sarcásticos (cortesía de la guionista Eleanor Catton) en la actitud de la servidumbre de la Mansión Woodhouse, que podríamos interpretar como críticas a injusticia social de un arcaico sistema aristocrático.
En papeles secundarios tenemos al increíble Bill Nighy como el padre de Emma, también encargado del "comic relief" (está obsesionado con las corrientes de aire); Johnny Flynn es Mr. Knightley, amigo de la familia que conoce a Emma desde niña, y no teme "decirle sus verdades" cuando se comporta inapropiadamente. Mia Goth es Harriet Smith, de cuna humilde, pero con grandes aspiraciones románticas; Josh O'Connor es el Vicario local; Connor Swindells es un granjero interesado en Harriet (pero demasiado pobre para ser una opción viable); y Callum Turner interpreta a Frank Churchill, el misterioso heredero del que todos hablan, pero nadie ha visto. ¿Será posible que robe el corazón de Emma cuando finalmente se conozcan?
Y así se desarrolla Emma, entre opulentos decorados, impecable vestuario, y escarceos amorosos con impredecibles resultados. Pero por debajo del "fluff" también hay potentes observaciones sobre responsabilidad personal, humildad, y hasta lucha de clases. En otras palabras, una excepcional película "coming of age" que se escribió mucho antes de la existencia del cine, pero tan válida hoy como hace dos siglos. Y, para fans de Clueless (como yo), será un placer reconocer similitudes y encontrar equivalencias entre los personajes de ambas películas. Solo faltaron Amber y Dionne.
Calificación: 9
IMDb
Tuesday, March 24, 2020
The Hunt
Síntomas: Doce individuos con ideología conservadora despiertan en el bosque, y descubren que son las presas de una cacería humana organizada por un grupo de "elites" liberales.
Diagnóstico: Cuando alguna película (o, para el caso, cualquier obra artística) despierta controversia, casi siempre es por culpa de individuos demasiado sensibles que la interpretan como un ataque contra sus valores personales... incluso si no han visto la obra en cuestión. Eso fue lo que ocurrió en los Estados Unidos con la película The Hunt, atacada desde antes de su estreno por reporteros y figuras públicas de extrema derecha (incluyendo al Presidente mismo) que solo conocían la más superficial descripción del argumento: varios liberales cazan a un grupo de "deplorables" (término inspirado en el mundo real por un comentario de Hilary Clinton sobre los seguidores de Donald Trump). Ciertamente suena como un ataque tendencioso contra la Mayoría (con mayúscula) que puso a Trump en el poder. Sin embargo, después de haber visto The Hunt, descubrí que la cacería humana de deplorables es en realidad una brutal sátira del partidismo que divide a los Estados Unidos, creando una atmósfera antagónica de "buenos contra malos" donde cada quién asume estar en lo correcto, y nadie está dispuesto a cambiar de opinión. En resumen: The Hunt me pareció una ingeniosa y muy divertida comedia que no pretende respaldar una u otra ideología, sino denunciar el ciego extremismo (en ambos lados de la discusión) que representa el auténtico peligro para la sociedad. Y aunque su estridente retórica no fue diseñada para tomarse en serio, estoy seguro de que ofenderá a mucha gente incapaz de comprender el mensaje de la película. Y el mensaje es muy simple: Betty Gilpin merece un Óscar.
Afortunadamente no es necesario "entender" la sátira de The Hunt para apreciar sus violentos placeres viscerales, muy bien coordinados por el director Craig Zobel (Compliance) y los guionistas Nick Cuse y Damon Lindelof (continuando los temas que introdujeron en la serie Watchmen) para crear delicioso suspenso que luego rematan con muertes sorpresivas y sangrientas (cortesía de Autonomous FX)... aunque de vez en cuando nos niegan la catarsis del "gore" para evitar que el espectáculo opaque el subtexto. O, mejor dicho, el "texto", ya que The Hunt no maneja un sutil bisturí satírico, sino que arroja yunques metafóricos sobre las cabezas del público.
Desde luego una película como The Hunt se apoya en toda clase de prejuicios y estereotipos... ese es el punto de su existencia. Y, para que dichos estereotipos tengan un poco de sustancia, Zobel buscó un destacado elenco de rostros semi-famosos que hacen un excelente trabajo adoptando las peores características de sus clichés vivientes. Ethan Suplee es el "blogger" especializado en acusar como "fake news" a todas las noticias que contradicen su opinión; Emma Roberts es la "niña bien" que solo piensa en su bienestar; y Ike Barinholtz es el fanático de las conspiraciones que cree todo lo que lee en Internet... siempre y cuando respalde sus fantasías del "Deep State". Barinholtz recientemente dirigió su propia sátira trumpiana, y ahora se divierte interpretando al extremo opuesto de su persona real. Y desde luego hay más actores y personajes, pero no revelaré sus particulares funciones ni posibles destinos. Baste decir que The Hunt hace honor a su nombre; a veces los cazadores matan a su presa, y a veces la presa se convierte en el cazador.
A fin de cuentas The Hunt es más inofensiva de lo que parece; una simple "comedia de terror" con un agudo sentido del humor que utiliza para hacernos reír y pensar un poco, y para reconocer el valor de las masas silenciosas que ya se cansaron de política, y solo quieren hacer su trabajo para cuidar a sus familias y salir adelante como mejor puedan. No sé exactamente cómo describir esa pragmática ideología (¿centrista? ¿libertaria? ¿anarquista?), pero definitivamente puedo recomendar The Hunt para fans del "gore", de la sátira política, y para quienes prefieren esperar a ver algo antes de opinar. Lo cual sin duda reducirá al público potencial de esta película.
Calificación: 9
IMDb
Sunday, March 22, 2020
Danger Close
Síntomas: Durante la Guerra de Vietnam, la Compañía Delta del ejército australiano queda atrapada en el valle de Long Tan, rodeada de tropas enemigas, casi sin municiones, y con pocas probabilidades de rescate.
Diagnóstico: A pesar de haber visto incontables películas sobre la Guerra de Vietnam (algunas de mis favoritas: The Deer Hunter, Good Morning Vietnam y Rescue Dawn), no sabía que Australia y Nueva Zelanda enviaron unidades militares para apoyar al ejército norteamericano en la defensa de Vietnam del Sur contra la invasión de Vietnam del Norte. Afortunadamente Danger Close corrigió mi ignorancia, y me enseñó que el 18 de Agosto de 1966 108 soldados australianos enfrentaron más de 2000 tropas vietnamitas en una de las batallas más cruentas de un conflicto ya de por sí trágico y controversial.
La primera media hora de Danger Close establece su origen australiano, con múltiples diferencias culturales que la separan de las cintas norteamericanas sobre Vietnam. La atmósfera en el Campamento Nui Dat es ciertamente tensa (después de todo están en guerra), pero la disciplina es más casual, y los soldados parecen más relajados. Por ejemplo, no van a interrumpir su juego de cartas por un simple bombardeo; ni dejarán de tomar cerveza mientras vigilan el perímetro del campamento. Entonces los hombres del Pelotón 11 reciben órdenes de ahuyentar una patrulla vietnamita en la selva de Long Tan, y su mayor preocupación es perderse el concierto que dará Little Pattie (Emmy Dougall) y los Joy Boys para entretener a las tropas. Desafortunadamente la "patrulla" resulta ser un regimiento completo de soldados enemigos, y el Pelotón 11 queda atrapado sin posibilidad de escape. El Brigadier David Jackson (Richard Roxburgh) toma la decisión de sacrificarlos para no arriesgar los pelotones 10 y 12 que están protegiendo el campamento... pero el Mayor Harry Smith (Travis Fimmel) no está de acuerdo con sus superiores. Y, bueno... por algo este día pasó a la historia.
Cuando comienza el sitio del Pelotón 11, Danger Close se transforma en una cinta bélica más convencional, balanceando las frenéticas escenas de acción con el drama personal de estos jóvenes soldados (casi todos conscriptos con una edad promedio de 21 años), atrapados en una situación desesperada que, sin embargo, no disminuye su inquebrantable espíritu ni reduce su lealtad.
Al mismo tiempo, el director Kriv Stenders recurre a los clichés del cine bélico para mantener el control de una caótica batalla, distribuida entre los tres pelotones que defienden sus respectivas posiciones, y la planeación en el centro de comando. Sería muy fácil perder el hilo de la historia entre el lodo, la lluvia y los disparos; pero Stenders y la editora Veronika Jenet se apoyan en estructuras pre-fabricadas para conservar la claridad geográfica y cronológica de la película. Es un pequeño compromiso que favorece el flujo de la narrativa, y no resta impacto alguno a los hechos reales.
Con tantos personajes en acción no hay tiempo para desarrollo individual, de modo que los actores Travis Fimmel, Daniel Webber, Nicholas Hamilton, Anthony Hayes y Richard Roxburgh deben funcionar como representantes de sus rangos y funciones, desde oficiales hasta infantería. En particular disfruté el entusiasmo y disciplina de los "kiwis" (¿tal vez maoris?) encargados de los morteros. Por cierto, el título de la película (Danger Close) se refiere a la arriesgada estrategia de disparar morteros demasiado cerca de las tropas amigas como último recurso para defenderlos del enemigo. Y ni siquiera es lo más peligroso que ocurre en la batalla.
Entonces, Danger Close me pareció una competente cinta bélica que no aporta grandes innovaciones al género (además del mencionado contexto cultural), pero funciona por méritos propios, y merece una recomendación como tributo a los sobrevivientes y los caídos de una batalla poco conocida fuera de Australia y Nueva Zelanda. Con tantas películas recientes sobre la Segunda Guerra Mundial y el conflicto en el Medio Oriente, es bueno recordar los sacrificios realizados en otros frentes... con la esperanza de no repetirlos jamás.
Calificación: 8.5
IMDb
Friday, March 20, 2020
Cosmos
Síntomas: Mike (Tom England), Harry (Joshua Ford) y Roy (Arjun Singh Panam) son astrónomos aficionados, y se disponen a pasar una tranquila noche en el campo probando las funciones de un nuevo telescopio modificado para captar no solo imágenes, sino ondas radiales. Entonces descubren una extraña señal que podría ser de origen extraterrestre.
Diagnóstico: Antes que nada, aclaro que la película Cosmos no tiene relación con la venerable serie televisiva de los ochentas conducida por Carl Sagan, ni su moderna versión con Neil DeGrasse-Tyson (producida por... ¿Seth McFarlane?) En vez de eso, Cosmos es la respuesta británica al nuevo cine de ciencia ficción serio y minimalista, representado por cintas como Another Earth, Primer y UFO, donde los temas científicos toman precedencia absoluta sobre los efectos especiales. Y me alegra decir que Cosmos cumple esa noble intención por medio de una fascinante premisa basada en la realidad, pero con un toque de fantasía para estimular nuestra imaginación y especular sobre el hipotético desarrollo de un "primer contacto" radial. En resumen, una historia de ciencia ficción inteligente, bien planteada, y totalmente distinta a las invasiones extraterrestres del cine hollywoodense.
Lo cual también significa que los directores Elliot y Zander Weaver deben apoyarse exclusivamente en el libreto y las actuaciones para mantener nuestra atención durante más de dos horas. Afortunadamente el reparto crea una dinámica cálida y realista durante la frenética investigación que no solo podría cambiar el mundo, sino renovar la amistad de los protagonistas... o destruirla para siempre. Después de todo, los científicos son humanos perfectamente normales, con sentimientos de culpa, envidia, y celo profesional.
Si eso suena cursi... es porque Cosmos exagera un poco el asunto de las "emociones". Los hermanos Weaver sabían que el argumento de Cosmos no podía limitarse a las frías explicaciones sobre astronomía, frecuencias radiales, ni conflictos laborales en la industria aeronáutica; y por eso introdujeron el temido "drama personal" en la interacción del trío. No revelaré sus particulares "tragedias del pasado" porque es mejor descubrir gradualmente su influencia en la trama; pero a veces se siente como una distracción de la historia principal. De hecho, lo que realmente me hizo un nudo en la garganta fue el "Making Of" de Cosmos; pero solo recomiendo verlo DESPUÉS de haber visto la película. En serio es impresionante lo mucho que los Hermanos Weaver lograron con muy poco.
Regresando al punto... el drama ligeramente exagerado no es un problema mayor, y además sirve para humanizar al trío de científicos sin recurrir al ofensivo cliché de "geeks socialmente ineptos". Por el contrario, Tom England, Joshua Ford y Arjun Singh Panam comparten excelente química, ya sea que estén cantando una vieja canción folclórica, o peleando por la última taza de té (recuerden que estamos en Inglaterra); y nunca permiten que el melodrama opaque el evento trascendental que está ocurriendo en un humilde automóvil a la mitad de la campiña inglesa.
Perdón... ¿no había mencionado que casi toda la película se desarrolla a bordo de un Volvo? Ahí es donde destaca el talento de Elliot y Zander Weaver como directores, cinematógrafos, y editores, creando escenas íntimas pero no claustrofóbicas, y encontrando encuadres e iluminación que enriquecen la atmósfera de esta "micro-épica" de ciencia ficción. Realmente merece aplauso este multifacético dueto de cineastas por capturar escenas perfectamente diseñadas en un entorno tan limitado (además del mencionado "Making Of", aquí hay un artículo con algunos detalles técnicos sobre la filmación).
Sin embargo, el mayor problema de Cosmos llega hasta el tercer acto. Después de casi dos horas de conversaciones y plácida contemplación del cielo nocturno, los directores decidieron recompensarnos con una crisis terriblemente forzada para crear suspenso y añadir un elemento de peligro. Durante unos minutos los Hermanos Weaver encuentran su "Michael Bay interno", y pisan a fondo el acelerador para elevar el pulso (meh) y confirmar lo mucho que está en juego (ya lo sabíamos desde hace media hora, pero bueno).
Aún así Cosmos me gustó mucho y podría describirla como "joya oculta" de la ciencia ficción independiente. El tema de exploración espacial me recordó la reciente Clara; y la combinación de matemáticas y astronomía son similares a UFO, aunque con menor disciplina académica. Como sea, Cosmos merece una recomendación, sobre todo para aficionados a la ciencia ficción "dura", tan común en la literatura, pero tan difícil de encontrar en el cine. Creo que Carl Sagan hubiera apreciado esta película. Y tal vez también DeGrasse-Tyson, aunque probablemente la arruinaría señalando sus inconsistencias científicas.
Calificación: 8.5
IMDb
Wednesday, March 18, 2020
Come to Daddy
Síntomas: Norval Greenwood (Elijah Wood) visita a su padre (Stephen McHattie) por primera vez en treinta años, pero la reunión termina en tragedia, y Norval descubre algunos peligrosos secretos familiares.
Diagnóstico: Después de participar como productor en algunas de las mejores cintas de horror neozelandesas (como Deathgasm, Housebound y Turbo Kid), Ant Timpson hace su debut como director en Come to Daddy, un excéntrico relato familiar con suficiente sangre y humor negro para satisfacer a los fans del cine "raro", pero sin descuidar un núcleo dramático sustentado por emociones universales. En resumen: un reencuentro entre padre e hijo más peligroso y disfuncional que cualquier telenovela mexicana.
Elijah Wood interpreta a Norval como un "hipster" con delirios de grandeza que utiliza sus cuestionables triunfos profesionales (aparentemente trabaja como DJ y promotor musical) para ocultar sus profundas inseguridades, muchas de ellas provocadas por el abandono paterno que sufrió en su infancia. Entonces, cuando Norval recibe una carta de su padre (Stephen McHattie) invitándolo a su remota casa de playa ("Parece un OVNI de los años sesentas"), Norval acude lleno de esperanzas... pero su padre rechaza su presencia, lo humilla, y hasta lo agrede, primero verbalmente y luego... bueno, digamos que las cosas se complican, lo cual conduce al descubrimiento de graves secretos sobre el pasado de la familia. Y, desde luego, eventualmente habrá una sangrienta confrontación que cambiará para siempre sus vidas.
Sin embargo, como dije al principio, Timpson suaviza la tensión con un sardónico sentido del humor que transforma las trágicas revelaciones en sorpresas (semi)cómicas, poniendo a prueba el frágil ego de Norval y obligándolo a madurar para afrontar situaciones cada vez más descabelladas... pero rigurosamente lógicas gracias a la disciplina del guionista Toby Harvard.
Este tipo de papel se ha vuelto normal para Elijah Wood, quien parece buscar proyectos fuera del "mainstream" para borrar la imagen que adquirió en la trilogía de The Lord of the Rings. En cintas como Cooties, I Don't Feel at Home in This World Anymore y ahora Come to Daddy, Wood explora el lado oscuro de personajes ambiguos e incluso desagradables... pero su carisma de estrella de cine le permite adoptar actitudes extremas sin perder la simpatía del público.
Por su parte, Stephen McHattie (Rabid, The Tall Man) aprovecha su imponente presencia física (no porque sea muy grande, sino por la intensidad que proyecta) para sugerir la amenaza inminente de un hombre abatido por la vida, pero con suficiente astucia para encontrar los puntos débiles de su enemig... perdón, de su hijo, y atacar cuando menos lo espera.
Los acompañan en papeles breves pero esenciales Madeleine Sami, Garfield Wilson, Michael Smiley y Martin Donovan (otro excelente actor de carácter cuyo rostro es instantáneamente reconocible, aunque no siempre recordemos su nombre). Smiley en particular tiene interacciones divertidas/horribles con Wood, y hacen buena pareja dispareja.
Por el lado negativo... creo que Ant Timpson es mucho mejor productor que director. Su habilidad para reconocer talento y creatividad le permitió reunir excelentes ingredientes para una película única y especial; pero la ejecución resultó demasiado blanda para hacer justicia al bizarro tono del material. En otras palabras, Come to Daddy hubiera sido un clásico moderno de horror psicológico en manos de un director con una visión más contundente (se me ocurren Jeremy Saulnier, Greg McLean o Coralie Fargeat). Y si bien Ant Timpson hizo un trabajo decente en Come to Daddy, la experiencia global no fue tan satisfactoria como prometía su ingeniosa premisa y competente reparto. Aún así, Come to Daddy cuenta una historia impredecible y entretenida, al mismo tiempo que establece un nuevo estándar para personajes con "daddy issues". Será difícil que le roben la corona a Norval.
Calificación: 8
IMDb
Monday, March 16, 2020
Swallow
Síntomas: Hunter Conrad (Haley Bennett) tiene una vida aparentemente perfecta como esposa de un joven ejecutivo, viviendo en una impresionante mansión y con un bebé en camino. Sin embargo, Hunter siente una sofocante represión que provoca una peligrosa conducta.
Diagnóstico: Swallow es una de esas películas donde cada quién encuentra lo que quiera ver. El argumento formal sigue el desarrollo de la enfermedad "Pica", una variante del Desorden Obsesivo Compulsivo manifestada por la ingestión de objetos no comestibles. En el caso de Hunter (Haley Bennett), todo empieza con una canica... pero al poco tiempo las cosas que ingiere son más peligrosas, y sus consecuencias imposibles de ocultar.
Sin embargo, el director Carlo Mirabella-Davis (en un impresionante debut) está más interesado en las causas de esta afección, y ahí es donde interviene el criterio individual de cada espectador.
Las escenas que retratan la vida doméstica de Hunter y su esposo Richard (Austin Stowell) presentan una situación envidiable en la superficie: una lujosa casa moderna con todas las comodidades; suegros ricos y generosos que garantizan un futuro libre de preocupaciones (al menos económicas); y un esposo ambicioso en camino del éxito profesional. Pero todo este privilegio convierte a Hunter en el proverbial pájaro atrapado en una jaula de oro... no es una persona, sino un adorno con la presión de cumplir expectativas familiares que le roban toda independencia física y mental. Entonces Hunter cae en una espiral destructiva alimentada (ja, ja) por su aislamiento (figurado y literal), así como la necesidad urgente de controlar algo... lo que sea... en su ordenada vida. Después de tragar sus opiniones durante tantos años, parece menos doloroso tragar una tachuela.
Entonces se revela un perturbador secreto en el pasado de Hunter, y parece la respuesta más fácil para explicar su comportamiento en el presente. No es que la joven sea ingrata, ni está loca... simplemente sufre los efectos de un antiguo trauma. ¡Así de fácil!
Swallow es un auténtico "thriller psicológico", en el sentido de que el suspenso y angustia que sentimos por la protagonista no provienen de un peligro externo (como por ejemplo, un asesino enmascarado o un bebé mutante), sino de la crisis mental que altera su conducta. ¡Y lo mejor/peor es que estamos de su parte! Lo que hace Hunter es dañino e irracional; y sin embargo compartimos con ella los pequeños momentos de triunfo cuando rompe las ataduras metafóricas de su obediencia, y toma el control de su propio destino... aunque sea comiendo una pila AA. Es un claro testimonio del excelente trabajo realizado por la actriz Haley Bennett y el director y guionista Carlo Mirabella-Davis, haciendo tan elocuente el conflicto interno de la protagonista que no necesitan explicar nada con palabras. Por eso es tan importante para Swallow la perspectiva individual de cada espectador... ¿es una comedia negra sobre disociación de identidad? ¿Es una cinta de "body horror" al estilo de David Cronenberg? ¿O es un panfleto político sobre desigualdad de género?
Entiendo que Swallow no es una película para todos los gustos (¿ja, ja?), pero disfruté mucho su perturbadora atmósfera y la ambigüedad de su mensaje (en realidad no me pareció ambiguo, pero estoy abierto a contemplar otras interpretaciones; como dije, gran parte de la experiencia depende de lo que llevemos en nuestra propia cabeza). Y ni siquiera he mencionado la espectacular cinematografía de Katelin Arizmendi (Cam), y el impecable diseño de producción de Erin Magill, cuya combinación de colores, composiciones y vestuario evocan aquellas "familias nucleares" de los años cincuentas, pero con una estética moderna y exquisitamente detallada para subrayar la atmósfera impersonal que acelera la crisis de Hunter. Y si todo esto suena un poco "extremo", no se compara con el devastador (pero lógico) final, que será la parte más polarizante de la película. Pero incluso ahí seguí admirando la cinematografía de Arizmendi.
Calificación: 9
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Saturday, March 14, 2020
Bloodshot
Síntomas: El soldado Ray Garrison (Vin Diesel) muere durante una misión, y es revivido en los laboratorios del Dr. Emil Harting (Guy Pearce) por medio de nano-robots que circulan en su sangre y le dan poderes de regeneración y fuerza sobrehumana... los cuales utiliza de inmediato para vengarse del terrorista que lo mató.
Diagnóstico: Valiant Comics tomó una buena decisión al iniciar su franquicia cinematográfica con Bloodshot, un personaje moralmente ambiguo cuyo origen simple y fácil de asimilar establece el tono de este venerable universo (Valiant Comics se fundó a fines de los ochentas por Jim Shooter, ex-editor de Marvel), un poco más violento que la competencia, pero no exento de humor, y listo para recibir a los demás miembros de esta popular mitología... en caso de que Bloodshot tenga suficiente éxito para ganar la confianza de sus inversionistas. Y, en mi humilde opinión, el experimento tuvo moderado éxito, siempre y cuando no esperemos innovación o excesiva ambición dramática. En otras palabras: Bloodshot me pareció una "B-Movie" con las fallas habituales del género... pero competentemente realizada y bastante entretenida.
El mencionado "origen" de Bloodshot se fundamenta en la típica venganza por la muerte de un ser querido... pero no todo es lo que parece. Y así, con ocasionales destellos de ingenio, y con la ayuda de un reparto bien dispuesto, el director Dave Wilson desafía (parcialmente) nuestras expectativas, creando una película predecible, pero con suficientes sorpresas para mantener nuestra atención hasta la gran batalla final. Hablando de lo cual, al principio me preocupó que Bloodshot tuviera clasificación "PG-13"; sin embargo Wilson encontró numerosos trucos para llevar la violencia más allá de los límites permitidos. Por ejemplo: reemplazando sangre con harina. No pregunten; el punto es que funciona, y le da a Bloodshot una identidad visual única y atractiva.
Y, bueno, es imposible negar que Bloodshot toma prestados elementos de incontables películas de acción, desde Universal Soldier hasta Robocop, sin olvidar la cámara lenta de Zack Snyder. Pero a estas alturas no lo llamaría "plagio", sino una válida integración del repertorio temático y visual que el público está acostumbrado a consumir. Los efectos son buenos (a secas), y en ocasiones los "dobles digitales" terminan actuando mejor que los actores reales, como en la secuencia del elevador, donde la cámara virtual puede "saborear" la acción, en vez de cortar cada medio segundo, como ocurre en las peleas "reales".
En este punto conviene recordar que Bloodshot es una producción relativamente pequeña, sin épicas batallas ni destrucción masiva. Por el contrario, casi todo ocurre en el interior del laboratorio, en un túnel, y en las guaridas de los villanos. Sirva esto para aclarar que Bloodshot no intenta competir con el espectáculo visual de Marvel ni DC Comics, lo cual no tiene nada de malo. Incluso diría que estas limitaciones técnicas (y económicas) permiten enfocar la narrativa en el drama personal del protagonista y las extrañas circunstancias de su resurrección.
Vin Diesel interpreta a Ray Garrison exactamente igual que Dominic Toretto, Xander Cage, y Riddick, de modo que sus fans quedarán satisfechos (supongo); pero siento que un actor más versátil hubiera funcionado mejor para capturar la confusión del personaje y sus contradictorias emociones.
En el papel del Dr. Harting, Guy Pearce muestra genuina preocupación por su escuadrón de soldados "mejorados", el cual incluye a "KT" (Eiza González), Dalton (Sam Heughan) y Tibbs (Alex Hernández). Y el obligatorio "comic relief" recae en Lamorne Morris (de New Girl) y Siddharth Dhananjay, interpretando los típicos "hackers" capaces de penetrar cualquier sistema, excepto cuando deben fallar para crear suspenso.
Entonces, Bloodshot me pareció una amena alternativa del cine comiquero que conoce sus límites, acepta sus clichés, y aún así se esfuerza por satisfacer al espectador con bajos estándares de calidad (como yo). De ninguna manera está a la altura de las películas de Marvel (ni siquiera las malas), pero Bloodshot podría compararse con las cintas de acción que salen de la fábrica de Luc Besson (como Anna, Lucy y Lockout), diseñadas para pasar un rato agradable sin necesidad de activar el cerebro. Desde luego yo preferiría una película de super-héroes que nos hiciera pensar... pero hasta el momento esa es tarea exclusiva de los villanos.
Calificación: 7.5 (sube medio punto por el jiu-jitsu acuático)
IMDb
Thursday, March 12, 2020
The Kindness of Strangers
Síntomas: En la ciudad de Nueva York, Clara (Zoe Kazan) escapa de un esposo abusivo con sus dos pequeños hijos; el ex-presidiario Marc (Tahar Rahim) y su abogado John Peter (Jay Baruchel) asisten a terapias de grupo para aliviar sus sentimientos de culpa; la enfermera Alice (Andrea Riseborough) llena su soledad como voluntaria de múltiples caridades; el inmigrante ruso Timofey (Bill Nighy) tiene cada día menos clientes en su restaurante; y el joven Jeff (Caleb Landry Jones) trata de mantener un empleo fijo a pesar de su absoluta incompetencia.
Diagnóstico: Sí, otra película sobre "vidas entrelazadas en la gran ciudad". Afortunadamente The Kindness of Strangers me pareció un recomendable melodrama gracias a la sensibilidad de la directora danesa Lone Scherfig, quien escribió un libreto enfocado en compasión y esperanza, en vez del drama artificial que caracteriza este sub-género; y lo complementó con un impresionante reparto que añade carácter e intensidad para disimular la tenue sustancia de los personajes.
Zoe Kazan interpreta a Clara, el eje emocional de la película; una madre joven tratando de iniciar una nueva vida sin saber por dónde empezar. Los expresivos ojos de Kazan revelan la gravedad de su decisión y el miedo de haber cometido un error (por no mencionar el terror de que su esposo la encuentre); pero al mismo tiempo debe fingir entusiasmo para no traumatizar a sus hijos. Jay Baruchel y Tahar Rahim forman un curioso dueto de "amigos a la fuerza", unidos por remordimientos que intentan superar para continuar sus vidas. El genial Bill Nighy es Timofey, la figura más lacónica de la película... pero a veces la tolerancia pasiva es más valiosa que cualquier acción concreta. Por su parte, Caleb Landry Jones mantiene un frágil balance tragicómico entre la ineptitud de Jeff y su sincero deseo de ayudar; algo así como un "comic relief" con cálida empatía. Y, finalmente, Andrea Riseborough interpreta a Alice, el "comodín" de la película que interviene tangencialmente en las vidas de los demás, y tiene el potencial de consolidar aquellos dramas individuales en una narrativa uniforme y satisfactoria... aunque no siempre creíble.
Ese es el principal problema de The Kindness of Strangers. O quizás su principal virtud. Es obvio que Scherfig (como directora y guionista) no buscó la forzada miseria de González Iñárritu (21 Grams, Babel), ni el mensaje político de Paul Haggis (Crash), y mucho menos el desolador realismo de Ken Loach (Ladybird Ladybird). Por el contrario, Lone Scherfig creó una especie de cuento de hadas urbano donde los actos espontáneos de bondad son perfectamente normales, y las peores tragedias se resuelven con pequeños gestos cuyo valor es más simbólico que práctico... y sin embargo The Kindness of Strangers me gustó más que cualquiera de las películas antes mencionadas, no porque sea "real", sino porque aspira a una realidad más amable y menos disfuncional que el estándar del siglo veintiuno.
Si podemos aceptar esa ingenua postura (así como algunos "deus ex machina" para facilitar la narrativa), The Kindness of Strangers ofrece excelentes actuaciones y un argumento meticulosamente estructurado, donde las asperezas humanas fueron bien limadas para no empañar el mensaje espiritual de la directora. Lo cual es perfectamente válido; después de todo, las comedias románticas son fantasías; las películas de acción son fantasías; y la mayor parte de los dramas también son fantasías. Scherfig simplemente optó por el lado optimista de su imaginación.
The Kindness of Strangers es muy distinta a las previas películas de Scherfig (incluyendo Italian For Beginners, An Education, One Day y Their Finest), pero aborda temas similares de aislamiento y colaboración para beneficio comunal. El desarrollo de los personajes es mínimo; no sabemos de dónde vienen, ni se detalla el "origen" de sus respectivas crisis. Lo importante es a dónde van, y cómo pueden apoyarse para llegar. Algunas personas necesitan ayuda; otras personas solo necesitan que las necesiten.
Calificación: 8.5
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Wednesday, March 11, 2020
Guns Akimbo
Síntomas: El inofensivo programador Miles Harris (Daniel Radcliffe) despierta un día con pistolas atornilladas a sus manos, y se convierte en el nuevo participante involuntario de Skizm, un violento torneo ilegal donde los jugadores pelean a muerte mientras miles de espectadores observan por Internet.
Diagnóstico: Guns Akimbo es delicioso "cine chatarra", rebosante de estilo y "eye candy", pero libre de sustancia narrativa. La violencia es continua y brutal; la sangre fluye en abundancia; y el sardónico sentido del humor genera suficientes risas para ignorar las graves inconsistencias de un libreto sin mucha lógica ni sentido común. Pero lo importante es que Guns Akimbo cumple su misión de entretenernos a toda costa, sin cuestionar sus métodos ni juzgar nuestros gustos. Hay algo tan puro y desafiante en esa actitud que solo puedo describirla como genuina expresión artística creada en el "id" del director y proyectada sin censura a nuestro nervio óptico. Lo único que faltó fueron emociones igualmente intensas para completar la comunión sensorial. Pero, como no existen, la experiencia se esfuma en cuanto llegan los créditos, y solo quedan vagas memorias de imágenes atractivas sin relevancia alguna en nuestra conciencia.
En el papel de Miles Harris, Daniel Radcliffe enfrenta otro bizarro papel de "nerd ordinario enfrentando situaciones extraordinarias", lo cual se está convirtiendo en su nicho personal, para bien o para mal. Nunca he sentido sus actuaciones muy naturales ni particularmente convincentes, pero merece respeto el rumbo que ha tomado su carrera, repleta de proyectos fuera de lo común, donde puede demostrar su rango y dejar atrás el legado de Harry Potter. Guns Akimbo presenta nuevos retos que Radcliffe afronta con aplomo; y aunque no ganará premios de actuación, exhibe una convincente transformación de "troll" pusilánime a anti-héroe de acción, sin perder la esencia de su personaje.
Por el lado antagónico, Samara Weaving se roba sus escenas (como siempre) en el papel de Nix, la campeona de Skizm y favorita indiscutible entre los miles de espectadores sedientos de sangre que siguen obsesivamente sus combates. Nix tiene su propio drama personal, no muy profundo, pero adecuado para justificar algunos cambios de conducta al final de la película. Lo que cuesta más trabajo es creer la supuesta habilidad de esta asesina profesional, ya que Miles logra escapar una y otra vez de las frenéticas balaceras sin un solo rasguño. Si Nix no puede eliminar a un patético "noob" ¿cómo logró llegar a la cima de Skizm? Desde luego no es culpa de Weaving, sino del forzado libreto escrito por el director Jason Lei Howden, muy creativo para la violencia, pero bastante perezoso para la consistencia interna del argumento. Sin embargo, como dije al principio, Guns Akimbo no es una película para pensar, sino para disfrutar con la boca abierta mientras un hilo de baba escurre por la comisura de nuestra boca (Nota: la experiencia personal de cada espectador puede variar).
Por eso no conviene sobre-analizar la ridícula acción de Guns Akimbo, ni examinar la motivación de sus personajes. Hablando de lo cual, no he mencionado a Nova (Natasha Liu Bordizzo), la ex-novia de Miles que se involucra accidentalmente en el conflicto; ni al policía Degraves (Grant Bowler), con razones personales para arrestar a Nix y detener el torneo ilegal. No pasan de ser simples distracciones y lubricantes del melodrama, pero hacen un buen trabajo dentro de los requerimientos de la historia.
A fin de cuentas Guns Akimbo ofrece delirantes imágenes y continua acción con dos sólidos actores en los roles principales; y si bien su premisa es bastante trillada, al menos añade ingeniosos detalles que enriquecen los clichés (por ejemplo, las "cuadrillas de limpieza" encargadas de desaparecer cadáveres antes de despertar sospechas). No sé si Guns Akimbo me gustó más que Deathgasm, la previa obra del neozelandés Jason Lei Howden; pero es admirable el incremento en calidad y ambición manifestado en su segunda película, lo cual presenta un excelente augurio para su carrera futura. Ojalá siga por este camino. Y ojalá sigan dándole papeles como éste a Samara Weaving; por favor no dejen que se la robe el cine "de prestigio".
Calificación: 8
IMDb
Monday, March 9, 2020
Buffaloed
Síntomas: Peg Dahl (Zoey Deutch) soñaba desde niña con entrar al mundo de las altas finanzas; pero algunos problemas legales limitaron sus opciones, y termina como agente de cobranza en la ciudad de Búfalo, Nueva York, donde aprende rápidamente la profunda corrupción y grandes oportunidades de esa industria.
Diagnóstico: A pesar de su modesta manufactura "indie", Buffaloed comparte las mismas metas de cintas como The Laundromat, The Big Short, y hasta The Wolf of Wall Street: revelar las escandalosas interioridades de un ramo financiero donde se pueden cometer abusos perfectamente legales que afectan a miles de personas y benefician a unos cuantos. Es una fascinante lección sobre economía depredadora que, para bien o para mal, la directora Tanya Wexler (Hysteria) entrelazó con las aventuras de una protagonista irritante y estridente.
Lo cual no es un insulto contra la actriz Zoey Deutch. Por el contrario, solo con su carisma e inagotable energía es posible aceptar el bizarro comportamiento de Peg Dahl, obsesionada desde niña con el dinero (su lema es "ya no quiero intentar dejar de ser pobre, sino intentar hacerme rica"), y con suficiente astucia para cumplir sus sueños... pero sin el sentido común necesario para evitar constantes roces con la ley que ponen en peligro su futuro.
Después de cumplir una condena relativamente breve en presidio, Peg encuentra trabajo en una agencia de cobranza, donde los empleados acosan telefónicamente a individuos con deudas bancarias, médicas, estudiantiles, etc., y los convencen para pagar al menos un porcentaje del monto total. Entonces Peg descubre su talento para "vender alivio", y su nueva carrera empieza a prosperar. Pero también crece su ambición, generando rivalidades cada vez más intensas con sus peligrosos competidores.
La primera mitad de Buffaloed me gustó bastante gracias a esa gradual inmersión en un sub-mundo pseudo-criminal, impulsado por mecanismos financieros que escapan toda lógica. Los bancos prestan dinero, y cuando no pueden cobrar, venden la deuda vencida a menor costo, y le pasan el problema a alguien más. Y así se crea un trafico de deudas ajenas que terminan como "papeles" en el escritorio de agentes de cobranza dispuestos a todo para ganar su comisión. Estrictamente hablando, es un negocio legal, pero se presta para incontables ilegalidades... y ahí es donde está el dinero real.
Durante su fase didáctica, Buffaloed se siente dinámica y subversiva... un grito de rebeldía ciudadana contra la codicia de los "peces gordos" amparados por leyes injustas. Pero a la mitad de la película el enfoque cambia al melodrama personal de Peg... y ahí fue donde perdí interés. Las crisis provocadas por la excesiva ambición de la joven son demasiado predecibles, y se resuelven por métodos absurdos e inverosímiles. ¿De verdad es posible borrar una deuda quemando un simple papel? ¿No hay registros electrónicos de todo eso? ¿En serio guardan tanta evidencia en la oficina de un abogado? ¿No debería estar protegida en un recinto policíaco?
Pero, bueno... a pesar de su dudoso realismo y ocasionales incongruencias, no puedo negar que Buffaloed me hizo reír, pensar, y apreciar el talento de Zoey Deutch (algunos la recordarán por robar muchas escenas en Zombieland: Double Tap). No sé cuántas actrices podrían hacer tan simpática a una protagonista tramposa y manipuladora que solo toleramos porque es "menos peor" que sus oponentes. En papeles secundarios encontramos a la inigualable Judy Greer como Kathy, la madre de Peg; a Jermaine Fowler como el fiscal de distrito que quiere atraparla (en más de un sentido), y Jai Courtney como el temible "Wiz", líder de las cobranzas en Búfalo gracias a su absoluta falta de escrúpulos.
Al igual que The Big Short y The Laundromat, Buffaloed tiene buenas intenciones y un sardónico sentido del humor para suavizar la amarga realidad de la mafia financiera; pero, a diferencia de aquellas películas, Buffaloed no supo balancear el drama humano con la lección de economía, resultando en una experiencia a veces divertida y a veces exasperante, que podría recomendar más por su valor educativo que por su calidad narrativa. Cualquier excusa es buena para no salir perdiendo.
Calificación: 7.5
IMDb
Friday, March 6, 2020
Unidos (Onward)
Síntomas: Las comodidades de la civilización moderna extinguieron la Magia en un mundo lleno de criaturas mitológicas, donde ahora los hermanos elfos Ian y Barley Lightfoot (voces de Tom Holland y Chris Pratt) inician una aventura para buscar una gema legendaria que podría restaurar la Magia perdida.
Diagnóstico: Unidos combina tantas fórmulas que casi se convierte en algo original; pero le faltó disciplina para definir su intención, o al menos establecer un tema central con suficiente fuerza para trascender los clichés y capturar la imaginación del espectador, como hicieron las mejores obras de Pixar. En vez de eso, Unidos es otra película mediana del estudio, con hermosas imágenes, personajes prefabricados, y emociones accesibles que hacen la experiencia entretenida a corto plazo, pero a fin de cuentas olvidable. En otras palabras: Unidos acompaña a Cars, Monsters University y The Good Dinosaur en la repisa "meh" de Pixar, muy lejos del pedestal de obras maestras como Toy Story, Finding Nemo y The Incredibles.
Lo cual, desde luego, no significa que Unidos sea mala (ya quisieran muchas cintas infantiles llegar a un "meh" de Pixar). Pero es difícil ignorar el difuso desarrollo de una historia que no sabía qué hacer, y decidió hacerlo todo: melodrama familiar, relato "coming of age", fantasía heroica, "road movie", fábula didáctica, y hasta sátira social. Hay tanta variedad narrativa que no hay tiempo para aburrirse ni pensar; sin embargo, nunca sentí la visión clara y concreta de un genuino clásico.
Y ni siquiera he mencionado la búsqueda del padre fallecido, porque es demasiado bizarra y tomaría demasiado tiempo explicar. Es mejor aceptar la motivación de los hermanos Lightfoot, y acompañarlos en su previsible pero divertida aventura, donde ambos aprenderán cosas nuevas de sí mismos, del mundo, y del significado de "familia". O algo así. Como dije, hay tantas sub-tramas que podemos encontrar lecciones morales en múltiples categorías.
En el papel de Ian, Tom Holland expresa la frustración de un típico adolescente tímido e inseguro. Por el contrario, su hermano Barley es un impulsivo aficionado a los juegos de fantasía (estilo Dungeons and Dragons), lo cual a veces favorece y a veces complica la búsqueda de la Gema Fénix, uno de los escasos artefactos mágicos que aún existen en su mundo. Chris Pratt se divierte con la benigna arrogancia de Barley y el ciego optimismo que lo ayudan a tomar riesgos absolutamente incomprensibles para su aprensivo hermano. Si Unidos se hubiera estrenado en el año 2010, las voces serían de Michael Cera y Jack Black. Pero estamos en el 2020, lo cual significa Starlord y Peter Parker. Nada mal. En papeles secundarios de variable importancia los acompañan Julia Louis-Dreyfus, Octavia Spencer, Mel Rodriguez, Tracy Ullman y el inevitable cameo de John Ratzenberger, quien ha prestado su voz a todas las películas de Pixar. Es como el amuleto humano del estudio.
Y si la aventura de los hermanos Lightfoot se vuelve monótona, siempre nos queda admirar la tradicional atención al detalle de Pixar. Prácticamente en cada escena podemos perdernos en la delicada paleta de color, los efectos atmosféricos, y los traviesos chistes visuales que apenas captamos en el cine ("Swamp Gas", "Mountain Doom"), porque fueron diseñados para fans obsesivos que verán la película cuadro por cuadro en sus monitores 4K.
Yo no soy uno de esos fans (aunque me gustaría examinar los parches de bandas de rock en el chaleco de Barley), sino un espectador casual que disfrutó Unidos más por el humor y la técnica que por la odisea emocional de los protagonistas. Sin embargo, pensando en los niños cuya idea de "magia" empieza y termina con Harry Potter, creo que Unidos podría abrirles las puertas a un universo rico y variado de fantasía "clásica", listo para ser explorado por una nueva generación. Tal vez esa fue la intención del director Dan Scanlon, y solo me di cuenta hasta el final. Como dicen, no vi el bosque por tantos árboles.
Finalmente, se me ocurre que Unidos podría servir también como metáfora del estudio Pixar... sienten que la tecnología les robó la magia narrativa de antaño, y están buscando la manera de restaurarla. Espero sinceramente que lo logren, y que encuentren su "Gema Fénix", sea cual sea su forma. Algunos dirían que era John Lasseter... pero quiero pensar que siempre habrá nuevos y mejores magos para continuar la labor de los fundadores. Solo necesitan quitarse el miedo, como Ian, y tomar más riesgos, como Barley.
Calificación: 8
IMDb
Thursday, March 5, 2020
Snatchers
Síntomas: Después de una noche de pasión con su novio, Sara Steinberg (Mary Nepi) descubre que está embarazada. Pero lo que se está gestando en su vientre no es humano.
Diagnóstico: La mejor manera de describir Snatchers es "Booksmart con monstruos", lo cual me parece una idea fantástica.
Es difícil hacer una auténtica "comedia de terror" sin perder el balance entre ambos géneros, pero los directores/escritores Stephen Cedars y Benji Kleiman encontraron el punto exacto para hacernos reír consistentemente sin reducir la tensión que inspira la situación de Sara (Mary Nepi), no solo preocupada por las repercusiones sociales de un embarazo adolescente, sino por la pesadilla biológica que crece en su útero.
Para empezar, el aspecto cómico es realmente gracioso gracias a la chispeante interacción entre Sara y su ex-mejor amiga Hayley (Gabrielle Elyse), con quien se distanció cuando la popularidad en la escuela se volvió más importante que sus sesiones de Magic The Gathering. Pero ahora, cuando Sara se encuentra en estado "delicado" y potencialmente mortal, no puede confiar en sus amigas "populares", y recurre a Hayley. Y así, mientras resuelven el misterio del feto mutante, tratan de revivir la amistad perdida. Obviamente lo segundo será más difícil que lo primero.
Por el lado del horror, el origen de la criatura se siente vago y arbitrario (a pesar de la explicación por medio de un códice maya durante los créditos iniciales), pero genera abundantes oportunidades de explotar cráneos, desmembrar víctimas, y crear escenas sangrientas que revelan la gravedad de una infección que podría extenderse al resto de la humanidad. Los efectos especiales son relativamente buenos a pesar de su reducido presupuesto, con algunas soluciones muy creativas a los retos técnicos del género. Claro, algunas escenas de Snatchers me recordaron las arañas de plástico en Horrors of Spider Island (lo cual no es bueno); pero el final se redime con un excelente monstruo mitad práctico y mitad digital que evoca las creaciones de los Hermanos Hildebrandt en The Deadly Spawn (lo cual definitivamente fue positivo).
Sin embargo, lo mejor de Snatchers no es el "gore", sino la dinámica de Sara y Hayley mientras enfrentan múltiples crisis (algunas internas y otras externas) que involucran a sus amigos y familiares, incluyendo a Dave (Rich Fulcher), el veterinario local que se convierte en ginecólogo improvisado cuando la situación lo requiere; el Oficial Ruiz (Nick Gomez), comprensivo y tolerante, pero no tanto como para aceptar las descabelladas explicaciones de las muchachas sobre la masacre en el hospital local; y Kate (J.J. Nolan) es la madre (extremadamente joven) de Sara, que no quiere ver a su hija cometiendo los mismos errores de su juventud. A diferencia de otras películas de horror, los personajes secundarios son simpáticos e interesantes, y queremos verlos sobrevivir en vez de convertirse en víctimas inmediatas de la criatura... o criaturas. Y, desde luego, no puede faltar una escena post-créditos que nos invita a especular sobre una posible secuela, lo cual me gustaría mucho, siempre y cuando conserven el mismo nivel de humor y exuberante energía que me hizo reír más que cualquier comedia en meses recientes ("Estamos haciendo 'smoothies'").
Por el lado negativo, la mitología de Snatchers se siente un poco improvisada, y el final abrupto y arbitrario deja demasiadas preguntas sin respuesta. Afortunadamente los aciertos superan las fallas, consagrando Snatchers como "joya oculta" que podría recomendar para devotos del horror juvenil con adecuada tolerancia a los inevitables caprichos del sub-género. Habiendo dicho eso, no la recomendaría para detractores de Booksmart, ya que maneja similares temas de amistad y "girl power" que no toda la gente quiere incorporar a su dieta de horror. Perfectamente válido... pero se estarán perdiendo de una de las "comedias de terror" más divertidas del año. Y del ultrasonido más sangriento del siglo.
Calificación: 8.5
IMDb
Wednesday, March 4, 2020
Superman: Red Son
Síntomas: ¿Qué pasaría si la nave de Kal-El (voz de Jason Isaacs) hubiera caído en Rusia en vez de los Estados Unidos?
Diagnóstico: Después de Gotham by Gaslight, la novela gráfica Superman: Red Son (publicada en el 2003) es la historia más famosa de la colección "Elseworlds", donde se proponían nuevas y exóticas alternativas de los personajes de DC Comics (algo así como el "What If" de Marvel, pero más ambicioso y experimental). Y ahora, me complace decir que la adaptación animada Superman: Red Son iguala o supera al comic, condensando la trama sin sacrificar sus temas, y modernizando el análisis de varios sistemas políticos desde un punto de vista "superheroico", pero al mismo tiempo muy humano y objetivo. Claro, tal vez los cambios implementados por el director Sam Liu (redimiéndose por la mediocre Wonder Woman: Bloodlines) podrían molestar a los fans del comic, lo cual es perfectamente válido; sin embargo, en mi humilde opinión, Superman: Red Son respetó la intención de sus creadores originales (Mark Millar, Dave Johnson y Killian Plunket) y conservó el vistoso estilo gráfico de la propaganda soviética para revelar inesperadas facetas de personajes que creíamos conocer perfectamente bien... hasta que renacen (figurativamente) en un entorno muy distinto del "American Way".
Haciendo a un lado las comparaciones, Superman: Red Son desarrolla lógicamente el concepto de un Superman Soviético (voz de Jason Isaacs) bajo las órdenes de Joseph Stalin (voz de William Salyers), quien prácticamente lo adoptó desde niño como su propio hijo (por cierto, uno de los cambios más grandes respecto al comic es la ausencia del hijo real de Stalin... pero no lo extrañé en lo más mínimo). Y así, Stalin cultiva a Superman como símbolo del Comunismo y manifestación física del poder del proletariado, gracias al cual la Unión Soviética obtiene avances en infraestructura y tecnología que la convierten en la mayor potencia del planeta.
Hablando de "planeta"... en América la situación es menos optimista. Lois Lane (voz de Amy Acker) trabaja para el Daily Planet, y Lex Luthor (voz de Diedrich Bader) es un genio científico... pero ahí terminan las similitudes. Afortunadamente Superman no hace distinciones entre ideologías ni naciones: él simplemente quiere ayudar a quienes lo necesitan. Aunque desde luego no todos aceptarán la ayuda de un comunista volador con el emblema de la hoz y martillo sobre su pecho.
A diferencia de otras cintas del Universo Animado de DC Comics, Superman: Red Son tiene sobresaliente animación y excelente diseño de producción, inspirado en el icónico arte de Dave Johnson y Killian Plunkett. Los actores de voz hacen un gran trabajo, en particular Jason Isaacs como el Superman Soviético. Me gustó mucho su ambivalencia moral, y hasta escuché en sus parlamentos ecos del Capitán Lorca (de Star Trek: Discovery)... otro líder de cuestionable virtud y cínica visión del mundo. También merecen mención Phil Morris como James Olsen, Paul Williams como Brainiac, y Jim Meskimen como Dwight Eisenhower... ¡y John F. Kennedy!
Superman: Red Son podría haber sido un previsible panfleto demagógico sobre los peligros del Comunismo y las virtudes del Capitalismo... pero Sam Liu y Mark Millar reconocieron el potencial de la premisa para denunciar la corrupción y codicia que tienden a arruinar cualquier doctrina social, por utópica que parezca. Y si bien las hazañas de Superman inspiran al pueblo, siempre habrá disidentes que comprenden la diferencia entre "libertad" e "independencia". Por otro lado, nadie quiere pasar hambre.
Calificación: 8.5
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Monday, March 2, 2020
Black and Blue
Síntomas: La Oficial Alicia West (Naomie Harris) es testigo de un asesinato cometido por policías corruptos, y debe escapar para denunciar a los culpables. Pero no será fácil en la ciudad de Nueva Orleans, profundamente dividida por diferencias raciales, culturales y económicas.
Diagnóstico: Black and Blue es una "B-Movie" tan bien ejecutada que no necesita un argumento creativo o innovador. El director Deon Taylor toma en serio la premisa, pero sabe que está reciclando las mismas ideas de incontables thrillers policíacos sobre honor, lealtad, y las inevitables disyuntivas morales que surgen durante el cumplimiento del deber. Y por eso eligió adornar la historia con la sub-trama de conflicto racial en Nueva Orleans, una de las ciudades más afectadas por el Huracán Katrina del 2005. En resumen: un desfile de clichés que funciona mejor de lo que cualquiera esperaría, gracias al trabajo de Taylor, su capaz reparto, y su sincera (aunque trillada) conciencia social.
Naomie Harris interpreta a Alicia West, policía novata, pero no incompetente. Hace diez años escapó de los mismos barrios pobres de Nueva Orleans que ahora patrulla con su compañero Kevin (Reid Scott); sin embargo sus antiguos vecinos no la reciben con gusto, sino con resentimiento. Alicia hizo un gran esfuerzo por salir de la pobreza y forjar una nueva vida, pero ellos la ven como una traidora que abandonó sus raíces para aliarse con el "enemigo". Y con tantos policías racistas que acosan sin motivo a la población africana-americana, tal vez está justificada la desconfianza de la gente.
Además de ese tensa situación personal, Alicia descubre una conspiración que la pone en la mira de criminales dispuestos a eliminarla para evitar que transmita el video grabado en la cámara de su uniforme. Entonces, sin saber en quién puede confiar, Alicia intenta sobrevivir en las calles de Nueva Orleans mientras todos la persiguen.
Como dije: nada nuevo, pero bien dirigido por Deon Taylor y eficientemente filmado por el cinematógrafo Dante Spinotti para sacar máximo provecho del devastado entorno urbano, muy lejano de la imagen turística de Nueva Orleans. Black and Blue no utiliza la pintoresca Bourbon Street, ni el fotogénico "bayou", sino las áreas más devastadas de la ciudad, muchas de ellas abandonadas desde hace quince años, y con pocas esperanzas de reconstrucción. Es algo similar a lo que hicieron con Detroit en Lost River; pero en Black and Blue la ciudad de Nueva Orleans no es solo atmósfera, sino una tragedia tangible y real que enmarca la persecución de Alicia.
Hablando de lo cual, las actuaciones son buenas, aunque tampoco se desvían de la fórmula. En el papel de Alicia, Naomie Harris (la nueva Moneypenny en las películas de James Bond) oculta su acento británico, y nos muestra a una policía atormentada por decisiones contraproducentes a pesar de sus buenas intenciones. Tyrese Gibson interpreta a "Mouse", dependiente de una tienda que se involucra accidentalmente en los problemas de Alicia; Mike Colter (Luke Cage) es un líder criminal que podría o no formar parte de la gran conspiración. Y, en vista de sus múltiples roles como villano, supongo que no es "spoiler" identificar a Frank Grillo como Malone, el policía corrupto que inicia todo el problema. Incluso cuando le dan papeles de "bueno" (como en The Purge: Election Year y Beyond Skyline), siempre es el anti-héroe de dudosa moralidad.
Con todos esos elementos Deon Taylor construye una narrativa lógica y consistente (la mayor parte del tiempo), distribuyendo drama y acción en las proporciones correctas para ayudarnos a olvidar que ya vimos todo esto en muchas otras ocasiones. Por el lado negativo, el final se extiende más de la cuenta y recurre a múltiples "deus ex machina" para elevar el drama, lo cual me pareció innecesario. Fuera de eso, Black and Blue es un recomendable "thriller con mensaje" donde retórica y acción se complementan sin estorbarse demasiado, y sin sacrificar el suspenso indispensable para capturar nuestra atención. Los únicos que no estarán de acuerdo son los miembros de la Cámara de Turismo de Nueva Orleans... la cinta no inspira muchas ganas de visitar su convaleciente ciudad.
Calificación: 8
IMDb