Wednesday, March 18, 2020
Come to Daddy
Síntomas: Norval Greenwood (Elijah Wood) visita a su padre (Stephen McHattie) por primera vez en treinta años, pero la reunión termina en tragedia, y Norval descubre algunos peligrosos secretos familiares.
Diagnóstico: Después de participar como productor en algunas de las mejores cintas de horror neozelandesas (como Deathgasm, Housebound y Turbo Kid), Ant Timpson hace su debut como director en Come to Daddy, un excéntrico relato familiar con suficiente sangre y humor negro para satisfacer a los fans del cine "raro", pero sin descuidar un núcleo dramático sustentado por emociones universales. En resumen: un reencuentro entre padre e hijo más peligroso y disfuncional que cualquier telenovela mexicana.
Elijah Wood interpreta a Norval como un "hipster" con delirios de grandeza que utiliza sus cuestionables triunfos profesionales (aparentemente trabaja como DJ y promotor musical) para ocultar sus profundas inseguridades, muchas de ellas provocadas por el abandono paterno que sufrió en su infancia. Entonces, cuando Norval recibe una carta de su padre (Stephen McHattie) invitándolo a su remota casa de playa ("Parece un OVNI de los años sesentas"), Norval acude lleno de esperanzas... pero su padre rechaza su presencia, lo humilla, y hasta lo agrede, primero verbalmente y luego... bueno, digamos que las cosas se complican, lo cual conduce al descubrimiento de graves secretos sobre el pasado de la familia. Y, desde luego, eventualmente habrá una sangrienta confrontación que cambiará para siempre sus vidas.
Sin embargo, como dije al principio, Timpson suaviza la tensión con un sardónico sentido del humor que transforma las trágicas revelaciones en sorpresas (semi)cómicas, poniendo a prueba el frágil ego de Norval y obligándolo a madurar para afrontar situaciones cada vez más descabelladas... pero rigurosamente lógicas gracias a la disciplina del guionista Toby Harvard.
Este tipo de papel se ha vuelto normal para Elijah Wood, quien parece buscar proyectos fuera del "mainstream" para borrar la imagen que adquirió en la trilogía de The Lord of the Rings. En cintas como Cooties, I Don't Feel at Home in This World Anymore y ahora Come to Daddy, Wood explora el lado oscuro de personajes ambiguos e incluso desagradables... pero su carisma de estrella de cine le permite adoptar actitudes extremas sin perder la simpatía del público.
Por su parte, Stephen McHattie (Rabid, The Tall Man) aprovecha su imponente presencia física (no porque sea muy grande, sino por la intensidad que proyecta) para sugerir la amenaza inminente de un hombre abatido por la vida, pero con suficiente astucia para encontrar los puntos débiles de su enemig... perdón, de su hijo, y atacar cuando menos lo espera.
Los acompañan en papeles breves pero esenciales Madeleine Sami, Garfield Wilson, Michael Smiley y Martin Donovan (otro excelente actor de carácter cuyo rostro es instantáneamente reconocible, aunque no siempre recordemos su nombre). Smiley en particular tiene interacciones divertidas/horribles con Wood, y hacen buena pareja dispareja.
Por el lado negativo... creo que Ant Timpson es mucho mejor productor que director. Su habilidad para reconocer talento y creatividad le permitió reunir excelentes ingredientes para una película única y especial; pero la ejecución resultó demasiado blanda para hacer justicia al bizarro tono del material. En otras palabras, Come to Daddy hubiera sido un clásico moderno de horror psicológico en manos de un director con una visión más contundente (se me ocurren Jeremy Saulnier, Greg McLean o Coralie Fargeat). Y si bien Ant Timpson hizo un trabajo decente en Come to Daddy, la experiencia global no fue tan satisfactoria como prometía su ingeniosa premisa y competente reparto. Aún así, Come to Daddy cuenta una historia impredecible y entretenida, al mismo tiempo que establece un nuevo estándar para personajes con "daddy issues". Será difícil que le roben la corona a Norval.
Calificación: 8
IMDb
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