Monday, March 9, 2020
Buffaloed
Síntomas: Peg Dahl (Zoey Deutch) soñaba desde niña con entrar al mundo de las altas finanzas; pero algunos problemas legales limitaron sus opciones, y termina como agente de cobranza en la ciudad de Búfalo, Nueva York, donde aprende rápidamente la profunda corrupción y grandes oportunidades de esa industria.
Diagnóstico: A pesar de su modesta manufactura "indie", Buffaloed comparte las mismas metas de cintas como The Laundromat, The Big Short, y hasta The Wolf of Wall Street: revelar las escandalosas interioridades de un ramo financiero donde se pueden cometer abusos perfectamente legales que afectan a miles de personas y benefician a unos cuantos. Es una fascinante lección sobre economía depredadora que, para bien o para mal, la directora Tanya Wexler (Hysteria) entrelazó con las aventuras de una protagonista irritante y estridente.
Lo cual no es un insulto contra la actriz Zoey Deutch. Por el contrario, solo con su carisma e inagotable energía es posible aceptar el bizarro comportamiento de Peg Dahl, obsesionada desde niña con el dinero (su lema es "ya no quiero intentar dejar de ser pobre, sino intentar hacerme rica"), y con suficiente astucia para cumplir sus sueños... pero sin el sentido común necesario para evitar constantes roces con la ley que ponen en peligro su futuro.
Después de cumplir una condena relativamente breve en presidio, Peg encuentra trabajo en una agencia de cobranza, donde los empleados acosan telefónicamente a individuos con deudas bancarias, médicas, estudiantiles, etc., y los convencen para pagar al menos un porcentaje del monto total. Entonces Peg descubre su talento para "vender alivio", y su nueva carrera empieza a prosperar. Pero también crece su ambición, generando rivalidades cada vez más intensas con sus peligrosos competidores.
La primera mitad de Buffaloed me gustó bastante gracias a esa gradual inmersión en un sub-mundo pseudo-criminal, impulsado por mecanismos financieros que escapan toda lógica. Los bancos prestan dinero, y cuando no pueden cobrar, venden la deuda vencida a menor costo, y le pasan el problema a alguien más. Y así se crea un trafico de deudas ajenas que terminan como "papeles" en el escritorio de agentes de cobranza dispuestos a todo para ganar su comisión. Estrictamente hablando, es un negocio legal, pero se presta para incontables ilegalidades... y ahí es donde está el dinero real.
Durante su fase didáctica, Buffaloed se siente dinámica y subversiva... un grito de rebeldía ciudadana contra la codicia de los "peces gordos" amparados por leyes injustas. Pero a la mitad de la película el enfoque cambia al melodrama personal de Peg... y ahí fue donde perdí interés. Las crisis provocadas por la excesiva ambición de la joven son demasiado predecibles, y se resuelven por métodos absurdos e inverosímiles. ¿De verdad es posible borrar una deuda quemando un simple papel? ¿No hay registros electrónicos de todo eso? ¿En serio guardan tanta evidencia en la oficina de un abogado? ¿No debería estar protegida en un recinto policíaco?
Pero, bueno... a pesar de su dudoso realismo y ocasionales incongruencias, no puedo negar que Buffaloed me hizo reír, pensar, y apreciar el talento de Zoey Deutch (algunos la recordarán por robar muchas escenas en Zombieland: Double Tap). No sé cuántas actrices podrían hacer tan simpática a una protagonista tramposa y manipuladora que solo toleramos porque es "menos peor" que sus oponentes. En papeles secundarios encontramos a la inigualable Judy Greer como Kathy, la madre de Peg; a Jermaine Fowler como el fiscal de distrito que quiere atraparla (en más de un sentido), y Jai Courtney como el temible "Wiz", líder de las cobranzas en Búfalo gracias a su absoluta falta de escrúpulos.
Al igual que The Big Short y The Laundromat, Buffaloed tiene buenas intenciones y un sardónico sentido del humor para suavizar la amarga realidad de la mafia financiera; pero, a diferencia de aquellas películas, Buffaloed no supo balancear el drama humano con la lección de economía, resultando en una experiencia a veces divertida y a veces exasperante, que podría recomendar más por su valor educativo que por su calidad narrativa. Cualquier excusa es buena para no salir perdiendo.
Calificación: 7.5
IMDb
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