Sunday, May 26, 2019
Desastre en París (Just a Breath Away - Dans la Brume)
Síntomas: Una neblina mortal se extiende por la ciudad de París después de un terremoto, exterminando a casi toda la población. Mathieu (Romain Duris) y su esposa Anna (Olga Kurylenko) logran sobrevivir refugiándose en el piso más alto de su edificio, por encima del nivel que alcanzó la neblina. Pero su hija Sarah (Fantine Harduin) quedó atrapada en el segundo piso, dentro de una cámara de oxígeno que necesita para vivir.
Diagnóstico: A primera vista, la premisa de Desastre en París parece original (¡neblina mortal!), pero su desarrollo incluye todos los clichés del "cine apocalíptico" que hemos visto en décadas recientes: una ciudad devastada, sobrevivientes desesperados, y una vaga amenaza cuyas características fluctúan según las necesidades de cada escena. La neblina amarilla que cubre a París podría reemplazarse por zombies, aliens o una epidemia, y la película sería más o menos igual: amenazas intercambiables dentro de un formato pre-establecido (de hecho, hace poco se estrenó La Nuit a Dévoré le Monde, una cinta francesa de zombies con una estructura casi idéntica).
Pero incluso con un bajo nivel de originalidad, Desastre en París logra entretener al espectador poco exigente (como yo) con noventa minutos de tensión, arriesgadas incursiones en la ciudad desierta (excepto por los cadáveres), y el prefabricado melodrama familiar de Mathieu y Anna tratando de rescatar a su hija adolescente, quien (¡que conveniente!) vive en una cápsula sellada debido a una rara condición médica.
Romain Duris interpreta un adecuado "hombre ordinario en circunstancias extraordinarias", con ocasional ingenio en momentos de crisis, pero sin parecer uno de esos héroes infalibles del cine hollywoodense. Olga Kurylenko (una de mis actrices favoritas)(categoría: B-Movies) tiene uno de los papeles más cálidos y maternales de su carrera... aunque la prefiero en roles de acción, o al menos de terror (de cualquier modo me gustó hablando francés). Finalmente, Fantine Harduin interpreta a Sarah, el "mcguffin" humano que motiva a sus padres para internarse en la niebla asesina.
Hablando de lo cual, los efectos especiales son simples, pero muy bien realizados. La densa neblina amarilla (a fin de cuentas un fluido) inunda la ciudad y oculta las calles, dejando visibles los pisos altos de los edificios y creando una nueva y bizarra "arcología" (geología arquitectónica) que redibuja el rostro de la 'Ciudad Luz". Buen trabajo del estudio Oblique FX, y del supervisor de efectos prácticos Georges Dmétrau, quien se encargó de la neblina real. Por otro lado, la "ciencia" en este relato de ciencia ficción es ridícula. La neblina se comporta como le conviene al guionista, y el gran misterio de su origen nunca se resuelve satisfactoriamente. Además, al final nos espera un "twist" al estilo de The Twilight Zone que encontré absolutamente inverosímil... aunque debo aceptar que fue consistente con las pistas que el director dejó a lo largo de la trama.
Por lo demás, Desastre en París recorre territorio bien conocido, con un poco de acción, un poco de violencia, y el inevitable drama emocional de los padres luchando por salvar a su hija. Creo que una catastrófica situación como la que retrata Desastre en París podría generar historias más interesantes, pero, bueno... ésta fue la que eligió contarnos el director Daniel Roby. Y si bien el resultado no fue malo, tampoco me pareció particularmente recomendable, excepto para conocedores del cine apocalíptico, y para fans de Olga Kurylenko. Aunque, francamente, podrían ahorrarse la experiencia, y ver de nuevo Momentum.
Calificación: 7
IMDb
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