Sunday, October 4, 2020

Dogs Don't Wear Pants (Koirat Eivät Käytä Housuja)



Sintomas: El Dr. Juha (Pekka Strang) nunca se recuperó por la muerte de su esposa, y se está distanciando cada vez más de su hija adolescente. Entonces descubre el mundo del sado-masoquismo, y su vida empieza a mejorar. O tal vez a empeorar.

Diagnóstico: Con frecuencia menciono el "balance" en una película como algo positivo: balance entre drama y acción, entre horror y comedia, entre estilo y sustancia, etc. Sin embargo, el lado negativo del balance es que puede volver una película demasiado homogénea, diluyendo sus mejores elementos y perdiendo su identidad original.
Creo que eso ocurrió con la cinta finlandesa Dogs Don't Wear Pants (en mi humilde opinión), pues si bien conserva deliciosos momentos de drama, thriller y comedia, nunca se decide por lo que quiere ser. Afortunadamente no fue un problema fatal, y aún es posible disfrutar sus excéntricos personajes y sentido del humor; pero definitivamente me hubiera gustado más si mostrara mayor compromiso con su subversiva premisa.
Desde luego la trama se complica más de lo que sugiere la sinopsis. El Dr. Juha (Pekka Strang) lleva una vida gris y rutinaria, operando pacientes, fingiendo cordialidad con sus compañeros de trabajo, y tratando de ser un buen padre para su hija Elli (Ilona Huhta). Pero la melancolía de perder a su esposa nunca disminuyó, a pesar de que ya pasaron muchos años. Entonces Juha es accidentalmente confundido con el cliente de una "dominatrix" llamada Mona (Krista Kosonen); y, después del terror inicial, el doctor descubre que disfruta el dolor y la humillación de una relación sado-masoquista... pero no en el nivel sexual, sino emocional.
Durante su caprichoso desarrollo, Dogs Don't Wear Pants oscila entre distintos géneros. Como drama familiar retrata la crisis de un padre y su hija adolescente. Juha tiene buenas intenciones y Elli parece una joven normal, pero existe un abismo entre ambos como consecuencia de la tragedia que cambió sus vidas. Hubiera sido interesante explorar las causas de ese bloqueo tan persistente en su crecimiento personal... pero el director J-P Valkeapää prefiere ignorar el origen para enfocarse en la solución.
Dicha solución se presenta cuando Juha descubre los "placeres" del sado-masoquismo, iniciando una especie de "comedia-negra romántica" que contrasta la estéril y ordenada vida del cirujano con los ruidosos clubs "underground" donde Mona recibe a sus clientes. Afortunadamente Dogs Don't Wear Pants reemplaza el fallido erotismo "alternativo" de Fifty Shades of Grey con un perverso sentido del humor que satiriza las contradicciones (y tal vez las similitudes) entre los extremos que se atraen.
Y, cuando las cosas se vuelven más serias, entramos al territorio de un fascinante thriller psicológico donde el peligro es real, el placer puede convertirse en obsesión, y la obsesión en crimen. Sin embargo el director prefiere conservar un tono ligero y optimista, sin atreverse a profundizar en el sórdido sub-mundo de Mona, ni en la creciente manía de Juha.
No sé si Dogs Don't Wear Pants hubiera sido una mejor película llevando más lejos cualquiera de sus aspectos narrativos; pero incluso con una perspectiva superficial ofrece un mensaje positivo que no juzga ni censura los fetiches personales; simplemente nos invita a respetar las emociones ajenas, y aceptar que el placer y el sufrimiento (físico o mental) no tienen definiciones absolutas, sino relativas. Es una simple verdad que no requiere látigos ni látex; solo un poco de tolerancia y mucho "tecno" finlandés.
Calificación: 7.5

IMDb

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