Thursday, October 31, 2019
The Dead Center
Síntomas: Un hombre muere en la ambulancia en camino al hospital, y los paramédicos trasladan su cuerpo a la morgue. Pero el hombre despierta, y el Dr. Daniel Forrester (Shane Carruth) tendrá que resolver el misterio del paciente desconocido.
Diagnóstico: Sí, el director de Primer y Upstream Color es el actor principal de esta película... lo cual resulta apropiado, ya que The Dead Center (al igual que aquellas cintas) es una obra sobria y cerebral, que destila los ingredientes del horror en su forma más pura, y los convierte en diálogos y actuaciones más impactantes que cualquier efecto "gore" o criatura digital.
Esto significa que, inevitablemente, The Dead Center es una película lenta y metódica, libre de los clichés del horror comercial. No hay "sustos" innecesarios, los personajes no son caricaturas exageradas para su fácil asimilación, y las preguntas que plantea el libreto no se responden de manera cómoda y puntual. Aún así me gustó mucho... pero no puedo negar que me hizo bostezar en un par de ocasiones.
Afortunadamente el director y guionista Billy Senese reconoce el parsimonioso ritmo de su película, y se asegura de distribuir estratégicamente los momentos de tensión y las revelaciones que renuevan nuestro interés (al menos el mío) por el fascinante misterio que enfrenta el Dr. Forrester (Shane Carruth) y el Oficial Forense Edward Graham (Bill Feehely), quien conduce paralelamente su propia investigación sobre el "cadáver" desaparecido. Entonces, mientras el Dr. Forrester explora la psicología del paciente catatónico para averiguar de dónde salió y cuál es la naturaleza de su condición, el Oficial Graham se encarga del más prosaico (aunque igualmente interesante) aspecto "físico" del misterio... cómo se llamaba el difunto, por qué estaba en una ambulancia, y dónde podría estar su cuerpo. Así, el espectador puede ir resolviendo el acertijo en su propia imaginación, y experimentar el suspenso de saber antes que los personajes lo que realmente ocurre... que desde luego no es bueno.
Otro acierto de Senese fue crear personajes honestos y realistas, utilizando arteros detalles para desarrollar su carácter sin perder el tiempo en explicaciones. Así podemos apreciar las buenas intenciones del Dr. Forrester, quien quisiera ayudar a todo el mundo sin considerar la responsabilidad legal y limitaciones económicas del hospital. Por eso tiene frecuentes discusiones con Sarah Grey (Poorna Jagannathan), la administradora encargada de supervisar la conducta del personal y evitar riesgos innecesarios para los pacientes... o, peor aún, una demanda contra el hospital. Shane Carruth y Poorna Jagannathan tienen excelente química como rivales profesionales atrapados en un conflicto ético que la ciencia no puede diagnosticar. Por su parte Jeremy Childs muestra increíble intensidad como el lacónico paciente que podría tener serios problemas mentales... o algo más extraño y peligroso. Como dije, prácticamente todo el horror de The Dead Center se transmite con actuaciones, sonidos y silencios, y Childs es parte integral de ese logro, en colaboración con el cinematógrafo Andy Duensing y el diseñador de audio Russell Mehringer.
The Dead Center no es una película comercial, pero tiene mucho que enseñarle a las cintas "de estudio" sobre atmósfera, tensión, y genuino horror, por lo cual merece una entusiasta recomendación para espectadores en busca de algo distinto y especial. Y si bien Shane Carruth resultó ser un buen actor... ojalá regrese pronto a su oficio de director. Ya quiero ver su siguiente película. Y lo mismo aplica a Billy Senese; necesitamos confirmar que no fue "one hit wonder".
Calificación: 8.5
IMDb
Wednesday, October 30, 2019
Trick
Síntomas: Durante una fiesta de Halloween, el joven Patrick "Trick" Weaver (Thom Niemann) enloquece y ataca violentamente a sus amigos, matando a algunos e hiriendo a otros. La Alguacil Jayne (Ellen Adair) y el Detective Denver (Omar Epps) logran capturarlo, pero "Trick" escapa y, después de recibir varios disparos, cae a un río. Naturalmente todos asumen que se ahogó.... hasta el siguiente Halloween, cuando los asesinatos se repiten.
Diagnóstico: Entre los variados sub-géneros del horror, el cine "slasher" es uno de los más menospreciados, y quizás con buena razón, ya que su estructura tiende a ser monótona y previsible, ofreciendo solo muertes sangrientas y un cierto nivel de misoginia.
Sin embargo, de vez en cuando es posible encontrar cintas "slasher" inesperadamente creativas que utilizan los mismos ingredientes para cocinar algo fresco y diferente (algunos de mis ejemplos favoritos: You Might Be the Killer, Tragedy Girls y Happy Death Day).
Y cuando eso no es posible... podemos consolarnos con cintas como Trick, un mediano "slasher" ligeramente superior al promedio gracias al enigmático misterio que compensa (hasta cierto punto) una tosca ejecución y un libreto dividido en sub-tramas insulsas e innecesarias (por ejemplo, los antipáticos estudiantes de la "high school" local... apenas sirven como víctimas desechables, y parece un error gastar tiempo en sus melodramas personales). En vista del veterano director de Trick, yo esperaba algo más interesante, pero eh... no estuvo mal para un estreno de Halloween.
Patrick Lussier empezó como editor de Wes Craven (Scream, Red Eye); después dirigió algunas cintas directas a video (White Noise 2: The Light), y eventualmente tuvo modestos éxitos de taquilla con el re-make de My Bloody Valentine y Drive Angry, ganando moderada confianza de los fans del horror (como yo). Por su parte, el guionista Todd Farmer adquirió (cuestionable) fama con el libreto de Jason X (en lo personal me gustó mucho, pero por algo dije "cuestionable"). Y ahora la colaboración de estos "Masters of Horror Lite" dio como resultado un "slasher" entretenido, aunque olvidable.
Algunos "slashers" ocultan la identidad del asesino para despertar nuestra curiosidad; otros utilizan un esquema de venganza que requiere muchas explicaciones antes de llegar a "lo bueno". Por el contrario, Trick empieza con brutal violencia, y revela de inmediato la identidad del asesino enmascarado. De hecho, lo desenmascaran en los primeros minutos... y ahí es donde empieza el auténtico misterio.
El Detective Denver (Omar Epps) cree que el joven sobrevivió sus considerables heridas con ayuda de alguna influencia sobrenatural. Sin embargo la Alguacil Lisa Jayne (Ellen Adair) sospecha que los nuevos asesinatos fueron cometidos por un imitador de Trick, quien se convirtió en un "meme" viral después de aquella fatídica fiesta. ¿Quién tendrá la razón? Y así la trama se complica con numerosas víctimas, escapes inexplicables del asesino, y ataques cada vez más audaces... como si Trick estuviera retando a los policías que lo capturaron la primera vez.
La solución del misterio añade relevancia al cliché del asesino serial en el contexto de la sociedad ultra-conectada que estamos viviendo. En el aspecto técnico, Lussier vuelve confusa la violencia con excesiva "shaky cam", pero al menos derrama abundante sangre con ayuda del supervisor de efectos Gary J. Tunnicliffe (Ginger Snaps, Feast), así que Trick dejará satisfechos a los fans del "gore". Y aunque el libreto de Todd Farmer tiende a divagar entre tres protagonistas, al menos encuentra una buena excusa para reunirlos durante la satisfactoria conclusión que me dejó con ganas de una secuela. Pero más corta y concisa, por favor.
Omar Epps y Ellen Adair tienen buena química como policías con distintos estilos cooperando para capturar al asesino (ya sea humano o demonio); y Kristina Reyes es una "chica final" inteligente y segura que puede defenderse por sí misma. En resumen: Trick tenía buenas ideas para subvertir la fórmula del cine "slasher", pero se tropezó con su propia ambición (y excesivos personajes). De cualquier modo admiro que Lussier haya intentado algo diferente, no tan ingenioso como la obra de su mentor (Wes Craven), pero suficientemente innovador para resaltar entre el montón. Y, ¿mencioné que es Halloween?
Calificación: 7
IMDb
Monday, October 28, 2019
Eli
Síntomas: El niño Eli Miller (Charlie Shotwell) sufre una rara deficiencia inmunológica que lo obliga a vivir en una burbuja de plástico. Pero todo podría cambiar con el tratamiento experimental de la Dra. Horn (Lily Taylor), el cual se administra en su laboratorio privado, ubicado en una remota mansión... que quizás está embrujada.
Diagnóstico: Es una rara combinación, pero funcionó mejor de lo que esperaba. Por un lado, el drama médico de los padres en busca de una cura para su hijo. Y por otro lado, el horror del niño que ve fantasmas y nadie le cree. Excepto la niña con la que platica ocasionalmente, y que también podría ser un fantasma.
Perdón; me estoy adelantando.
Eli es otra película de horror exclusiva de Netflix capaz de competir con las producciones de los grandes estudios... lo cual podría tomarse igualmente como insulto y como halago. Pero por lo menos Eli demuestra que los estándares artísticos del "streaming" están evolucionando a la par del modelo económico, exactamente como ocurrió con el cine "directo a video" del siglo pasado. Al principio era basura que nadie quería comprar; y gradualmente se convirtió en terreno fértil para la experimentación, lo cual atrajo a cineastas con nuevas ideas que no requerían grandes inversiones de dinero para producirse. Entonces, bajo el indulgente criterio de "estreno directo a DVD en 1999", puedo decir que Eli me pareció entretenida y bien actuada, con el beneficio adicional de un interesante concepto, y un excelente "twist" que no tiene mucho sentido en retrospectiva, aunque ciertamente desafía nuestras expectativas (al menos las mías) y ayuda a terminar la película con alto nivel de energía, en vez de desinflarse a la mitad, como ocurre con muchas de aquellas cintas "de estudio" que mencioné hace un momento.
El primer acto de Eli establece la desesperada situación de la familia Miller. La condición de Eli provoca fuertes reacciones alérgicas a los contaminantes del medio ambiente; y, aunque no son baratos, los avanzados métodos de la Dra. Horn (Lily Taylor) podrían liberarlo para siempre de la burbuja de plástico donde vive. Pero el aislado laboratorio de la doctora despierta sospechas de inmediato... ¿por qué está en una vieja mansión en mitad de la nada? Sin embargo Rose (Kelly Reilly) y Paul (Max Martini), los padres de Eli, gastaron mucho dinero en esta oportunidad, y no piensan desperdiciarla solo porque Eli dice que ve fantasmas. Además, el tratamiento incluye potentes medicinas que causan pesadillas, y podrían alterar la percepción de la realidad, de modo que no sabemos si los "fantasmas" son reales, o alucinaciones de un niño muy enfermo que está asustado por su incierto futuro. Y también anda por ahí Haley (Sadie Sink), la niña que lo saluda ocasionalmente a través de una ventana. ¿Será una persona real, o...?
Y así, paralelo al thriller médico se va desarrollando un misterio que captura nuestra imaginación, transformando la simple premisa de "casa embrujada" en algo más ambicioso e intrigante. Y, bueno, no revelaré nada sobre el obligatorio "twist", pero me gustó bastante por su perversa lógica, y porque responde varias preguntas planteadas por el libreto... aunque no conviene analizar las respuestas, porque no siempre tienen sentido.
A fin de cuentas, lo importante es que el director Ciarán Foy (Sinister 2) logró conciliar los diversos aspectos de la película sin destruir el núcleo dramático representado por la relación entre Eli y su madre. Todos los actores hacen un buen trabajo; y aunque la parte media se vuelve repetitiva (no sé cuántas veces utilizaron el truco de "fantasma en el espejo"), todo se compensa cuando llegamos al final, no necesariamente feliz, pero sin duda satisfactorio. En resumen: aunque nunca será un clásico, Eli me pareció una sólida cintas de terror... para estándares de Netflix. Si estuviéramos en 1999, la hubiera rentado con gusto.
Calificación: 8
IMDb
Sunday, October 27, 2019
Zombieland: Tiro de Gracia (Zombieland: Double Tap)
Síntomas: Varios años después de su primera aventura, Columbus (Jesse Eisenberg), Wichita (Emma Stone), Tallahasee (Woody Harrelson) y Little Rock (Abigail Breslin) se establecieron en la ciudad de Washington, donde viven con tanta normalidad como es posible en un mundo infestado de zombies. Pero cuando uno de ellos abandona el grupo, los demás inician una búsqueda que los llevará a nuevos e inesperados lugares.
Diagnóstico: La original Zombieland me pareció una sólida "comedia de terror" con personajes muy simpáticos pero sin profundidad alguna, y con un libreto igualmente superficial. Y ahora la secuela Zombieland: Tiro de Gracia, repite la misma fórmula, aunque con más personajes, más sangre, y una escala épica en las secuencias de acción, reflejando los avances en efectos digitales (Rodeo FX) y prácticos (Alterian Studios, del decano Tony Gardner) obtenidos en la década transcurrida desde la primera película. Resultado: otra comedia de terror muy entretenida, con abundantes risas, e interesantes adiciones a la mitología de este particular "Zombiverso"... pero igualmente olvidable por una historia modular sin relevancia ni mensaje alguno.
Lo cual no es necesariamente malo. Soy el primero en admitir que no todas las películas de zombies deben ser complicadas alegorías sobre los vicios de la sociedad, ni abstractos melodramas sobre la condición humana. A veces solo queremos ver un batallón de zombies despedazado por una ametralladora multi-cañón General Electric montada sobre el techo de una limusina... y, en ese simple nivel, Zombieland: Tiro de Gracia funciona a la perfección.
La historia comienza con un simpático recuento de los cambios que sufrió el mundo desde la invasión de zombies. Columbus (Jesse Eisenberg), Wichita (Emma Stone), Tallahasee (Woody Harrelson) y Little Rock (Abigail Breslin) resolvieron sus diferencias, superaron sus traumas personales (parcialmente), y aprendieron a convivir en una elegante mansión de gran significado histórico, lo cual aporta bastante material humorístico. Sin embargo, no todo es armonía, y eventualmente el grupo se ve obligado a abandonar la seguridad de su refugio para ayudar a uno o más de sus miembros, que decidieron buscar nuevos horizontes. Y hasta ahí llegará mi descripción para no arruinar las escasas sorpresas de Zombieland: Tiro de Gracia. Baste saber que la motivación de los personajes es razonablemente creíble y congruente con su evolución a lo largo de los años.
Hablando de evolución, los zombies también cambiaron. Durante su recorrido por los Estados Unidos, los protagonistas encuentran una nueva variedad de zombies, más fuertes y resistentes, que presentan nuevos retos para estos expertos en exterminio, que creían conocer todos los trucos y todas las reglas para eliminar a los muertos vivientes. Y si a eso añadimos nuevos personajes con sus propios conflictos y personalidades, encontraremos una serie de situaciones chuscas, peligrosas y a veces absurdas, pero siempre empapadas en sangre.
A fin de cuentas eso resume la estructura de Zombieland: Tiro de Gracia: una serie de situaciones. La historia es inexistente, y los nuevos personajes entran y salen de la trama sin orden ni consecuencia. Habiendo dicho eso, el director Ruben Fleischer muestra genuino ingenio para satirizar su propia película (ejemplo: Flagstaff y Albuquerque), así como un brillante sentido visual en varias escenas de acción mucho más ambiciosas que en la cinta original (mi favorita fue la pelea en un museo dedicado a cierta celebridad). Y, como no todo puede ser bueno, también tenemos "chistes" fallidos y escenas que no tienen sentido, como la que llega durante los créditos finales. No niego que me hizo sonreír, pero se siente como "fan service" forzado y oportunista.
Pero, bueno... en general Zombieland: Tiro de Gracia me pareció una recomendable secuela porque logró superar en todo a la cinta original (excepto en originalidad, supongo); y aunque también conservó las fallas, no empeoró la experiencia. Créanme, en el nicho de las secuelas de terror, esa simple virtud es digna de celebración. Y si es con otra canción de Metallica, aún mejor.
Calificación: 8.5
IMDb
Saturday, October 26, 2019
La Luz del Fin del Mundo (Light of My Life)
Síntomas: Después de una epidemia que eliminó gran parte de la humanidad, un hombre (Casey Affleck) y su hija (Anna Pniowsky) tratan de forjar una nueva vida en el campo, lejos de otros sobrevivientes que podrían amenazar su existencia.
Diagnóstico: En muchos aspectos La Luz del Fin del Mundo es una combinación de The Road y Leave No Trace, con ese mismo ritmo lánguido y reflexivo que nos permite examinar la relación entre los protagonistas y sus volubles emociones, en vez de enfocarnos en los pormenores de otro ambiguo "fin del mundo".
Esto significa que La Luz del Fin del Mundo es una cinta lenta y minimalista, como podemos confirmar desde la primera escena, donde el hombre (Casey Affleck) le cuenta una historia a su hija Rag (Anna Pniowsky) durante varios minutos, con la cámara estática y sin música, para que nada nos distraiga de la realidad que están creando los actores con algo tan simple como palabras y expresiones. Y así es básicamente toda la película, con largas caminatas por el bosque en busca de comida o refugio, y "simulacros" donde padre e hija practican las rutinas que deberán seguir en caso de peligro. ¿Qué tipo de peligro? Al principio no queda claro, pero eventualmente se revelan por medio de "flashbacks" las causas que llevaron a esta desesperada situación... y entonces comprendemos por qué el padre quiere evitar a toda costa las grandes ciudades y pueblos donde se concentran los demás sobrevivientes.
Todo esto conduce a un devastador tercer acto con escenas de violencia que contrastan con el melancólico tono de La Luz del Fin del Mundo, y señalan la habilidad del director y guionista Casey Affleck para alcanzar una catarsis física y emocional que compensa la parsimonia de la narrativa. La Luz del Fin del Mundo no es una película ligera ni comercial, pero ofrece recompensas dramáticas más satisfactorias que muchos relatos post-apocalípticos enfocados en los elementos superficiales de este clásico esquema de ciencia ficción.
De hecho, creo que sería más correcto clasificar La Luz del Fin del Mundo como un íntimo drama familiar sobre un padre que trata de criar a su hija de la manera más responsable posible, en circunstancias difíciles que limitan sus recursos y añaden niveles de complejidad a las más simples tareas paternas. Por ejemplo, Rag aún no llega a la adolescencia, pero su padre ya tomó subrepticiamente un par de panfletos sobre menstruación que encontró en una biblioteca abandonada, porque sabe que el momento se acerca, y es importante estar preparado.
Por el lado negativo diría que Casey Affleck (como director y escritor) se muestra un poco indulgente con su propio material. No me molesta una película con un ritmo pausado, siempre y cuando ofrezca un estímulo para mantener nuestra atención, y creo que La Luz del Fin del Mundo tiende a divagar más de la cuenta, extendiendo muchas escenas que podrían abreviarse sin perder impacto ni significado en el contexto de la trama. Claro, todo es parte de la atmósfera desoladora del fin del mundo, y también sirve como metáfora visual del aislamiento de los personajes... pero a veces es demasiado.
No obstante, La Luz del Fin del Mundo ofrece excelentes actuaciones e inquietantes preguntas sobre el futuro de la humanidad, al mismo tiempo que nos inspira a pensar sobre el mundo actual, donde la educación de los niños ya no depende tanto de sus padres, sino de los dispositivos electrónicos que consumen obsesivamente. Finalmente, La Luz del Fin del Mundo también representa un auspicioso debut de Casey Affleck como director, mostrando sensibilidad técnica y artística que podría sorprendernos en el futuro... siempre y cuando aprenda a utilizar la tecla "Delete", y acepte colaborar con un buen editor.
Calificación: 8
IMDb
Friday, October 25, 2019
Estafadoras de Wall Street (Hustlers)
Síntomas: En el año 2007, Destiny (Constance Wu) empieza a trabajar como bailarina exótica en un popular club de Nueva York frecuentado por ejecutivos de Wall Street, y logra ganar mucho dinero siguiendo los consejos de su amiga Ramona (Jennifer Lopez). Pero después de tener una hija, Destiny sufre graves problemas económicos. Entonces Ramona la invita a participar en un ambicioso plan para explotar a los "peces gordos" del mundo financiero.
Diagnóstico: Hace poco mencioné que necesitábamos una versión femenina de Goodfellas (fue en la crítica de The Kitchen), y ahora, unos días después, se cumplió mi deseo con Estafadoras de Wall Street... aunque no fue exactamente lo que yo esperaba.
Estafadoras en Wall Street imita a Goodfellas en muchos aspectos, incluyendo su estructura (la "chica nueva" asciende gradualmente en una organización criminal, hasta que las cosas se salen de control), el uso de música y edición para intensificar el drama (al estilo de Scorsese), y la cínica narración de Destiny (Constance Wu), quien ofrece comentarios a veces complementarios, y a veces contradictorios de los eventos que estamos presenciando. Las actuaciones son buenas, la historia está basada en hechos reales, y los escenarios neoyorquinos reflejan los círculos de opulencia y corrupción donde se desplazaban las protagonistas. Pero, más que nada, Estafadoras de Wall Street captura la ambigüedad moral de criminales "cool" que nos invitan a ponernos de su lado a pesar de sus cuestionables actividades.
Todo eso está muy bien, y no puedo negar que Estafadoras de Wall Street es bastante entretenida... pero la directora Lorene Scafaria no es Martin Scorsese, y el resultado es una cinta interesante, aunque no tan emocionante ni satisfactoria como su premisa prometía.
Aún así, como dije, hay mucho que apreciar, empezando por la actuación de Jennifer Lopez como Ramona, la veterana bailarina que aprendió a explotar a sus "clientes", en vez de sentirse explotada por ellos. Sus años en el club le enseñaron las debilidades de los ejecutivos de Wall Street, y los mejores métodos para hacerlos gastar tanto dinero como sea posible. Es básicamente la misma estafa que ellos hacen durante el día con sus clientes corporativos; pero en la noche se convierten (voluntariamente) en víctimas de estas astutas mujeres. Constance Wu (Crazy Rich Asians) es Destiny, la novata que admira el talento de Ramona, no solo para bailar, sino para manipular al público. Y, cuando la economía colapsa y los clientes ya no gastan miles de dólares en una noche, ambas colaboran en un plan que les dará más dinero del que jamás imaginaron.
La química entre Lopez y Wu es fantástica, emotiva y realista, pero sin ignorar las inevitables tensiones de un plan tan arriesgado. Más tarde se incorporan dos bailarinas jóvenes con sus propios problemas personales: Annabelle (Lili Reinhart) aporta gran encanto y sentido del humor; y Mercedes (Keke Palmer) podría ser la más "honesta" del grupo, persiguiendo metas concretas para su futuro familiar (en cuanto su novio salga de presidio). Y así, al igual que las bailarinas, el cuarteto de actrices mantiene múltiples sub-tramas en el aire sin perder el enfoque de la trama principal. No hay eslabones débiles en el elenco, incluso cuando el libreto les asigna cambios de actitud demasiado abruptos, o malas decisiones provocadas por la excesiva ambición (otra similitud con Goodfellas).
Sin embargo, hay algo en Estafadoras de Wall Street que me dejó mal sabor, y creo que se debe a la pequeña escala de sus crímenes. En muchas "heist movies" podemos aceptar a los ladrones como nobles "anti-héroes" involucrados en actividades ciertamente ilegales, pero hasta cierto punto inofensivas. Sin embargo los robos de Ramona y sus cómplices se sienten más personales... más crueles en sus métodos y frialdad (lo cual no significa que las víctimas sean "inocentes"... lejos de ello). Creo que la directora hizo esto para destruir los estereotipos del cine criminal, donde las mujeres son casi siempre "daño colateral" o abnegadas esposas definidas por su pareja. Y ciertamente admiro la honestidad de Scafaria al explorar las consecuencias de los actos de Ramona y sus amigas; pero ninguna racionalización me ayudó a superar la incomodidad provocada por Estafadoras de Wall Street. Lo cual, como dije, fue una herramienta muy efectiva para obligarnos a reflexionar sobre este "doble estándar" tan común en Hollywood.
A fin de cuentas Estafadoras de Wall Street es un competente retrato de eventos reales (los cuales pueden leerse en el artículo original que inspiró la película), que también funciona como estudio de carácter, y como lección antropológica que podría reducir el estigma del "baile exótico", un oficio difícil y frustrante que mucha gente desprecia automáticamente por razones morales, sin considerar la humanidad de sus practicantes. Como dice Ramona: "El mundo entero es un 'strip club'... toda la gente baila por dinero".
Calificación: 8
IMDb
Thursday, October 24, 2019
Killer Sofa
Síntomas: La joven bailarina Francesca Smith (Piimio Mei) recibe un sillón reclinable, sin sospechar que está poseído por un espíritu con siniestras intenciones.
Diagnóstico: Cuando alguien decide hacer una película sobre un sillón asesino, debe tener un sólido plan para trascender la ridiculez inherente de la premisa. Y me complace decir que el director neozelandés Bernie Rao logró realizar una película absurda en la superficie, pero bien estructurada y lógicamente construida. Su plan fue muy simple: tomar en serio a los personajes, y mantener la comedia en la periferia de la narrativa, sin forzar el humor ni burlarse del descabellado concepto. Cierto, el resultado no es perfecto, pero Killer Sofa se cobija bajo el indulgente nicho del "cine B", donde su barata manufactura y ocasionales fallas técnicas forman parte de su encanto.
Killer Sofa ofrece una peculiar mezcla de romance, violencia, y tradiciones judías adaptadas a la plácida cultura neozelandesa, donde los rabinos aprenden teología en videos de YouTube, y los policías tienen tiempo para relajarse y discutir su vida personal mientras investigan los crímenes del mueble maldito. Killer Sofa es una película complicada, pero todo encaja satisfactoriamente... siempre y cuando no pensemos demasiado.
En el papel de Francesca, Piimio Mei debe transmitir los peligros y placeres de la convivencia con su nuevo sillón, mientras trata de ignorar la desaparición de varios ex-novios. Algo raro está ocurriendo, pero nadie podría pensar que un sofá es el culpable... ¿cierto? Nathalie Morris interpreta a Maxi, la agente de Francesca, cuyo trabajo incluye alejar a los hombres que se obsesionan con la atractiva bailarina. ¿Será posible que el sofá se cuente entre esos "enamorados"? Tal vez... aunque el Rabino Jack (Jim Baltaxe) está convencido de que un "dybbuk" vive en el sillón como parte de una siniestra misión que empezó hace siglos. Y entonces llegan los agentes Grape y Gravy (Stacey King y Jed Brophy) para investigar los asesinatos, mientras enfrentan crisis personales que podrían afectar su pericia deductiva.
Yo diría que el motor dramático de Killer Sofa no es la resolución del misterio, sino el examen de las relaciones que nacen (o se rompen) por la influencia del sofá asesino. Al igual que hemos visto en otras películas neozelandesas (como Deathgasm, Hunt for the Wilderpeople y What We Do in the Shadows), la idiosincrasia de los personajes y su amena interacción son tan entretenidas como la trama principal. Sin embargo Killer Sofa tampoco descuida los aspectos del horror, derramando adecuadas cantidades de sangre, creando un poco de suspenso, e inventando una bizarra mitología para respaldar la existencia del villano reclinable.
El director Bernie Rao lleva la película tan lejos como puede (así como su oficio... ¡su nombre aparece 18 veces en los créditos finales!), pero sin comprometer el realismo emocional de sus excéntricos personajes. Gracias a esto, Killer Sofa se perfila como una de las más creativas muestras de "horror inanimado", ocupando un punto intermedio entre el abstracto surrealismo de Rubber, y la violencia convencional de cintas como Christine, The Mangler o Maximum Overdrive. Para esto se inventó el cine "indie" de horror; y por eso me gusta explorarlo a pesar de sus frecuentes decepciones. Si no fuera por Joker, el sofá asesino sería el villano más trágico del año.
Calificación: 8.5
IMDb
Wednesday, October 23, 2019
Sweetheart
Síntomas: Después de un naufragio, la joven Jenn (Kiersey Clemons) despierta en una isla desierta... pero al poco tiempo descubre que no está sola.
Diagnóstico: Hace apenas unos días me estaba quejando de las mediocres películas producidas y/o distribuidas por el estudio Blumhouse para ganar dinero a costa de los fans (fue en la crítica de Mercy Black); y ahora, afortunadamente, pude disfrutar el otro lado de esa moneda: las buenas películas que Blumhouse puede producir con esas mismas ganancias. Todo queda perdonado. Por el momento.
Esta crítica será ambigua para no revelar las sorpresas de Sweetheart; no porque sean enormes "twists" que sacuden nuestra conciencia, sino porque gran parte del suspenso consiste en descubrir los secretos de la isla al mismo tiempo que Jenn. Al principio parece un sitio idílico, pero por la noche surge una terrible amenaza para la existencia física y bienestar psicológico de la joven. Baste decir que Sweetheart ocupa un nebuloso nicho entre "creature feature", "mujer contra naturaleza", y "alegoría social", donde algunos de esos elementos funcionan mejor que otros; pero a fin de cuentas el resultado me pareció muy entretenido, expertamente realizado, e inmensamente satisfactorio. Cierto, me quedé con algunas preguntas al final, pero creo que fue una decisión intencional del director J.D. Dillard para explorarlas en una secuela... lo cual me parece perfecto.
Kiersey Clemons es una excelente protagonista, enfocada, carismática, y capaz de transmitir la fortaleza interna que Jenn desarrolla después del desaliento inicial. Sweetheart empieza sin preámbulo ni explicaciones, pero el inteligente libreto de Dillard, Alex Hyner y Alex Theurer incluye pistas del pasado, presente y futuro, que más tarde tendremos oportunidad de examinar bajo la perspectiva de la "alegoría social" mencionada hace un momento.
Sí, de vez en cuando el mensaje de Sweetheart se vuelve un poco estridente, pero me gustó la ingeniosa manipulación de una fórmula clásica del horror para adoptar un significado nuevo y diferente (sobre todo en este género). Son obras muy distintas, pero el subtexto de Sweetheart me recordó otras recientes (y, me atrevería a decir, "revolucionarias") cintas de terror, como The Monster, The Babadook, y Under the Shadow, donde las experiencias de una mujer desesperada ocultan metáforas relevantes para la sociedad contemporánea. Pero si prefieran ignorar esos mensajes, no hay problema... Sweetheart sigue siendo un sobresaliente thriller por derecho propio, que no requiere "análisis" para disfrutarse en el nivel visceral.
Hablando de vísceras, merece mención el estudio Digital Sandbox, encargado de los efectos digitales, y los magos de Weta Workshop en el lado práctico. Ambas técnicas se fusionan armónicamente para enriquecer la trama y elevar la deliciosa tensión que provoca... cualquiera que sea la amenaza nocturna.
Finalmente debo aplaudir la mesurada visión de J.D. Dillard, cuya precisa dirección mantiene el balance entre el drama interno de la protagonista y el peligro externo. Muchas películas de terror se conforman con lo segundo; pero siempre es mejor cuando incorporan lo primero.
Si tuviera quejas sobre Sweetheart mencionaría dos cosas: la cinematografía diurna es espectacular, pero de noche es demasiado oscura, dejando entre sombras varias escenas importantes que me fue imposible distinguir (aunque desde luego así sería la noche en una isla desierta). Y la segunda incluye un par de momentos bastante inverosímiles, sobre todo tomando en cuenta la naturaleza del peligro que enfrenta Jenn.
Sin embargo, nada de eso me impide darle una entusiasta recomendación a Sweetheart, una de las mejores cintas de horror que he visto este año, capaz de evocar un máximo de emoción con un mínimo de elementos, gracias al talento del personal involucrado. Blumhouse triunfa de nuevo... al menos hasta que nos recete su siguiente bazofia desechable. El tiempo dirá si esa estrategia es sustentable, o si están explotando la buena voluntad de los fans; pero por lo pronto: apresúrense con esa secuela.
Calificación: 9
IMDb
Monday, October 21, 2019
Maléfica: Dueña del Mal (Maleficent: Mistress of Evil)
Síntomas: Maléfica (Angelina Jolie) se opone al matrimonio de su hijastra Aurora (Elle Fanning) y el Príncipe Philip (Harris Dickinson), pero eventualmente acepta porque la unión creará una tregua entre el mundo humano y el reino de las hadas. Sin embargo la Reina Ingrith (Michelle Pfeiffer), madre de Philip, tiene otros planes...
Diagnóstico: Mis expectativas sobre Maléfica: Dueña del Mal eran extremadamente bajas porque la original Maleficent me pareció una tediosa y forzada re-imaginación de un personaje que no necesitaba tantas explicaciones. Y ahora, para bien o para mal (fue para mal), la secuela nos ofrece más de lo mismo: un opulento "cuento de hadas" que intenta decir algo, pero se acobarda rápidamente, y mejor nos distrae con efectos digitales para no ofender al público.
La primera mitad de Maléfica: Dueña del Mal es insulsa y aburrida porque gira en torno al compromiso matrimonial de la Reina Aurora y el Príncipe Philip, la más blanda pareja que he visto en cualquier adaptación "live action" de Disney (sí, incluyendo Cinderella). Elle Fanning es una buena actriz, y a Harris Dickinson no lo conozco, pero el problema viene de los diálogos y situaciones que no les exigen nada nuevo ni interesante. Aurora y Philip son atractivos, y se aman, y eso es todo lo que necesitamos saber. Mientras tanto, Maléfica desconfía de la familia del novio, porque conoce los prejuicios que tienen los humanos contra las criaturas mágicas. Entonces, durante una una importante cena donde se conocerán ambas familias, la Reina Ingrith provoca intencionalmente la ira de Maléfica, y se declara la guerra.
La siguiente hora es básicamente relleno para pasar el tiempo en lo que llega la Gran Batalla Final. Hay mucha intriga en el palacio de Ingrith, grandes revelaciones sobre el pasado de Maléfica, y manipulación política para formar alianzas y traicionar lealtades... pero todo es tan obvio y predecible que podría haberse resumido en treinta minutos, en vez de alargar la cinta hasta casi dos horas que me hicieron bostezar con frecuencia inversamente proporcional a la cantidad de criaturas digitales que el director noruego Joachim Rønning (Pirates of the Caribbean: Dead Men Tell No Tales) nos endilga para inflar la trama.
Entonces, cuando por fin suenan las trompetas de guerra, Maléfica: Dueña del Mal mejora ligeramente gracias al súbito incremento en emociones y conflictos personales que los personajes deben superar para cumplir su respectiva evolución. No es gran cosa, pero hasta este momento la cinta gana un poco de energía, y se atreve a jugar con nuestras expectativas sobre el resultado de la batalla... algunos personajes mueren, algunos viven, y otros se sacrifican para el bien común... aunque nada es realmente importante, porque todo se perdona, y las consecuencias se esfuman. Es como magia, o algo así. O como una película de Disney.
De cualquier modo esos veinte minutos finales mejoraron la experiencia, y casi me inspiran a recomendar Maléfica: Dueña del Mal... pero, pensándolo bien, no fue ni mejor ni peor que cualquier otra "Épica Batalla Final" de incontables películas de fantasía. Por eso solo recomendaría Maléfica: Dueña del Mal para fans de Angelina Jolie y Michelle Pfieffer, las únicas que salen bien libradas de este costoso chasco. Y también la recomendaría para fetichistas de las criaturas mágicas que están buscando ideas para su siguiente "cosplay". El cuervo-oso tiene potencial.
Calificación: 6
IMDb
Sunday, October 20, 2019
La Casa de los Demonios (The Final Wish)
Síntomas: Cuando fallece su padre, el joven abogado Aaron Hammond (Michael Welch) regresa a su pueblo para ayudar a su madre Kate (Lin Shaye) con los trámites funerarios; pero descubre secretos familiares que tendrán graves consecuencias para todos.
Diagnóstico: Uno de los mejores atributos que puede tener una película de terror (en mi humilde opinión) es un argumento interesante por derecho propio, incluso ANTES de que empiecen los fenómenos sobrenaturales, o los asesinatos, o los zombies, o lo que sea.
Por eso sentí tenue optimismo durante el primer acto de La Casa de los Demonios, donde se establece una clásica historia del "hijo pródigo" regresando a su pueblo natal para enfrentar el pasado que creía haber superado. No es nada nuevo, pero el director Timothy Woodward Jr. y el guionista Jeffrey Reddick (Final Destination) crean situaciones realistas que expresan las complicadas dinámicas de una comunidad rural donde todos se conocen, y los resentimientos jamás se olvidan. Entonces se revelan los elementos de terror... y ahí fue donde La Casa de los Demonios se empezó a derrumbar.
La premisa no es mala: una reliquia arqueológica cumple deseos, y Aaron los utiliza (inicialmente por accidente) para mejorar su vida; pero todo tiene un precio, y eventualmente el joven descubre las fatales consecuencias de su "buena" fortuna. El problema es que el libreto arroja todo tipo de clichés para "asustar" al espectador, y abandona todo aquello que estaba funcionando al principio. El resultado es un insípido desfile de figuras siniestras en la oscuridad; puertas que se abren solas; y el obligatorio "perro víctima" para demostrar que el peligro es real.
Para colmo, las actuaciones empeoran conforme avanza la película. Y no solo me refiero a los actores jóvenes (como Melissa Bolona, cuya gran escena dramática al final me hizo reír), sino a veteranos como la gran Lin Shaye, quien transmite con intensa emoción el dolor de Kate, para luego exagerar sin control cuando llega el horror en forma. Solo puedo culpar al director por esas incongruentes variaciones de tono, así como el deterioro de un sólido melodrama familiar que termina como caricatura con terribles actuaciones, arbitrarias muertes, y un "twist" sin sentido alguno. ¿Todo fue un sueño? ¿Se les borró la memoria? ¿O los productores exigieron un final inesperado que desafía toda lógica, simplemente porque "el público lo espera"?
Para ser justos, La Casa de los Demonios (estrictamente hablando no hay demonios, sino un "djinn" de la mitología islámica) tiene muchos aciertos técnicos y artísticos que, sin embargo, no logran compensar su ineptitud narrativa. El director de fotografía Pablo Díez retrata con sorprendente belleza la campiña californiana, y baña los interiores con atractivas luces de colores para evitar la monotonía del estilo frío y deslavado que es tan popular en el horror independiente. Además de Lin Shaye, el reparto incluye íconos del género como Spencer Locke y Tony Todd, cuya profunda voz presta un poco de credibilidad a los monólogos sobre mitos mesopotámicos, arqueólogos enloquecidos, y "el balance del universo". Finalmente, La Casa de los Demonios derrama poca sangre, pero cuenta con una interesante criatura diseñada por Vincent Guastini... así que al menos la cinta cumple con los parámetros visuales del "horror". Lástima que la historia se arruina cuando empezaba a ponerse interesante. Un buen comienzo rara vez redime un terrible final.
Calificación: 5
IMDb
Saturday, October 19, 2019
Las Reinas del Crimen (The Kitchen)
Síntomas: En 1978, tres criminales de la mafia irlandesa son enviados a presidio por asaltar una tienda. Entonces sus esposas Kathy (Melissa McCarthy), Ruby (Tiffany Haddish) y Claire (Elisabeth Moss), deciden continuar el "negocio" familiar.
Diagnóstico: La premisa de Las Reinas del Crimen (¡el Maestro Traductor está desatado!) es similar a la reciente (y menospreciada) Widows, pero en realidad está basada en la novela gráfica The Kitchen, publicada por Vertigo/DC Comics en el año 2015... aunque ese ilustre origen solo exacerba la mediocridad de esta adaptación cinematográfica. Las Reinas del Crimen fue definitivamente mejor en concepto que su ejecución.
La guionista Andrea Berloff ha escrito películas memorables, como World Trade Center, Blood Father y Straight Outta Compton (por la cual recibió una nominación al Oscar); pero en su debut como directora no logró imprimir esa misma energía en la historia de tres mujeres que intentan redefinir su posición en la jerarquía de la mafia irlandesa de Nueva York, utilizando las mismas herramientas de sus "colegas" masculinos (amenazas y violencia), pero con un actitud más compasiva... al menos al principio.
No podría decir que las actuaciones sean parte del problema. Melissa McCarthy, Tiffany Haddish y Elisabeth Moss realizan un excelente trabajo como tres mujeres con distintos temperamentos, cada una enfrentando retos individuales, y además las dificultades inherentes de su nuevo y peligroso oficio.
Melissa McCarthy interpreta a Kathy, el "ama de casa" más convencional del trío, con un buen matrimonio y dos hijos que atiende con gran cariño. Tiffany Haddish, más conocida por sus papeles cómicos, demuestra genuino talento dramático en el papel de Ruby, desconfiada y endurecida por ser la única mujer africana-americana en una comunidad intolerante (empezando por su suegra), que solo la aceptó por la elevada posición de su esposo en el crimen organizado. Finalmente, Elisabeth Moss interpreta a Claire, la única que se alegró de ver a su abusivo esposo encarcelado... y la que mejor se adapta a la violencia de su nueva ocupación. Y así, tomando ventaja de sus respectivas habilidades, Kathy, Ruby y Claire incursionan en las actividades de la mafia, descubriendo los puntos débiles de la organización, y ofreciendo una mejor alternativa para los comerciantes que están acostumbrados a pagar por la "protección" de sus negocios.
El argumento está razonablemente bien planteado (aunque tuvo cambios sustanciales respecto al comic de Ollie Masters y Ming Doyle), pero la dirección de Berloff se queda corta en muchos aspectos; y no es en el plano técnico (la recreación de las inmundas calles de "Hell's Kitchen" en los setentas es excelente), sino en la debilidad general de la narrativa, plagada por pequeñas incongruencias que traicionan el carácter de los personajes y desafían la lógica de este cruel sub-mundo criminal (por ejemplo, la increíble facilidad para crear alianzas con rivales que no tendrían razón alguna para ayudar a las mujeres). También conviene aclarar que Las Reinas del Crimen no una cinta de acción; desde luego hay violencia, pero la historia se enfoca más en la transformación interna de las protagonistas, y no en sus hazañas criminales.
El lado negativo de esa introspección es que Las Reinas del Crimen nunca alcanza la intensidad necesaria para atraparnos en su red de crimen y traición. No es una mala película (el reparto secundario es absolutamente brillante, incluyendo a Domhnall Gleeson, Margo Martindale, Bill Camp y el ex-rapero Common), pero tampoco es buena... simplemente "meh", debido a la incapacidad de llevar sus ideas hasta extremos más impactantes y entretenidos. En resumen, una oportunidad desperdiciada para elevar el género de "mujeres criminales" que ha tenido tantos altibajos en años recientes (altos: la mencionada Widows y Can You Ever Forgive Me; bajos: Ocean's Eight y The Hustle). Espero que la próxima Hustlers rectifique ese balance; pero lo que realmente necesitamos es "Goodfellas con mujeres".
Calificación: 7
IMDb
Friday, October 18, 2019
Ellas Mandan (Late Night)
Síntomas: Katherine Newbury (Emma Thompson) conduce un programa nocturno de entrevistas, pero está en peligro de perder su trabajo por falta de audiencia. Entonces, como último recurso, Katherine contrata a Molly Patel (Mindy Kaling), una escritora sin experiencia en comedia, pero con buenas ideas que podrían salvar el programa... o acelerar su cancelación.
Diagnóstico: Creo que Ellas Mandan (ahora sí se lució el Maestro Traductor) es una sólida comedia con válidas observaciones sobre el sexismo en la industria del entretenimiento, sobre el choque entre valores tradicionales y modas efímeras, y sobre la necesidad de evolucionar en el entorno laboral, o resignarse a la obsolescencia (en cualquier industria). Sin embargo, la directora Nisha Ganatra y la guionista Mindy Kaling se enfocaron en un nicho bastante específico, que podría alejar al público interesado en estos temas, pero no necesariamente familiarizado con la mitología de los "talk show" nocturnos.
En otras palabras, recomendaría Ellas Mandan para los fans de Johnny Carson, David Letterman, Jimmy Fallon, Craig Ferguson, Seth Myers, Conan O'Brien, y Jay Leno. Perdón, no Jay Leno... porque sus seguidores probablemente no entienden mucho de comedia. No tienen la culpa.
Regresando al punto, Ellas Mandan ofrece humor y reflexión inspirados por el melodrama detrás de las cámaras (y a veces enfrente) de un programa ficticio llamado "Tonight", conducido por Katherine Newbury (Emma Thompson), una comediante extremadamente exigente y con un estándar de calidad demasiado elevado; tan elevado, que está en último lugar del "rating" porque el público no entiende sus chistes intelectuales. Entonces su productor le sugiere "modernizar" el programa... crear videos virales, interactuar más con la audiencia, e incorporar humor político. Katherine se rehúsa, pero la nueva escritora Molly Patel (Mindy Kaling) no le tiene miedo como los demás empleados, y se atreve a "decirle sus verdades"... y es despedida de inmediato. Pero desde luego ahí no termina la película, y eventualmente vemos la evolución de "Tonight" y su ascenso en los "ratings"... aunque quizás no bastará para evitar la cancelación.
Como exitosa actriz y escritora de televisión desde la serie The Office, Mindy Kaling conoce perfectamente el territorio que explora Ellas Mandan, y podemos asumir que muchas situaciones (buenas y malas) que enfrenta su personaje están inspiradas en la vida real, lo cual aporta una perspectiva única a su astuto libreto. Además, el estilo sardónico de esta comediante se combina con la personalidad de Katherine para crear brillantes escenas satíricas y mordaces diálogos que Emma Thompson logra humanizar con su extraordinario talento. La química entre Molly y Katherine basta para recomendar la película, pero no sería lo mismo sin la absoluta convicción de Thompson para expresar emociones que seguramente también ha vivido en su carrera.
El resto del elenco ofrece sólido apoyo, destacando Amy Ryan como la directora de la cadena con grandes planes para reemplazar a Katherine; Denis O'Hare como el sufrido productor del programa; Reid Scott en el papel de Tom, escritor principal (con un sospechoso parecido físico a B.J. Novak; no diré más); y el genial John Lithgow como el esposo de Katherine, enfrentando su propia crisis, pero siempre con palabras cálidas y alentadoras para su abrumada esposa.
Por el lado negativo mencionaría algunos clichés que Kaling incorpora al libreto para generar un poco de suspenso y drama artificial; y si bien estos clichés resultan útiles para construir la clásica estructura narrativa de "caída y redención", a veces se sienten forzados (por ejemplo, la inevitable crisis que detona el tercer acto).
Pero, bueno... entiendo la necesidad de empacar las provocativas ideas de Ellas Mandan en un formato accesible y comercial. Como mencioné al principio, el nicho cultural de la trama es un poco estrecho, pero su mensaje es universal... y muy gracioso. Lo cual significa que esta historia jamás hubiera funcionado con Jay Leno.
Calificación: 8.5
IMDb
Thursday, October 17, 2019
3 From Hell
Síntomas: Otis Driftwood (Bill Moseley) escapa de la cárcel con ayuda de su primo Winslow "Foxy" Foxworth (Richard Brake), y de inmediato planean la fuga de Baby (Sheri Moon Zombie), quien espera su sentencia de muerte en la prisión del arrogante Alcaide Harper (Jeff Daniel Phillips).
Diagnóstico: Recuerdo el entusiasmo que sentí hace casi veinte años, cuando se anunció que Rob Zombie dirigiría una película de terror. Como fan de su música, y sobre todo de sus videos musicales, yo esperaba una espectacular conjunción de forma y fondo que sin duda revolucionaría el género. Entonces llegó House of 1,000 Corpses con un argumento básico y predecible, aunque ciertamente adornado por un atractivo estilo visual. Y ese fue más o menos el estándar que seguiría la filmografía de Zombie... libretos repetitivos con baja ambición pero abundante violencia, que servían básicamente como expresión del fetiche setentero de un cineasta más interesado en imágenes que en historia.
Y ahora el ciclo se repite en 3 From Hell, la nueva película de Rob Zombie que completa la trilogía iniciada por House of 1,000 Corpses y The Devil's Rejects; violencia extrema, abundante "gore", y un argumento tedioso e indulgente, donde Zombie deja que sus actores sobre-actúen sin moderación en escenas largas e innecesarias que no contribuyen al "argumento". El final de 3 From Hell deja abierta la puerta para más secuelas, pero no hace falta continuar si esto es todo lo que pueden ofrecer. A menos que Zombie siga el ejemplo de Robert Rodríguez y lleve al trío de asesinos al espacio para sembrar caos y destrucción en la Estación Espacial Internacional, o algo así. Pero hasta con esa descabellada premisa probablemente sería tan cansada como 3 From Hell.
Por el lado positivo, Zombie conserva el talento para capturar la textura y sensibilidad del cine de explotación setentero. Su excesivo uso de close-ups resta impacto a la violencia y hace más irritantes las malas actuaciones, aunque esta "falla" es consistente con el estilo que está imitando, así que el director cumplió su cometido (supongo). Habiendo dicho eso, Sheri Moon Zombie exagera tanto que se vuelve intolerable. Bill Moseley y Richard Brake (el "nuevo" del grupo) tienen talento, pero Zombie no les da material para actuar. Parece que les dijo: "Improvisen un rato antes de matar a la víctima", y el resultado nunca fue tan interesante como esperaba.
Para ser justos, 3 From Hell mejora un poco durante el tercer acto, cuando llegan los luchadores y comienza In-A-Gadda-Da-Vida. No es mucho, pero al menos los villanos encuentran una motivación específica (sobrevivir), y la trama añade personajes secundarios con suficiente carácter para descansar de los pesados "anti-héroes". Entre mis favoritos señalaría a Pancho Moler como Sebastián y Emilio Rivera como Aquarius. En estos casos desesperados, un poco de personalidad significa una gran diferencia.
También aprecié la adición de un tenue comentario social con los crímenes de Otis, Foxy y Baby. Cierto, es una desvergonzada copia de Natural Born Killers, cuestionando la sociedad enferma que creó estos monstruos humanos, pero bueno... esto indica que Zombie notó el inmenso hueco temático de 3 From Hell e intentó llenarlo, aunque fuera con una pobre imitación de una obra superior.
Entonces, 3 From Hell es más estilo que sustancia... y ese estilo no basta para sostener dos horas de nada. Parece mentira, pero la previa película de Zombie, 31, me gustó más porque contaba con un argumento más conciso y un ritmo acelerado que nos distraía de sus agujeros lógicos. Por el contrario, 3 From Hell ofrece amplia oportunidad de reflexionar sobre el tremendo aburrimiento que estamos sintiendo. Y cuando eso ocurre durante una película repleta de muerte, violencia y tortura, es porque algo salió mal. Me pregunto si Zombie aún tendrá interés en el re-re-make de The Blob que se rumoraba hace muchos años... suena como buena excusa para llevarnos al espacio.
Calificación: 6 (solo por la cinematografía y la música)
IMDb
Wednesday, October 16, 2019
Luz
Síntomas: La joven taxista Luz Carrara (Luana Velis) llega a una estación de policía después de un accidente, y es interrogada por un psiquiatra con inesperados resultados.
Diagnóstico: La película Luz nos ofrece el raro placer del "horror experimental", libre de fórmulas comerciales o influencias mercadológicas. En algunos aspectos Luz es como una obra teatral filmada, pero con un rico lenguaje cinematográfico que trasciende su simple "puesta en escena" para alcanzar un tono épico dentro de un par de habitaciones que no logran confinar la imaginación del cineasta (ni la de los personajes). El tiempo dirá si Luz fue un accidente, o el debut de un brillante director; pero por lo pronto puedo recomendarla como un fascinante misterio que me puso a pensar y me dejó completamente satisfecho, a pesar de su oblicua narrativa y ambigua conclusión.
Es mejor ver Luz sin conocer demasiado sobre el argumento, que ya de por sí es bastante vago. Todo comienza con la llegada de Luz (Luana Velis) a una estación de policía en Alemania, donde es interrogada por el Dr. Rossini (Jan Bluthardt), quien previamente tuvo una extraña conversación con Nora (Julia Riedler), antigua compañera de Luz en un internado chileno. Y lo que ocurre durante el interrogatorio resuelve parcialmente el misterio de Luz, pero al mismo tiempo inspira preguntas más perturbadoras sobre la naturaleza de los personajes y los límites de la realidad que comparten.
Sí, Luz es una película "rara", donde la pesadillesca atmósfera es más importante que el argumento formal. Un comienzo prosaico se transforma rápidamente en un recorrido surrealista por el tiempo y el espacio, sin sacrificar la lógica onírica que determina las acciones de Luz, Nora, y el Dr. Rossini. Al final todo tiene sentido... aunque con suficientes alternativas para acomodar el criterio de cada espectador.
Parte de la confusión reside en los súbitos cambios de perspectiva durante el testimonio de Luz, así como las manifestaciones físicas de su memoria en el mundo real. ¿O será al revés? ¿Estaremos viendo las fantasías de una mujer esquizofrénica con sentimientos de culpa por una tragedia de su pasado? La respuesta es irrelevante. Lo único que importa es la capacidad de Luz (la película y el personaje) para atraparnos en su telaraña de intriga y terror.
El director alemán Tilman Singer muestra increíble talento para la composición de sus tomas, la coreografía de sus escenas, y el diseño audiovisual que asalta nuestros sentidos y provoca reacciones más viscerales que cualquier efecto especial. En vez de crear "sustos" convencionales, Singer apunta a nuestro subconsciente con resultados deliciosamente impredecibles... uno de los más raros ingredientes en el cine de terror. O en cualquier género, para el caso.
Por el lado negativo, Luz se siente como un corto estudiantil que se extendió a largometraje (apenas, pues solo dura setenta minutos) por culpa de su lánguido ritmo y tomas estáticas de cuatro minutos que podrían parecer caprichos de un pretencioso director primerizo; aunque, en mi humilde opinión, realmente ayudan a sumergirnos en la aberrante psicología de Luz y su peculiar visión del mundo. Como sea, Luz me gustó mucho, y la recomendaría como una experiencia única de terror que re-inventa las reglas del género sin preocuparse por las consecuencias. Sé que el arte es subjetivo, y a veces cuesta trabajo defender películas intencionalmente confusas... pero todo es cuestión de emociones. Y el impacto de Luz ciertamente respalda los desplantes del director. En mi humilde opinión.
Calificación: 8.5
IMDb
Monday, October 14, 2019
La Posesión de Mercy Black (Mercy Black)
Síntomas: Cuando era una niña, Marina Hess (Daniella Pineda) apuñaló a una amiga para conjurar una entidad sobrenatural llamada Mercy Black. A consecuencia de ese incidente, Marina pasó quince años en una institución psiquiátrica; pero finalmente recobró su libertad, y está lista para continuar su vida... si es que su pasado lo permite.
Diagnóstico: El estudio independiente Blumhouse ha hecho notables contribuciones al cine fantástico del siglo veintiuno (entre mis ejemplos favoritos: Get Out, Upgrade y The Town That Dreaded Sundown). Pero su estrategia económica también incluye el lanzamiento de obras genéricas y olvidables que, por malas que parezcan, resultan suficientemente redituables para mantener el estudio en funcionamiento. La Posesión de Mercy Black es una de esas películas.
Sobra decir que no hay posesión alguna en La Posesión de Mercy Black (tal vez el traductor mexicano está poseído, pero no tengo manera de confirmarlo). En vez de eso, la cinta sigue la fórmula de "leyenda paranormal atormentando a una familia" que se utilizó en cintas como The Curse of La Llorona y Mara. Como tal, la historia sigue una ruta cómoda y predecible, con ligeras variantes para ganar identidad propia, y con la mínima cantidad de "horror" (clasificación PG-13) para validar su existencia. Pero aún con tantas atenuantes, es difícil recomendar La Posesión de Mercy Black.
Supongo que la trama está inspirada en la tragedia real de la niña que apuñaló a una compañera para complacer a Slender Man. Pero como ya hay película de Slender Man, el director y guionista Owen Egerton (Blood Fest) decidió inventar su propia leyenda, con resultados blandos y aburridos.
Cuando sale de la institución psiquiátrica donde pasó quince años, Marina Hess (Daniella Pineda) se muda a la granja familiar con su hermana Alice (Elle LaMont) y su pequeño sobrino Bryce (Miles Emmons); y de inmediato Marina percibe extraños fenómenos que ella interpreta como remanentes de su trauma psicológico. Pero cuando Bryce también ve cosas raras, Marina empieza a aceptar que Mercy Black es real, y que su familia está en peligro. A partir de ese momento el libreto se dedica a introducir personajes secundarios que servirán como víctimas (empezando por el perro Rowlf, desafortunadamente) cuando Mercy manifiesta su presencia, exigiendo que Marina cumpla la promesa que hizo quince años atrás.
La naturaleza de esa promesa representa el tenue misterio que sustenta las muertes y flojos sobresaltos de La Posesión de Mercy Black. Por medio de "flashbacks" nos enteramos de lo que ocurrió en aquella fatídica noche cuando Marina atacó a su amiga... y obviamente las cosas no son lo que parecen. Pero para entonces yo ya estaba bostezando, y no me importó mucho conocer la verdad, así como el inevitable "twist" que no vi venir. Para ser justos, Egerton lo disfrazó bastante bien; solo faltó un contexto suficientemente interesante para hacerlo más impactante.
La otra sorpresa de La Posesión de Mercy Black fue la presencia de Jeanane Garofalo, aquella icónica comediante de la "Generación X" que desapareció en los noventas, y solo esporádicamente acepta papeles secundarios, tal vez como favor para un amigo, o para pagar las mensualidades de su hipoteca. Siempre que ocurre esto creo que estamos presenciando el inminente "regreso" de Garofalo... pero nunca se ha concretado, así que ya no me entusiasman sus semi-cameos.
Fuera de eso, La Posesión de Mercy Black ocupa noventa inofensivos minutos que no dejan marca alguna en la conciencia del espectador. Quizás los fans de Daniella Pineda (Jurassic World: Fallen Kingdom; la serie The Originals) disfrutarán su desganada actuación; y los estudiosos del neo-folclor en la era digital encontrarán otra apócrifa leyenda para añadir a su tesis sobre mitos inspirados por Hollywood (título sugerido: "Di Su Nombre Frente al Monitor: La Evolución de la Leyenda Urbana en la Era del Streaming"). Mándenme una copia dedicada, por favor.
Calificación: 5
IMDb
Sunday, October 13, 2019
El Pasado Que Nos Une (After the Wedding)
Síntomas: Por primera vez en veinte años, Isabel (Michelle Williams) viaja de la India a Nueva York para entrevistarse con la empresaria Theresa Young (Julianne Moore), y solicitar un gran donativo para el orfanato que fundó en Calcuta. Theresa está muy ocupada preparando la boda de su hija, e invita a Isabel a la celebración para conocerla mejor y hablar más sobre el donativo. Pero durante la boda se revelan secretos que cambiarán la relación entre ambas mujeres.
Diagnóstico: No sé qué pensar sobre El Pasado Que Nos Une. Al principio parece una denuncia del desequilibrio económico entre "el 1%" y el resto del mundo... una mordaz crítica del privilegio de las clases altas, obsesionadas con frívolas preocupaciones que resultan incomprensibles para quienes luchan por sobrevivir día a día. Pero esas intenciones se esfuman en los primeros minutos de la película (si es que alguna vez existieron), y son reemplazadas por una clásica historia de telenovela... los problemas de la gente bonita, sin el beneficio de un tono satírico, ni de una genuina conciencia social para validar el uso de tantos clichés (empezando por el popular "redentor blanco").
Pero, bueno... no quiero repetir el error de criticar una película porque no cumplió mis expectativas, así que me limitaré a mencionar aspectos positivos y negativos, tan objetivamente como me sea posible (no esperen milagros).
El Pasado Que Nos Une tiene un argumento extremadamente forzado, repleto de coincidencias, revelaciones sorpresivas, y finales agridulces que nunca se sienten "reales", sino como manipulaciones de guionistas que estudiaron ávidamente las estructuras del drama, pero nunca entendieron la naturaleza de las emociones humanas.
Afortunadamente esta artificialidad se compensa (en parte) por el excelente trabajo del reparto, empezando por Michelle Williams como la abnegada fundadora de un orfanato en Calcuta, donde aprendió a vivir de manera sencilla y modesta... y por eso sufre un intenso choque cultural cuando llega a un hotel de lujo en Nueva York y apenas puede creer la opulencia y desperdicio de una sociedad en decadencia. La diferencia es abrumadora, y Williams la expresa con su elocuente mirada. Por su parte, Julianne Moore interpreta a Theresa como una sagaz mujer de negocios que no ha perdido su conexión con el mundo real. Cualquier película mejora con la presencia de esta actriz, y el director Bart Freundlich le encontró un papel ideal. Billy Crudup es el esposo de Theresa, envuelto en su carrera como escultor, y también con sus propios secretos. Y Abby Quinn (Landline) logra destacar entre tantas luminarias en el papel de Grace, la más afectada por el conflicto familiar que estalla el día de su boda.
O, mejor dicho, “después de la boda” (como proclama el título original). Ahí es cuando el argumento se transforma en un afectado desfile de amores del pasado, tragedias del presente, y esperanzas del futuro. No voy a revelar los "twists" ni las conexiones ocultas entre los personajes (créanme, tampoco son muy originales), pero cada una se siente más falsa que la anterior.
De cualquier modo fue un placer presenciar la interacción de Michelle Williams, Billy Crudup y Julianne Moore. El libreto no les hace favores, pero por algo son estrellas de cine, y su carisma los salva del ridículo... la mayor parte del tiempo.
Es buen momento para mencionar que El Pasado Que Nos Une es el remake de una cinta danesa de la aclamada directora Susanne Bier (la cual no he visto, obviamente). Tal vez en su versión las complicaciones del libreto se sentían más orgánicas, y el mensaje social parecía más sincero. Pero en esta adaptación norteamericana nada se siente real, dejándonos tan solo con la compañía de los actores para aguantar dos horas de mediocre drama familiar y mágicos cambios de actitud. Los productores de El Pasado Que Nos Une probablemente tenían sueños de Óscares y Globos de Oro, pero tendrían más suerte si hubieran estrenado su película en el canal Hallmark. Los votantes de los Emmys siempre se impresionan con las estrellas de cine que aceptan trabajar en televisión, independientemente de la calidad de sus proyectos.
Calificación: 6 (solo por las actuaciones)
IMDb
Saturday, October 12, 2019
La Invasión (Assimilate)
Síntomas: Mientras realizan un documental sobre la vida en el pueblo de Multon, los estudiantes Zach y Randy (Joel Courtney y Calum Worthy) descubren que algunos vecinos están cambiando de personalidad. Y además, ¿de dónde salieron esos pequeños insectos que infestan la comunidad?
Diagnóstico: El entusiasmo por las sagas juveniles ya se enfrió bastante, afortunadamente, pero aún quedan productores con la creencia de que una película "para adolescentes" es sinónimo de una película "para idiotas"; y La Invasión es clara muestra de ello.
Para no gastar tiempo, diré desde ahora que La Invasión es como Invasion of the Body Snatchers para el público de The Hunger Games. Lo cual, francamente, no parece mala idea. La clásica premisa de misteriosas entidades que reemplazan a los habitantes de un pueblo se presta a la exploración de problemas sociales, fenómenos culturales, y hasta divisiones políticas entre los adolescentes de un pueblo pequeño y aislado. Sin embargo el director John Murlowski y el guionista Steven Palmer Peterson ignoraron todo eso para simplemente poner a dos atractivos adolescentes en medio de la "invasión", y hacerlos correr de un lado a otro investigando la conspiración y tomando las más estúpidas decisiones para resolver la crisis. La película está dirigida al público juvenil, así que todo puede resolverse con teléfonos móviles y YouTube. No estoy bromeando.
Las actuaciones son mediocres, los diálogos peores, y la lógica interna de La Invasión es prácticamente inexistente. Hasta el momento se han realizado cuatro adaptaciones cinematográficas "oficiales" de la venerable novela "The Body Snatchers", escrita por Jack Finney en 1954 (las películas son: Invasion of the Body Snatchers, de 1956; Invasion of the Body Snatchers, de 1978; Body Snatchers, de 1993; y The Invasion, del 2007); y ahora La Invasión toma prestados elementos de todas ellas, pero sin jamás admitir la fuente de su "creatividad" (en ningún lugar de los créditos mencionan a Finney). Desde luego hay algunos cambios para disfrazar el plagio. Por ejemplo, en vez de las famosas "vainas" donde se gestan los humanos falsos, La Invasión utiliza una confusa mezcla de esporas flotantes que se convierten en insectos, los cuales se integran en pequeñas criaturas que muerden a sus víctimas. O algo así. Creo que el proceso se dejó intencionalmente vago para poder insertar a los personajes en situaciones de peligro sin preocuparse por la integridad del argumento. Pero ni una detallada gráfica sobre el ciclo biológico de las criaturas hubiera ayudado a salvar la irritante experiencia de La Invasión.
En vista del bajo presupuesto de la película, tampoco podemos esperar grandes efectos especiales ni adornos visuales. La Invasión está filmada con muchas sombras y "atmósfera" para ocultar sus defectos, pero todo se desmorona en cuanto los actores abren la boca, o intentan expresar emoción al ver a sus seres queridos reemplazados por versiones de idéntica apariencia, pero sin su personalidad original.
Como dije, una buena idea que podría haber funcionado a pesar de su bajo presupuesto y sencillas locaciones; pero eso hubiera requerido talento e imaginación. La Invasión tomó el camino fácil del "romance adolescente" mezclado con obtusa ciencia ficción, y el resultado fue inepto y aburrido. Aunque no descartaría su valor como muestra de cine "tan malo que es malo". Ese gran plan de utilizar YouTube para vencer a los invasores tiene que verse para creerse. Pero mejor créanme y no gasten noventa minutos de sus vidas en esta invasión de nuestro tiempo.
Calificación: 4
IMDb
Friday, October 11, 2019
Proyecto Géminis (Gemini Man)
Síntomas: El asesino a sueldo Henry Brogan (Will Smith) decide retirarse, pero sus antiguos jefes planean eliminarlo porque conoce demasiados secretos. Entonces envían a un joven asesino llamado "Junior" (Will Smith) para encargarse de Henry.
Diagnóstico: Proyecto Géminis es exactamente lo que parece: una película escrita en los noventas (1997, para ser exactos), pero producida hasta la segunda década del siglo veintiuno, cuando la tecnología digital finalmente avanzó lo suficiente para presentar esta visionaria premisa con notable realismo. Las imágenes son impresionantes (con un par de excepciones), mientras que el libreto se siente ridículamente anticuado.
Pero al menos es entretenido. Supongo que dos Will Smiths siempre serán mejor que uno; y el director Ang Lee emplea un limpio estilo visual para filmar las secuencias de acción, reemplazando la habitual (y odiosa) "shaky cam" con movimientos fluidos y elegantes, sin perder el impacto visceral de las persecuciones, peleas y balaceras. A fin de cuentas Proyecto Géminis es una película impecablemente realizada, con un buen actor principal y un director que conoce su oficio... aunque fue demasiado indulgente con el argumento que, temáticamente, pertenece a la era de Con Air y Air Force One... aceptable en su contexto histórico, pero hoy irremediablemente anacrónico (y lo digo como fan de ambas películas).
Sin embargo, nada de eso será relevante para quienes solo queríamos ver la atracción principal... el "clon" de Will Smith, creado con "motion capture" y rejuvenecimiento facial por el estudio Weta Digital. Esta vez no son escenas breves en "flashbacks", como en Ant-Man o Captain America: Civil War, sino un antagonista presente en múltiples escenas donde no solo debe disparar y correr, sino actuar. Y el resultado es bastante bueno. No perfecto, pero lo suficiente para validar esta técnica, y revolucionar la industria cinematográfica... no sé si para bien o para mal. El tiempo dirá si el público acepta versiones jóvenes de actores consagrados (supongo que la próxima The Irishman servirá para medir la tolerancia de audiencias "serias", ajenas a la acción o fantasía); o si el futuro nos depara el horror de Men in Black IX: Back in the Saddle, con John Wayne y Charlie Chaplin luchando contra aliens del planeta Crawfordia, donde todos los habitantes son idénticos a Cindy Crawford de dieciocho años.
En fin, regresando al punto, Proyecto Géminis avanza a empujones, con las inevitables traiciones, sorpresas, y sexismo de una película noventera. Ejemplo: en una escena Mary Elizabeth Winstead debe desvestirse para probar que no trae un micrófono. Lo cual significa que la avanzada tecnología del Proyecto Géminis permite la creación de un clon perfecto, pero para espiar a alguien aún se necesitan los torpes radios llenos de cables de los años setentas (por cierto, no me estoy quejando de MEW en ropa interior, sino de la incongruente inclusión de esta escena en una película del año 2019).
Y, ya que estamos hablando de humillaciones, Winstead no tiene NADA que hacer, excepto verse bien y participar en algunas peleas para demostrar que no es una típica damisela en peligro. Clive Owen y Linda Emond son los directores de la siniestra organización que contrata asesinos para eliminar terroristas y criminales sin involucrar directamente al gobierno de los Estados Unidos; y Benedict Wong (más conocido como Wong en Doctor Strange) es el "sidekick" gracioso que podría morir en cualquier momento para demostrar que las cosas van en serio (¿o quizás solo lo hieren?)
El argumento es dramáticamente irrelevante, y solo funciona como excusa para lucir los efectos de la película. Habiendo dicho eso, creo que la mejor decisión de los guionistas (los créditos mencionan únicamente a David Benioff, Billy Ray y Darren Lemke, pero en los veintidós años transcurridos desde 1997 el libreto debe haber pasado por DECENAS de máquinas de escribir, procesadores de texto, y laptops) fue darle genuina personalidad a "Junior" (el clon de Henry Brogan), lo cual añade profundidad emocional al conflicto y confirma la habilidad histriónica del doble digital. Al menos no fue una actuación tan rígida y obviamente artificial como la del clon joven en Logan.
Finalmente, otro comentario que no tiene que ver con actuaciones ni narrativa: Ang Lee decidió filmar Proyecto Géminis en HFR+ (Extra High Frame Rate), a 120 cuadros por segundo, lo cual le da a la imagen una textura que asociamos con el video televisivo... como telenovelas o pornografía. Sé que mucha gente odia esta apariencia, y ciertamente cuesta trabajo adaptarse después de tantas décadas de 24 cuadros por segundo... pero entiendo el atractivo de capturar más detalle, reducir el "motion blur", y ofrecer algo más cercano a la "velocidad" del mundo real (aparentemente el ojo humano puede registrar hasta mil cuadros por segundo, pero es difícil distinguir la diferencia arriba de 150). Un buen ejemplo es la escena de Proyecto Géminis donde una persona en llamas camina entre la "lluvia" del sistema anti-incendio... el nivel de detalle casi me irritó los ojos. Y eso que el cine donde la vi no proyectó a 120 fps, sino a 60. No puedo imaginar cómo se vería Proyecto Géminis en un cine con el proyector especial. En resumen: sí, es desconcertante ver una película que parece telenovela; pero si logramos adaptarnos con el tiempo, las recompensas podrían ser considerables.
Ya hablé mucho de tecnología y poco de Proyecto Géminis, lo cual resume adecuadamente mi opinión de la película. Me alegra haberla visto para apreciar los avances del cine en el nuevo milenio... pero por sí misma fue un gran "meh". Afortunadamente también tuvo a MEW.
Calificación: 7.5 (sin tantas innovaciones sería 6.5)
IMDb
Thursday, October 10, 2019
In the Tall Grass
Síntomas: Durante un largo viaje por carretera, Cal (Avery Whitted) y su hermana Becky (Laysla De Oliveira) se detienen un momento junto a un denso pastizal, y escuchan a un niño pidiendo auxilio. Entonces se internan en el pasto para ayudar, y descubren que la situación es más peligrosa de lo que parecía.
Diagnóstico: No he leído la novela corta en la que se basó In the Tall Grass, pero la película tiene todas las características de sus creadores, Stephen King y su hijo Joe Hill. De hecho, podríamos decir que In the Tall Grass funciona como "secuela espiritual" de Children of the Corn (me refiero al cuento corto publicado en la colección "Night Shift", no a la terrible serie de películas que cada vez se alejaron más del concepto original), ya que combina la fascinación de King con el horror oculto en lugares ordinarios (un pastizal en este caso), y la imaginación de Hill para encontrar nuevas perspectivas en los viejos arquetipos del género.
Lo cual, lamentablemente, no bastó para hacer una buena película; pero aún así me gustó la calidad de la producción y la poética sensibilidad del director canadiense Vincenzo Natali (experto en laberintos), más famoso por su estilo visual que por la integridad narrativa de sus obras.
El principio de In the Tall Grass es engañosamente simple: dos jóvenes escuchan la voz de un niño en un pastizal y deciden ayudarlo, lo cual cambia sus vidas para siempre. No diré lo que encuentran entre el pasto, pero baste saber que me pareció al mismo tiempo ingenioso, y demasiado complicado para su propio bien. En vez de recetarnos un típico monstruo o fantasma vengativo, Natali y sus ilustres co-escritores crean un fascinante misterio con enorme potencial... pero eventualmente se tropiezan con sus buenas intenciones y se vuelven víctimas de su desmedida ambición dramática.
Sin embargo, lo que más recordaré de In the Tall Grass es justamente ese epónimo pasto, increíblemente filmado por el cinematógrafo Craig Wrobleski y recreado digitalmente en ciertas escenas por el estudio de efectos especiales SpinFX. La combinación es perfecta, y contribuye a crear una atmósfera terrorífica de aislamiento y claustrofobia a la luz del día. El pasto se convierte en un personaje central, capaz de expresar "emociones" (o como quieran llamarles) con su lánguido movimiento, a veces gentil, a veces violento, pero siempre orgánico y realista. No, el pasto no está literalmente "vivo", ni es el monstruo de la película... simplemente fue un escenario tan vívido y detallado que me ayudó a disculpar los altibajos de la película.
Lo cual nos lleva al frustrante desarrollo de In the Tall Grass. Natali, King y Hill establecen con eficiencia y claridad los parámetros de la premisa, así como los retos colectivos e individuales que enfrentarán los personajes. Todos están literalmente perdidos entre el pasto, pero también están "perdidos" en la incertidumbre de sus vidas, enfrentando decisiones que podrían ayudarlos a "escapar" o continuar con algunas nocivas tendencias y actitudes. Hay mucho simbolismo en el concepto, pero su aplicación práctica se vuelve confusa y estridente, con un arbitrario villano para complicar las cosas (el clásico fanático religioso que tanto utiliza Stephen King), y exageradas emociones que intentan humanizar a los genéricos personajes. En otras palabras: una sobresaliente idea arruinada por una mediocre ejecución.
Aún así encontré suficiente intriga en In the Tall Grass para sostener mi atención hasta el final, un poco forzado pero a fin de cuentas satisfactorio. El mencionado pastizal desbordante de personalidad se complementa con la siniestra partitura del compositor Mark Korven. Y, finalmente, el director Vincenzo Natali sabe capturar el horror externo de la situación y la angustia interna de los personajes, incluso cuando la trama empieza a dar vueltas sin rumbo fijo. In the Tall Grass fue otra inocua producción de Netflix, marginalmente entretenida como pasatiempo desechable de fin de semana... ideal para tomar un descanso entre "binges" de The Haunting o The Chilling Adventures of Sabrina. En el cine hubiera sido un fracaso de taquilla; pero puede funcionar en la comodidad del hogar. Todo es cuestión de contexto, como rápidamente aprenden las víctimas del pastizal maldito.
Calificación: 7
IMDb