Saturday, October 26, 2019
La Luz del Fin del Mundo (Light of My Life)
Síntomas: Después de una epidemia que eliminó gran parte de la humanidad, un hombre (Casey Affleck) y su hija (Anna Pniowsky) tratan de forjar una nueva vida en el campo, lejos de otros sobrevivientes que podrían amenazar su existencia.
Diagnóstico: En muchos aspectos La Luz del Fin del Mundo es una combinación de The Road y Leave No Trace, con ese mismo ritmo lánguido y reflexivo que nos permite examinar la relación entre los protagonistas y sus volubles emociones, en vez de enfocarnos en los pormenores de otro ambiguo "fin del mundo".
Esto significa que La Luz del Fin del Mundo es una cinta lenta y minimalista, como podemos confirmar desde la primera escena, donde el hombre (Casey Affleck) le cuenta una historia a su hija Rag (Anna Pniowsky) durante varios minutos, con la cámara estática y sin música, para que nada nos distraiga de la realidad que están creando los actores con algo tan simple como palabras y expresiones. Y así es básicamente toda la película, con largas caminatas por el bosque en busca de comida o refugio, y "simulacros" donde padre e hija practican las rutinas que deberán seguir en caso de peligro. ¿Qué tipo de peligro? Al principio no queda claro, pero eventualmente se revelan por medio de "flashbacks" las causas que llevaron a esta desesperada situación... y entonces comprendemos por qué el padre quiere evitar a toda costa las grandes ciudades y pueblos donde se concentran los demás sobrevivientes.
Todo esto conduce a un devastador tercer acto con escenas de violencia que contrastan con el melancólico tono de La Luz del Fin del Mundo, y señalan la habilidad del director y guionista Casey Affleck para alcanzar una catarsis física y emocional que compensa la parsimonia de la narrativa. La Luz del Fin del Mundo no es una película ligera ni comercial, pero ofrece recompensas dramáticas más satisfactorias que muchos relatos post-apocalípticos enfocados en los elementos superficiales de este clásico esquema de ciencia ficción.
De hecho, creo que sería más correcto clasificar La Luz del Fin del Mundo como un íntimo drama familiar sobre un padre que trata de criar a su hija de la manera más responsable posible, en circunstancias difíciles que limitan sus recursos y añaden niveles de complejidad a las más simples tareas paternas. Por ejemplo, Rag aún no llega a la adolescencia, pero su padre ya tomó subrepticiamente un par de panfletos sobre menstruación que encontró en una biblioteca abandonada, porque sabe que el momento se acerca, y es importante estar preparado.
Por el lado negativo diría que Casey Affleck (como director y escritor) se muestra un poco indulgente con su propio material. No me molesta una película con un ritmo pausado, siempre y cuando ofrezca un estímulo para mantener nuestra atención, y creo que La Luz del Fin del Mundo tiende a divagar más de la cuenta, extendiendo muchas escenas que podrían abreviarse sin perder impacto ni significado en el contexto de la trama. Claro, todo es parte de la atmósfera desoladora del fin del mundo, y también sirve como metáfora visual del aislamiento de los personajes... pero a veces es demasiado.
No obstante, La Luz del Fin del Mundo ofrece excelentes actuaciones e inquietantes preguntas sobre el futuro de la humanidad, al mismo tiempo que nos inspira a pensar sobre el mundo actual, donde la educación de los niños ya no depende tanto de sus padres, sino de los dispositivos electrónicos que consumen obsesivamente. Finalmente, La Luz del Fin del Mundo también representa un auspicioso debut de Casey Affleck como director, mostrando sensibilidad técnica y artística que podría sorprendernos en el futuro... siempre y cuando aprenda a utilizar la tecla "Delete", y acepte colaborar con un buen editor.
Calificación: 8
IMDb
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