Friday, September 20, 2019
Ad Astra: Hacia las Estrellas (Ad Astra)
Síntomas: En el futuro no muy lejano, la Tierra sufre un catastrófico bombardeo de energía procedente de algún lugar en nuestro sistema solar. Entonces, el Mayor Roy McBride (Brad Pitt) viaja a Marte para investigar la causa del fenómeno, el cual podría estar relacionado con una figura de su pasado.
Diagnóstico: Durante ese introspectivo viaje, el Mayor McBride encuentra una serie de individuos, lugares y situaciones mucho más interesantes que la misión principal de la película (algunos ejemplos: piratas lunares, astronautas retirados, y burocracia marciana), lo cual me hizo pensar que Ad Astra: Hacia las Estrellas tenía nobles intenciones de ciencia ficción "seria", pero no encontró las ideas adecuadas para respaldar su ambición.
Al menos Brad Pitt justifica cada centavo de su sueldo al sacar máximo provecho del monótono libreto co-escrito por Ethan Gross y por el director James Gray (The Lost City of Z). El problema es el pretencioso tono de una película que, una vez más, busca desesperadamente el ángulo "personal" para justificar el heroísmo del protagonista. No basta con salvar al mundo... siempre es necesario un trauma emocional para satisfacer al espectador (o al menos eso piensan los ejecutivos de Hollywood). Y, en este caso, el trauma son los "daddy issues" del Mayor McBride, disfrazados de cuestionamientos filosóficos y alegorías religiosas. Bostezo.
Habiendo dicho eso, la premisa tiene potencial: un fenómeno cósmico afecta la vida en la Tierra, pero no viene del espacio profundo, sino de nuestro sistema solar. Y todo indica que su origen está relacionado con una misión espacial que se perdió años atrás mientras buscaba evidencia de vida extraterrestre.
Desafortunadamente Ad Astra: Hacia las Estrellas comete el error de poner la emoción por encima de la lógica (algo similar a lo que ocurrió con Interstellar). El director intenta imitar el realismo de obras como Gravity o 2001: A Space Odyssey, con largas tomas de naves en cuidadosas maniobras espaciales, y caminatas extra-vehiculares con rigurosa atención a los efectos de masa e inercia. Pero cuando necesita un clímax dramático, no le importa romper todas las reglas de física para endilgarnos alguna ridícula escena que destruye por completo el "realismo" cultivado hasta ese momento. Me gustaría mencionar ejemplos, pero todos serían "spoilers". Baste decir que Ad Astra: Hacia las Estrellas me hizo reír en varias ocasiones, como si estuviera viendo una "B-Movie" de los años cincuentas (de hecho, algunos momentos específicos me recordaron The Phantom Planet y Moon Zero Two). Y, en lo que se refiere al melodrama personal del Mayor McBride, solo puede subsistir por medio de excusas y obstáculos penosamente inverosímiles (¿McBride tiene que viajar a Marte solo para sentarse enfrente de un micrófono? ¿Qué demonios?)
Por el lado positivo, Ad Astra: Hacia las Estrellas es visualmente impresionante, y ofrece escenas sorpresivas e inquietantes que casi compensan la torpeza de la trama. La actuación de Brad Pitt encuentra el balance entre la fría eficiencia de un astronauta preparado para todo, y un hombre emocionalmente reprimido por eventos de su infancia. Y, aunque los actores secundarios entran y salen de la película con alarmante rapidez, algunos dejan su huella a base de talento, carisma, o simpática incongruencia. Entre mis favoritos: Donald Sutherland, Ruth Negga, y Natasha Lyonne. Preferiría conocer sus historias individuales, en vez de seguir la telenovela de Roy McBride y su padre ausente.
Son muchas quejas, pero la verdad es que Ad Astra: Hacia las Estrellas me gustó la mayor parte del tiempo, y capturó mi atención con su precisa dirección y complejo marco temático que incluye clásicas reflexiones sobre familia, identidad, y nuestro futuro como individuos y como especie. Me alegra la creciente popularidad de ciencia ficción madura como Ad Astra: Hacia las Estrellas... pero no logró convencerme de su seriedad con tantas pifias y recursos baratos que no alcanzan a esconderse tras su opulenta producción. En resumen: una "B-Movie" con aspiraciones de excelso arte cinematográfico que no fue ni lo uno ni lo otro, sino un híbrido razonablemente entretenido. Además, nadie había explorado con tal crudeza el misterio de los mandriles espaciales.
Calificación: 7.5
IMDb
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
Pero que buenos efectos tenia The Phantom Planet!...para su epoca obviamente.
ReplyDeleteHugo: Tienes razón; los efectos de The Phantom Planet no estaban mal para una "B-Movie" de 1961. Desde luego las cintas "de estudio" ofrecían mayor calidad, incluso desde los años cincuentas (como The Day the Earth Stood Still, de 1951, y Forbidden Planet, de 1956); pero ahí es donde entra la imaginación de los cineastas con poco dinero y mucho entusiasmo. Muchas gracias por tu comentario, y saludos!
ReplyDelete