Sunday, August 7, 2016

El Engaño del Siglo (The Program)



Síntomas: En 1995 un joven ciclista llamado Lance Armstrong (Ben Foster) desafía expectativas cuando demuestra ser uno de los competidores más tenaces en el célebre "Tour de France". Pero su auspiciosa carrera enfrenta el inesperado obstáculo de una grave enfermedad, convirtiéndolo en un auténtico icono deportivo con un terrible secreto que podría cambiarlo todo.

Diagnóstico: "Va a pasar lo mismo de siempre", me dije. "Pienso que no me va a gustar una película deportiva porque no me interesa el deporte en cuestión, pero siempre termina gustándome porque el deporte es tan sólo una excusa para contar historias de fortaleza interna y triunfo sobre la adversidad". Y hasta cierto punto se cumplió esa predicción en el caso de El Engaño del Siglo. Entonces, ¿por qué me aburrió hasta el punto de las lágrimas?
No me malinterpreten. El Engaño del Siglo es una película bien escrita, muy bien actuada, y brillantemente dirigida por Stephen Frears, cuya notable imparcialidad y sobrio punto de vista no juzga a Armstrong por sus malas decisiones éticas, aunque tampoco las justifica (supongo que todo el mundo sabe lo que eventualmente ocurrió con este ciclista, pero me abstendré de mencionarlo en caso de que fuera "spoiler" para algunas personas); Frears simplemente nos muestra los hechos con esa virtuosa visión que distingue su filmografía (la cual incluye Dangerous Liaisons, High Fidelity y, mi favorita, Dirty Pretty Things). Creo que este cineasta pertenece a la rara categoría de "artistas utilitarios" cuyas obras son sencillas en forma pero con gran profundidad narrativa, revelando la poética humanidad de sus personajes sin apoyarse en excesos estilísticos ni histriónicos. Quizás por eso no es tan famoso como algunos de sus colegas británicos; sus películas son satisfactorias, pero rara vez alcanzan los extremos melodramáticos necesarios para capturar la atención del público y la crítica (aunque ciertamente ha ganado nominaciones para premios importantes).
Por el lado de los actores, Ben Foster nos entrega un Lance Armstrong pragmático y realista. Su motivación no es intencionalmente maliciosa; lo único que quiere es llegar tan lejos como sea posible en su deporte; y luego llegar más lejos todavía. Y más, y más, hasta que deja de ser humanamente posible. Chris O'Dowd interpreta a David Walsh, el reportero que investiga las proezas del campeón de ciclismo. Lo que llama la atención es que Armstrong y Walsh no son propiamente antagonistas. Su dinámica no es de héroes ni villanos; son simplemente dos personas haciendo su trabajo. Y lo mismo podríamos decir del Dr. Michele Ferrari, interpretado por Guillaume Canet con el mismo pragmatismo de Foster; desde su punto de vista no hay conductas malas o buenas. Solo existe lo posible y lo imposible. Y, ¿el deporte no consiste en lograr lo imposible? Como dije, Frears no busca asignar culpas; en vez de eso ofrece explicaciones libres de moralidad subjetiva.
¿Entonces, cual fue el problema? En mi humilde opinión, la historia no es muy interesante. Quizás lo sea para fanáticos del ciclismo, pero los hechos son tan simples y lineales que podrían relatarse en diez minutos de pietaje documental. Y además, la moderación de Frears impide la existencia de un arco dramático tradicional, con los habituales conflictos y resoluciones que nos llevarían a un hipotético final catártico, listo para consumo masivo. Admiro esa actitud anti-comercial; pero no sé si fue buena idea aplicarla a una historia que necesitaba mayor resonancia emocional, o una postura moral más contundente.
En fin... El Engaño del Siglo es una de esas películas de gran calidad que no deseo volver a ver jamás. Me gustó su estilo y manufactura, pero la historia carece del "punch" necesario para enganchar mis emociones. O tal vez tuve razón desde el principio, y el problema fue mi ignorancia sobre todo lo relacionado con el ciclismo (aún así la cinta me enseñó lo difícil que es el Tour de France, y me explicó el funcionamiento de las drogas ilegales en el deporte; la parte médica me pareció fascinante). Recomendada solo para fans/detractores de Lance Armstrong y aficionados al ciclismo. Para el resto del público, mejor lean el artículo en Wikipedia; será igualmente imparcial, pero al menos les ahorrará dos horas que podrían dedicar a una película más interesante. Si quieren otra con ciclistas, recomiendo Premium Rush.
Calificación: 7

IMDb

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