Wednesday, September 3, 2014
The Zero Theorem
Síntomas: En un pesadillesco futuro desbordante de tecnología e información, pero carente de sustancia, Qohen Leth (Christoph Waltz) trabaja diligentemente en su cubículo, a pesar de sufrir una fuerte depresión por no encontrar sentido en su vida. Entonces el enigmático Administrador (Matt Damon) le asigna la tarea de encontrar la prueba matemática del Teorema Zero, y Qohen acepta solo porque le permitirán trabajar desde su casa. Y así, con ayuda (y ocasionales distracciones) de bizarros individuos que lo visitan constantemente, Qohen tratará de resolver la ecuación que podría definir el futuro del universo. O algo así.
Diagnóstico: Por el lado bueno, The Zero Theorem es como un paseo guiado por el subconsciente del director Terry Gilliam, repleto de pesados conceptos filosóficos, exploraciones de la condición humana, y un perverso sentido del humor que encuentra risas en la futilidad del individuo; y todo ello contenido en un espacio decorado por los diseñadores de producción de Max Headroom con un presupuesto ilimitado. Por el lado malo... las mismas razones. Pero, en mi humilde opinión, el aspecto bueno supera el malo porque estoy acostumbrado a ver las películas de Gilliam como auténticos despliegues de creatividad desenfrenada, vagamente estructurados por ideas y densos cuestionamientos existenciales que es fácil perder de vista, debido a que se expresan en detalles engañosamente irrelevantes, cuando en realidad encierran la esencia misma de sus cintas. En otras palabras: mucho ruido y pocas nueces... pero quien sepa abrir esas nueces encontrará suficiente valor nutritivo para quedar satisfecho y justificar la experiencia.
O al menos así fue mi caso. Sin embargo, para quien solo vea The Zero Theorem por sus valores superficiales encontrará una historia obtusa y repetitiva, ubicada en confusos escenarios creados con efectos especiales de dudosa calidad. Y, sobre todo, repleta de satíricas alegorías sobre la vida moderna que no son tan inteligentes o provocativas como el director supone. Sin embargo... creo que el auténtico valor de la película reside más allá de su abigarrada presentación. Me cuesta trabajo expresarlo en palabras, pero es justamente lo que me gusta de las películas de Terry Gilliam (y también de David Lynch y Guy Maddin, para el caso): esa sensación de propósito detrás del caos. No sé si será real, o tan solo una consecuencia de mi anquilosado cerebro tratando de procesar información aleatoria, buscando ideas donde solo hay estilo. De cualquier modo funcionó para mi, y aunque no puedo recomendar The Zero Theorem con absoluta confianza, creo que vale la pena exponerse a su volátil combinación de imágenes y conceptos, con la esperanza de que cada espectador encuentre algo distinto y quizás valioso en la experiencia. Y si no, siempre queda admirar al valeroso elenco que desborda entusiasmo en la creación de personajes excéntricos, pero suficientemente sinceros y emotivos para "enganchar" al espectador.
A fin de cuentas no esperaba menos de Gilliam, y por eso disfruté bastante el reto presentado por The Zero Theorem. A diferencia de su torturado protagonista, no necesito encontrar una respuesta concreta para quedar satisfecho. Me conformo con la posibilidad de que la solución exista en algún lugar de la narrativa, esperando el momento de revelarse y sorprendernos (nota: las sorpresas no siempre son buenas).
Calificación: 8.5
Trailer
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
Pablo, ¿qué películas contemporáneas considerarías, desde tu punto de vista, como obras maestras?
ReplyDeleteSaludos y suerte!
Anónimo: Buena pregunta! Viendo una lista de títulos sobre los que he escrito en años recientes encuentro algunas películas que me gustaron mucho (ejemplos: Gravity; Black Swan; Upstream Color; Guardians of the Galaxy; Safety Not Guaranteed), pero no sé si podría llamarles "obras maestras" por dos razones: 1.- Tiendo a asociar el concepto de "obra maestra" como la máxima obra de un cineasta específico, de modo que sería prematuro elegir alguna película de un director que sigue trabajando. 2.- Creo que un componente importante de una "obra maestra" es su permanencia y relevancia con el paso del tiempo. Entonces, ninguna película reciente podría considerarse "obra maestra" hasta que confirme su longevidad e impacto en generaciones futuras. Por otro lado, hay películas universalmente consideradas "obras maestras" que a mi me son indiferentes (The Godfather, Citizen Kane), así que probablemente ni siquiera sabría reconocer una obra maestra si la tuviera junto a mi. De cualquier modo me parece una pregunta muy interesante. Gracias y feliz fin de semana!
ReplyDelete