Síntomas: La escritora May Ryer (Brea Grant) tiene dificultades con su nuevo libro; y, para empeorar las cosas, alguien quiere asesinarla.
Diagnóstico: No soy fan del sub-género de "invasión doméstica", pero la fusión con el cine "slasher" despertó mi curiosidad sobre la película Lucky (no confundir con Lucky, del 2002, ni con Lucky del 2018); y eso fue antes de descubrir el auténtico propósito de la cinta, donde el asesino que invade el hogar de la protagonista es un símbolo de problemas que viene arrastrando la sociedad desde hace siglos. No lo sabía cuando empecé a verla, pero Lucky resultó ser una sólida muestra de "horror metafórico" que replantea los esquemas clásicos del género en una narrativa más ambiciosa y profunda.
Todo comienza con las dificultades profesionales y domésticas de la escritora May Ryer (Brea Grant). Su editor le pide un libro más comercial para incrementar las ventas; pero May quiere compartir ideas sobre individualidad y auto-suficiencia que considera más importantes que el éxito económico. En su casa May lleva una relación cordial pero un poco tensa con su esposo Ted (Dhruv Uday Singh), debido a una traición del pasado. Ambos quieren que funcione el matrimonio, pero es difícil restaurar la confianza perdida. Entonces May despierta una noche y encuentra en su casa un hombre enmascarado (Hunter C. Smith)... y su mundo empieza a derrumbarse.
No quiero revelar más detalles porque es mejor experimentar el misterio de Lucky al mismo tiempo que May, haciéndonos las mismas preguntas, y deduciendo el propósito del visitante nocturno. La directora Natasha Kermani (Imitation Girl) no ofrece pistas concretas, pero el gradual surrealismo que envuelve a la narrativa indica que no debemos tomar literalmente los eventos de la trama. Además, las múltiples preguntas sin respuesta nos obligan a pensar en los mismos términos que la protagonista, y analizar si realmente funcionan las teorías de auto-suficiencia que recomienda en sus libros.
Brea Grant (también escritora de la película) se está convirtiendo en una de las voces más versátiles del horror independiente, y me alegra decir que su trabajo al frente y detrás de las cámaras muestra una consistente mejoría con el paso del tiempo. Desde luego sus películas no son perfectas, pero muestran genuino interés por extender los límites del horror con nuevas ideas, o al menos propuestas alternativas de los clichés más comunes. En el caso de Lucky encontramos la "invasión doméstica" combinada con un asesino "slasher" que no solo representa peligro físico, sino psicológico y hasta existencial; y Grant tiene que capturar la confusión de May al mismo tiempo que define su carácter y resuelve una crisis que permaneció oculta, hasta que sus neurosis la volvieron real... o algo así.
Por el lado negativo diría que Lucky pierde cohesión y energía en la segunda mitad. Y, a pesar de su breve duración (83 minutos, incluyendo créditos), da muchos rodeos para extender el drama... y también para derramar más sangre, así que no puedo quejarme mucho.
Se me ocurre que Lucky nació como cortometraje o como episodio de The Twilight Zone, y se diluyó un poco cuando la extendieron a largometraje; pero las audaces ideas de Grant (como escritora), su desempeño como actriz, y la surrealista dirección de Kermani me permiten recomendar Lucky para fans del "cine raro" y devotos del horror independiente que sepan apreciar pesadillas kafkianas algo inestables, pero con suficiente creatividad para disculpar sus fallas y admirar sus virtudes. Ahí es donde empiezan los futuros "amos del terror", y creo que Brea Grant y Natasha Kermani se acercan cada vez más a esa ilustre categoría.
Calificación: 8 (solo para fans del cine "indie")
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