Friday, July 31, 2020
The Sunlit Night
Síntomas: Para escapar de su caótica vida familiar, la aspirante a artista Frances Cohen (Jenny Slate) acepta un trabajo de verano como asistente del excéntrico pintor Nils Auermann (Fridtjov Såheim) en las gélidas montañas al norte de Noruega.
Diagnóstico: Me gustó The Sunlit Night, pero me extrañaron las críticas negativas que recibió en Internet. Entonces noté una pequeña discrepancia que me inspiró a hacer un poco de labor detectivesca: la versión de The Sunlit Night que se exhibe en VoD dura 81 minutos; sin embargo, el sitio IMDb.com indica una duración de 1 hora y 46 minutos... ¡25 minutos de diferencia! No es común que esa inmensa base de datos (patrocinada por Amazon, nada menos) cometa ese tipo de errores... ¿qué estaría pasando? ¿Será algún tipo de conspiración, o un clásico "Efecto Mandela"?
No, probablemente la solución es más prosaica. Después de leer algunas de esas críticas negativas, llegué a la conclusión de que The Sunlit Night se estrenó en festivales de cine (incluyendo Sundance 2019) con la duración original de 1 hora y 46 minutos; y, en vista de la mala respuesta que obtuvo, fue editada (me imagino) para eliminar relleno y tangentes innecesarias. Otras pistas que refuerzan mi teoría: los créditos finales mencionan un perro que no aparece en la película; hay tres "Editores Adicionales"; y también hay un agradecimiento a "nuestras audiencias de 'test screenings'". Todo lo cual (en caso de ser cierto) confirma el viejo adagio: "El editor puede transformar una mala película en una buena, y una buena película en una magnífica".
Fin de "El Caso de los Minutos Perdidos".
Regresando al punto, la versión que vi de The Sunlit Night me pareció una sencilla pero interesante película sobre el desarrollo interno de una joven artista que simplemente necesita un poco de experiencia para encontrar su camino en la vida y su "voz" creativa. Nada extraordinario, pero con suficiente humor, profundidad emocional, y estilo visual para hacerla recomendable y muy entretenida. En mi humilde opinión.
Vale advertir que esa opinión está influenciada por la presencia de la actriz y comediante Jenny Slate, quien ha acumulado una notable filmografía "indie" desde que salió (la despidieron) de Saturday Night Live, incluyendo cintas como Obvious Child, Landline y la serie de televisión Parks and Recreation. Sobra decir que sus detractores podrían tener una opinión muy distinta de esta película.
The Sunlit Night pertenece al sub-género de "adulto inmaduro" que ha ganado bastante popularidad en años recientes, y sigue más o menos la misma fórmula y maneja los mismos temas. El adulto en cuestión es Frances Cohen (Jenny Slate), incipiente pintora cuyos cuadros son descritos por sus maestros como "flojos" y "fríos". Frances teme seguir los pasos de su padre Levi (David Paymer), un talentoso artista que terminó como ilustrador de libros de anatomía. Entonces Frances recibe varias malas noticias en rápida sucesión y, para escapar figurativa y literalmente de su situación, acepta un trabajo en Noruega como asistente de Nils Auermann (Fridtjov Såheim), un famoso pintor que está preparando una instalación artística en una granja abandonada. Suena perfecto para Frances... pero el cambio no es tan idílico como ella imaginaba: Nils es un tirano arrogante; su vivienda es una inmunda casa rodante; y su trabajo como asistente es tedioso y repetitivo. Ah, y tampoco puede dormir porque el sol nunca se pone.
Sin embargo (como podemos predecir), la soledad física, el aislamiento geográfico, y el contacto con algunos excéntricos visitantes del Círculo Ártico (incluyendo personajes interpretados por Zach Galifianakis, Gillian Anderson y Alex Sharp) extienden gradualmente los horizontes de la joven, y la inspiran a decir algo con su arte.
Como dije antes: nada nuevo ni excepcional. Pero la simpatía de Jenny Slate, la delicada dirección de David Wnendt y la mezcla de humor e introspección ofrecen una experiencia sincera y emotiva, con un desarrollo lógico y una conclusión satisfactoria que me permite recomendar The Sunlit Night para fans del cine independiente, para aficionados al arte visual (Frances compara todo con las pinturas de los grandes maestros), y para admiradores de Jenny Slate. Somos pocos, pero contamos.
Calificación: 8
IMDb
Wednesday, July 29, 2020
First Cow
Síntomas: El cocinero "Cookie" Figowitz (John Magaro) y el fugitivo chino King-Lu (Orion Lee) planean un negocio que podría ayudarlos a sobrevivir en el viejo oeste norteamericano. Desafortunadamente el negocio involucra una vaca que no les pertenece.
Diagnóstico: En el caso de First Cow, el término "viejo oeste" no se refiere al oeste desértico de California o Nevada, donde se desarrollan casi todos los "westerns" tradicionales, sino al estado de Oregon, en el noroeste de los Estados Unidos, donde el clima, la cultura y el comercio eran muy diferentes, y requerían habilidades e instintos especiales para sobrevivir los brutales retos de "la nueva frontera".
La trama de First Cow sigue a dos individuos que no encajan en ese despiadado entorno. Otis "Cookie" Figowitz es un cocinero callado y sensible, contratado por un grupo de tramperos que cazan animales pequeños en los bosques de Oregon. Entonces Cookie encuentra al fugitivo chino King-Lu, y decide ayudarlo en secreto para escapar de sus perseguidores. Y así comienza una amistad cordial y respetuosa, que eventualmente inspira la idea de un negocio con un ingrediente muy difícil de conseguir.
Y en esa amistad, capturada con bucólica parsimonia por la directora Kelly Reichardt (y el escritor Jon Raymond, adaptando su propia novela), podemos encontrar meditaciones filosóficas sobre múltiples temas que siguen vigentes en el presente. ¿Cuáles son esos temas? Los que el espectador quiera identificar: lealtad, ambición, capitalismo, repostería... la oblicua narrativa de First Cow nos invita a interpretar las lecciones que mejor se ajusten a nuestra experiencia personal. Obviamente First Cow no es una obra comercial; su lentitud emula el ritmo de vida en el siglo diecinueve, y nos permite explorar la psicología de personajes complicados que exigen tiempo y paciencia para revelar sus secretos.
Traducción: First Cow podría causar somnolencia en los fans del cine western que esperan balazos, persecuciones por la pradera, o al menos peleas en el "saloon" local. First Cow no tiene nada de eso (bueno, hay una pelea afuera de un bar, pero no la vemos); y sin embargo me mantuvo hipnotizado durante dos horas de lánguida observación, casual planeación del "gran golpe" para robar el ingrediente secreto que Cookie necesita, y la ejecución del crimen con hilarante candor. La verdad es que no ocurren muchas cosas en First Cow, pero la directora sabe que las pausas y silencios pueden expresar más que cualquier diálogo o escena de acción.
En el papel de Otis "Cookie" Figowitz, John Magaro revela desde su primera escena el espíritu afable y compasivo de un hombre ajeno a su tiempo. Por su parte, Orion Lee interpreta a King-Lu como un "outsider" que ha sufrido graves injusticias por su grupo étnico, lo cual le ha enseñado a pensar varios pasos adelante de los demás, y a encontrar oportunidades que nadie ha descubierto. Y así, con inevitables altibajos en su dinámica, Cookie y King-Lu tratan de sobrevivir sin llamar demasiado la atención, y sin revelar sus secretos culinarios.
Me gustó mucho First Cow pero, como dije, no es una película para todos los gustos. Sin embargo, los fans del cine "raro" o de las historias más poéticas que dramáticas encontrarán mucho que admirar, incluyendo la cinematografía de Christopher Blauvelt y el increíble diseño de producción de Anthony Gasparro que encuentra la belleza oculta de las inmundas chozas de madera y las "calles" inundadas de lodo. Finalmente, me gustaría ver una precuela con el enigmático anciano del pueblo (Rene Auberjonois, en uno de sus últimos papeles), para saber cómo se hizo amigo del cuervo. Creo que eso daría suficiente material para una película de cuatro horas.
Calificación: 8.5
IMDb
Monday, July 27, 2020
The Rental
Síntomas: Dos parejas rentan una lujosa casa en la costa para descansar unos días, pero al poco tiempo descubren que sus vidas corren peligro.
Diagnóstico: En su debut como director, Dave Franco (The Little Hours) creó un híbrido de horror y drama con piezas individuales de alta calidad... pero al unirlas quedaron grandes grietas que interrumpen el flujo narrativo y rompen el balance de la experiencia general. Afortunadamente el desempeño de los actores y la deliciosa tensión del tercer acto lograron atenuar los tropiezos de la primera mitad... aunque sigo pensando que The Rental hubiera funcionado mejor si Franco y el co-guionista Joe Swanberg (Win It All) se hubieran decidido por un solo género.
El argumento de The Rental sigue un esquema popular en el cine "indie": la convivencia de un grupo de adultos empieza como algo placentero, pero gradualmente se amarga con la revelación de secretos y rencores ocultos que alteran el tono de la celebración.
The Rental sigue la receta al pie de la letra, con Charlie (Dan Stevens) y Michelle (Alison Brie) como la pareja "perfecta" que oculta sus conflictos; y Josh (Jeremy Allen White) y Mina (Sheila Vand) como la pareja insegura y vulnerable. Entonces, a pesar de tanta turbulencia bajo la superficie, los cuatro amigos se preparan para pasar un fin de semana de relajamiento y diversión.
Y ahí es donde empiezan los elementos de terror. Taylor (Toby Huss), el intendente de la casa, es un individuo racista y desagradable. Charlie trata de ignorar sus insultos para no arruinar las vacaciones; pero Mina sospecha que hay algo más siniestro en su comportamiento... y desde luego tiene razón.
No diré más, salvo que la transición de drama a horror requiere absurdas decisiones por parte de los personajes, así como una marcada reducción en su inteligencia y sentido común. Claro, el libreto justifica esos cambios de carácter por el consumo de drogas y alcohol que intensifican sus particulares neurosis; pero aún así hay momentos demasiado incongruentes que se sienten como la mano invisible del director forzando la película en la dirección que le conviene, y no la que tomaría orgánicamente la situación.
Sin embargo, como dije al principio, una vez que el cambio de curso está completo, The Rental encuentra su ritmo y nos mantiene en tensión mientras los personajes descubren los horrores que oculta la casa rentada. La media hora final me pareció excelente, demostrando el talento de Franco para crear escenas de gran impacto visceral, sin perder de vista las emociones que nos conectan a los personajes. Claramente Franco pertenece a la escuela de "menos es más", y el resultado es bastante prometedor para su carrera futura... siempre y cuando aprenda a definir la identidad de sus proyectos.
Hablando de identidad, otro acierto de Franco fue la selección de actores (indispensable atributo de un buen director). Dan Stevens (¡está en todo últimamente!), Alison Brie (la esposa de Franco en la vida real), Jeremy Allen White y Sheila Vand encajan perfectamente en sus papeles, y poseen el rango necesario para sobrellevar los altibajos del libreto. Por cierto, espero sinceramente que Sheila Vand sea el siguiente gran descubrimiento de Hollywood. Creo que tiene auténtica presencia de "estrella de cine", e innegable talento que ha mostrado en proyectos tan diversos como A Girl Walks Home Alone at Night, Whiskey Tango Foxtrot y la versión televisiva de Snowpiercer. Ojalá The Rental le ayude a atraer proyectos de más alto perfil.
En resumen, The Rental pierde credibilidad por tratar de ser demasiadas cosas al mismo tiempo; pero si examinamos sus componentes individuales encontraremos suficientes cualidades para disfrutarla en sus propios términos... aceptando que hay mejores películas en ambos géneros (drama "indie" y horror doméstico). Todo lo cual sirve también para confirmar el potencial de Dave Franco como director; si logró tanto con material deficiente, podría sorprendernos cuando encuentre un libreto con menos grietas y más cohesión.
Calificación: 7
IMDb
Sunday, July 26, 2020
Attraction 2: Invasion (Vtorzhenie)
Síntomas: Tres años después de la caída de una nave extraterrestre en Moscú (como vimos en Attraction), los países más poderosos del mundo colocaron defensas orbitales para destruir cualquier vehículo espacial que amenace a la Tierra. O al menos eso creen.
Diagnóstico: En el año 2017, la película rusa Attraction (Vtorzhenie) utilizó un ingenioso replanteamiento de la clásica "invasión extraterrestre" para hacer algunos comentarios sobre paranoia gubernamental, xenofobia cultural... y romance juvenil. Francamente me decepcionó el desperdicio de tantos recursos técnicos y talento artístico en otro predecible triángulo romántico al estilo de Twilight o The Hunger Games: una joven indecisa entre su novio humano y el alienígena que necesita ayuda para reparar su nave.
Y ahora, desafortunadamente, la secuela Attraction 2: Invasion, repite el mismo error... aunque en esta ocasión ya estaba preparado y pude disfrutarla un poco más, en parte por mis bajas expectativas y en parte por la creatividad del director Fedor Bondarchuk para extender la mitología establecida en la cinta original. Bondarchuk y sus guionistas Oleg Malovichko y Andrey Zolotarev tomaron conceptos apenas insinuados en Attraction (como la tecnología basada en agua), y dejaron volar su imaginación para crear impresionantes escenas que no se parecen a nada que haya visto en los "blockbusters" norteamericanos. O de cualquier otro país, para el caso.
Sin embargo... repito, todo ese potencial pasa a segundo plano para enfocarnos en la relación entre Yulia (Irina Starshenbaum), su ex-novio Artyom (Alexander Petrov), y el alien Hakon (Rinal Mukhametov). Los eventos de la cinta anterior (convenientemente resumidos al principio de Attraction 2: Invasion) tuvieron graves consecuencias para el trío, y también para el Coronel Lebedev (Oleg Menshikov), el padre de Yulia, quien ahora se encarga de estudiar las mutaciones que sufrió su hija durante su contacto con la nave espacial. Pero eso es exactamente lo que quiere evitar Ra, la omnipotente inteligencia artificial cuya misión es borrar todo rastro de tecnología extraterrestre en nuestro planeta... empezando por Yulia. Entonces Artyom y Hakon deciden olvidar sus diferencias y cooperar para salvar a la muchacha; y, si hay tiempo, también al resto del mundo.
Personalmente encontré Attraction 2: Invasion más entretenida que la primera parte, pero también más frustrante. Cada vez que el conflicto interplanetario empieza a ponerse interesante es interrumpido por otra insulsa escena con tres jóvenes discutiendo sin química ni pasión alguna. El director intenta dibujar a Yulia como una mujer fuerte y decidida, pero en realidad es absolutamente pasiva (y además pasa buena parte de la película inconsciente). Sus pretendientes tienen más personalidad, pero no la suficiente para mantener nuestra atención durante dos horas. Entonces, el premio de consolación son los extraordinarios efectos especiales realizados por el estudio Main Road Post. El trabajo de animación, escenarios virtuales y simulaciones de fluidos es simplemente espectacular, y contribuyen a generar el escaso suspenso y emoción que encontré en Attraction 2: Invasion.
Sin embargo, no sé si eso basta para recomendar la película. Por mucho que me hayan impresionado sus imágenes, creo que Attraction 2: Invasion es un fracaso dramático, y además demuestra de que la industria cinematográfica rusa no solo igualó (y tal vez superó) a Hollywood en asuntos técnicos, sino también en malas decisiones comerciales. Pero, bueno... en vista de otros recientes "blockbusters" rusos con mejores argumentos, quiero pensar que Attraction 2: Invasion fue un tropiezo accidental, y no un indicador de la dirección que tomará el cine de aquel país. Si la historia nos ha enseñado algo, es que los productores y ejecutivos aprenden de sus errores. Y que el sarcasmo es difícil de expresar en forma escrita.
Calificación: 6.5
IMDb
Friday, July 24, 2020
Volition
Síntomas: James Odin (Adrian Glynn McMorran) tiene la habilidad de ver el futuro, pero sus visiones son demasiado confusas, y apenas sirven para ganar apuestas menores en eventos deportivos. Sin embargo, un amigo que conoce su secreto le pide ayuda en una venta ilegal de diamantes, y James acepta porque necesita el dinero... pero no sabe si realmente podrá ayudar, o si solo causará más problemas.
Diagnóstico: Mientras veía Volition estuve recordando Mega Time Squad, aquella reciente cinta neozelandesa sobre criminales de poca monta que pueden viajar en el tiempo por medio de una reliquia mágica... con resultados cómicamente catastróficos. Volition recurre a un mecanismo temporal distinto, y definitivamente no es una comedia, pero incluye elementos similares: un inepto criminal, un "gran golpe" fallido, y un argumento que se complica más y más conforme James trata de corregir los "errores" provocados por sus ambiguas visiones clarividentes. Como fan de la ciencia ficción, y especialmente de relatos con paradojas temporales, me gustó lo que el director Tony Dean Smith intentó hacer con esta ecléctica lista de ingredientes, pero al final me decepcionó un poco por sus caprichos narrativos y confuso desarrollo. Claro, esto último es casi obligatorio en cualquier relato diacrónico, y estoy seguro de que Smith dibujó complicados diagramas para asegurarse de que su libreto mantuviera una sólida lógica interna... pero no sirve de nada si las acciones del protagonista se sienten arbitrarias, o si tiene que inventar obstáculos y motivaciones para impulsar el fracturado melodrama. Hasta ahí dejaré mis quejas para no arruinar las sorpresas de Volition, pero baste decir que Smith (al igual que James) fue víctima de su propia ambición.
Lo cual no es necesariamente malo, sobre todo en el humilde nicho del cine independiente, donde la ambición puede ser el ingrediente clave para separar las películas mediocres de las que son imperfectas, pero interesantes. Y eso describe adecuadamente Volition: a pesar de sus defectos, me mantuvo cautivo durante noventa minutos gracias a sus ingeniosas ideas y sorprendentes revelaciones que alteran por completo nuestra percepción de la historia. Eso basta para recomendarla a pesar de su insulsa sub-trama romántica, ineptos villanos, y los obstáculos artificiales que mencioné hace un momento. En fin... no todas las "películas temporales" pueden ser tan divertidas como Back to the Future, después de todo.
En el aspecto visual, Volition complementa su tergiversado argumento con cinematografía "noir" que nos transporta al sub-mundo criminal de James y sus amigos. Los efectos especiales son simples pero eficientes; y, para que todo lo demás funcione, las actuaciones mantienen un riguroso realismo que nos ayuda a aceptar algunas incongruencias de carácter, así como el final que... bueno, será mejor que cada quien decida por su cuenta.
En el papel principal, Adrian Glynn McMorran es un clásico "loser" con buen corazón; pero en este caso su apatía es consecuencia de saber que el futuro está escrito, el libre albedrío es una cruel ilusión, y las decisiones personales son irrelevantes. Es un audaz punto de vista que el director utiliza como reto principal para la evolución de James, y el actor lo aprovecha para crear un personaje melancólico y fatalista. Magda Apanowicz también añade sutil sentimiento al papel de Angela, una mujer accidentalmente involucrada en el crimen; Jon Cassini es Ray, el patético "cerebro" de la operación; y Bill Marchant es Elliot, el adulto que cuidó a James en su infancia, después del accidente donde perdió a sus padres... y donde se originaron sus poderes.
A fin de cuentas Volition me gustó por su inesperada combinación de "neo-noir" y ciencia ficción, explorando con igual detalle las complicaciones prácticas de conocer el futuro, y las consecuencias emocionales de saber que no podemos alterarlo. Hay varias tangentes dramáticas que me parecieron innecesarias o inverosímiles, pero no desviaron mi atención de la intriga principal... solo me hicieron desear que Tony Dean Smith hubiera refinado un poco más el libreto para hacer justicia a la fascinante premisa. Hasta Marty McFly planeó mejor sus travesuras temporales.
Calificación: 7.5
IMDb
Wednesday, July 22, 2020
The Beach House
Síntomas: Randall (Noah Le Gros) se dispone a pasar unos días con su novia Emily (Liana Liberato) en la casa de playa de su familia, pero cuando llegan descubren que ya está ocupada por Mitch (Jake Weber) y Jane (Maryann Nagel), viejos amigos de su padre. Y, para empeorar las cosas, hay algo en el ambiente que empieza a afectar el comportamiento de ambas parejas.
Diagnóstico: No es una adaptación oficial, pero creo que The Beach House capturó el espíritu de The Colour Out of Space mejor que la reciente película con Nicolas Cage. Claro, The Beach House no tiene meteorito, ni granja, y ni siquiera un "color" específico para identificar la infección (aunque el director de fotografía Owen Levelle utiliza una paleta policromática para crear un entorno deliciosamente surrealista); sin embargo The Beach House maneja los mismos temas de corrupción orgánica y trastorno mental que hicieron tan memorable aquella famosa historia corta.
Con ese propósito, el director Jeffrey A. Brown escribió un libreto muy simple, pero con suficientes ingredientes para generar una especie de "drama estático" con poca acción, mucho carácter, y un tenebroso misterio cuyo origen no necesitamos conocer para compartir el terror de los personajes.
Cuando Randall y Emily llegan a la casa de la playa, la inesperada presencia de Mitch y June provoca una situación un poco incómoda; pero es una casa grande con espacio para todos, y el cuarteto decide convivir y conocerse mejor a pesar de ciertas tensiones personales; por ejemplo, Emily es una joven ambiciosa y emprendedora, mientras que Randall no tiene planes para el futuro, lo cual está causando fricciones en su relación. Por su parte, Mitch y June enfrentan problemas médicos que obviamente prefieren callar. Y entonces todo se complica con la introducción de una misteriosa sustancia (tal vez proveniente del mar) que transforma a los personajes, primero en su conducta, y después... bueno, de maneras más desagradables.
A pesar de esa descripción, The Beach House no es una obra tradicional de terror. Desde luego tiene suspenso, algunos sangrientos efectos especiales, y una pesadillesca atmósfera que no solo eleva visualmente la película, sino que además refleja la inestabilidad mental de los personajes; pero su lento ritmo y monótona narrativa podrían decepcionar a quienes buscaban una "creature feature" más convencional. Por el contrario, The Beach House se enfoca en el horror inmaterial de la impotencia y desconcierto que sentimos ante una amenaza desconocida, lo cual representa (en mi humilde opinión) la más pura esencia del horror lovecraftiano... no entendemos lo que está pasando, y cuando lo averiguamos ya es demasiado tarde.
El reparto aprovecha ese concepto como amplificador de sus conflictos internos, lo cual es muy útil para añadir el indispensable componente emocional que nos atrapa en la historia, más allá de los adornos visibles. Noah Le Gros (Depraved) y Liana Liberato (Haunt) nos muestran el conflicto de una pareja joven con distintas metas en la vida; y Jake Weber (The Haunting of Molly Hartley) y Maryann Nagel representan afable madurez... aunque ningún simbolismo los salvará de una crisis biológica que no reconoce edades ni posición social (¿suena familiar?)
Por su parte, el director Jeffrey A. Brown aprovecha el minimalismo de la producción para acentuar la claustrofobia de la casa y la soledad de la playa en "temporada baja". Por cierto, la casa no está en algún paraíso tropical, sino en las frías y rocosas costas de Massachusetts... clásico territorio lovecraftiano, lo cual refuerza la hipotética conexión con la obra del autor.
En resumen, The Beach House es una modesta cinta de horror independiente con sólidos valores de producción, buenas actuaciones y efectos especiales esporádicos, pero de buena calidad. Sin embargo su impacto radica en explorar los límites de la conciencia humana y su conexión con el cuerpo que creemos conocer... hasta que es invadido por algo más perturbador que cualquier monstruo o asesino enmascarado del cual no podemos escondernos ni correr.
Calificación: 8
IMDb
Monday, July 20, 2020
Sorry We Missed You
Síntomas: Ricky Turner (Kris Hitchen) y su esposa Abbie (Debbie Honeywood) forman parte de la "gig economy" en la ciudad de Londres, pero las injustas condiciones de trabajo y baja remuneración empiezan a afectar su vida familiar... por no mencionar su economía.
Diagnóstico: Estoy descubriendo algo alarmante: entre más viejo estoy, más aprecio las películas del director británico Ken Loach. Por ejemplo, en la universidad vi Ladybird, Ladybird y me aburrió hasta las lágrimas; no me entraba en la cabeza cómo alguien podía hacer una película tan... simple. Desde luego ahora reconozco que aquella "simpleza" ocultaba un denso tapiz de comentarios sociales, económicos y políticos que mi cerebro juvenil era incapaz de asimilar por falta de experiencia. Pero conforme pasaron los años y empecé a encontrar problemas similares a los de los protagonistas de Loach (aunque, afortunadamente, nunca tan graves)(hasta el momento)(aunque I, Daniel Blake cayó muy cerca del blanco) me di cuenta del tremendo valor de sus películas, así como sus nobles intenciones de señalar con gran humanidad y sentido crítico las fallas de una sociedad repleta de grietas por donde caen muchas personas que se sienten traicionadas por gobiernos indiferentes a las necesidades de la gente común. En otras palabras: ahora no me aburren las películas de Ken Loach; solo me deprimen.
Hablando de lo cual: Sorry We Missed You es la más reciente (y quizás más relevante) producción de Loach, donde explora los vicios inherentes de la "gig economy" y sus consecuencias en el tejido de la sociedad y las familias que sufren bajo el dominio del capitalismo fuera de control.
La "gig economy", o "economía de trabajo temporal" generalmente describe labores realizadas por trabajadores independientes que no son empleados de una empresa, sino proveedores externos de toda clase de servicios, desde programación hasta entrega de paquetes. Esto ahorra dinero a las grandes empresas, incrementa las fuentes de empleo, y agiliza el servicio para los clientes... pero también se presta para explotar a los trabajadores temporales con exigencias irracionales y condiciones inhumanas.
Eso es lo que Ricky y Abbie Turner descubren en sus respectivos empleos (entrega de paquetes y cuidado de ancianos). Al principio parecen buenas oportunidades, pero el ritmo de trabajo se vuelve intolerable, ocupando todo el tiempo que deberían dedicar a sus hijos Sebastian (Rhys Stone) y Liza (Katie Proctor); esta negligencia involuntaria genera nuevos problemas que les quitan más tiempo... y así entran a un círculo vicioso del que nadie puede escapar.
Para crédito del director Ken Loach y del guionista Paul Laverty, Sorry We Missed You no ofrece soluciones mágicas ni oculta una agenda política (personalmente creo que el problema no reside en el tipo de gobierno ni en sistemas económicos, sino en mecanismos intrínsecos de la mente humana). En vez de eso, Sorry We Missed You sigue la rutina cotidiana de la familia Turner con clínica frialdad, y deja que el espectador saque sus propias conclusiones. Las cuales son ciertamente deprimentes, pero también inspiradoras porque celebran la tenacidad de la clase trabajadora y los inquebrantables lazos que mantienen unidas a las familias hasta en las más difíciles circunstancias. Claro que un sueldo decente y patrones más comprensivos serían mejores que cualquier consuelo espiritual; pero, bueno... una película no va a cambiar nada, por buenas que sean sus intenciones. Entonces, solo queda esperar que en su siguiente película Ken Loach se enfoque en un nerd obeso y antisocial con dolor de rodillas, y mi identificación será total.
Calificación: 9
IMDb
Sunday, July 19, 2020
The Whistlers (La Gomera)
Síntomas: El Inspector Cristi Anghelache (Vlad Ivanov) y su cómplice Gilda (Catrinel Marlon) planean un arriesgado "trabajo" en la ciudad de Bucarest. Pero antes Cristi debe viajar a La Gomera, en las Islas Canarias, para aprender el lenguaje silbado que utilizan los granjeros locales, y así poder evadir la vigilancia de la Policía.
Diagnóstico: La película rumana The Whistlers es un maravilloso ejemplo de una "heist movie" donde el "gran golpe" es lo de menos... lo importante es la intriga entre los miembros del equipo, cada uno con su propios motivos y secretos, de modo que nunca sabemos exactamente quién trabaja para quién, ni de dónde vendrán las inevitables traiciones que podrían descarrilar el minucioso plan de Cristi y Gilda.
En una película tan breve (97 minutos, cosa rara en un thriller repleto de sorpresas y personajes) conviene saber lo menos posible sobre el argumento, así que solo mencionaré algunos personajes involucrados en la planeación del golpe: Cristi Anghelache (Vlad Ivanov) es un policía corrupto pero cauteloso, sobre todo cuando lo vigila de cerca su oficial superior, la Inspectora Magda (Rodica Lazar). Por su parte, Gilda (Catrinel Marlon) tiene razones personales para participar en el plan, lo cual podría causar problemas con Kiko (Antonio Buíl), el iracundo español que le enseña el lenguaje silbado a Cristi; y con Paco (Agustí Villaronga), el líder criminal que desconoce cierta traición del pasado. Y, finalmente, tenemos a Zsolt (Sabin Tambrea), el fabricante de colchones con un gran secreto que todos quieren poseer.
Con esas piezas comienza el tenso juego de ajedrez donde el tablero puede cambiar sin previo aviso, las reglas no se respetan, y los ataques llegan de cualquier ángulo... así como los rescates de último minuto. Y todo eso contra el pintoresco marco cultural de la isla La Gomera y la ciudad de Bucarest, totalmente distintas en clima, arquitectura y geografía, y sin embargo unidas por invisibles lazos de crimen y ambición.
No reconocí a ninguno de los actores, pero todos hacen un trabajo fantástico. Vlad Ivanov interpreta a Cristi como un hombre reservado y solitario, acostumbrado a observar y guardar lo que piensa; de hecho, creo que tiene más diálogos "silbados" que hablados. Catrinel Marlon es Gilda, la obligatoria "mujer fatal" que no está motivada por la avaricia sino la emoción, lo cual Marlon expresa con un toque de vulnerabilidad detrás de su implacable tenacidad. Y, en el papel de la Inspectora Magda, Rodica Lazar crea un personaje rígido en el cumplimiento de su deber, pero con suficiente flexibilidad para romper las reglas cuando los criminales hacen lo mismo.
En resumen, The Whistlers es un recomendable "neo-noir" que tampoco sigue las reglas del género, y sin embargo triunfa en todos los niveles, incluso incorporando un poco de sardónico humor para acentuar el suspenso y suavizar la amoralidad de los personajes. Excelente trabajo del director y guionista Corneliu Porumboiu, cuya carrera espero seguir en el futuro, siempre y cuando sus películas rompan la barrera de la distribución global. Confío en que así será, no solo por el precedente de The Whistlers, sino por la demanda de contenido en los servicios de streaming que compiten por nuestra atención. Siempre será mejor una joya oculta rumana que otro decepcionante blockbuster hollywoodense.
Calificación: 9
IMDb
Friday, July 17, 2020
Relic
Síntomas: Cuando la abuela Edna (Robyn Nevin) desaparece misteriosamente, su hija Kay (Emily Mortimer) y su nieta Sam (Bella Heathcote) se mudan a la vieja mansión rural para coordinar la búsqueda con la Policía australiana. Pero lo que encuentran son extraños fenómenos que podrían indicar el paradero de la abuela.
Diagnóstico: Relic es otra película de "horror metafórico" que utiliza elementos de la proverbial "casa embrujada" para representar el colapso psicológico de una familia en crisis. Me gusta mucho esta nueva tendencia (no tan nueva, realmente, pero en ascenso en años recientes) porque eleva el cine de terror, asignando nuevo significado a los viejos clichés con el fin de explorar temas y situaciones más profundos de los que acostumbra el género.
Por el lado negativo, es común descuidar el horror entre tanto simbolismo; y creo que Relic cometió ese error, aunque eventualmente se redime con un perturbador tercer acto que responde nuestras preguntas con una combinación de melancolía y repulsión visceral que encontré muy apropiada para la sensibilidad de la película.
Todo empieza con la llegada de Kay (Emily Mortimer) y Sam (Bella Heathcote) a la vieja casona donde la abuela Edna (Robyn Nevin) vive completamente sola desde el fallecimiento de su esposo. Edna era una mujer sana y activa, pero Kay y Sam descubren indicios de un deterioro mental progresivo; por ejemplo, hay "Post-Its" por toda la casa para recordar cosas obvias, como "apagar la luz" o "tomar medicinas". Y, por si no fuera suficiente preocupación, también escuchan ruidos en las paredes que parecen normales en un inmueble tan antiguo... aunque también podrían indicar una presencia oculta, quizás relacionada con la desaparición de Edna.
Y, bueno, las cosas se complican con un "twist" que ofrece pocas respuestas y plantea más preguntas, obligando a Kay y Sam a tomar difíciles decisiones que afectarán el futuro de la familia entera.
La directora y co-guionista Natalie Erika James escribió un drama sobre distanciamiento familiar, los estragos de la edad, y el aislamiento emocional que puede afectar a individuos de cualquier generación. El marco de la "casa embrujada" sirve para darle forma concreta a los temores de Edna, Kay y Sam, pero demora mucho en avanzar, y es muy fácil adivinar la solución al gran misterio... aunque, para ser justos, la resolución adopta una forma realmente inesperada, culminando en un final trágico y conmovedor, aunque con un toque de esperanza.
Habiendo dicho eso, la primera hora de Relic se siente lenta y monótona. El "twist" intermedio le da un empujón a la trama, pero después de eso se instala en una rutina de paseos nocturnos por la casa, tensas conversaciones entre las mujeres, e insinuaciones de fenómenos paranormales que resultan más ambiguos que terroríficos.
Por cierto, es buen momento para aclarar que Relic no utiliza sobresaltos baratos para asustar al espectador, sino una atmósfera sofocante que nos envuelve gradualmente hasta contagiarnos la paranoia de las protagonistas. Cada vez que Kay o Sam entran a una habitación, yo buscaba frenéticamente sombras en los rincones o alguna manifestación tangible de la amenaza que se cierne en cada escena de la película... pero nunca la encontré. Como dije, Relic no es una película de "sustos", sino de turbias ideas y funestos presagios sobre los efectos del tiempo en nuestra conciencia, lo cual es más terrorífico que cualquier fantasma o espíritu maligno.
Y todo eso con el excepcional apoyo de tres actrices y una directora en perfecta armonía creativa, así como un sobresaliente equipo técnico encargado de crear la pesadillesca realidad de esta casa/metáfora donde las cosas no son lo que parecen, y todo puede suceder... al menos para quienes sigan despiertos después de la primera mitad.
Calificación: 8
IMDb
Wednesday, July 15, 2020
Greyhound
Síntomas: En su primera misión a bordo del destructor norteamericano USS Keeling (código radial: Greyhound), el Capitán Ernest Krause (Tom Hanks) debe proteger una flota de cargueros en su travesía hacia Inglaterra sobre aguas infestadas de submarinos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.
Diagnóstico: Y eso es todo. A diferencia de otros thrillers militares, Greyhound se enfoca de principio a fin en una sola misión, sin analizar su contexto político, resonancia histórica, y sin perder tiempo en introducir una multitud de personajes que probablemente olvidaremos durante el fragor de la batalla. Así, el director Aaron Schneider y el guionista Tom Hanks (basado en una novela de C.S. Forester) pueden dedicar toda su atención al suspenso del combate naval y la presión que ejerce sobre el Capitán Krause (Tom Hanks), cuyas decisiones no solo afectan a su tripulación, sino a cientos de marinos que participan en el convoy trasatlántico, y miles de soldados ingleses que dependen de esos suministros en el frente europeo.
Este enfoque tan específico podría decepcionar a los fans del cine bélico que están (estamos) acostumbrados a ver relatos más completos, con múltiples puntos de vista y variadas sub-tramas que se integran en una experiencia dramática más amplia y satisfactoria. Por el contrario, Greyhound limita intencionalmente su perspectiva para profundizar en situaciones y procedimientos que rara vez se han contemplado en el cine comercial. Supongo que Tom Hanks (ávido estudiante de la Segunda Guerra Mundial) sintió que no se habían cubierto estas minuncias en sus proyectos anteriores (como Saving Private Ryan y las miniseries Band of Brothers y The Pacific). Esto significa que Greyhound será mejor recibida por "geeks" militares como Hanks que sepan apreciar la detallada recreación de la vida a bordo de un barco destructor, y comprendan las devastadoras decisiones que enfrenta el Capitán Krause en el cumplimiento de su deber.
Sin ser uno de esos "geeks", me gustó Greyhound justamente por la reducida escala de su narrativa, la cual se traduce en mayor intensidad emocional. Al mantenernos durante toda la película a bordo del Greyhound (con excepción de un breve prólogo en tierra firme), el director nos obliga a presenciar el desarrollo de la crisis mientras se ejecutan complejas maniobras que a veces resultan en victorias y a veces en tragedias. Y también encontré interesante el uso del "R.A.D.A.R." (en aquel entonces todavía era un acrónimo), la nueva herramienta tecnológica cuyas ventajas y limitaciones transformarían el combate en alta mar.
Por el lado humano tenemos al Capitán Krause, interpretado por Tom Hanks con su habitual calidez y realismo, aunque sin grandes variaciones sobre sus previos roles como líder civil o militar. Los oficiales y marinos del Greyhound se pierden entre tantos diálogos repletos de términos náuticos que nadie se detiene a explicar; pero ocasionalmente alguno destaca por simple carisma o personalidad, incluyendo a Matt Helm (!) como el Teniente Nystrom; Matthew Zuk como el incansable mensajero; y Rob Morgan como Cleveland, el cocinero que prepara los alimentos del Capitán. Este fue un interesante indicador histórico de la situación social durante la Segunda Guerra Mundial, recordándonos que no todos gozaban los mismo privilegios de "la generación más grande".
En el aspecto visual Greyhound ofrece excelente diseño y cinematografía, pero medianos efectos especiales. Las imágenes del convoy marítimo y las secuencias de combate contra los submarinos alemanes son razonablemente realistas, y transmiten con claridad las desesperadas estrategias del cazador y la presa, pero nunca alcanzan la calidad de las grandes producciones hollywoodenses. Quizás por eso Greyhound quedó relegada a un estreno digital en Apple+, lo cual no debería tomarse como un defecto, sino como voto de confianza en su actor/escritor/productor, y en los simples placeres de una historia concisa y bien planteada a pesar de su reducida ambición. En resumen: Greyhound es como leer un solo capítulo de un libro más largo y complicado; hasta cierto punto funciona por sí mismo, pero le faltó contexto para trascender su austeridad. Aún así, el suspenso y el talento de Hanks mantienen a flote la experiencia (perdón).
Calificación: 8
IMDb
Monday, July 13, 2020
The Old Guard
Síntomas: Andy (Charlize Theron) y su equipo de mercenarios tienen un gran secreto que les permite aceptar misiones de alto riesgo. Entonces alguien descubre su secreto, y el equipo debe luchar por sus vidas. Una y otra vez.
Diagnóstico: No tiene sentido ocultarlo porque lo revelan desde los primeros minutos: Andy y sus compañeros Joe (Marwan Kenzari), Nicky (Luca Marinelli) y Booker (Matthias Schoenaerts) son "inmortales" que pueden revivir y regenerar sus tejidos después de sufrir graves heridas (más o menos como Wolverine, aunque con diferencias importantes). El cuarteto aprovecha su invulnerabilidad para enfrentar situaciones que nadie más podría sobrevivir; pero alguien descubre su secreto, e intenta capturarlos para estudiar su "poder".
Con excepción de ese elemento fantástico, yo esperaba que The Old Guard sería como cualquier otro thriller de acción en el catálogo de Netflix: malos contra buenos luchando por un genérico "mcguffin", y listo... dos horas de balazos y explosiones, con algunas traiciones y tragedias del pasado para añadir emoción. Afortunadamente The Old Guard destruyó mis expectativas con un libreto más profundo y original, donde ciertamente hay explosiones, peleas y traiciones... pero también hay una fascinante historia humana que se filtra gradualmente entre el ruido, logrando que el melodrama resulte más interesante que las escenas de acción.
La directora Gina Prince-Bythewood y el escritor Greg Rucka (en cuyo comic se basa la película), reconocen las contradicciones de la inmortalidad y dedican tiempo suficiente para explorar sus consecuencias en la psicología de Andy y sus soldados. Sus reflexiones no llegan más lejos de lo que hemos visto en cintas como Highlander o Star Trek: Insurrection, pero encontré igualmente válidas las ideas de Rucka sobre la vida y la muerte, añadiendo un nivel filosófico que eleva la experiencia... aunque también puede ignorarse si solo nos interesa la violencia (lo cual no tiene nada de malo).
Hablando de violencia, Charlize Theron, Marwan Kenzari, Luca Marinelli, Matthias Schoenaerts y KiKi Layne comparten un excelente balance entre su desempeño físico y las exigencias dramáticas del libreto (la pelea en el avión me dejó sin aliento); y el final incluye un fenomenal "twist" con gran potencial para una secuela. El reparto secundario incluye al gran Chiwetel Ejiofor como un agente (retirado) de la CIA con ambigua lealtad; Van Veronica Ngo (Furie) como una misteriosa figura del pasado; y Harry Melling (Dudley Dursley en las películas de Harry Potter) como el villano con intenciones engañosamente humanitarias. Su actuación es un poco exagerada, pero al menos no fue otro apático antagonista como los de aquellos thrillers pre-fabricados que mencioné al principio.
Aunque The Old Guard está basada en un comic, no es exactamente una película de super-héroes; sin embargo creo que podría servir como modelo para reducir la escala de las mega-franquicias de Marvel y DC Comics en el futuro post-pandémico, con películas de menor costo, con más carácter, y un enfoque más humano que no requiere batallas cósmicas para entretenernos y "conectarnos" con los personajes. No sé si alguna vez regresarán los inmensos "blockbusters" de antaño... pero estoy satisfecho con esta alternativa. En vez de gastar obscenas cantidades de dinero en campañas publicitarias, sería mejor invertir en material fresco y bien construido, que pueda disfrutarse en plataformas digitales sin sacrificar atractivo visual. En otras palabras: la "nueva guardia" del cine puede aprender mucho de Andy y su Vieja Guardia mercenaria; solo recuerden que no tienen todo el tiempo del mundo.
Calificación: 8.5
IMDb
Sunday, July 12, 2020
Woman at War (Kona Fer í Stríð)
Síntomas: Halla Sigurðsson (Halldóra Geirharðsdóttir) inicia una implacable campaña de eco-terrorismo para defender a Islandia de las industrias que quieren explotar y corromper sus zonas naturales. Entonces Halla recibe una noticia que la obliga a re-evaluar su futuro.
Diagnóstico: La película islandesa Woman at War aborda temas serios y relevantes para la situación mundial (incluyendo ecología, corrupción gubernamental y responsabilidad personal), pero lo hace con un sardónico sentido del humor que aligera su mensaje e incorpora un agradable surrealismo en la misión de Halla, una mujer cuya conciencia ecológica empieza a flaquear cuando recibe una noticia que podría cambiar su vida.
Para contar esta ecléctica historia, el director Benedikt Erlingsson combina géneros con tal pericia que borra por completo la división entre thriller, estudio de carácter, y comedia costumbrista, cada uno de los cuales bastaría por sí mismo para recomendar Woman at War.
En el aspecto de thriller tenemos a Halla (Halldóra Geirharðsdóttir), la afable directora de un coro musical que secretamente ejecuta ingeniosos sabotajes sobre el sistema eléctrico que alimenta las fábricas de sus "enemigos". Los cuales, por cierto, Erlingsson no se preocupa por desarrollar más allá de su genérica villanía corporativa. Tal vez hubiera sido interesante conocer los efectos de la industria sobre la impresionante campiña islandesa, pero ese no es el propósito de la película. En vez de eso, seguimos a Halla en emocionantes incursiones ilegales, y las subsiguientes persecuciones policíacas con "drones" y helicópteros que buscan al culpable de estos ataques contra la infraestructura de la nación.
Por el lado de la comedia, el director incorpora traviesos elementos visuales que rompen la cuarta pared (algunas personas los llamarían "meta"), al mismo tiempo que influyen oblicuamente en la narrativa; por ejemplo, un "coro griego" de cantantes folclóricas ucranianas que nos recuerdan con su incongruente presencia la gran decisión que Halla deberá tomar antes de continuar su cruzada ecológica.
Todo lo cual nos lleva al estudio de carácter que toma precedencia sobre las demás facetas de la película: Halla navega su doble vida con notable soltura, evitando que sus actividades secretas interfieran con su trabajo real. Pero todo tiene un límite, y eventualmente Halla debe considerar el impacto de sus acciones en los demás, desde su hermana pacifista, hasta sus ocasionales cómplices, por no mencionar las vidas inocentes que requieren ayuda urgente y concreta, en vez de la ambigua rebelión social de Halla.
Halldóra Geirharðsdóttir es simplemente espectacular en el papel principal, capaz de expresar múltiples emociones en una misma mirada; Halla es un personaje profundo y complicado que cobra vida gracias al talento de Geirharðsdóttir para exteriorizar el conflicto interno de una mujer atrapada entre dos mundos. En papeles secundarios encontramos a Jörundur Ragnarsson como un temeroso aliado burocrático que ofrece información, aunque nunca se atrevería a participar en las misiones de sabotaje; Jóhann Sigurðarson como un granjero al mismo tiempo pragmático y filosófico que sabe más de lo que aparenta (SPOILER: no le pasa nada a su perro); y Juan Camillo Román Estrada como un turista español que siempre está en el lugar equivocado; sus desventuras parecen simple "comic relief", pero también dicen mucho sobre el estado actual del mundo.
Me gustó mucho Woman at War, no solo por sus actuaciones, mensaje y perfecto balance entre drama y comedia, sino por el tono general de la producción, con ese rústico sabor europeo que inspira emociones realistas sin recurrir a exageraciones dramáticas ni manipulación sentimental. Las cosas son lo que son, y eso basta para atraparnos en la película. No hacen falta explicaciones cuando todo es tan claro... como demuestra el contundente final, más elocuente que cualquier discurso ecológico. Y sin duda más aterrador.
Calificación: 9
IMDb
Friday, July 10, 2020
Eurovision Song Contest: The Story of Fire Saga
Síntomas: Desde que eran niños, Lars Erickssong (Will Ferrell) y Sigrit Ericksdóttir (Rachel McAdams) soñaban con participar en el famoso concurso musical Eurovision... y eventualmente lo logran, aunque más por azar que por talento.
Diagnóstico: Antes de ver Eurovision Song Contest: The Story of Fire Saga sabía que existía este popular evento europeo, pero no conocía nada sobre su formato e historia, y por eso decidí invertir unos minutos en Wikipedia leyendo al respecto, para no llegar "en blanco" a la película. Fue una buena decisión, pues de otro modo no hubiera apreciado la sátira del libreto co-escrito por Will Ferrell y Andrew Steele, ni las parodias de los artistas participantes, y mucho menos la atmósfera "kitsch" que empapa cada aspecto del festival Eurovision.
Eurovision Song Contest: The Story of Fire Saga maneja exactamente el tipo de humor que hizo famoso a Will Ferrell en Saturday Night Live, y fue un placer encontrarlo de nuevo (patrocinado por Netflix, nada menos) en un excéntrico papel que aprovecha al máximo su talento para hacer el ridículo sin perder la simpatía del espectador, y sin sacrificar la humanidad del personaje. De hecho, creo que desde Step Brothers no había visto un proyecto de Ferrell con un balance tan afortunado entre humor y emoción.
La trama de Eurovision Song Contest: The Story of Fire Saga sigue la estructura básica de cualquier melodrama musical: Lars y Sigrit formaron el grupo Fire Saga en el pequeño pueblo islandés de Húsavík, donde alcanzaron moderado éxito local; pero su auténtica meta es llegar al festival Eurovision, que fue la inspiración original de su carrera musical. Entonces un accidente los ayuda a calificar, y el dueto descubre que el mayor reto no será ganar el concurso, sino evitar las tentaciones de la fama y mantener su visión artística sin traicionar los ideales de Fire Saga. En otras palabras, una clásica historia sobre ascenso, caída y redención.
Con una trama tan simple, el director David Dobkin (The Wedding Crashers) necesita subir el volumen (literal y figurado) de los números musicales, y ahí es donde Eurovision Song Contest: The Story of Fire Saga destaca como "performance" artístico. Por cierto, Dobkin era director de videos musicales, lo cual debe haber sido muy útil para capturar el espectáculo visual y extravagancia de los artistas participantes en esta ficticia versión de Eurovision (aunque, por lo que vi en YouTube, la ficción no se aleja mucho de la realidad)(¡¿Lordi ganó en el 2006?!)
Will Ferrell tiene buena voz y abundante actitud para trascender la inherente ridiculez de Lars, pero Rachel McAdams fue una revelación en su faceta de cantante. Su voz es buena (aunque digitalmente combinada con la voz de la cantante sueca Molly Sandén), pero lo importante es la presencia escénica y la convicción de sus interpretaciones. Y lo mismo puedo decir de Dan Stevens en el papel de Alexander Lemtov, competidor ruso y principal rival de Fire Saga... en más de un sentido. Fue una sorpresa descubrir el talento cómico de este actor "serio" que generalmente asociamos con dramas históricos (la serie televisiva Downton Abbey) y thrillers sangrientos (The Guest). También me gustaron las actuaciones de Pierce Brosnan como el estricto padre de Lars que no respeta los sueños de su hijo; Melissanthi Mahut como Mita Kenakis, la competidora de Grecia que muestra interés por Lars; y Mikael Persbrandt como Victor, el burócrata de Húsavík que teme ver a Islandia públicamente humillada por la ineptitud de Fire Saga. Y desde luego los fans de Eurovision disfrutarán los cameos de recientes ganadores en un "collage" musical que celebra la diversidad y libertad creativa del festival mismo.
Por el lado negativo, la cinta se alarga demasiado por culpa de una sub-trama romántica que, francamente, no aporta mucho a la historia, ni se siente relevante para el desarrollo de los personajes. Pero, bueno... supongo que era inevitable. Por lo demás, Eurovision Song Contest: The Story of Fire Saga me hizo reír más de lo que esperaba gracias a la excelente química de sus protagonistas, me deleitó con los espectaculares paisajes islandeses, y hasta me hizo apreciar las canciones del concurso (en serio, no logro sacarme de la cabeza "Lion of Love"). Habiendo dicho eso, no creo convertirme en asiduo espectador de Eurovision en el futuro... pero sin duda celebro el simple hecho de su existencia. Por cierto, la rueda de hámster está basada en hechos reales.
Calificación: 8
IMDb
Wednesday, July 8, 2020
The Outpost
Síntomas: En el año 2009, 53 soldados americanos luchan por sus vidas cuando una base militar en Afganistán es atacada por cientos de insurgentes talibanes.
Diagnóstico: Rod Lurie siempre me ha parecido un director "a la antigua"... algo así como un heredero espiritual de John Houston o Howard Hawks, con una vida llena de pintorescas experiencias que moldearon su sensibilidad artística y estilo dramático.
Rod Lurie nació en Israel y emigró en su infancia a los Estados Unidos, donde posteriormente sirvió en el Ejército como artillero aéreo. Luego trabajó como reportero investigador, y denunció las prácticas corruptas de los periódicos tabloides de Los Ángeles. Eso lo llevó a convertirse en cronista de espectáculos, crítico de cine, y finalmente director, realizando películas de variable calidad (mis favoritas: The Contender y Nothing But the Truth). Y ahora, como aquellos directores de antaño, Lurie enfoca su atención en el cine bélico, resultando en la mejor película de su carrera, y quizás una de las mejores del año (definitivamente superior a las similares Danger Close y The Battle of Jangsari).
The Outpost (basada en un libro de Jake Tapper) muestra la historia real de la Batalla de Kamdesh, donde graves errores de planeación y diplomacia condujeron a uno de los conflictos más sangrientos en la Guerra de Afganistán, no solo por la disparidad numérica entre atacantes y atacados, sino por la desfavorable ubicación de la Base Keating, situada en un valle rodeado de montañas, desde donde los insurgentes del Talibán podían disparar impunemente a los soldados que se encontraban en desventaja estratégica.
Pero, para empezar, ¿qué hacía una base militar en ese lugar? ¿Por qué no se preparó mejor su defensa para compensar su ubicación? ¿Dónde estaba el apoyo aéreo cuando más se necesitaba?
Para bien o para mal, Lurie no pretende responder esas preguntas ni explorar el contexto histórico de The Outpost. En vez de eso nos sumerge en la rutina cotidiana de la Base Keating durante la primera mitad de la película, introduciendo a los personajes, definiendo sus relaciones, y mostrando los cambios en la moral de la base cada vez que llega un nuevo comandante. Esa parte de The Outpost se siente un poco difusa, pero es indispensable para comprender los eventos de la segunda mitad, cuando empieza el ataque y vemos a los soldados reaccionar según su respectivo carácter; algunos siguen la estricta disciplina militar que les inculcaron en su entrenamiento, y otros se sienten abrumados por la muerte que los rodea. Pero, independientemente de su conducta individual, todos comparten una inquebrantable lealtad que los inspira a superar sus temores y ayudar a sus compañeros.
Con el apoyo del Director de Fotografía Lorenzo Senatore, Lurie nos lleva al centro mismo del caos, donde los soldados evaden explosiones, se refugian donde pueden, y buscan cualquier ventaja que les permita mantener el control de la base. Es un virtuoso despliegue de pericia técnica y visión artística que no le pide nada a las más aclamadas cintas bélicas de las últimas décadas. Por mucho que me haya asombrado la cinematografía de 1917 (por poner un ejemplo), The Outpost me pareció más impactante y creíble, en parte por la experiencia visceral del combate, pero más que nada por el meticuloso desarrollo de los personajes y las excelentes actuaciones.
Hablando de lo lo cual, algunos de los soldados reales que sobrevivieron la Batalla de Kamdesh se interpretan a sí mismos en The Outpost, apoyando el desempeño de Scott Eastwood, Orlando Bloom y Caleb Landry Jones en roles principales que reflejan el inmenso valor y los sacrificios que se hicieron ese día. Como dije antes, el punto de la película no es debatir la política de la guerra, sino honrar a los jóvenes que lucharon y sufrieron por la supervivencia del regimiento. Seguramente en esos momentos nadie pensaba en el Presidente o en la Bandera, sino en sus amigos y sus familias. Esa es la motivación de los héroes, y Lurie hizo un gran esfuerzo para que nunca lo olvidemos.
Calificación: 9.5
IMDb
Monday, July 6, 2020
Good Boy
Síntomas: Para aliviar su soledad, la reportera Maggie Glenn (Judy Greer) adopta un perrito llamado Reuben (Chico), y su ánimo mejora casi de inmediato. Pero las cosas se complican cuando descubre que Reuben no es exactamente lo que parece.
Diagnóstico: Perros y Judy Greer... ¿cómo podría resistirme? Además, Good Boy fue dirigida por Tyler MacIntyre, cuyas previas cintas me impresionaron por su creatividad visual (Patchwork) y narrativa (Tragedy Girls), alterando esquemas bien establecidos en el cine de terror para crear algo interesante y original a pesar de sus limitaciones económicas.
Sin embargo, creo que MacIntyre no ejecutó su visión con total libertad en Good Boy, ya que se trata de un capítulo de la serie Into the Dark, producida por Blumhouse para mantener una presencia constante en el insaciable mercado del "streaming" digital (Into the Dark es una serie original de Hulu, pero puede verse en Latinoamérica por medio de canales como TNT y Space, según los sistemas locales); y también tengo la teoría de que Into the Dark es un experimento secreto (bueno, no tan secreto) para descubrir jóvenes talentos con el potencial de extender el imperio mediático de Jason Blum, lo cual apoyo completamente como fan del horror y del cine independiente. El problema es que cualquier proyecto televisivo está sujeto a un estricto mecanismo de "producción en masa" que no siempre saca provecho de sus libretos... los cuales tampoco son particularmente brillantes.
Pero, bueno... con todas esas apologías e hipótesis fuera del camino, puedo mencionar lo que me gustó de Good Boy.
Para empezar, Judy Greer (otra amante de los animales en el mundo real, según su libro) es la actriz ideal para interpretar a Maggie Glenn, reportera de un pequeño periódico al borde de la bancarrota, y además con la presión del "reloj biológico" que le inspira grandes deseos de tener un hijo, a pesar de que no encuentra pretendientes viables entre los insufribles patanes que conoce en las "apps" románticas. Entonces, para resolver esa soledad y canalizar su instinto materno, Maggie adopta a Reuben, un perrito dócil y adorable... y gradualmente mejoran todos los aspectos de su vida. Pero también empiezan a morir algunas personas cercanas a Maggie. ¿Tendrá algo que ver su nueva mascota?
El argumento de Good Boy es extremadamente simple, con pocas sorpresas y mínimo suspenso. Sin embargo, el libreto de Aaron y Will Eisenberg tiene una agradable simetría que revela inesperado ingenio en su estructura, y sinceras emociones en la relación que se desarrolla entre Maggie y Reuben. Sus reacciones son un poco exageradas cuando encuentran algún obstáculo en su felicidad, pero también reflejan simbólicamente los extremos a los que mucha gente está dispuesta a llegar por sus mascotas, y viceversa. Además, si no fuera tan exagerada no sería una película de terror.
Habiendo dicho eso, debo advertir que las muertes son bastante flojas en Good Boy; y los efectos especiales sufren por la excesiva frugalidad de la fábrica cinematográfica de Blumhouse, lo cual reduce el impacto de varias escenas, sobre todo al final, cuando se revela (a medias) el "gran misterio" de la película.
No obstante, los amantes de los animales (como yo) cansados del odioso cliché de "el perro muere primero" en las películas de terror, encontrarán una merecida catarsis en Good Boy, respaldada por una divertida premisa, adecuada dirección, y actuaciones aceptables para la baja ambición de la película (también merecen mención Steve Guttenberg, Ellen Wong y María Conchita Alonso, por no mencionar a los entrenadores de Chico). En resumen: ojalá Good Boy fuera una mejor película/episodio, pero de cualquier modo logró entretenerme durante ochenta minutos, y me hizo sonreír con las sangrientas travesuras de Reuben. Ahora, si me disculpan, voy a pasear a mis perros porque ya están inquietos, y no quiero que tengan ideas raras después de ver esta película.
Calificación: 7.5 (si fuera más objetivo en asuntos perrunos probablemente sería 6.5)
IMDb
Sunday, July 5, 2020
Promare
Síntomas: El Alcalde de Promepolis forma un escuadrón especial de bomberos para combatir los incendios provocados por mutantes pirokinéticos llamados "Burnish". Sin embargo, la situación no es tan simple como parece.
Diagnóstico: Aunque no soy seguidor del "anime" en general, me gusta encontrar películas que escaparon el nicho "otaku" y ganaron distribución internacional, ya sea por el éxito económico que obtuvieron en su país (como Your Name), o por pertenecer a franquicias populares (como Godzilla: Monster Planet), o incluso por algún logro artístico que rompe barreras culturales... como es el caso de Promare, un thriller visualmente espectacular que combina la exuberante narrativa de la animación japonesa con los temas clásicos de la ciencia ficción universal. Pero, sí, la atracción principal es la dirección de arte y el frenético estilo visual que hace que Spider-Man: Into the Spider-Verse parezca un episodio de Clutch Cargo.
Bueno, estoy exagerando... pero no mucho. El aclamado estudio japonés Trigger tiene fama de romper esquemas para explorar nuevos horizontes animados, y Promare es claro ejemplo de que están en el camino correcto. Personalmente prefiero el estilo más limpio y realista del Estudio I.G. (responsables por el fantástico "reboot" de Ghost in the Shell), pero no puedo negar la hipnótica atracción de Promare, con su agresiva paleta de colores pastel, sus diseños geométricos (¡hasta el "lens flare" es cuadrado!), y el movimiento de cámara que hace las escenas de acción ridículamente caóticas, sin perder flujo y claridad.
Habiendo dicho eso, me tomó algunos minutos adaptarme al bombardeo sensorial de Promare; al principio nada tenía pies ni cabeza, pero eventualmente mi cerebro conectó las anquilosadas neuronas que dormían desde hace años, y entonces pude comprender el método detrás de la locura del director Hiroyuki Imaishi: el escuadrón "Burning Rescue" combate un gran incendio con sus vehículos multifuncionales y exo-esqueletos mecánicos tripulados por personajes de grandes ojos y exageradas cabelleras. Por su parte, los villanos de "Mad Burnish" controlan el fuego y ponen en peligro a la población; y por eso la Policía arresta de inmediato a los ciudadanos sospechosos de tener la mutación (similar al universo de X-Men). Sin embargo, el conflicto podría terminar cuando Burning Rescue captura a Lio Fotia (voz de Taichi Saotome), el misterioso líder de los Burnish, y lo envían a una instalación secreta para interrogarlo sobre el origen de sus poderes...
Y de ahí en adelante las cosas se complican con tal velocidad que no podemos escapar el denso melodrama lleno de inmensos egos en combate, descabelladas revelaciones sobre fracturas interdimensionales, y vagas metáforas budistas (fuego y hielo... yin y yang) para reflexionar un poco durante las épicas secuencias de acción. Aunque, francamente, el simbolismo pasa a segundo plano cuando me estoy divirtiendo tanto.
Los actores que prestan sus voces a los personajes de Promare encajan perfectamente en el abstracto universo de la película, gritando sus diálogos con gran entusiasmo para disimular los clichés... el héroe arrogante que aprende un poco de humildad, el lider estoico que siempre respalda a su equipo, la genio científica con dudas éticas sobre su trabajo, el rudo gracioso... bueno, hasta el ratón con casco de bombero que solo dice "Vinny!" (voz de Kendô Kobayashi). Todo es exactamente como esperamos, y al mismo tiempo no es como nada que haya visto antes. En resumen: Promare es una de las mejores "drogas visuales" del año, y un brillante preludio de los futuros proyectos de Trigger. Tal vez es momento de re-evaluar mi opinión sobre el "anime" moderno.
Calificación: 9
IMDb
Friday, July 3, 2020
Wasp Network
Síntomas: En los años noventas, varios expatriados cubanos viviendo en Miami enfrentan problemas económicos, culturales y políticos mientras tratan de forjar una nueva vida. Sin embargo, esa nueva vida no siempre es lo que parece.
Diagnóstico: Ya he rebuznado este discurso muchas veces, pero vale la pena repetirlo (aunque sea para llenar espacio): me gusta el cine de espías al estilo de Hollywood, con mucha acción, suspenso y explosiones (como las series de Mission: Impossible y James Bond), pero guardo especial afecto por aquellas cintas "serias" que muestran los auténticos métodos y psicología del espionaje en el mundo real, donde no hay persecuciones en motocicleta por los techos de Marruecos, ni infiltraciones en bóvedas secretas protegidas por rayos láser, y mucho menos visitas al casino para beber martinis agitados, no revueltos. Por el contrario, obras como The Tailor of Panama, The Quiet American, y ahora Wasp Network muestran la ingrata labor de los espías que viven en constante temor de ser descubiertos, desafiando por igual leyes internacionales y su instinto de supervivencia para apoyar gobiernos que pueden traicionarlos en cualquier momento, y con el inevitable "daño colateral" de relaciones personales destruidas por poner el deber patriótico por encima de la responsabilidad familiar.
Este último punto parece el más importante para el director francés Olivier Assayas (Personal Shopper), ya que ocupa considerable tiempo de Wasp Network y casi descarrila los elementos más "normales" de la película. Sin embargo, en retrospectiva, creo que fue la decisión correcta para establecer un punto de vista tan distinto del clásico cine de espías que casi merece una nueva clasificación... algo así como "espionaje doméstico" o "romance político".
Todo empieza con la defección del piloto cubano René González (Edgar Ramírez) a los Estados Unidos, donde encuentra trabajo en una organización caritativa que patrulla el Golfo de México en busca de balsas provenientes de Cuba. Sin embargo la paga es muy poca, y René necesita dinero para traer de Cuba a su esposa Olga (Penélope Cruz) y su pequeña hija Irma (Carolina Peraza Matamoros). Más o menos al mismo tiempo, Juan Pablo Roque (Wagner Moura) también pide asilo en los Estados Unidos, y eventualmente conoce a René. Entonces, como ambos son pilotos, deciden buscar una mejor fuente de ingresos.
Esto cubre tan solo un minúsculo fragmento del intrincado argumento de Wasp Network, el cual está repleto de personajes e instituciones relacionados de alguna manera con el espionaje entre Cuba y los Estados Unidos. No importa cuál sea nuestra ideología, Assayas expone causas y consecuencias con desconcertante objetividad, dejando cualquier juicio moral a cargo del espectador. Por ejemplo, en una de las secuencias más elocuentes de Wasp Network, el director muestra entrevistas reales de Fidel Castro y Bill Clinton realizadas en aquella época para explicar la crisis política retratada en la película. Los dos tienen razón, y los dos tienen la culpa. Creo que esa fue la mayor sorpresa de Wasp Network... la ausencia de héroes y villanos, y el enfoque en el sacrificio de las familias que sufren en secreto para que los mártires políticos se exhiban en público, ya sea como patriotas o traidores.
Por si hace falta, lo voy a repetir: Wasp Network NO es una película de acción, ni un thriller convencional (aunque, para ser justos, hay bastante suspenso y varias explosiones); y probablemente decepcionará a los fans de James Bond que buscaban en Netflix un sustituto temporal mientras llega la nueva película. Sin embargo, para aficionados al espionaje histórico (otro buen ejemplo: Bridge of Spies), encontrarán en Wasp Network una interesante amalgama de elementos que tal vez excedió la capacidad del medio cinematográfico para contar historias tan complicadas (siento que hubiera funcionado mejor como mini-serie con capítulos dedicados a cada personaje, al estilo de Mrs. America). Pero, a pesar de sus tropiezos y excesiva ambición, Wasp Network merece una recomendación por intentar algo tan inusual como ceñirse a los hechos, y dejar que el público piense por su cuenta. Si tan solo los políticos siguieran ese ejemplo...
Calificación: 8 (muy subjetiva)
IMDb
Wednesday, July 1, 2020
Scare Package
Síntomas: El nuevo empleado de un videoclub especializado en horror recibe varias lecciones sobre las reglas del género.
Diagnóstico: La idea me parece excelente: una antología de cortometrajes de terror dedicados a satirizar los clichés del cine de terror. ¡Ya es "meta" desde antes de empezar! Sin embargo, los realizadores de Scare Package confiaron demasiado en el ingenio de la premisa, y descuidaron la ejecución... aunque eso también podría ser parte del humor.
Los cortometrajes son, en orden cronológico:
"Cold Open" (dirigido por Emily Hagins): Mike (Jon Michael Simpson) es el cómplice anónimo que nunca vemos en las películas de terror. Su trabajo consiste, por ejemplo, en cortar la electricidad de una casa, dejar reliquias malditas donde alguien pueda encontrarlas, y alterar señales en la carretera para que un grupo de jóvenes llegue al manicomio abandonado. Sin embargo Mike aspira a algo más; tal vez podría ser el héroe de la película... o el villano. La antología empieza bien con este corto, pero da demasiadas explicaciones, como si tuviera miedo de que el público no entienda el concepto. Al menos termina con un simpático "twist"... como parte de otro segmento (¡meta!)
"Rad Chad's Horror Emporium" (dirigido por Aaron B. Koontz): La "historia envolvente" donde el joven Hawn (Hawn Tran) empieza a trabajar en el videoclub de Chad (Jeremy King), y aprende las lecciones básicas del cine de terror. El segmento funciona bien como marco de las demás historias, pero nunca encuentra su propia identidad. Aún así me gustó la actuación ultra-seria de Hawn Tran, y la afectada actitud de Jeremy King en el papel de Chad. Detalle curioso: la locación donde se filmó "Rad Chad's Horror Emporium" es la legendaria tienda Vulcan Video, de Austin, Texas.
"One Time in the Woods" (dirigido por Chris McInroy): Mientras acampan en el bosque, varios jóvenes encuentran no uno, sino dos asesinos de incierto origen. Creo que fue mi segmento favorito debido a sus grotescos efectos especiales y ácido sentido del humor. Me recordó un poco los "sketches" más extremos de Monty Python (guardando respetuosas distancias, desde luego).
"M.I.S.T.E.R." (dirigido por Noah Segan): Un esposo infeliz (Noah Segan) asiste a un seminario de auto-ayuda para hombres oprimidos. El corto empieza como parodia del movimiento de "liberación masculina", y termina como... nada. Una oportunidad absolutamente desperdiciada.
"Girls Night Out of Body" (dirigido por Courtney y Hillary Andujar): Durante una noche de fiesta con sus amigas, Jamie (Gabrielle Maiden) roba un dulce con trágicas consecuencias. Otra idea marginalmente interesante que no conduce a ningún lado, con decente cinematografía y terribles efectos especiales. Creo que es el peor segmento de la película, y lo digo como fan de las historias de venganza femenina.
"The Night He Came Back Again! Part IV - The Final Kill" (dirigido por Anthony Cousins): Daisy (Chelsey Grant) quiere matar de una vez por todas al asesino enmascarado que sigue reviviendo en secuela tras secuela. Como devoto del cine "slasher", aprecié la premisa y las creativas muertes que ocurren "accidentalmente" cuando los planes de Daisy se vuelven en su contra.
"So Much to Do" (dirigida por Baron Vaughn): Una mujer defiende su derecho de evitar los "spoilers" de su serie favorita. El principio y el final no tienen sentido, pero lo importante es la épica batalla que luce la habilidad física de la protagonista. Dato curioso: Baron Vaughn es la voz de Tom Servo en la nueva versión de Mystery Science Theater 3000.
"Horror Hyphotesis" (dirigido por Aaron B. Koontz): Varias personas son secuestradas para participar en un estudio científico sobre los estereotipos del cine de terror. El segmento más largo y elaborado (obviamente inspirado en The Cabin in the Woods, aquella obra maestra del "meta-horror" post-moderno), y el que mejor captura el espíritu de la antología, con una multitud de chistes y referencias a los grandes hitos del género (incluyendo mi secuela favorita de Friday the 13th); y además con el inesperado cameo de un auténtico especialista en horror. Buen cierre para compensar la excesiva simplicidad de los cortometrajes anteriores.
En resumen, Scare Package me hizo reír con sus acertadas observaciones sobre los clichés del cine de terror, pero me decepcionó la mediocridad de la producción. Las actuaciones amateur, los escenarios caseros, y la insípida cinematografía traicionan los grandes pasos que ha dado el horror independiente en años recientes. Afortunadamente los efectos especiales son abundantes, competentes y sangrientos; pero todo lo demás parece improvisado media hora antes de empezar a filmar. Creo que ni Roger Corman hacía eso.
Calificación: 7 (cuando todo lo demás falla, el "gore" rescata la situación)
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