Alfa (Alpha)

Síntomas: Hace 20,000 años, durante la Era de Hielo, el joven Keda (Kodi Smit-McPhee) enfrenta el ritual de su primera cacería, pero termina herido y extraviado en la tundra... con un feroz lobo siguiendo sus pasos.

Diagnóstico: Alfa es una atractiva película familiar con buenas intenciones, asombrosas imágenes, y un mensaje positivo que trasciende barreras culturales (arruinado por eventos que revelaré al final)... pero también es una frívola fantasía con una incongruente sensibilidad moderna que simplifica excesivamente uno de los más significativos momentos en la historia de la humanidad. En otras palabras: es imposible tomarla en serio, pero ofrece hora y media de entretenimiento que será particularmente apreciado por amantes de los animales, como yo (oh, la ironía).
Por cierto, ese "evento significativo en la historia de la humanidad" es la domesticación del lobo, cuyos descendientes, doscientos siglos después, tendrían cuentas de Instagram como mensweardog, y usarían disfraces de ewok en Halloween. Ha sido un largo camino para la relación entre humanos y cánidos, y todo comenzó con un muchacho y su lobo.
Bueno, como dije, es una absurda simplificación de un proceso increíblemente complejo que tomó milenios, y que hoy ni siquiera comprendemos por completo. Pero podríamos tomar Alfa como homenaje/metáfora de ese proceso. El punto es que no es una lección de historia, y en esos términos funciona bastante bien, ofreciéndonos momentos de suspenso y emoción que me recordaron las películas de Lassie que veía de niño en televisión.
En fin; regresando al presente (o a la Era de Hielo), el director Albert Hughes (From Hell, The Book of Eli) intenta compensar tantas licencias históricas con algunos interesantes detalles que hacen la cinta más "realista" (por favor notar el uso de comillas). Por ejemplo, en una película repleta de escenarios virtuales y animales digitales (incluyendo mamuts y tigres dientes de sable), me gustó que el lobo Alfa esté interpretado por un perro real llamado Chuck, de la raza "Perro-Lobo Checoslovaco". Y además los actores no hablan inglés, sino un dialecto primitivo que se traduce por medio de subtítulos. Aunque, curiosamente, el lobo tiene la voz de Eddie Murphy.
Es broma. El lobo no habla.
Gracias a esas decisiones, Alfa minimiza los diálogos y permite que las imágenes se encarguen de contar la historia, lo cual realmente estimula la imaginación y nos sumerge en la narrativa.
Kodi Smit-McPhee fue una buena selección para dar vida a Keda, el joven cro-magnon con ideas modernas ("No dirige con su lanza, sino con su corazón"), y su padre Tau, interpretado por Jóhannes Haukr Jóhannesson, expresa eficientemente el conflicto entre el amor por su hijo y su responsabilidad por el bienestar de la tribu. Pero la estrella es indiscutiblemente Chuck, ya sea que esté inventando el juego de "fetch", o tratando de salvar a su compañero humano.
Entonces, Alfa me pareció una entretenida experiencia familiar con gran corazón y ligeros toques de violencia que podrían asustar a los niños más pequeños. Las majestuosas locaciones canadienses se ven bien en la pantalla grande, pero la escala del drama es más bien televisiva, así que no perderá mucho atractivo si esperan su estreno en Netflix o televisión por cable. Sin embargo, el mejor halago es que no hace falta ser amante de los perros para disfrutar las virtudes de Alfa. Y tampoco es necesario llevar bolsitas de plástico para recoger lo que haga Chuck.
Calificación: 8 (baja a 2 por estas razones, de las cuales me enteré hasta después de ver la película y escribir esta crítica)

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