Wednesday, April 26, 2017

We Go On



Síntomas: Para curar su obsesivo miedo a la muerte, Miles Grissom (Clark Freeman) pone un anuncio en el periódico ofreciendo treinta mil dólares a quien pueda presentar evidencia de vida después de la muerte. Entonces, tras descartar decenas de propuesta fraudulentas, Miles decide consultar a los tres candidatos que le parecieron más creíbles: un psicólogo, una médium, y un empresario.

Diagnóstico: Esa sinopsis sugiere una metódica exploración de los fenómenos paranormales desde muchos puntos de vista, pero a fin de cuentas We Go On resultó ser una modesta película de terror cuya ostensible intención "científica" no tuvo gran influencia en su desarrollo general. Aún así me gustó bastante gracias a un inteligente libreto que hace diestro uso de los clichés del género para mantenernos en suspenso, ocultando las auténticas intenciones de los directores Jesse Holland y Andy Milton.
En el papel de Miles, Clark Freeman nos muestra un protagonista vulnerable, pero nunca débil, gracias a la fuerza interna que alimenta su inflexible convicción. Lo único que desea es superar un trauma infantil que le dejó graves consecuencias psicológicas; por eso podemos aceptar que la solución más "lógica" al problema sea averiguar si la muerte ofrece un nuevo comienzo, o un final absoluto.
Esta búsqueda de respuestas evoca temas provocativos que nos ponen a pensar... aunque no tanto como yo esperaba. El aspecto intelectual de We Go On se descarta casi de inmediato para pasar a un esquema de "sustos" más convencionales, pero bien implementados como parte de un argumento complejo e impredecible.
Otro factor positivo (en mi humilde opinión) fue la participación de la actriz Anette O'Toole. Nunca llegó a ser "estrella de cine", pero me gustaba su trabajo en los ochentas y noventas (sobre todo la recuerdo en Superman III, el remake de Cat People y la mini serie It), y me dio gusto verla nuevamente en acción como la sobre-protectora madre de Miles, siempre vigilante para evitar que lastimen a su hijo, o saquen ventaja de su crisis existencial. Cualquier otra película hubiera asignado esa función a la novia o esposa del protagonista, pero la introducción de un fuerte lazo maternal altera la textura del drama y justifica algunas sorpresas al final de la película.
No mencionaré detalles de los "candidatos" que selecciona Miles para revelar los misterios del más allá; solo diré que nadie es lo que parece (¿o quizás sí?), y el descubrimiento gradual de sus tácticas forma parte esencial de la narrativa, jugando con nuestras expectativas para llegar a algo... no exactamente novedoso, pero planteado de una manera fresca, que no se ha visto demasiado en los thrillers sobrenaturales contemporáneos.
Como siempre, advierto que We Go On es un proyecto independiente de bajo presupuesto, y su argumento está fundamentado en ideas en vez de imágenes, así que tampoco podemos esperar sangre ni vistosos efectos especiales (ahora que lo pienso, creo que solo hay un efecto digital en toda la película, y no es muy bueno; todos lo demás son trucos prácticos y astuta edición para visualizar los fenómenos que enfrentan los personajes). Por el lado de la narrativa, hay algunas inconsistencias y exageraciones para incrementar el nivel emocional (el asunto del coche me pareció forzado e inverosímil... cualquier persona con miedo patológico a conducir debería tener una lista de alternativas para desplazarse en la ciudad), pero a fin de cuentas todo encaja razonablemente bien, y nos conduce a un final agridulce que eleva We Go On por encima de su modesto nicho, ofreciendo mayor profundidad de la que habitualmente encontramos en este género. En resumen: empecé a verla como curiosidad pseudo-científica, y  se transformó en algo más espiritual, sin perder la esencia fundamental del terror. Posible joya oculta, según los gustos de cada espectador.
Calificación: 8.5

IMDb

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