Tuesday, July 8, 2014

Happy Christmas



Síntomas: Tras separarse de su novio, la joven e impulsiva Jenny (Anna Kendrick) se muda a la casa de su hermano Jeff (Joe Swanberg) y su esposa Kelly (Melanie Lynskey), con la intención de reconstruir su vida y encontrar un oficio productivo. Pero su inestable presencia e irresponsables aventuras empiezan a tener una impredecible influencia sobre su nuevo hogar.

Diagnóstico: Una de mis películas favoritas del año pasado fue Drinking Buddies, la cual confirmó el talento del escritor y guionista Joe Swanberg para trascender el menospreciado género "mumblecore" por medio de historias realistas y universales que alcanzan niveles de honestidad emocional rara vez encontrados en dramas de más elevado perfil. Su nueva película, Happy Christmas, es otra "rebanada de vida" simple en su forma pero compleja en su contenido, gracias a las mutables dinámicas de sus protagonistas, y a un brillante reparto cuyas actuaciones alcanzan ese mágico balance entre improvisación y estructura que nos captura de inmediato en sus vivencias, y nos invita a descubrir gradualmente la profundidad que ocultan sus frívolas experiencias. Creo que el truco de Swanberg no reside en lo que nos muestra, sino en todo lo que omite. Una y otra vez establece situaciones tensas, cargadas de emoción, y las abandona antes de llegar al "clímax dramático" que parecía inevitable. El resultado es sorprendentemente potente y cautivador. La escena provoca el impacto deseado, y al mismo tiempo conserva una sutileza y espontaneidad que quizás se hubieran sacrificado en una cinta más convencional, donde el clímax de la escena se considera un fin por sí mismo, en vez de servir como un paso más en la evolución de los personajes. Es una estrategia arriesgada que no cualquier actor podría afrontar, pero afortunadamente Anna Kendrick, Melanie Lynsky y Lena Dunham (por no mencionar al bebé Jude Swanberg) están a la altura del material, reservando su considerable talento para darle peso a esos momentos prosaicos que deberían ser irrelevantes, pero que terminan revelándose como clave de su humanidad. Por el lado negativo diré que Happy Christmas me gustó menos que Drinking Buddies. Como dije, la estrategia de Swanberg es omitir cosas, pero a veces omite demasiado, incluyendo un final concreto y catártico que valide los previos ochenta minutos de tensión familiar. La ambigüedad de un final repentino puede funcionar cuando llega en el momento apropiado; pero en el caso de Happy Christmas se siente como una arbitraria interrupción; un escape, en vez de una resolución planeada. Entiendo el estilo del director, y no estoy pidiendo un "gran gesto" o un forzado final feliz para cerrar la película; pero definitivamente siento que pudo encontrar un mejor momento para abandonar a los personajes, sin dar la impresión de que se llenó la tarjeta de memoria de la cámara digital, y el director dijo: "Eh, vamos a dejarlo ahí. ¡Buen trabajo, equipo!" Pero bueno... ese chasco final no basta para arruinar la película ni suprime sus demás aciertos, así que Happy Christmas amerita una recomendación por su sobria narrativa, sólidas actuaciones, y sobre todo por lograr mucho con muy poco (y no solo me refiero al dinero, sino al austero libreto). Los fans del "mumblecore" sabrán qué esperar; y el público acostumbrado al drama estilo "Meryl Streep" podría disfrutar esta interesante alternativa que pone la naturalidad por encima de la técnica. Pero, para ser honestos, creo que Drinking Buddies sigue siendo una selección más afortunada para incursionar en las virtudes (y ocasionales frustraciones) del moderno cine de autor. También termina abruptamente, pero sabemos hacia dónde se dirigen los personajes, y esa simple información basta para atar cabos sueltos y dejar satisfecho al espectador. Y un poco ebrio de drama "indie".
Calificación: 8

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