Monday, June 29, 2020
Irresistible
Síntomas: El consultor Gary Zimmer (Steve Carell) dirige la campaña política de un granjero en un pequeño pueblo de los Estados Unidos para demostrar que los ideales liberales no son incompatibles con las tradiciones conservadoras de las áreas rurales. Entonces la consultora republicana Faith Brewster (Rose Byrne) decide apoyar al candidato opositor, con caóticos resultados.
Diagnóstico: Jon Stewart empezó como comediante, pero gradualmente se transformó en uno de los comentaristas políticos más populares y respetados de los Estados Unidos. Y ahora, en su segunda película como director (la primera fue Rosewater), Stewart intenta combinar sus finos instintos humorísticos y sus poderes analíticos en una farsa política sobre los problemas de las campañas en los Estados Unidos, la desmedida influencia del dinero en el proceso electoral, y la facilidad con la que pueden manipularse los "hechos" para beneficiar o perjudicar a cualquier candidato, de cualquier partido, en cualquier elección.
Sin duda es un noble propósito, y Stewart sabe expresar ideas complicadas con humor y claridad; igualmente supo reunir un carismático reparto que no teme mostrar el lado negativo de sus respectivos personajes. Sin embargo, a fin de cuentas Irresistible (creo que Stewart usó ese título solo para tener una gráfica impactante al final de al película) se queda corta en todos sus aspectos, y básicamente repite lo mismo que hemos visto en obras más elocuentes, tanto en cine (Our Brand is Crisis, Wag the Dog) como en televisión (Veep, Parks and Recreation). Incluso me atrevería a decir que el violento thriller The Hunt satirizó con mayor agudeza la división ideológica del pueblo norteamericano (y de otros países), así como las consecuencias del fanatismo partidista que nubla la razón y transforma cualquier discusión política en una pelea de egos que nadie puede ganar.
Pero, bueno... si dejamos a un lado el aspecto político (bastante difícil, ya que empapa cada escena de Irresistible) podemos encontrar los ingredientes de un aceptable relato "pez fuera del agua", donde el sofisticado protagonista de la gran ciudad enfrenta las realidades económicas y culturales de un pueblo pequeño donde todo es diferente de lo que está acostumbrado, ya sea la calidad de la red "wi-fi" (no hay), las variedades de café disponibles en su "hotel" (solo una), o el entusiasmo por un nuevo candidato a Alcalde (inexistente). Y aquí es donde Steve Carell se gana su sueldo, haciéndonos reír con un personaje inteligente, pero desinformado; arrogante, pero sensible; y, sobre todo, con el potencial de aceptar valores ajenos a su experiencia personal, en vez de imponer los suyos sin pensar en las consecuencias.
En el papel antagónico, Rose Byrne encuentra humor en la exagerada versión de una cínica directora de campaña dispuesta a cruzar cualquier línea ética o legal para darle el triunfo a su candidato... y, por extensión, a una ideología enfocada en miedo, intolerancia y xenofobia (las parodias de los anuncios políticos me parecieron lo mejor de la película). El libreto (escrito por el mismo Stewart) no le da profundidad alguna al personaje de Faith Brewster, pero Byrne tiene suficiente talento para extraer vulnerabilidad que diluye su maldad. Y también encontramos abundante talento en los inocentes ciudadanos del pueblo de Deerlaken, Wisconsin, incluyendo al gran Chris Cooper en el papel del Coronel Jack Hastings, militar retirado cuyo apasionado discurso a favor de los inmigrantes se volvió una sensación viral, y atrajo la atención de Zimmer; Mackenzie Davis, Topher Grace y Natasha Lyonne como colaboradores en la campaña de Hastings; y Brent Sexton como el Alcalde republicano que solo quiere quedar bien con sus vecinos.
El resultado es una comedia política con sólidos chistes sobre los dos lados del problema; pero también es culpable del mismo elitismo que Stewart pretende satirizar con el personaje de Gary Zimmer. Imagino que fue una decisión intencional para reforzar el punto de la película; y tal vez hubiera funcionado si Irresistible pusiera mayor énfasis en la humanidad de los personajes que en su estridente denuncia del proceso electoral. Desafortunadamente faltó balance y sutileza para evitar una retórica forzada. Demasiado mensaje y poca honestidad; malo en política y peor en el cine.
Calificación: 7 (solo por el dúo dinámico de Steve Carell y Rose Byrne)
IMDb
Sunday, June 28, 2020
The Traitor (Il Traditore)
Síntomas: A mediados de los ochentas, Tommaso Buscetta (Pierfrancesco Favino) es arrestado por tráfico de droga, y decide confesar todo lo que sabe sobre la "Cosa Nostra", con catastróficas consecuencias para el Crimen Organizado en Italia.
Diagnóstico: Hace muchos años, un taxista en Las Vegas me dio una larga lección de historia sobre la época cuando "los italianos" controlaban la ciudad. Aparentemente era un lugar más limpio, próspero y seguro, sobre todo para turistas idiotas como yo. Pero cuando "los italianos" fueron reemplazados por corporaciones perfectamente legales, todo se echó a perder.
La película italiana The Traitor me hizo recordar aquella conversación, ya que el protagonista, Tommaso Buscetta (Pierfrancesco Favino) aceptó colaborar con la Policía debido a la desilusión que sentía con la "Cosa Nostra" de los ochentas, muy diferente a la organización que lo reclutó en su juventud. En aquel entonces los negocios se manejaban con honor y principios. Por ejemplo: aunque había violencia entre las distintas "Familias" (con mayúscula), nunca se atacaba a las familias (con minúscula) de sus miembros individuales. Pero cuando las actividades de la Cosa Nostra se extendieron al tráfico de heroína en la ciudad de Palermo, Sicilia, el flujo de dinero se incrementó tanto que enloqueció a los "Capos", creando excesiva codicia que eventualmente erosionó aquellos valores que separaban a la Cosa Nostra (Buscetta aclara que la "Mafia" no existe) de los criminales convencionales.
Y esa es tan solo una de las múltiples revelaciones que ofrece The Traitor durante su lento y parsimonioso desarrollo, adoptando un tono íntimo y realista que se siente totalmente distinto de la versión norteamericana de este género, particularmente los idealizados relatos de Martin Scorsese. Por el contrario, The Traitor se rehúsa a glamorizar las actividades de los "mafiosi", y no los pinta como anti-héroes folclóricos, sino como simples criminales desleales y tramposos que ya olvidaron las reglas que forjaron su fortuna. Cierto, The Traitor incluye un poco de acción y violencia al principio para mostrar la saña existente entre "Familias" de la Cosa Nostra, pero creo que fue un truco para capturar la atención del espectador antes de encerrarnos durante dos horas y media en pequeñas celdas donde donde el Magistrado Giovanni Falcone (Fausto Russo Alesi) interroga a Buscetta, y en los caóticos tribunales italianos donde se llevan a cabo los juicios contra los miembros de la Cosa Nostra acusados por "el Traidor". Hablando de violencia: (SPOILER) el perro sobrevive.
No niego que The Traitor me pareció ocasionalmente cansada (no estoy seguro si era necesario mostrar diez minutos de vuelo trasatlántico), pero al final encontré la experiencia muy satisfactoria gracias a la titánica actuación de Pierfrancesco Favino, representando la transformación física y psicológica de Tommaso Buscetta a lo largo de los años. Esto significa que, en el fondo, The Traitor no solo es una detallada crónica histórica, sino un fascinante estudio de carácter sobre un hombre de enorme convicción... y al mismo tiempo de cuestionable moralidad.
Casi todos los thrillers criminales pintan al "soplón" como el peor de los traidores; pero The Traitor desafía ese cliché para admirar el estoicismo de una confesión que sacudió la sociedad italiana y cambió la postura del gobierno ante el Crimen Organizado; y además hace todo eso sin eximir los pecados del confesor. La película requiere un poco de paciencia (y no estaría mal estudiar un poco sobre el tema para no perderse entre tantos datos, nombres y lugares, como me ocurrió muchas veces), pero The Traitor merece una recomendación como lección de historia y antídoto contra el cine de mafiosos tradicionales. En resumen: creo que aquel taxista de Las Vegas hubiera quedado muy decepcionado con este retrato crudo y objetivo de sus héroes espirituales.
Calificación: 9
IMDb
Friday, June 26, 2020
7500
Síntomas: Durante un vuelo rutinario entre Berlín y París, el piloto aéreo Tobias Ellis (Joseph Gordon-Levitt) enfrenta un código 7500: terroristas a bordo de su avión.
Diagnóstico: Esa sinopsis sugiere una película de "acción aérea" repleta de acrobacias y efectos especiales, pero en realidad 7500 (no confundir con la mediocre cinta de horror 7500) es un thriller minimalista donde el 95% de la historia transcurre en la cabina de un "airbus" alemán. En ella, el piloto norteamericano Tobias Ellis (Joseph Gordon-Levitt) tiene que mantener la calma y pensar en la seguridad de sus pasajeros mientras los terroristas tratan de romper la puerta para tomar control de la aeronave.
Es un concepto simple y elegante, con amplio potencial dramático que el actor Joseph Gordon-Levitt lleva tan lejos como se lo permite el material. En este punto conviene aclarar que el director Patrick Vollrath (haciendo su debut en largometrajes) mantiene el drama de 7500 en un nivel tan realista como es posible. Entonces, no hay que esperar "stunts", ni descabellados "twists", y mucho menos la acción de clásicos thrillers aéreos como Air Force One o Executive Decision (o Non Stop, para incluir un ejemplo de este siglo). En vez de eso, Tobias emplea inteligencia y disciplina frente a cada nueva complicación de una horrible crisis, sabiendo que cualquier intento por salvar vidas individuales podría significar la muerte de decenas de pasajeros.
Una vez que aceptamos eso, 7500 adopta una nueva dimensión como estudio de carácter, balanceando el suspenso del ataque terrorista con las reacciones de Tobias, cuyas esperanzas de sobrevivir se reducen con cada minuto que pasa. Y ahí es donde Joseph Gordon-Levitt aprovecha su carisma y talento para mantener nuestro interés durante noventa minutos, incluso cuando la tensión disminuye para darnos un respiro, o cuando el libreto (co-escrito por Vollrath y Senad Halilbasic) inserta pequeñas trampas para resolver algún problema imposible.
Hablando de lo cual, Vollrath dirige la película con gran ingenio, utilizando todos los ángulos imaginables de la cabina para impedir que la experiencia se vuelva monótona o visualmente cansada. Creo que solo la película Buried usó un "escenario minimalista" más pequeño que la atestada cabina de 7500, donde apenas caben Tobias y el Capitán Lutzmann (Carlo Kitzlinger). También merece aplauso la creatividad del cinematógrafo Sebastian Thaler y del diseñador de producción Thorsten Sabel para darle espacio a los actores sin sacrificar la atmósfera claustrofóbica que hace más impactante la situación.
Creo que los comentarios negativos recibidos por 7500 obedecen a las falsas expectativas de una película más espectacular... más "Hollywood". Sin embargo, como dije al principio, 7500 prefiere abordar el lado humano del conflicto, y en ese nivel me pareció muy bien realizada, con una actuación principal sobria y centrada, y un libreto razonablemente lógico que no busca simple escapismo, sino la exploración de temas existenciales rara vez contemplados por el cine comercial. Y, en mi opinión, eso es razón suficiente para recomendarla... aunque indudablemente hubiera sido más divertida con "stunts" y explosiones. Pero ya hay muchas películas así, y muy pocas que nos invitan a reflexionar sobre la diferencia entre el valor de la vida humana, y el costo de salvarla. Lo tendré en mente la próxima vez que me suba a un avión.
Calificación: 8
IMDb
Wednesday, June 24, 2020
The High Note
Síntomas: Maggie Sherwoode (Dakota Johnson) es la fiel asistente de Grace Davis (Tracee Ellis Ross), una de las cantantes más famosas del mundo; pero su relación se complica cuando ambas enfrentan decisiones que podrían cambiar sus respectivas carreras.
Diagnóstico: Si algo bueno nos va a dejar la pandemia del Coronavirus (además de abolir los saludos de mano y promover el trabajo remoto), es la validación de los estrenos cinematográficos digitales como alternativa de los estrenos "físicos" en cines tradicionales. Desde luego no va a ser una transición sencilla, y sin duda habrá sacrificios económicos que afectarán a la industria durante algún tiempo... pero creo que a largo plazo representa un cambio positivo que amplifica el potencial comercial del cine (sobre todo en nichos artísticos difíciles de monetizar), facilita el acceso al público limitado por cuestiones geográficas o personales, y reduce costos de distribución; todo lo cual (teóricamente) beneficia por igual a los artistas y a los estudios grandes y chicos encargados de producir las películas del futuro.
Además, necesito una buena excusa para justificar los veinte dólares que pagué por ver The High Note, una blanda comedia "de estudio" cuyo atractivo elenco no basta para compensar el vacuo humor del libreto, ni el rutinario melodrama, y mucho menos la escasa música que debería saturar esta historia sobre Grace Davis, una de las cantantes más famosas del mundo (imaginen una mezcla de Beyoncé y Madonna), y su asistente Maggie, ambas al borde de una transformación personal que podría llevarlas al éxito o al fracaso absoluto.
Y sin embargo... después de tantos meses consumiendo películas de horror, dramas europeos y caprichos "indie", fue reconfortante ver una típica película de Hollywood, impecablemente realizada en el aspecto técnico, pero con ese barniz de "producción en masa" que ya extrañaba mi subconsciente. No sé cómo describir lo que sentí al ver The High Note, pero terminé disfrutándola más por la experiencia psicológica que por cualquiera de sus atributos intrínsecos.
La directora Nisha Ganatra contó una historia similar en su previa obra, Late Night, donde la fama de una mujer poderosa empieza a flaquear, y necesita la ayuda de una novata para revivir su creatividad; sin embargo Late Night contó con el talento de la escritora Mindy Kaling, mientras que The High Note (escrita por Flora Greeson) se queda corta en sus intentos de sátira social y observaciones humorísticas, recurriendo a personajes genéricos y situaciones pre-fabricadas que hemos visto en incontables relatos sobre fama, caída y redención.
Al menos Tracee Ellis Ross (de la exitosa serie Black-ish) y Dakota Johnson (remake de Suspiria) tienen excelente química como "diva" y asistente, respectivamente, con una relación que varía entre mutua irritación y sincera amistad. Maggie aspira a convertirse en productora del nuevo disco de Grace porque conoce perfectamente su estilo y sus mejores atributos como cantante... pero la compañía disquera prefiere un productor "cool" que no sabe nada del legado de Grace, y solo está interesado en "remixes" y "beats". Entonces Maggie empieza a trabajar en secreto con un talentoso compositor que conoció en una tienda de discos, pero este "proyecto secreto" afecta su desempeño como asistente de Grace. Y, bueno, lo demás se escribe solo... hay peleas, traiciones, un poco de romance, y una gran crisis que podría arruinarlo todo, a menos que Grace y Maggie resuelvan sus diferencias para cooperar y salvar la situación. O algo así. A fin de cuentas no importa mucho. Lo que me gustó fue el accesible tono de The High Note, la energética presencia de los actores, y la comodidad de asimilar las "complicaciones" de la película sin el menor esfuerzo intelectual. Fue como el videojuego adictivo en aquel episodio de Star Trek: The Next Generation con Ashley Judd.
Entonces, no recomendaría gastar veinte dólares para ver The High Note, pero será una agradable distracción cuando llegue a Netflix, Amazon Prime o televisión por cable. El elenco hace un buen trabajo con el mediocre material (mención especial para Ice Cube, Bill Pullman y June Diane Raphael); la directora crea drama sintético basado en emociones reales; y el argumento satisface a pesar de sus forzados obstáculos y ridículas coincidencias (en serio, no entiendo la utilidad de ese "twist" final). Nota adicional: Tracee Ellis Ross es la hija de Diana Ross, y aunque ya forjó una buena carrera como actriz, siento que hubiera sido mejor cantante. En mi humilde opinión.
Calificación: 7.5 (posiblemente 6.5 si la hubiera visto en el cine... ¡otra ventaja de la distribución digital!)
IMDb
Monday, June 22, 2020
You Should Have Left
Síntomas: El banquero retirado Theo Conroy (Kevin Bacon) renta una casa de campo en Gales para pasar unas vacaciones en compañía de su esposa Susanna (Amanda Seyfried) y su pequeña hija Ella (Avery Essex). Sin embargo, la familia experimenta extraños fenómenos que ponen en peligro su existencia misma.
Diagnóstico: Suena perfectamente normal: una familia con problemas se muda a una casa de campo donde acechan fuerzas sobrenaturales. Pero... ¡un momento! La casa no es una decrépita antigüedad, sino una moderna construcción con elegante diseño que cautiva a sus nuevos inquilinos desde que cruzan el umbral. Los fenómenos inexplicables son más enigmáticos y peligrosos que cualquier fantasma vengativo. Y los problemas de la familia... bueno, definitivamente están presentes, pero no son tan obvios ni fáciles de explicar como en otras películas. La diferencia de edad entre Theo y Susanna causa ciertas fricciones, y desde luego hay una tragedia del pasado que empaña su felicidad en el presente, pero todo parece estar bajo control cuando llegan a la casa de campo para descansar del frenético ritmo de Los Ángeles. Es obvio que el director y guionista David Koepp (Premium Rush) conoce perfectamente los clichés de la típica "casa embrujada", y se dedica a subvertirlos con gran ingenio y un excelente estilo visual que aprovecha al máximo el siniestro entorno de la campiña galesa.
Habiendo dicho eso... el truco solo funciona durante la primera mitad de la película. El libreto (basado en la novela de Daniel Kehlmann) introduce con pericia los ingredientes dramáticos y nos da tiempo suficiente para asimilar el carácter y dinámica de la familia Conroy. Por su parte, el director de fotografía Angus Hudson hace creativo uso de lentes, luces y encuadres para contagiarnos la paranoia de Theo y crear una tensa atmósfera de incierta amenaza... no sabemos exactamente qué está pasando, pero no es bueno.
El problema viene cuando la mencionada subversión de clichés se vuelve monótona. You Should Have Left intenta ser impredecible, lo cual debería ser un atributo positivo en una película de terror (o thriller psicológico, como quieran clasificarla); sin embargo llega un punto donde el suspenso se transforma en indiferencia. Las reglas son tan arbitrarias que You Should Have Left degenera en una experiencia pasiva, mostrándonos fenómenos sin causa ni consecuencia. Y lo peor es que el gran misterio ni siquiera fue tan impactante como prometía al principio.
Al menos las actuaciones nos mantienen entretenidos. Kevin Bacon hace lo que puede con el personaje de Theo, un banquero con un turbulento pasado en busca de tranquilidad espiritual. Parte de la solución fue su nueva esposa, Susanna, mucho más joven que él, pero llena de energía y con una próspera carrera como actriz. Amanda Seyfried intenta darle a su personaje la profundidad que estuvo ausente en el guión, y lo consigue con moderado éxito. Además, el asunto de la diferencia de edades pretende criticar el detestable doble estándar tan común en Hollywood, y aprecio que Koepp lo haya integrado en su película... pero no llega suficientemente lejos para ganar genuina resonancia. O tal vez ni siquiera fue su intención, y solo lo utilizó como fácil "comic relief" ("¿Y usted es... su padre?"). Finalmente, la niña Avery Essex interpreta a Ella con la inocencia y vulnerabilidad de una perfecta víctima potencial, lo cual motiva a Theo para tomar decisiones muy difíciles cuando la situación se vuelve crítica.
Sin embargo, a pesar del esfuerzo de los actores, la cinematografía, y el excelente diseño de producción, la segunda mitad de You Should Have Left pierde cohesión entre más se enreda en su caótica narrativa. Parecía muy prometedora una colaboración de David Koepp y el estudio Blumhouse, pero le faltó estructura para mantener nuestro interés hasta el final. Aún así, podría recomendarla para fans de Kevin Bacon y para aficionados al horror surrealista que no necesita tener sentido para inspirar temor. Y también para "limpiar el paladar" de Mortdecai, la previa cinta de David Koepp.
Calificación: 7
IMDb
Sunday, June 21, 2020
Lost Bullet (Balle Perdue)
Síntomas: El Inspector Charas (Ramzy Bedia) saca de la cárcel a Lino (Alban Lenoir), experto mecánico con un pasado criminal, para ayudarlo a crear una flota de vehículos policíacos capaces de alcanzar a los traficantes de droga que usan las carreteras de Francia como vía de distribución.
Diagnóstico: ...y, desafortunadamente, la película ignora esa misión la mayor parte del tiempo. Sin embargo, cuando acepté que Lost Bullet no tiene tanta acción automovilística como yo esperaba, descubrí que sigue siendo un sólido thriller con buenas dosis de suspenso, personajes complicados, y suficiente acción (de varios tipos) para garantizar noventa minutos de frívolo entretenimiento que me alegra haber encontrado en Netflix, aunque probablemente la olvidaré en unos días. En resumen: mientras no esperemos "The Fast and the Furious en Francia", Lost Bullet puede disfrutarse en sus propios términos.
Dichos términos, vale mencionar, incluyen algunos detalles absurdos que empañan un poco la experiencia. Por ejemplo: no puedo creer que la Policía francesa apruebe los choques frontales a alta velocidad como método aceptable de arresto. Además, en algunas escenas el mecánico Lino (Alban Lenoir) puede vencer a diez oponentes, mientras que en otras basta con uno para someterlo. Y, naturalmente, la película duraría quince minutos si Lino le explicara a alguien lo que está pasando. Pero no... como buen anti-héroe, tiene que resolver todo por su cuenta, hasta que la situación necesita más personajes para extender la intriga.
En el papel de Lino, el ex-"stunt-man" Alban Lenoir muestra notable aptitud física para las peleas y escapes imposibles, pero también destaca en las escenas dramáticas, casi libres de diálogos, y aún así perfectamente claras para entender el carácter del joven mecánico y las conexiones emocionales que motivan su peligrosa misión; y aunque no hay tantas acrobacias motorizadas como yo hubiera querido, parece que Lenoir también se encargó de conducir a alta velocidad en "stunts" bastante peligrosos. Desde luego el director Guillaume Pierret (haciendo su debut en largometrajes) pudo recurrir al reemplazo facial digital para engañarnos; pero, considerando la carrera previa del protagonista, es posible que Lenoir sea una versión francesa de Jackie Chan, haciendo todo sin ayuda de dobles para incrementar el realismo de esas escenas.
En papeles secundarios encontramos a Nicolas Duvauchelle, Stéfi Celma y Alexandre Philip como pilotos en la brigada del Inspector Charas (Ramzy Bedia); a Patrick Médioni como el líder de los narcotraficantes, y a Pascale Arbillot como la Comisaria Moss, eternamente estresada por la insubordinación de sus oficiales, pero sin perder el control de su precinto. En cualquier otra película su personaje tendría diálogos como "¡Estás suspendido! Dame tu pistola y tu placa"; afortunadamente en Lost Bullet no necesita decirlos para tomarla en serio.
Todo lo cual nos lleva al tercer acto que estuve esperando durante la película entera, cuando finalmente llegan las persecuciones automovilísticas y los espectaculares choques que evocan las obras clásicas del género, desde Bullit hasta Vanishing Point (lo cual es el mejor halago que puedo hacerle a Lost Bullet). Habiendo dicho eso, conviene recordar que aquellos clásicos tampoco ofrecían acción en cuatro ruedas de principio a fin, sino solo como aderezo de historias interesantes por derecho propio. Entonces, bajo esas condiciones puedo recomendar Lost Bullet como un competente thriller criminal que me dejó satisfecho en el nivel narrativo... aunque ligeramente frustrado en el nivel visceral. Pero bueno... para eso puedo jugar Flatout! durante un par de horas y saciar mi hambre de metal torcido y motores en llamas.
Calificación: 8
IMDb
Friday, June 19, 2020
Z
Síntomas: Josh Parsons (Jett Klyne) es un niño inteligente pero retraído, y por eso sus padres no se preocupan cuando inventa un amigo imaginario llamado "Z". Sin embargo, la conducta de Josh empieza a cambiar por culpa de "Z".
Diagnóstico: Hace un par de años el director Brandon Christensen incursionó en el sub-género de "bebé en peligro" en la cinta Still/Born; y ahora se gradúa a la categoría de "niño diabólico" con Z, una modesta cinta de terror con baja ambición, pero suficientes elementos positivos para recomendarla, siempre y cuando no encontremos algo mejor para pasar el rato.
El principal atractivo de Z es la actuación de Keegan Connor Tracy (Final Destination 2) en el papel de Beth, la madre de Josh que no sabe cómo reaccionar ante la súbita transformación de su hijo. ¿Será un incipiente psicópata, o estará bajo la influencia de una entidad sobrenatural?
Cierto, la premisa no es muy novedosa, e incluso la hemos visto en recientes versiones de "niños diabólicos" (una breve lista de buenas a malas: The Babadook, The Hole in the Ground, Brigthburn, The Prodigy, The Assent, y Brahms: The Boy II). Sin embargo, Christensen y el guionista Colin Minihan (It Stains the Sands Red) incorporaron un brillante "twist" a la mitad de la película para alterar nuestra percepción de los eventos en el hogar de la familia Parsons, y replantear el drama doméstico en un formato inesperado y perturbador.
Por el lado negativo, Z mantiene el horror en un nivel demasiado sutil, casi pasivo, que nunca permite el pleno aprovechamiento de sus tenebrosos conceptos. Ya sé que el horror implícito puede ser más intenso que cualquier barato despliegue de sangre, pero en este caso sentí que una liberación de violencia hubiera sido más catártica y satisfactoria, en vez de una lenta "pelea psicológica" que frena el ritmo de la película y nos encierra (literalmente) entre cuatro paredes para resolver el gran misterio.
Hablando de "pelea psicológica", casi todas las películas de este estilo (familia atormentada por fenómenos inexplicables) incluyen un experto en temas paranormales para explicar el origen de alguna maldición, o los métodos de algún demonio, o cosas similares. En el caso de Z, el experto es un psicólogo interpretado por Stephen McHattie (Come to Daddy), lo cual refuerza la noción de que el amigo imaginario de Josh podría ser un mecanismo de defensa desarrollado por el niño para racionalizar los impulsos violentos de su cerebro. O tal vez el doctor está equivocado; después de todo, la ciencia rara vez tiene la última palabra en las películas de terror.
El resto del elenco hace un trabajo decente, incluyendo el niño Jett Klyne en el papel de Josh, quien parece el hijo perfecto hasta que inventa a su amigo imaginario. Sean Rogerson es Kevin Parsons, el típico papá escéptico que no cree en las teorías de su esposa hasta que es demasiado tarde. Y Sara Canning (Level 16) tiene un breve pero importante papel como Jenna, la hermana de Beth, cuya crisis personal complica aún más la situación de Josh.
A fin de cuentas Z me pareció una sólida "B-Movie" canadiense con una interesante propuesta sobre una arcaica fórmula, apoyada por buenas actuaciones y una angustiante atmósfera de disfunción familiar que explota los temores más profundos de cualquier padre y madre de familia... "¿Es normal lo que está haciendo mi hijo, o debería preocuparme?" En el caso de Z, no hay tiempo para preocuparse si quieren sobrevivir.
Calificación: 7.5
IMDb
Wednesday, June 17, 2020
Da 5 Bloods
Síntomas: Cuatro soldados retirados regresan a Vietnam para recuperar los restos de un compañero que murió en combate hace cincuenta años; sin embargo, sus auténticas intenciones podrían ser menos altruistas.
Diagnóstico: Para entender mejor Da 5 Bloods conviene conocer su historia: todo comenzó con un libreto escrito por Danny Bilson y Paul De Meo (The Rocketeer) sobre cuatro veteranos de Vietnam que regresan a aquel país con un doble propósito. Oliver Stone planeaba dirigirla como una aventura más ligera que sus previas obras sobre Vietnam, pero el proyecto languideció durante años y nunca se concretó. Entonces el libreto cayó en manos de Spike Lee, y fue re-escrito en colaboración con Kevin Willmott para transformarse en un potente manifiesto sobre las injusticias cometidas durante la guerra de Vietnam (y después de ella) contra los soldados africano-americanos que participaron en el conflicto, y sobre las terribles cicatrices que dejó en los habitantes de Vietnam.
Todo lo cual es perfectamente normal para una película de Spike Lee, ya que nunca son simple entretenimiento, sino disertaciones políticas (Malcolm X) y culturales (Bamboozled) sobre conflictos raciales y demás temas de injusticia social que tanto le apasionan (con buena razón). Sin embargo, en mi humilde opinión, las películas de Spike Lee funcionan mejor cuando encuentran un balance armónico y complementario entre argumento y mensaje. Summer of Sam y BlaKkKlansman son dos excelentes ejemplos donde Lee se acercó a ese delicado equilibrio temático. Por el contrario, Da 5 Bloods pierde cohesión por tener que acomodar muchas piezas adicionales de gran relevancia ideológica, pero cuestionable función narrativa. En otras palabras: para Lee el fondo es más importante que la forma; el mensaje tiene prioridad sobre la trama; y las ideas valen más que la estructura dramática.
Sobra decir que estoy de acuerdo con las ideas propuestas en Da 5 Bloods, y ciertamente respeto la fuerza que ganan al entrelazarlas con la historia de cuatro soldados que regresan al campo de batalla literal y figurativo, luchando no solo contra la adversidad del presente, sino contra los demonios del pasado, incluyendo sentimientos de culpa, estrés post-traumático, y el resentimiento del pueblo que sufrió las peores consecuencias de aquella controversial guerra. Hay mucho que explorar en Da 5 Bloods... pero quizás fue demasiado, y el resultado es una película saturada de contenido que se siente como si hubieran editado (mal) un documental serio y un thriller de aventuras en la selva (con abundantes referencias a Apocalypse Now y The Treasure of the Sierra Madre). Los ingredientes podrán ser de excelente calidad, pero la mezcla diluye su potencial, y terminan sin satisfacer en sus múltiples niveles.
Lo cual no significa que Da 5 Bloods sea una mala película; tan solo por las actuaciones merece una recomendación. Y además la dirección de Lee y el estilo visual del cinematógrafo Newton Thomas Sigel mantienen la claridad a pesar de los "flashbacks" y datos históricos que aderezan la historia principal de los veteranos en busca de redención (y de otras cosas que dejaron en Vietnam). En particular me gustó que las escenas ubicadas en 1968 utilizan a los mismos actores de edad madura que interpretan a los soldados en época actual. En vez de contratar actores jóvenes o hacer un "rejuvenecimiento digital" al estilo de The Irishman, Lee conecta el pasado y el presente de manera física y tangible, requiriendo que los actores expresen las diferencias entre sus versiones "jóvenes" y sus versiones contemporáneas. Es un trabajo titánico de actuación que Delroy Lindo, Clarke Peters, Isaiah Whitlock Jr. y Norm Lewis enfrentan con aplomo e impecable sensibilidad artística. Por su parte, Chadwick Boseman interpreta a "Stormin' Norman", el líder de escuadrón que murió en la guerra, pero no sin antes transformar a sus subalternos en hombres de indomable idealismo que ahora, medio siglo después, sienten la necesidad de regresar para cumplir una promesa.
A fin de cuentas creo que Da 5 Bloods es una película muy importante en la filmografía de Spike Lee, y tremendamente relevante para el amargo momento histórico de los Estados Unidos. Sé que suena insensible y egoísta quejarme de que no fue tan entretenida como yo esperaba... pero Lee logró conciliar ambos objetivos en muchas de sus películas, y por eso yo esperaba una experiencia mejor balanceada. Habiendo dicho eso, lo que recordaré de Da 5 Bloods no serán las ridículas coincidencias del libreto, ni las escenas de acción, sino justamente las lecciones de historia. Obviamente Spike Lee sabe lo que hace.
Calificación: 8
IMDb
Monday, June 15, 2020
The King of Staten Island
Síntomas: Scott Carlin (Pete Davidson) perdió a su padre a los siete años y nunca superó la tragedia. Y ahora, en su edad adulta, Scott pasa sus días fumando marihuana en el sótano de su casa en Staten Island (el municipio menos "cool" de Nueva York), mientras su madre Margie (Marisa Tomei) trata de alentarlo para hacer algo con su vida.
Diagnóstico: The King of Staten Island parece uno de esos melodramas "indie" con el popular tema de "adultos jóvenes sin rumbo en la vida" (algunos de mis ejemplos favoritos: Dave Made a Maze, Adult Life Skills y Mr. Roosevelt)(y no, no me interesa averiguar por qué me atraen este tipo de historias, gracias por preguntar). Sin embargo, The King of Staten Island no es exactamente "indie", ya que fue dirigida por el mega-productor Judd Apatow, lo cual acarrea sus propios problemas y virtudes.
Entre lo bueno: una cálida sensibilidad que evita los extremos dramáticos para contar una historia humana y realista, sin olvidar los oportunos momentos humorísticos que liberan tensión y evitan que los traumas de los personajes se vuelvan demasiado serios. Y, desde luego, el excelente ojo de Apatow para encontrar actores con gran carisma y enorme potencial para trascender su nicho personal. Es difícil recordarlo ahora, pero Seth Rogen era un genérico "stoner" antes de la película Knocked Up; Steve Carell apenas empezaba en una comedia televisiva de bajo "rating" cuando filmó The 40 Year Old Virgin; y mejor no hablemos del renacimiento de Paul Rudd como moderno "everyman" bajo la tutela de Apatow.
No estoy diciendo que el joven comediante Pete Davidson vaya a tener una carrera tan ilustre como aquellas luminarias, pero definitivamente tiene suficiente talento para justificar la confianza de Judd Apatow al ponerlo como protagonista de una película con rasgos autobiográficos (el padre de Davidson también era bombero, y falleció en circunstancias trágicas... históricamente trágicas), así como un argumento muy ligero que solo funciona porque Davidson encuentra el balance entre irritación y simpatía que le ha ganado bastantes fans en Saturday Night Live (y bastantes detractores, desde luego).
Lo cual me lleva al principal problema asociado con las películas de Judd Apatow... el excesivo afecto que siente por sus personajes, y la consiguiente indulgencia que le impide reconocer cuando una película se extiende más de la cuenta. Todas aquellas "indies" que mencioné al principio tuvieron el buen sentido común de terminar rápido (usualmente antes de noventa minutos) para no aburrir al espectador, y para disimular la superficialidad de sus premisas: un adulto joven estancado en la irresponsabilidad de la adolescencia enfrenta una crisis que lo obliga a examinar su vida y rectificar su situación. A lo largo del camino se añaden algunos chistes, algunos momentos dramáticos, y listo... créditos finales para rematar nuestra satisfacción emocional.
Sin embargo Apatow insiste en inflar la historia de The King of Staten Island más allá de lo que soporta su tenue estructura, siguiendo arbitrarias tangentes que no conducen a nada (dos ejemplos: el asunto de la farmacia, y la visita a la universidad), y solo distraen del tema principal.
Quizás reconociendo eso, Apatow rodeó a Davidson con un brillante reparto secundario que se roba sus escenas, incluyendo a Bel Powley (Wildling) en el papel de Kelsey, ocasional novia de Scott frustrada por la indecisión del joven; Marisa Tomei como su sufrida madre Margie; Pamela Adlon (de la increíble serie Better Things) como la ex-esposa del nuevo novio de Margie; y el genial Steve Buscemi como bombero-filósofo que podría darle una oportunidad a Scott... si tan solo Scott logra vencer sus temores.
En lo personal me gustó The King of Staten Island porque aprecio el estilo humorístico de Pete Davidson, y no me costó (demasiado) trabajo aguantar dos horas y cuarto de chistes inapropiados y reacciones nerviosas. Sin embargo, habrá espectadores con menos afinidad a la personalidad de Davidson y, sobre todo, con menos paciencia para tolerar otra pelea entre Scott y su madre, u otra irrelevante conversación con sus amigos "slackers". Y, para los fans de Apatow... no encontrarán el humor vulgar de Knocked Up, sino el melodrama auto-reflexivo de Funny People. Pero sin Adam Sandler, lo cual es ganancia instantánea, en mi humilde opinión.
Calificación: 8
IMDb
Sunday, June 14, 2020
The Golden Glove (Der Goldene Handschuh)
Síntomas: Durante los años setentas, el asesino serial Fritz Honka (Jonas Dassler) encuentra a sus víctimas en un inmundo bar de Hamburgo llamado "El Guante Dorado".
Diagnóstico: El cine sobre asesinos seriales se basa ostensiblemente en la eterna lucha entre el bien y el mal, pero en realidad nos atrapa con la perversa fantasía de genios fríos y metódicos cuya aparente normalidad oculta salvajes apetitos que obedecen alguna causa racional, o al menos semi-lógica. Desde creaciones ficticias, como el icónico Hannibal Lecter, hasta dramatizaciones de hechos reales, como la aclamada Zodiac, todas comparten esa obsesión de encontrar razón detrás de la locura... algún catalizador que activó la manía del asesino. Y también es común replantear la obsesión homicida para transformar al villano en una especie de anti-héroe más interesante que los policías dedicados a su captura. Lo cual, supongo, no tiene nada de malo. Después de todo, las películas no son manuales psicológicos ni compendios morales, y yo también he disfrutado esas apócrifas interpretaciones del asesino serial cuando están bien construidas (algunas de mis favoritas: The Silence of the Lambs, Copycat, y Natural Born Killers).
Sin embargo, de vez en cuando aparecen películas como Henry: Portrait of a Serial Killer, libres de toda esa racionalización y glamorización para presentar una perspectiva realista del asesino serial... y el resultado es más perturbador que cualquier ficción.
Tal vez la película alemana The Golden Glove no está a la altura de Henry: Portrait of a Serial Killer, pero adopta con un tono similar, rechazando las fórmulas hollywoodenses, y retando la sensibilidad del espectador con un miasma de corrupción y decadencia que sería repulsivo incluso sin la presencia de Fritz Honka, un famoso asesino que mató por lo menos a cuatro mujeres en la ciudad alemana de Hamburgo durante la década de los setentas.
El director Fatih Akin tomo la audaz decisión de ignorar las reglas narrativas más elementales, presentando largos y tediosos pasajes en la existencia de Fritz (Jonas Dassler), para dejar que sus acciones y actitud revelen gradualmente la psicología detrás del monstruo humano. Y, para bien o para mal, encontré el experimento al mismo tiempo hipnótico y curiosamente superficial.
Las actuaciones, dirección, y aspectos técnicos de The Golden Glove son extraordinarios, empezando por Jonas Dassler en el papel de Fritz Honka, un patético perdedor incapaz de controlar sus impulsos cuando está borracho, lo cual es la mayor parte del tiempo. Y también merecen aplauso las actrices (Margarete Tiesel, Katja Studt, Martina Eitner-Acheampong, Victoria Trauttmansdorff y Greta Sophie Schmidt) que interpretan a sus víctimas (o víctimas potenciales) con la desolación y baja autoestima que provocan años de vejaciones, penurias y discriminación. Solo en esas condiciones (y con bastante alcohol en su sistema) aceptaban estas mujeres acompañar a Honka a su asqueroso departamento, tapizado con pornografía y saturado con el nauseabundo olor de los cadáveres desmembrados ocultos en la pared... aunque, desde luego, Honka atribuía el olor a los inmigrantes que vivían en el piso de abajo.
Y, bueno, así transcurre la película, con largos períodos de nada separados por instantes de brutal violencia más impactantes que cualquier "kill" de Hollywood, justamente porque no tienen sentido, ni obedecen a un maquiavélico plan. Simplemente son las reacciones impulsivas de un hombre enfermo ante humillaciones (reales o imaginarias) que su fracturada mente no puede asimilar de otra manera, debido a una desafortunada conjunción de alcoholismo, misoginia y mal carácter, así como la impunidad favorecida por una sociedad indiferente y económicamente deprimida. Supongo que no todos los asesinos seriales son "depredadores" con una meta específica... algunos solo son oportunistas, lo cual es más aterrador que cualquier genio loco con un plan maestro. En conclusión: voy a necesitar un maratón de MST3K para borrar esta película de mi cabeza.
Calificación: 8
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Friday, June 12, 2020
The Blackout (Avanpost)
Síntomas: Algo o alguien provocó un apagón global que extinguió millones de vidas, excepto en una pequeña región de Europa Oriental. Entonces, varios escuadrones militares rusos exploran la "Zona de Cuarentena" para descubrir la causa del fenómeno.
Diagnóstico: The Blackout es una de esas películas con muchas cosas buenas, y unas cuantas cosas malas que podrían arruinar la experiencia para algunos espectadores. En mi caso personal, lo bueno compensó lo malo... pero es difícil defender esa posición con estricta objetividad. Entonces, en mi opinión, The Blackout merece el beneficio de la duda porque, como siempre he dicho, prefiero una película que tropieza con su excesiva ambición, en vez de tantas otras que ni siquiera se atreven a intentarlo.
Con esa confusa apología fuera del camino, procederé a vaciar elogios sobre The Blackout.
Para empezar, el estilo visual diseñado por los directores Egor Baranov y Nathalia Hencker y los cinematógrafos Yuriy Korobeynikov y Sergey Trofimov emula el futurismo de obras como Blade Runner, Metropolis, y Ghost in the Shell, pero incorporando elementos del clásico grafismo soviético. Es un excepcional trabajo en dirección de arte que captura el optimismo de la tecnología al servicio de la Humanidad, sin ignorar el inmenso peligro de confiar demasiado en ella. Y eso es solo el principio, cuando nos introducen a la ciudad de Moscú en el futuro no muy lejano, repleta de "drones" policíacos, publicidad holográfica, y estilizada arcología que no se preocupa por la ley de la gravedad. Como dije: similar a Blade Runner, pero con su propia identidad.
Entonces pasamos al misterio del apagón global. Desde luego no revelaré la causa, pero corresponde a un cliché popular en la ciencia ficción que en esta ocasión abarca temas más amplios sobre el pasado, presente, y futuro de la raza humana, al mismo tiempo que establece una tono nihilista que podemos sentir en la actitud de los soldados rusos, cada uno con su particular melodrama para incrementar el suspenso y darle relevancia a la acción.
Desafortunadamente, como ocurre en muchas "películas evento" (de cualquier nacionalidad), los personajes no están a la altura del material. Parece que entre más detalles personales cargan sobre los héroes, más superficiales se vuelven. En este caso, tenemos a Oleg (Aleksey Chadov) y Yuriy (Pyotr Fyodorov), dos soldados cuyos distintos temperamentos generan conflictos cuando deben tomar decisiones que podrían determinar el futuro del planeta. Ah, y además están atrapados en un triángulo romántico absolutamente insípido con la Dra. Alyona (Lukerya Ilyashenko).
Paradójicamente, los personajes secundarios se sienten más sustanciales e interesantes, incluso si no sabemos mucho sobre ellos. En particular me gustó el trabajo de Kseniya Kutepova como la Mayor Osmolovskaya, perfectamente racional y disciplinada en circunstancias fuera de toda comprensión humana; Svetlana Ivanova como la reportera Olga, más curiosa y compasiva que los soldados que la rodean; y Artyom Tkachenko como Id, supuesto sobreviviente del Apagón que sabe más de lo que aparenta. Y con la gabardina de cuero más Dark City que he visto en muchos años.
Y entonces llega el final, tan enredado en su propia filosofía que requiere un ENORME "deus ex machina" para atar sus cabos sueltos. Sin duda admiro la imaginación de los directores y del guionista Ilya Kulikov... pero siento que volaron demasiado alto, y perdieron el control de la película cuando más necesitaba una mano firme para continuar hasta su lógica conclusión.
Finalmente, para cerrar con algo positivo, mencionaré los extraordinarios efectos especiales de los estudios Kinopost, AmalgamaVFX y Film Direction FX (entre otros). Desde pequeños detalles, como las luces de gel (?), hasta los impactantes panoramas de destrucción urbana, The Blackout mantiene un estándar de calidad genuinamente internacional, que no le pide nada a las mega-producciones de Hollywood. Y no es porque hayan gastado muchísimo dinero (al parecer el presupuesto fue de apenas 5 millones de dólares), sino porque supieron invertirlo de la manera más eficiente posible para obtener pasmosos resultados. Lo cual también significa que tuvieron que pensar antes de filmar, en vez de tratar de resolver todo en post-producción.
Para no extenderme más, terminaré diciendo que me gustó mucho The Blackout a pesar de algunas desafortunadas decisiones creativas. La historia da muchas vueltas y el final es absurdo... pero los conceptos que maneja y el virtuosismo de la acción despertaron mi "geek" interno (es broma; nunca está dormido), y me inclinan a recomendarla como una memorable propuesta de cine apocalíptico que hace lo mismo de siempre, pero de manera inesperada. Esa es la mejor estrategia posible para disfrazar el Fin del Mundo.
Calificación: 8
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Wednesday, June 10, 2020
Becky
Síntomas: Cuatro criminales escapan de presidio e invaden la casa de campo que ocupan la niña Becky Hooper (Lulu Wilson), su padre y su nueva madrastra. Entonces Becky decide contra-atacar.
Diagnóstico: "Home Alone con sangre" no describe exactamente la nueva cinta Becky, porque no tiene mucho humor ni un final particularmente feliz. Sin embargo, Becky me pareció un interesante híbrido de "invasión doméstica" y "venganza femenina" gracias a la fuerza de su protagonista y a un audaz libreto que, sin ser muy original, encuentra un apto balance entre drama, violencia, y un sutil subtexto psicológico que nos invita a reflexionar sobre las consecuencias (¡y las causas!) de las atrocidades que acabamos de presenciar.
Los directores Cary Murnion y Jonathan Milott (Cooties)(¿odiarán a los niños?) plantean una situación predecible, pero enriquecida con pequeños detalles que aportan sustancia y desafían algunas (no muchas) de nuestras expectativas; a fin de cuentas lo importante es la catarsis de la venganza, y en ese básico nivel Becky cumple su misión.
El drama comienza con la convivencia forzada de Becky (Lulu Wilson) y Kayla (Amanda Brugel), la nueva novia de su padre Jeff (Joel McHale). La madre de Becky falleció recientemente, y la niña no está lista para aceptar una nueva figura materna (y mucho menos un hermanastro). Claro, a sus trece años de edad, Becky es una adolescente hostil que odia a todo el mundo (excepto a sus perros Diego y Dora)(SPOILER: solo sobrevive uno de los perros), lo cual explica su agria actitud y falta de respeto por su padre. Sin embargo podemos entender su reacción, ya que en verdad parece poco tiempo para que Jeff esté pensando en una nueva esposa. Esto hace extremadamente incómodo el fin de semana que no está "uniendo a la familia" como los adultos esperaban... y entonces la situación empeora en todos los niveles imaginables cuando llegan cuatro prisioneros neo-nazis recién escapados de presidio en busca de un "mcguffin" que necesitan para... algo (una de tantas cosas que Becky deja en el aire).
Y así empieza la etapa sangrienta de la película, con Becky defendiendo a su familia y su propiedad por medio de trampas y armas improvisadas que no siempre funcionan como ella espera. El concepto me pareció excelente, y hay algunos momentos bastante ingeniosos en los planes de Becky... pero también requieren grandes dosis de credulidad para aceptar los constantes errores de los villanos, la increíble suerte de la niña, y algunos súbitos cambios de actitud que no siempre encontré consistentes con el carácter de los personajes.
Lo cual nos lleva a los villanos. Los guionistas Ruckus Skye, Nick Morris y Lane Skye concibieron un cuarteto criminal cuya dinámica explica sus atributos y debilidades. El líder es Dominick, interpretado por Kevin James (más conocido en su faceta de comediante) con la siniestra calma de un experimentado manipulador que sabe exactamente cómo controlar a sus seguidores. Hubiera sido muy fácil convertir a Dominick en una caricatura de maldad sin sentido, pero James se esfuerza por mostrar la complejidad interna del personaje. Creo que es el primer papel "serio" de James, y resultó más creíble que sus bufonadas en las películas de Adam Sandler. Y también me gustó el trabajo del ex-luchador Robert "Kurrgan" Maillet en el papel de Apex, un lacónico gigante que prefiere pensar antes de actuar.
Sin embargo, la película le pertenece a Lulu Wilson, quien interpreta a Becky con feroz intensidad e implacable propósito. El personaje es un poco superficial, pero creo que fue una decisión intencional de los directores para crear un poco de misterio sobre su condición mental. Muchas heroínas en el cine de terror empiezan como "damiselas en peligro" y se ven obligadas a evolucionar para salvar su vida; por el contrario, es posible que Becky no esté completamente "bien" desde el principio, lo cual establece un perturbador precedente para una hipotética secuela que me gustaría ver (el "tótem" de la ardilla podría ser un indicador de su fracturada realidad). O quizás estoy viendo "misterio" donde solo hay ineptitud de los guionistas. O tal vez así son todas las niñas de trece años. Como sea, Wilson tiene bastante experiencia en el cine fantástico a pesar de su corta edad (también participó en Annabelle: Creation, Ouija: Origin of Evil, y la serie de Netflix The Haunting of Hill House)(además, los "trekkies" como yo la reconocerán como la hija de Riker en Star Trek: Picard), y podría pertenecer a la nueva generación que transformará el futuro cinematográfico del género (me refiero por igual al género de terror y al género femenino).
A fin de cuentas Becky merece una recomendación por lograr algo superior a la suma de sus partes; pero le faltó visión para consagrarse como auténtica "joya oculta" del horror independiente. Hablando de visión, no hay muchas películas donde alguien se corta su propio nervio óptico, así que después de todo sí hubo un poco de innovación.
Calificación: 8 (gana medio punto extra por la actuación de Kevin "Paul Blart" James)
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Monday, June 8, 2020
Shirley
Síntomas: En 1964, el profesor universitario Stanley Hyman (Michael Stuhlbarg) contrata a la joven pareja de Rose y Fred Nemser (Odessa Young y Logan Lerman) para ayudar en su casa y permitir que su esposa, la novelista Shirley Jackson (Elisabeth Moss), tenga tiempo para escribir de nuevo. Y, aunque Shirley odia inicialmente a estos "espías" que invadieron su casa, con el paso de tiempo la inspiran para crear una nueva novela.
Diagnóstico: Mi afición por el horror empezó con el cine, pero creo que se consolidó hasta que me sumergí en la literatura fantástica, desde obras clásicas como Frankenstein, Dracula y los cuentos de H.P. Lovecraft, hasta los maestros modernos como Stephen King, Clive Barker y Dean R. Koontz. Sin embargo la novela The Haunting of Hill House, de Shirley Jackson, fue una de las mayores sorpresas de mi adolescencia, ya que el horror se manifestaba en un plano existencial que nunca había encontrado en el género. Cierto, el libro incluye fenómenos paranormales, pero los momentos realmente terroríficos consistían en situaciones triviales y conversaciones casuales... ¿cómo era posible tener los nervios crispados por una plática de sobremesa?
Sirva esta indulgente anécdota para explicar mi interés por la película Shirley, donde la directora Josephine Decker combina rasgos biográficos de Shirley Jackson (Elisabeth Moss) con una historia ficticia que intenta emular el peculiar estilo de esta escritora, utilizando tensión y neurosis para crear una atmósfera de angustiosa incertidumbre, al mismo tiempo que se exploran las raíces psicológicas de su conducta... ¿sería Jackson realmente una bruja en busca de víctimas para sacrificar en el altar creativo? ¿O una artista frágil e insegura que utilizaba la agresión como mecanismo de defensa?
Shirley es un audaz experimento que solo funciona parte del tiempo. Las actuaciones son excelentes, basadas en clichés (el profesor distraído, la genio atormentada, la esposa reprimida, etc.), pero con una riqueza de expresión que añade realismo a los estereotipos.
Elisabeth Moss (The Invisible Man) lleva la batuta en esta sinfonía de disfunción. Su interpretación de Shirley Jackson es intensa y antagónica, sin perder la vulnerabilidad que trata de ocultar para que nadie la use en su contra. Cada vez que Shirley agrede verbalmente a Rose, podemos ver en sus ojos la ambigüedad de su intención... ¿realmente quiere alejarla, o está midiendo su carácter para decidir si puede confiar en ella? En el papel de Rose Nemser, Odessa Young (Assassination Nation) responde a esas agresiones con renuente compasión, descubriendo el lado humano de Shirley, y permitiendo el desarrollo de algo que no es exactamente "amistad", sino una volátil fusión de respeto, atracción y dependencia. Los hombres de la historia solo son importantes en función de la represión que ejercen sobre las protagonistas. En el papel del Profesor Stanley Hyman, Michael Stuhlbarg (The Shape of Water) parece un esposo afable con infinita paciencia hacia los caprichos de su esposa; pero de vez en cuando percibimos atisbos de crueldad alimentada por la envidia. Y, finalmente, Logan Lerman (Fury) interpreta a Fred Nemser, el esposo de Rose que solo está interesado en ganar un puesto académico en la Universidad. Ninguno de los dos reconocen las necesidades emocionales de sus esposas, y ellas lo aprovechan para crear su propia realidad, lo cual podría significar su libertad individual... o su mutua destrucción.
Desafortunadamente Shirley nunca profundiza lo suficiente para encontrar (o al menos insinuar) las respuestas a las numerosas preguntas que plantea. Aunque, por el lado positivo, Decker forjó un maravilloso micro-universo "jacksoniano" repleto de referencias que nos invitan a especular sobre la inspiración de sus más famosas obras (en particular aprecié los paralelos físicos y temáticos con We Have Always Lived in the Castle).
Creo que existen mejores historias sobre la delgada línea entre creatividad y locura (Gothic, Black Swan, The Doors); y mejores biografías que capturan las contradicciones entre la persona y el artista (Amadeus, Shine, Quills). Shirley no fue ni lo uno ni lo otro, sino una adaptación de una novela (escrita por Susan Scarf Merrell) acerca de un pasaje ficticio en la vida de una escritora real. Y aunque el resultado no está exento de virtudes, creo que una biografía más convencional hubiera sido un mejor tributo para Shirley Jackson. ¿Para qué nos venden una imitación cuando tenemos la incomparable versión original?
Calificación: 7.5 (solo para fans de Shirley Jackson o Elisabeth Moss)
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Sunday, June 7, 2020
Bacurau
Síntomas: Teresa (Bárbara Colen) regresa al pueblo brasileño de Bacurau para asistir al funeral de su abuela; entonces empiezan a ocurrir eventos extraños que ponen en peligro a los habitantes de la comunidad.
Diagnóstico: No recuerdo cuál fue la última película brasileña que vi. Espero que no haya sido Cidade de Deus, porque ya pasó demasiado tiempo. Pero, bueno... lo importante es que el éxito de Bacurau en el Festival de Cannes impulsó su distribución internacional, y ahora podemos disfrutar sus enigmáticos placeres que combinan drama, folclor y acción (?) en una historia diversa e impredecible.
Aunque también podríamos decir que Bacurau intenta ser muchas cosas al mismo tiempo, y tarda demasiado en encontrar un rumbo concreto; sin embargo la confusión conduce orgánicamente a un tercer acto emocionante y lleno de suspenso... algo que nunca hubiera imaginado al principio de la película, cuando los directores Juliano Dornelles y Kleber Mendonça Filho examinan con engañosa placidez la vida cotidiana en un pequeño pueblo del norte de Brasil, selectivamente alcanzado por los avances del mundo "civilizado". Por ejemplo, todos usan teléfonos móviles con acceso al Internet (la historia ocurre en el "futuro cercano"); pero el funeral de la Abuela Carmelita evoca rituales milenarios, y la interacción entre los habitantes de Bacurau obedece más a las costumbres tribales de sus antepasados que a las leyes de la sociedad moderna.
Y tampoco existe un protagonista específico. La cinta comienza con la llegada de Teresa (Bárbara Colen) a Bacurau, y parece que seguiremos su punto de vista urbano, para contrastar con la idiosincrasia rural de su familia. Pero conforme avanza la trama, el enfoque dramático salta de un personaje a otro, creando un tapiz de personalidades ciertamente interesante, pero demasiado difuso para capturar plenamente la atención del espectador (al menos la mía).
Entonces, bien pasada la mitad de la película, llega un bizarro "twist" que altera por completo el tono de Bacurau, y revela las conexiones entre las múltiples sub-tramas que no parecían llevar a ningún lado (como el candidato político que hace campaña en el pueblo, el complot de la escasez de agua, y el legendario bandido oculto en una fortaleza cercana... por no mencionar una posible visita extraterrestre)(no pregunten). Entonces los directores conjuran auténtica magia cinematográfica al unificar estos dispares elementos en un excepcional desenlace, repleto de simbolismo (mi interpretación: una metáfora del colonialismo portugués y la arrogancia europea que menospreciaba las culturas americanas), pero sin descuidar los aspectos más prácticos de la historia ni la lógica resolución de sus misterios (los cuales, por cierto, estaban ocultos a plena vista del espectador).
Las actuaciones son realistas y sinceras, empleando ciudadanos reales del pueblo junto con actores famosos como Sônia Braga, Udo Kier y Thomas Aquino. La música y cinematografía celebran la belleza natural y cultural de la región. Y también hay algunos competentes efectos especiales que no revelaré, aunque están en línea con las influencias que obviamente tuvieron Dornelles y Mendonça Filho para desarrollar el sorpresivo final de Bacurau (no es coincidencia que la escuela municipal se llame "Prof. João Carpinteiro").
Entonces, Bacurau empieza como una cosa, y termina como otra; y aunque la transición sufre algunos tropiezos, el resultado final me pareció satisfactorio en todos sus niveles, justificando los retorcidos caminos que tomó el libreto. En resumen, no quisiera vivir en Bacurau, pero fue una delicia visitar el pueblo. Una delicia espiritual y sangrienta.
Calificación: 9
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Friday, June 5, 2020
Little Necro Red
Síntomas: No entendí nada...
Diagnóstico: ...pero el "gore" es espectacular, y esa es la única razón que necesito para recomendar Little Necro Red, sobre todo a los fans del horror que se sienten frustrados por la timidez del género en años recientes. Claro, hay muchas variedades de horror, y casi todas me gustan (incluyendo películas "secas" donde no hace falta sangre para provocar suspenso y temor); pero hay algo perturbadoramente satisfactorio en una buena decapitación, o un jugoso "head shot", o una brutal pelea (PELIGRO: enlace no apto para niños) donde cada golpe genera una explosión de sangre, como si fueran... no sé... puños de dinamita, o algo así. La lógica no es el punto fuerte de Little Necro Red, y tampoco la congruencia narrativa; sin embargo, los delirantes excesos de los efectos especiales y el perverso virtuosismo de los directores Giulio De Santi y Tiziana Machella bastaron para capturar mi atención durante los setenta y cinco minutos de la película (incluyendo varios minutos de agradecimiento a los donadores de "crowdfunding" que financiaron la producción).
El argumento es incomprensible la mayor parte del tiempo, pero al final surgen algunas explicaciones que aportan un poco de claridad. Como sugiere el título, Little Necro Red es una adaptación libre del clásico cuento infantil "La Caperucita Roja" (Little Red Riding Hood), con todos sus componentes transformados en algo cruel o malvado. Por ejemplo, hay una niña desaparecida, una madre traumatizada, una abuela diabólica, y una infección llamada "Lobo" (de origen posiblemente sobrenatural)(o quizás no) que transforma a sus víctimas en zombies, esclavos o demonios. Da lo mismo. Y también hay un detective corrupto que podría simbolizar al leñador, aunque técnicamente es uno de los villanos de la película. O quizás el "leñador" es el luchador de Artes Marciales Mixtas que aparece de la nada y mata a todos. Cada quien puede sacar sus propias conclusiones, y probablemente serán correctas, ya que no hay bases firmes para deducir la verdad.
Pero el "gore"... el "gore"... No solo es grotesco y abundante, sino artísticamente diseñado, con el mejor balance que he visto entre efectos prácticos y digitales que sorprenden por su realismo e ingenio. La mezcla de maquillaje prostético, "animatronics" y edición ultra-precisa crea sorprendentes ilusiones que borran la división entre sus variadas técnicas, y se enfocan en obtener el mejor resultado posible (mejor = repulsivo), por cualquier método necesario. Lo cual no significa que sean perfectos... pero para el estándar del horror "indie", definitivamente merecen un Óscar. O su equivalente italiano (creo que son los "Davids", inspirados por el David de Donatello).
Generalmente no veo películas de horror "micro-budget" porque tienden a ser bastante malas; y tampoco me gusta criticarlas porque sinceramente admiro la iniciativa de estos cineastas independientes que deciden hacer su propia película, y persisten hasta lograrlo. El producto a veces es terrible... pero el esfuerzo siempre es admirable, y sirve como experiencia para perfeccionarse en el futuro. Bueno, pues al parecer Little Necro Red es claro ejemplo del perfeccionamiento de sus creadores (el estudio italiano Necrostorm), demostrando una vez más que no hace falta mucho dinero ni los recursos de Hollywood para crear una obra pulida y visualmente impresionante. Y, ya que dominaron el "gore", ojalá De Santi y Machella se enfoquen en escribir un libreto coherente. La sangre se puede lavar, pero el mejor horror deja cicatrices invisibles.
Calificación: 8 (muy subjetiva)
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Thursday, June 4, 2020
A Good Woman is Hard to Find
Síntomas: El esposo de Sarah Collins (Sarah Bolger) fue asesinado a unos pasos de su casa, y la Policía no hizo nada para encontrar al culpable. Por eso, cuando Sarah se involucra accidentalmente en una situación ilegal, sabe que no puede confiar en nadie para resolver su problema.
Diagnóstico: A Good Woman is Hard to Find es un metódico thriller con conciencia social, cuyo argumento trasciende la simple mecánica de "venganza femenina" para explorar los prejuicios de la clase trabajadora en Irlanda, la corrupción policíaca que protege las organizaciones criminales, y las consecuencias de una economía estancada en ideales liberales que no sobrevivieron la transición al gobierno conservador. Y, sí, en algún lugar de ese denso tejido narrativo hay una historia de venganza, pero es un producto secundario del drama que sufre Sarah Collins (Sarah Bolger), una viuda con problemas económicos, dos pequeños hijos que no sabe cómo mantener, y una madre eternamente decepcionada por los errores de su hija. Entonces, cuando Sarah se vuelve cómplice de un robo (totalmente en contra de su voluntad), debe tomar una serie de decisiones que la enredan cada vez más en el crimen organizado, con pocas esperanzas de escapar... o incluso de sobrevivir.
Hace un par de años, el director sudafricano Abner Pastoll realizó el bizarro thriller francés Road Games, sobre una familia rural que podría estar conectada con un asesino serial. A pesar de su difusa historia, me gustó mucho el estilo del cineasta, inspirado en el cine "giallo" italiano, pero con la atmósfera surrealista de una pesadilla despierta. Por el contrario, A Good Woman is Hard to Find encuentra a Pastoll en una etapa más sobria y madura de su carrera, dejando atrás los caprichos artísticos para enfocarse en el crudo realismo de individuos atrapados en su infierno personal, ya sea por azar, como fue el caso de Sarah; o por despiadada ambición, como el violento líder criminal empeñado en recuperar su mercancía. El libreto de A Good Woman is Hard to Find (escrito por Ronan Blaney) funciona igualmente bien en el nivel práctico y emocional, aunque emplea pequeñas trampas para cerrar agujeros de la trama o facilitar situaciones bastante inverosímiles (por ejemplo, cuando alguien está en el lugar y momento correctos para escuchar la palabra "Tito"). Sin embargo, no puedo negar los satisfactorios beneficios de esos trucos en el contexto global de la película, así que decidí aceptarlos, y seguir disfrutando el delicioso suspenso de A Good Woman is Hard to Find, así como los giros y sorpresas que pondrán a prueba el temple de Sarah y su voluntad para vivir. O para renacer, considerando la depresión que sufrió tras la muerte de su esposo.
Me gustó el trabajo de Sarah Bolger en cintas como The Moth Diaries y Emelie, pero estimo que A Good Woman is Hard to Find marcará un momento decisivo en su carrera, revelando la extensión de su talento para desarrollar personajes profundos y complejos que no siguen las reglas tradicionales del cine comercial. Hubiera sido muy fácil convertir a Sarah (Collins) en una genérica heroína defendiendo a su familia, pero Sarah (Bolger) y Pastoll cocinaron algo más interesante con los mismos ingredientes, que además complementa los temas antes mencionados de colapso social y negligencia gubernamental, lo cual es muy raro encontrar en este género.
En resumen: A Good Woman is Hard to Find es como un thriller criminal dirigido por Ken Loach, poniendo igual atención al marco social de los personajes, y los retos que enfrentan para no perder su humanidad. La diferencia principal es que A Good Woman is Hard to Find no me dejó deprimido, sino entusiasmado por el futuro trabajo de Abner Pastoll (y, desde luego, de Sarah Bolger). Y otra diferencia es que Loach nunca descuartizó cadáveres en sus películas. Tal vez por eso nunca lo invitaron a Hollywood.
Calificación: 8.5
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Monday, June 1, 2020
The Vast of Night
Síntomas: Durante los años cincuentas, la telefonista de un pequeño pueblo descubre una señal electrónica que podría anunciar un gran peligro para la humanidad.
Diagnóstico: Una de mis escenas favoritas en el cine universal ocurre en Close Encounters of the Third Kind, cuando los operadores de una torre de control escuchan las transmisiones de dos aviones que reportan avistamientos simultáneos de un misterioso objeto volador. Me parece increíble que, en una película repleta de espectaculares efectos especiales, la escena más tensa está construida con simples diálogos y actuaciones, permitiendo que nuestra imaginación conjure algo más impactante que cualquier diseño de Spielberg.
La nueva cinta independiente The Vast of Night intenta algo similar; y aunque no siempre lo consigue, me gustó su propuesta minimalista y su manejo del suspenso por medio de técnicas intencionalmente "anticuadas", pero más efectivas que los excesos digitales modernos, carentes de sutileza e imaginación.
El director Andrew Patterson deja claro su propósito desde los primeros segundos de la película, simulando que estamos viendo un episodio de "Paradox Theater", una sátira de The Twilight Zone tan exacta como "The Scary Door" en Futurama. Además, al ubicar la historia en los años cincuentas, Patterson puede añadir un poco de humor con discusiones sobre la tecnología "futurista" que imaginaban los visionarios de aquella década.
Después de conocer a los personajes y su dinámica (en una secuencia demasiado larga que involucra un juego colegial de basketball), la historia por fin empieza cuando la joven estudiante Fay Crocker (Sierra McCormick) llega al intercambio telefónico del pueblo para trabajar durante el turno de la noche (el "intercambio" era aquel arcaico sistema que requería operadoras para conectar -literalmente- líneas telefónicas durante las llamadas de los usuarios). Es un trabajo ingrato y aburrido... hasta que aparece un misterioso zumbido en una línea vacía, junto con llamadas de personas que aseguran haber visto algo en el cielo nocturno. Entonces Fay le pide ayuda a Everett Sloane (Jake Horowitz) el "disk jockey" de la estación de radio local que conoce más sobre grabadoras y frecuencias. Y así la investigación de la pareja conduce a fenómenos que nunca imaginaron.
El truco de presentar la película como un viejo episodio de The Twilight Zone no influye mucho en la narrativa formal de The Vast of Night, pero nos ubica en un contexto histórico apropiado para asimilar la cultura de una década cuando la gente no desconfiaba del gobierno, la ciencia parecía la solución de todos los problemas, y el futuro brillaba con el optimismo de la post-guerra.
Desafortunadamente Patterson tropieza durante el tercer acto, revelando más de la cuenta, y reduciendo el fascinante misterio a un previsible cliché que pertenece más a la fantasía que a la ciencia ficción. Admiro su convicción para buscar un "gancho" emocional que acerque la película a un nivel más personal, pero creo que sacrificaron demasiado para encontrarlo
A pesar de esas quejas, The Vast of Night me pareció un recomendable thriller de ciencia ficción con excelente cinematografía nocturna (hay una impresionante toma continua que recorre prácticamente el pueblo entero), actuaciones que capturan el lenguaje y actitud de los años cincuentas ("What's the tale, nightingale?"), y un sobrio balance entre innovación y nostalgia para satisfacer al público contemporáneo (con un poco de paciencia), mientras se rinde homenaje a una época más inocente, cuando era más fácil imaginar una invasión comunista que una visita extraterrestre. No sé qué hubiera opinado Rod Serling sobre The Vast of Night... pero seguramente disfrutaría la afectuosa parodia de sus graves introducciones: "Entramos al museo secreto de la humanidad... la biblioteca privada de las sombras... atrapada en una frecuencia entre la lógica y el mito. Estás entrando... al Teatro de la Paradoja". Casi puedo oler el humo de su cigarro.
Calificación: 8
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