Friday, June 19, 2020
Z
Síntomas: Josh Parsons (Jett Klyne) es un niño inteligente pero retraído, y por eso sus padres no se preocupan cuando inventa un amigo imaginario llamado "Z". Sin embargo, la conducta de Josh empieza a cambiar por culpa de "Z".
Diagnóstico: Hace un par de años el director Brandon Christensen incursionó en el sub-género de "bebé en peligro" en la cinta Still/Born; y ahora se gradúa a la categoría de "niño diabólico" con Z, una modesta cinta de terror con baja ambición, pero suficientes elementos positivos para recomendarla, siempre y cuando no encontremos algo mejor para pasar el rato.
El principal atractivo de Z es la actuación de Keegan Connor Tracy (Final Destination 2) en el papel de Beth, la madre de Josh que no sabe cómo reaccionar ante la súbita transformación de su hijo. ¿Será un incipiente psicópata, o estará bajo la influencia de una entidad sobrenatural?
Cierto, la premisa no es muy novedosa, e incluso la hemos visto en recientes versiones de "niños diabólicos" (una breve lista de buenas a malas: The Babadook, The Hole in the Ground, Brigthburn, The Prodigy, The Assent, y Brahms: The Boy II). Sin embargo, Christensen y el guionista Colin Minihan (It Stains the Sands Red) incorporaron un brillante "twist" a la mitad de la película para alterar nuestra percepción de los eventos en el hogar de la familia Parsons, y replantear el drama doméstico en un formato inesperado y perturbador.
Por el lado negativo, Z mantiene el horror en un nivel demasiado sutil, casi pasivo, que nunca permite el pleno aprovechamiento de sus tenebrosos conceptos. Ya sé que el horror implícito puede ser más intenso que cualquier barato despliegue de sangre, pero en este caso sentí que una liberación de violencia hubiera sido más catártica y satisfactoria, en vez de una lenta "pelea psicológica" que frena el ritmo de la película y nos encierra (literalmente) entre cuatro paredes para resolver el gran misterio.
Hablando de "pelea psicológica", casi todas las películas de este estilo (familia atormentada por fenómenos inexplicables) incluyen un experto en temas paranormales para explicar el origen de alguna maldición, o los métodos de algún demonio, o cosas similares. En el caso de Z, el experto es un psicólogo interpretado por Stephen McHattie (Come to Daddy), lo cual refuerza la noción de que el amigo imaginario de Josh podría ser un mecanismo de defensa desarrollado por el niño para racionalizar los impulsos violentos de su cerebro. O tal vez el doctor está equivocado; después de todo, la ciencia rara vez tiene la última palabra en las películas de terror.
El resto del elenco hace un trabajo decente, incluyendo el niño Jett Klyne en el papel de Josh, quien parece el hijo perfecto hasta que inventa a su amigo imaginario. Sean Rogerson es Kevin Parsons, el típico papá escéptico que no cree en las teorías de su esposa hasta que es demasiado tarde. Y Sara Canning (Level 16) tiene un breve pero importante papel como Jenna, la hermana de Beth, cuya crisis personal complica aún más la situación de Josh.
A fin de cuentas Z me pareció una sólida "B-Movie" canadiense con una interesante propuesta sobre una arcaica fórmula, apoyada por buenas actuaciones y una angustiante atmósfera de disfunción familiar que explota los temores más profundos de cualquier padre y madre de familia... "¿Es normal lo que está haciendo mi hijo, o debería preocuparme?" En el caso de Z, no hay tiempo para preocuparse si quieren sobrevivir.
Calificación: 7.5
IMDb
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