Síntomas: Después de una mala experiencia en combate, la oficial Klara (Olga Kurylenko) es transferida a la "Operación Sentinelle", consistente en patrullas militares que recorren las calles de Francia como protección contra el terrorismo. Entonces su hermana Tania (Marilyn Lima) sufre un ataque que la deja en el hospital, y Klara utiliza su entrenamiento para encontrar al culpable.
Diagnóstico: Sí, Sentinelle es otra película sobre un "vigilante" que toma la ley en sus manos para vengar una tragedia familiar; y aunque no se desvía mucho de la fórmula que hemos visto en incontables obras similares, el director Julien Leclercq introduce cambios que la hacen más realista, alejándose de las genéricas fantasías de acción para enfocarse en los factores psicológicos que motivan a la protagonista. Esto significa que Klara (Olga Kurylenko) no es una invencible justiciera, sino una mujer falible y vulnerable que comete errores, y no siempre mide las consecuencias de sus actos. O tal vez sí las mide, pero no le importan, lo cual es aún más representativo de su frágil estado mental.
Sentinelle (disponible en Netflix) empieza en algún lugar del Medio Oriente, donde un operativo militar termina en tragedia, dejando a Klara con estrés post-traumático suficientemente severo para retirarla del combate activo y enviarla de regreso a Francia, donde vigilará sitios turísticos (en este caso la ciudad de Niza, donde vive su familia) contra posibles ataques terroristas. Sin embargo eso no es lo que Klara quería hacer en su carrera militar, lo cual solo empeora su depresión. Entonces, durante una noche de fiesta, alguien viola a su hermana Tania (Marilyn Lima), y Klara empieza a abusar de su rango militar para obtener información sobre el atacante, creando conflictos con sus superiores y con los policías encargados de la investigación oficial.
Hasta ahí suena como cualquier thriller de venganza, pero la diferencia está en los detalles. A pesar de su entrenamiento militar, Klara no es inmune a los efectos de la violencia, y de vez en cuando necesita un baño caliente para aliviar el dolor de, por ejemplo, una pelea contra tres hombres en un club nocturno. Su misión de venganza parece moralmente justa, pero implica romper tantas leyes (militares y civiles) que Klara se arriesga a convertirse en un peligro tan grande como los villanos que persigue. Y así, nublando la línea entre obsesión y justicia, Sentinelle incorpora sutiles comentarios sobre las causas del problema, al mismo tiempo que nos satisface con la catarsis de la acción.
La cual, conviene advertir, tampoco es excesiva ni exagerada, pues sigue los lineamientos de realismo que mencioné al principio. Las peleas son breves y brutales; los métodos de Klara son torpes e improvisados; y aunque hay tiroteos con un poco de sangre, Sentinelle no pretende glamorizar la violencia, sino mostrarnos sus consecuencias en ambos lados del conflicto.
Como fan de Olga Kurylenko, no sé si podré ser totalmente objetivo sobre su desempeño en esta película, pero creo que su interpretación establece el tono de la narrativa y nos invita a reflexionar sobre los clichés del cine de acción, lo cual sería (en mi humilde opinión), razón suficiente para recomendar Sentinelle. Por el lado negativo, esa mesura y realismo podrían decepcionar al público que buscaba un thriller más "convencional", con héroes invencibles y la satisfacción de la venganza como objetivo principal del argumento. En ese caso, Sentinelle no es lo que buscan; pero fue exactamente lo que yo necesitaba.
Calificación: 8
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