Sunday, July 23, 2017

Two Lovers and a Bear



Síntomas: Lucy (Tatiana Maslany) y Roman (Dane DeHaan) viven en un remoto pueblo al norte de Canadá, trabajando en lo que pueden y sin grandes aspiraciones futuras. Pero cuando Lucy es aceptada en una universidad del sur, su relación empieza a desmoronarse. Entonces interviene un oso polar.

Diagnóstico: Supongo que no fue coincidencia el estreno de Two Lovers and a Bear al mismo tiempo que se desarrolla la temporada final de la serie Orphan Black. Ambos proyectos incluyen a Tatiana Maslany, una de mis actrices favoritas, y nunca está de más un poco de "sinergia" en el competitivo mundo del cine contemporáneo.
Sin embargo, ahí termina la comparación. Two Lovers and a Bear es un modesto melodrama romántico con una errática historia que da demasiadas vueltas antes de llegar a un final amargo, pero extrañamente satisfactorio... o al menos consistente con el desolador entorno nevado, que por sí mismo genera un aura de misterio y gravedad para complementar el conflicto interno de los personajes.
Habiendo dicho eso, en realidad me gustaron esas vueltas y giros inesperados, pues nos mantienen en suspenso y añaden una dimensión adicional a lo que, en el fondo, es un sencillo relato de resistencia a la madurez... algo así como un desafío de las fórmulas "coming of age". Y, desde luego, esos abruptos cambios de tono favorecen el lucimiento de los actores, quienes deben adaptarse a los vaivenes de la trama sin traicionar el carácter de Roman y Lucy.
Tatiana Maslany muestra su habitual intensidad y compromiso, aunque su personaje se siente un poco pasivo y subordinado al drama personal de Roman. No fue lo que yo esperaba, pero funciona en el contexto de la cinta. Y si bien me interesaba ver Two Lovers and a Bear por la presencia de Maslany (y porque me dio curiosidad el asunto del oso), también disfruté el desempeño de Dane DeHaan, un joven actor con gran potencial y considerable talento para interpretar roles muy diversos con notable convicción. Sólo necesita encontrar un papel con suficiente fuerza y popularidad para entrar a las "grandes ligas"; A Cure for Wellness se acercó, pero el libreto no le hizo muchos favores. Y Two Lovers and a Bear es demasiado pequeña para ser un paso serio en su carrera. Quizás lo logrará con Valerian... aunque parece dudoso, por lo que he escuchado.
Además de las actuaciones y la impredecible historia, Two Lovers and a Bear me gustó por su retrato de una comunidad helada por fuera, pero cálida por dentro. En medio de hielos eternos, los humildes habitantes de Iqualit (nunca se menciona el nombre del pueblo, pero ahí es donde se filmó la película) han aprendido a cuidarse mutuamente y a tolerar las excentricidades naturales de individuos que aceptaron vivir en una región tan aislada e inhóspita. Todos tienen secretos; y, por lo tanto, todos respetan los secretos ajenos.
Two Lovers and a Bear no encaja dócilmente en un género o estructura específica. Hay drama, comedia, e inesperadas desviaciones por territorio de "realismo mágico" que podrían confundir a algunos espectadores. Pero la confianza del director Kim Nguyen y la variedad de sentimientos que evoca su libreto capturaron mi atención, y me inclinan a recomendar esta película a pesar de sus bizarras digresiones. Si esto es lo que hará Tatiana Maslany cuando termine Orphan Black (cine "indie" canadiense), quedaré satisfecho. Aunque me encantaría que se integrara al universo de Marvel (sería PERFECTA como Kate Bishop).
Calificación: 8

IMDb

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