Friday, August 31, 2018
Rendel
Síntomas: En la ciudad finlandesa de Mikkeli, un misterioso vigilante llamado Rendel (Kristofer Gummerus) combate a los criminales que destruyeron su vida.
Diagnóstico: En otras palabras... Punisher finlandés. O quizás Batman, tomando en cuenta los métodos del héroe.
Lo cual, conceptualmente, no tiene nada de malo, y hasta podría ofrecer una interesante perspectiva del vigilantismo en uno de los países más progresivos y socialmente conscientes de Europa. ¿Usará este pseudo-Punisher métodos terapéuticos en vez de agresión? ¿Invitará a los criminales a las estaciones de Policía para entregarse pacíficamente?
¡Ja, ja! Claro que no. Para bien o para mal, el director Jesse Haaja no trató de incorporar la mentalidad finlandesa en la fórmula norteamericana del superhéroe moderno; simplemente se limitó a copiar sus componentes con mínima imaginación pero, eso sí, con gran despliegue de violencia y estilo visual.
Lo cual, como dije, no tiene nada de malo. Pero tampoco fue suficientemente bueno para trascender su nicho de curiosidad cultural.
El argumento formal de Rendel se limita a tocar la bases obligatorias del género, así que no importa si los detalles parecen confusos: tenemos un villano corporativo (de la industria farmacéutica, nada menos), un “enforcer” psicópata, y una dotación infinita de esbirros para enfrentarse a Rendel... y perder de la manera más brutal posible.
Todo es tan genérico como suena, pero al menos el director juega con la cronología de la historia para mantener un tenue aire de misterio sobre el origen del héroe, el plan de los villanos, y la Tragedia Del Pasado© que inevitablemente los une.
Rendel no tiene super-poderes en el sentido convencional; sin embargo existen elementos de fantasía en su creación... y, desde luego, en sus inverosímiles encuentros con mafiosos armados que no aciertan con una sola bala, y tienden a quedarse inmóviles mientras el héroe les propina terribles palizas que los dejan medio muertos. ¿O habrá algo más extraño detrás de Rendel? No lo revelaré, pero el libreto incluye un par de ingeniosos detalles que Haaja tal vez planea explorar en futuras películas. Habiendo dicho eso, Rendel no inspira grandes deseos de secuelas, aunque su colorido estilo visual y la ultra-violencia de las peleas podrían ofrecer algo interesante a largo plazo, siempre y cuando sus creadores encuentren el ángulo correcto para extender la mitología sin reciclar los clichés que ya gastaron en esta “película piloto”.
Kristofer Gummerus es un adecuado héroe trágico; su transformación en Rendel es predecible (por no mencionar absurda), pero con apropiado peso emocional que se complica por su relación laboral con la Corporación VALA, cuyo logotipo aparece prácticamente en CADA ESCENA de la película. Bueno, hasta los villanos de bajo nivel traen chamarras con el símbolo de la empresa, lo cual facilita su identificación. Rendel tendrá algo de Batman, pero no necesita su habilidad deductiva... los malos lo traen literalmente escrito en la espalda.
En vez de enfocarse en el carácter del personaje y su conexión con el espectador, el director dedicó su atención a la cinematografía, las peleas, y el diseño de producción, lo cual dio como resultado una película medianamente entretenida y bastante atractiva... pero absolutamente hueca como experiencia narrativa. Si realmente quieren que Rendel prospere como franquicia, necesitan copiar mejor los ingredientes de Marvel. Ya tienen las imágenes; ahora solo falta la historia.
Calificación: 7
IMDb
Thursday, August 30, 2018
First Reformed
Síntomas: Mary Mansano (Amanda Seyfried) quiere que el Reverendo Toller (Ethan Hawke) hable con su esposo Michael (Philip Ettinger), un activista ecológico que sufre una gran depresión por el horrible estado del mundo. Sin embargo, la conversación afectará por igual al sacerdote y a la familia.
Diagnóstico: A primera vista First Reformed parece un simple "drama teológico" (o como quieran llamarlo) sobre un sacerdote que atraviesa una crisis de fe. Sin embargo el libreto del legendario Paul Schrader abarca mucho más de lo que esperábamos, y aunque la cinta titubea en un par de ocasiones (particularmente en ese ambiguo final), son admirables las potentes ideas y subversivo drama que el director conjura con el apoyo de un reparto absolutamente brillante. En otras palabras: First Reformed es una película muy recomendable, incluso para quienes se opongan a su mensaje. De hecho, quizás sería una experiencia más valiosa en esos casos.
First Reformed es una cinta construida con escenas estáticas y conversaciones reposadas; no hay mucho movimiento, y el conflicto se cocina "a fuego lento", sin grandes aspavientos ni "duelos de actuación". Sin embargo el efecto acumulado es demoledor, revelando nuevos niveles de reflexión y análisis que ocurren en la periferia del relato principal, enriqueciendo y complementando la turbulencia interna de los personajes.
La plática entre el Reverendo Toller y el agobiado Michael empieza como un afable intercambio de opiniones; Michael ha dedicado su vida a la defensa de la ecología, y cree que es irresponsable traer hijos a un mundo al borde de la extinción. Pero Toller, con varias tragedias en su pasado, sabe que la esperanza es el único camino para superar los temores personales. Ambos puntos de vista son válidos, y cada hombre parece haber aprendido algo del otro.
Sin embargo las cosas nunca son tan simples. La depresión de Michael apenas indica la escala de sus problemas; y las dudas que plantó en la mente del Reverendo Toller germinarán lentamente hasta cuestionar los fundamentos mismos de su fe. Además, la inusual situación de Toller inspira nuevas inseguridades, pues su modesta iglesia se ha convertido en una atracción turística patrocinada por una "mega iglesia" que vende religión bajo una infraestructura corporativa.
Y, bueno, eso basta para iniciar una marea de emociones que afectará a todos los personajes. Lo cual nos lleva al increíble desempeño de Ethan Hawke, demostrando su capacidad para abordar cualquier papel con absoluta convicción y realismo. Mientras veía First Reformed estuve recordando algunos de sus proyectos recientes (les dije que es una cinta lenta), y es realmente impresionante la variedad de roles y el nivel de credibilidad que alcanza con engañosa facilidad. Desde el misterioso cantinero de Predestination hasta el vaquero de In a Valley of Violence; desde el padre de familia en Boyhood, hasta el atormentado piloto en Good Kill... Hawke es uno de esos "camaleones" que cambian en cada película, conservando una misma sensibilidad que de algún modo se adapta a las circunstancias. Y lo mismo puede decirse de Amanda Seyfried en el papel de Mary. Su participación en First Reformed es más corta, pero igualmente trascendente; y también es muy distinta de sus roles recientes, como en Anon, donde interpretó una hacker/mujer fatal; y Mamma Mia! Here We Go Again, en un estilo más ligero y humorístico. Otra actriz con la habilidad de transformarse sin perder su esencia personal.
Además de todo eso, First Reformed funciona gracias al libreto y dirección de Paul Schrader, auténtica leyenda "old school" de Hollywood (trabajó como guionista de Taxi Driver, Raging Bull y Bringing Out The Dead, entre muchas otras) que sigue trabajando sin perder de vista las grandes preguntas sobre identidad, religión y responsabilidad que ha explorado a lo largo de su carrera. Con tantas "leyendas" que decepcionan con el paso de los años, es muy satisfactorio encontrar a Schrader en pleno dominio de su oficio. Y con una historia relevante para la época actual. Ojalá sus viejos colaboradores siguieran su ejemplo.
Calificación: 9
IMDb
Wednesday, August 29, 2018
Mr. Roosevelt
Síntomas: Emily Martin (Noël Wells) se mudó a Los Ángeles para trabajar como comediante, pero no ha tenido mucha suerte. Entonces se entera de que su gato Mr. Roosevelt está enfermo, y regresa a la ciudad de Austin para cuidarlo... y quizás para enfrentar algunas duras realidades de su vida.
Diagnóstico: Mr. Roosevelt exhibe todas las afectaciones por las que mucha gente odia el cine "indie". Y también luce todas las virtudes por las que mucha gente disfruta el cine "indie". Advierto desde ahora que me cuento entre el segundo grupo; y desde luego estoy plenamente consciente del empalagoso estilo de Mr. Roosevelt, su pretenciosa ironía, y la hipocresía de "los problemas de la gente bonita" que no parecerían problemas en ninguna otra parte del mundo.
Sin embargo encontré inmensamente divertido este sarcástico "manifiesto milenial" gracias al ingenio y acertadas observaciones de la directora/escritora/actriz Noël Wells (más conocida como la novia de Dev en la primera temporada de Master of None), quien claramente odia esas mismas fórmulas del cine independiente, y tiene la intención de destrozarlas... pero no sin antes exprimirles todo el humor posible.
Entre esas fórmulas: el clásico "regreso a casa", donde el hijo pródigo (o hija) enfrenta su pasado después de abandonarlo. Es una premisa muy común, empleada en cintas como Garden State, Blue Jay y Young Adult (sí, todas ellas sólidas muestras de cine independiente). En el caso de Mr. Roosevelt, el motivo de Emily para regresar a Austin es intencionalmente absurdo para enfatizar su inmadurez y al mismo tiempo satirizar la cultura "hipster" de esa ciudad, atrapada en una curiosa intersección entre el consumismo del siglo veintiuno, la libertad sexual de los hippies, y la apatía de los "slackers" noventeros. Parecería un nicho muy exótico, pero se ha propagado tanto que cualquier espectador será capaz de reconocerlo. O al menos los que hayan consumido algún alimento aderezado con sriracha o quinoa.
No sé hasta qué punto Mr. Roosevelt incluye elementos auto-biográficos pero, sea cual sea su inspiración, Noël Wells creó un fascinante personaje que interpreta con brutal honestidad, mostrando la paralizante inseguridad que ha saboteado por igual la vida personal de Emily y su carrera como comediante. Al principio parece una clásica "manic pixie girl" que mejorará todo con su inocente magia, pero gradualmente vemos como se desmorona hasta transformarse en una pesadilla para los demás y para ella misma. Es una actuación tan cruda y audaz que podría contrariar al público; pero para eso está el humor, suavizando los conflictos entre Emily y los habitantes de Austin, desde su ex-novio Eric (Nick Thune), hasta su nueva amiga Jen (Daniella Pineda). En vez de buscar villanos y adversidad externa, Wells dirige todo al interior de la protagonista, y el resultado es absolutamente fantástico. Y muy gracioso.
Entonces, al igual que ocurre con Emily, Mr. Roosevelt oculta su inteligencia bajo un barniz de frivolidad que resulta engañoso a primera vista. Sin embargo, con un poco de paciencia revelará grandes verdades sobre el mundo moderno, los riesgos del popular "síndrome de víctima", y las simples soluciones que podrían mejorar la situación de la generación atrapada en esta trampa cultural. Y, si nada de eso funciona, tan solo los primeros cinco minutos de Mr. Roosevelt me hicieron reír más que cualquier comedia "de estudio". La imitación de Kristen Wiig... necesito verla de nuevo.
Calificación: 9
IMDb
Monday, August 27, 2018
Only the Brave
Síntomas: Eric Marsh (Josh Brolin) y su equipo de voluntarios se entrenan para obtener la certificación de bomberos forestales, lo cual sería un gran honor, aunque también significaría un gran riesgo para sus vidas.
Diagnóstico: Es conveniente aclarar desde el principio que Only the Brave no es una película de acción con grandes efectos especiales y emocionantes escenas del hombre luchando contra los elementos (como hizo la reciente Skyscraper). Bueno, desde luego hay algo de eso, pero son eventos esporádicos, mientras que la mayor parte de la película se enfoca en el drama doméstico y laboral de los heroicos individuos que arriesgan sus vidas para salvar incontables hectáreas de bosques y reservas naturales, por no mencionar ciudades enteras que se encuentran en el camino de la "línea de fuego".
Esta parsimoniosa exploración de la vida y entrenamiento de los bomberos hace Only the Brave un poco lenta, pero es la única manera de rendir tributo al auténtico Escuadrón Granite Mountain, quienes enfrentaron uno de los peores incendios en la historia del estado de Arizona (aquí está el artículo de GQ que inspiró Only the Brave, pero recomiendo leerlo hasta después de ver la película).
Por el lado negativo, el director Joseph Kosinski (TRON: Legacy, Oblivion) aborda los aspectos biográficos de la película con los más añejos clichés del cine "basado en hechos reales". Entre ellos: el estoico líder con un turbulento pasado; el novato irresponsable que debe madurar para convertirse en hombre; el payaso que bromea constantemente para aligerar el peligro; la madre cargando al bebé mientras se despide de su esposo ("No es fácil compartir a tu esposo con el fuego"); los arrogantes "expertos" de la gran ciudad que desprecian a los humildes bomberos rurales... y así, cada escena se esfuerza por establecer el tono e identidad de la película, pero solo puede hacerlo mediante fórmulas tan repetidas que se sienten forzadas y artificiales.
Afortunadamente el talentoso reparto se encarga de añadir la humanidad y carácter que el libreto apenas esboza. Josh Brolin fue la selección ideal para interpretar al estricto Jefe Marsh, cuya implacable disciplina se justifica porque no puede haber errores en un trabajo tan arriesgado. Miles Teller es Brendan McDonough, el novato ex-adicto que realmente quiere enderezar su vida... y eligió el camino más difícil para lograrlo. Y Taylor Kitsch es Christopher MacKenzie, el mencionado payaso que bromea y atormenta constantemente a Brendan, porque no confía en él, y teme que falle en un momento crucial. Adicionalmente tenemos al gran Jeff Bridges como el Jefe de Bomberos local, mentor de Marsh, y veterano de incontables incendios (por cierto, los fans de Crazy Heart se alegrarán de verlo nuevamente cantando con su guitarra); y Jennifer Connelly tiene el papel de Amanda, la esposa de Marsh que cada día encuentra más difícil aceptar los peligros que enfrenta su esposo. No es un papel muy sustancioso, pero Connelly consigue llevarlo más allá de la típica "esposa preocupada"; desafortunadamente Andie McDowell no tuvo igual suerte como la esposa de Jeff Bridges.
La "acción" (aunque realmente es más suspenso que acción) llega hasta el final... pero Kosinski nunca deja que el fuego robe la atención de los personajes y su compromiso con su vocación. Only the Brave podrá estar construida sobre clichés, pero la realidad de los incendios y la tremenda labor de los bomberos se encargan de crear un drama contundente y memorable que no solo rinde tributo a estos héroes, sino que nos enseña por qué su trabajo es tan importante y peligroso.
Only the Brave dura más de dos horas, y definitivamente las sentimos... pero aún así la recomendaría como una cinta "basada en hechos reales" que sostiene nuestra atención con intensas actuaciones y el fascinante análisis de uno de los trabajos más peligrosos del planeta... el cual, lamentablemente, será más necesario con cada año que trae más sequías e incendios forestales (como vimos recientemente). Tal vez Only the Brave invite más reclutas; aunque también es probable que los aleje.
Calificación: 8.5
IMDb
Sunday, August 26, 2018
Mi Ex Es Un Espía (The Spy Who Dumped Me)
Síntomas: Audrey (Mila Kunis) está furiosa con su ex-novio Drew (Justin Theroux)... hasta que se entera de que es un espía involucrado en una operación internacional. Entonces, con la intención de ayudarlo, Audrey y su mejor amiga Morgan (Kate McKinnon), viajan a Austria para entregar un valioso objeto que muchos agentes enemigos están buscando.
Diagnóstico: La "comedia de espías" no es un concepto nuevo, pues ya desde mediados del siglo veinte se practicaba la fusión de intriga y humor en cintas como The Glass Bottom Boat, In Like Flint y The Silencers (una de mis favoritas). Sin embargo en años recientes hemos visto un resurgimiento del género, probablemente inspirado por el éxito económico del cine de acción... y el gradual deceso de la comedia romántica, lo cual dejó un hueco mercadológico que ahora podría llenarse con historias energéticas pero ligeras, acompañadas por reflexiones humorísticas sobre los retos de la vida cotidiana, como el bullying (Central Intelligence), la igualdad de oportunidades para la mujer (Spy), y la complicada dinámica de "exes" que se separaron, pero aún conservan emociones sin resolver... como en Mi Ex Es Un Espía.
Sobra decir que el argumento de esta película es al mismo tiempo superficial e innecesariamente revuelto. Audrey y Morgan recorren Europa mientras las persiguen agentes de varios países, la mafia rusa (o algo así), y asesinos internacionales... pero sus inverosímiles aventuras nunca generan emoción ni suspenso. Las balaceras, persecuciones y traiciones resultan tan insípidas como el triángulo romántico entre Audrey, su ex-novio Drew, y el agente británico Sebastian (Sam Heughan), quien podría estar ocultando sus auténticas intenciones. Creo que una juiciosa edición de material inerte haría la cinta más ágil, con risas más frecuentes, y sobre todo más corta, pues dos horas parecen excesivas para un argumento que no sigue una secuencia lógica de causas y consecuencias, sino una estructura modular donde las partes podrían intercambiarse (u omitirse) sin afectar el resultado final. Incluso ahora, unas horas después de verla, no recuerdo si Gillian Anderson aparece antes o después del gran twist.
Ah, sí... ¿no había mencionado a Gillian Anderson? Su papel es corto e intrascendente, pero me dio gusto verla en una película donde puede lucir los instintos humorísticos que rara vez tiene oportunidad de ejercitar.
Y, ya que estamos hablando del reparto, lo único rescatable en Mi Ex Es Un Espía es la interacción entre Mila Kunis y Kate McKinnon. Cierto, las dos se limitan a repetir sus acostumbradas rutinas cómicas: Kunis es la mujer ordinaria con una complicada vida personal que debe encontrar fortaleza para enfrentar la adversidad; y McKinnon es la excéntrica "mejor amiga" que toma malas decisiones, dice lo que piensa, y sirve como balance caótico de su ordenada compañera.
La dirección de Susanna Fogel es un poco impersonal, pero admiré su esmero en varias escenas de acción que fueron más elaboradas y violentas de lo que yo esperaba en una comedia. Tampoco estamos hablando de Mission: Impossible, pero aún así llaman la atención algunas peleas y "stunts" visualmente impactantes.
Habiendo dicho todo eso, lo más importante en cualquier comedia es la reacción subjetiva de cada espectador. Personalmente sonreí con suficiente frecuencia para no sentir que perdí mi tiempo; y además me gusta el trabajo de las actrices principales, lo cual a veces redime una película mediocre. Pero las partes de espionaje carecen del ingenio y tensión requeridos para capturar la atención del público. En resumen: creo que recomendaría ver de nuevo Bad Moms, y esperar a que Mi Ex Es Un Espía llegue a Netflix o televisión por cable. Y eso solo para los fans de Mila Kunis y Kate McKinnon. O de Gillian Anderson con acento británico.
Calificación: 6.5
IMDb
Saturday, August 25, 2018
¿Quién Mató a Los Puppets? (The Happytime Murders)
Síntomas: En un mundo donde los "puppets" coexisten con la humanidad, el ex-policía Phil Philips (voz de Bill Barretta) investiga una serie de asesinatos relacionados con una antigua serie de televisión. Sin embargo, la detective Connie Edwards (Melissa McCarthy) aún odia a Philips por una tragedia del pasado, y sus continuos desacuerdos harán más difícil encontrar al auténtico culpable.
Diagnóstico: Cualquier discusión sobre "puppets" realistas debe empezar con la demencial película Meet the Feebles, dirigida por Peter Jackson a fines de los ochentas. Sin embargo, mi ejemplo favorito de este exótico nicho narrativo es la serie televisiva Greg the Bunny, donde se capturó a la perfección el contraste entre la inocencia de los títeres y los vicios del mundo real, sin sacrificar la "humanidad" de los personajes ni el humor intrínseco de la situación. Pero todas estas historias apenas rebasaron el nivel "de culto" (Greg the Bunny duró trece episodios), y no existía una versión capaz de romper el estigma cultural de "los títeres son para niños". Ni siquiera los originales Muppets lo lograron en su más reciente serie televisiva (la cual solo tuvo dieciséis episodios... mmh, creo que estoy notando un patrón).
En ese contexto llega ahora la cinta ¿Quién Mató a Los Puppets?, dirigida por Brian Henson, el hijo de Jim Henson, cuyo apellido es sinónimo del entretenimiento puppetero.
Gracias a ese simple hecho sabemos que Brian Henson tomará en serio la premisa de las criaturas de fieltro viviendo en el nuestro mundo, asignándoles genuinas personalidades y definiéndolos no por el material de sus cuerpos, sino por la fuerza de su carácter (perdón por el plagio MLK). En otras palabras, el mayor triunfo de ¿Quién Mató a Los Puppets? es hacernos olvidar por un momento las diferencias entre ambas especies, y enfocarnos en todo lo que tienen en común, incluyendo defectos y virtudes, temores, y esperanzas de un mundo más equitativo para todos sus habitantes.
En ese aspecto, creo que ¿Quién Mató a Los Puppets? funciona mejor como "noir" que como comedia. No cabe duda que el asunto de los asesinatos, la rivalidad entre la "pareja dispareja", y hasta las grandes revelaciones del tercer acto, están construidos con clichés del cine policíaco, particularmente los relatos detectivescos de Dashiel Hammet y Raymond Chandler. No hay mucha originalidad en el libreto escrito por Todd Berger, pero los clichés están bien implementados, las actuaciones reflejan el trauma psicológico de los personajes (tanto humanos como puppets), y la dirección de Henson encuentra el flujo natural de la historia, permitiendo que personajes evolucionen y exploren sus emociones con resultados más creíbles que cualquier genérico thriller exento de ambición y sin nada que demostrar.
Desafortunadamente ¿Quién Mató a Los Puppets? falla en su faceta cómica. Después de tantos años de represión (supongo), Brian Henson está ansioso por desafiar la percepción pública de los puppets como entretenimiento infantil, y no pierde oportunidad de regodearse en los peores y más degradantes momentos de los personajes, ya sea la filmación de una película pornográfica con un inusual número de pezones, o un intercambio sexual que culmina ruidosamente y por tanto tiempo que se vuelve antipático. Aquí es donde más extrañé a Greg the Bunny... su estilo de humor era deliciosamente subversivo, pero sin cruzar la línea de la vulgaridad como un fin por sí misma. Henson tropieza con esa línea una y otra vez, sin darse cuenta de que tiene en sus manos una sólida historia que no necesita "transgredir" para convencer al público de su valor como entretenimiento adulto.
Por suerte son momentos relativamente breves que podemos ignorar para seguir la divertida interacción entre Melissa McCarthy y su coestrella sintética, cuyas discusiones están llenas de insultos racistas ostensiblemente inocuos ("Te veo menos azul que antes"), pero con un grave subtexto sobre los auténticos problemas sociales del mundo real. En verdad creo que McCarthy logró una sobresaliente actuación que nunca pierde el balance entre el humor absurdista y el conflicto interno que siente como policía honorable, pero con fuertes resentimientos contra el ex-compañero que la decepcionó veinte años atrás.
Creo que existe una película bastante buena escondida entre los excesos visuales y temáticos de ¿Quién Mató a Los Puppets? En lo personal, como fan de cualquier cosa con sabor a Muppet, pude ignorar sus fallas para disfrutar sus considerables aciertos. Pero también podría parecer una experiencia frívola y ofensiva para algunas personas. Lo importante es que eventualmente aprenderemos a aceptar a las "personas fabricadas" como gente real, tan capaces de fallar o triunfar como cualquiera de nosotros.
Calificación: 8
IMDb
Friday, August 24, 2018
Slender Man
Síntomas: Siguiendo instrucciones que encontraron en línea, cuatro adolescentes invocan al misterioso Slender Man. Al principio no pasa nada, pero una de ellas desaparece varios días después, y las demás empiezan a temer que pronto será su turno...
Diagnóstico: El fenómeno de Slender Man es muy interesante porque, al haber surgido en plena era digital, es muy fácil seguir la propagación de la leyenda a través de las imágenes e historias virales creadas por aficionados al horror en sitios como Reddit y Something Awful, donde eventualmente se desarrolló una mitología ambigua, pero suficientemente convincente para contagiar de paranoia a algunos jóvenes en el mundo real que llevaron el "chiste" demasiado lejos, y estuvieron a punto de cometer asesinatos en su nombre.
Esa es la historia que debería contar la película Slender Man. Sería fascinante un documental (real o "pseudo") sobre la formación del mito, los factores psicológicos que mantienen vivo el folclor urbano, y la peligrosa influencia que pueden tener los "memes" en personas (generalmente niños) sin suficiente capacidad para distinguir la realidad de la fantasía, sobre todo en redes sociales donde "verdad" y "ficción" son términos intercambiables, y en ocasiones irrelevantes.
Desafortunadamente lo que hicieron los productores de Slender Man fue convertir al personaje en un genérico "boogie man" alrededor del cual se construye una típica historia de "adolescentes en peligro" con personajes de cartón, sobresaltos forzados y melodrama artificial, pero sin rastro alguno del "horror" que debería inspirar. En serio, veinte minutos leyendo las originales "creepypastas" serán más satisfactorios que la hora y media que nos roba el director Sylvain White (The Losers) con su absolutamente desganada versión de Slender Man.
Buscando algún elemento positivo en Slender Man podría señalar el trabajo de Joey King en el papel de Wren, perfilándose como futura "scream queen" (lo digo con afecto) con adecuada profundidad para compensar su desafortunada selección de proyectos. Para bien o para mal, Wish Upon ya no es la peor película de esta joven actriz. Y aunque la dirección de Sylvain White carece de estilo o personalidad, hay algunos buenos momentos visuales con luces y sombras que evocan la tenebrosa apariencia alargada de Slender Man.
Fuera de eso, la trama sigue las viejas rutinas de paseos nocturnos por la casa (y por el bosque), visiones perturbadoras (a veces ridículas), y la tecnología como conducto del mal, porque lo más terrorífico para estas jóvenes es que su teléfono deje de funcionar.
Dada su naturaleza viral y nebulosos derechos de autor, hay muchos proyectos sobre Slender Man en el Internet, desde videojuegos hasta películas independientes en YouTube. No conozco la mayor parte de este material, pero sospecho que Slender Man, con todo el respaldo de Sony Pictures, no representa una mejora considerable sobre los productos amateur realizados por los fans. En otras palabras: cuando el "fan fic" es mejor que una película de mediano presupuesto, es hora de reflexionar sobre el balance entre creatividad y mercadotecnia que emplean los grandes estudios hollywoodenses. ¿Dónde está la criatura que atrapa ejecutivos arrogantes y los lleva a la dimensión de la clase turista infinita? Esa es la película que me gustaría ver.
Calificación: 5
IMDb
Thursday, August 23, 2018
Sequence Break
Síntomas: El joven Oz (Chase Williamson) trabaja restaurando videojuegos antiguos. Entonces recibe un misterioso juego que empieza a alterar su mente, y tal vez hasta la realidad misma.
Diagnóstico: Lo diré desde ahora: Sequence Break es básicamente Videodrome, pero con videojuegos en vez de televisores. Lo cual no me pareció malo.
El director Graham Skipper (más conocido como actor en las cintas The Mind's Eye y Beyond the Gates) rinde tributo al "body horror" de David Cronenberg explorando la línea divisoria entre máquina y humano, así como la simbiosis entre tecnología viviente e individuos tan reprimidos que se comportan como autómatas.
Al menos esa fue mi interpretación de Sequence Break, la cual puede funcionar igualmente como metáfora de la obsesión por los videojuegos, o como advertencia contra las máquinas que controlan nuestras vidas... o como un simple romance "geek" con valiosas lecciones sobre la importancia de separar la realidad de la fantasía. Como quiera que la veamos, Sequence Break es una experiencia audaz e innovadora (bueno, tan innovadora como puede serlo una copia de Videodrome) que nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con la tecnología en un mundo cada vez más conectado, y al mismo tiempo más impersonal que nunca. O algo así.
Curiosamente, lo mejor de Sequence Break (en mi humilde opinión) no es el horror, ni los efectos especiales, ni el misterio del videojuego maligno, sino el romance entre Oz (Chase Williamson) y Tess (Fabianne Therese), la más realista "geek girl" que he visto jamás, precisamente porque no se parece al estereotipo de "geek girl" que siempre se maneja en cine y televisión. Williamson (Siren) interpreta al clásico nerd socialmente inepto que ni siquiera voltea cuando entra una atractiva mujer a su taller; pero Therese (Starry Eyes) compensa esa apatía con una espontánea energía que nunca se siente forzada ni artificial. Por el contrario, las conversaciones sobre Shigeru Miyamoto, King's Quest y un finado Tamagotchi fluyen con tal naturalidad que resulta imposible no congraciarse con este par de "geeks" hechos el uno para el otro.
Y, desde luego, ese es el momento perfecto para la crisis que podría destruir a la pareja con una psicodélica manipulación de la realidad. Así entramos de lleno al terreno de Cronenberg, donde Oz manipula con malsana sensualidad los controles del juego, y su cerebro empieza a sufrir los estragos de... lo que sea que está ocurriendo. El único que podría tener respuestas (o más preguntas) es el desequilibrado individuo que invade ocasionalmente el taller de reparaciones... ¿será una previa víctima del juego, o un lunático indigente?
En cuanto al mencionado juego, me gustó mucho su diseño de coloridos gráficos vectoriales que sugieren una fusión de Asteroids, Tempest y Star Castle. El "gameplay" es incomprensible, pero los patrones geométricos que forma en la pantalla resultan hipnóticos, como mandalas electrónicas o runas lovecraftianas.
Desafortunadamente los efectos prácticos arruinan un poco la intención "tecno-erótica" del director. En vez del voluptuoso televisor y la perturbadora ranura abdominal de Videodrome, Sequence Break básicamente usa gelatina vertida sobre una motherboard que alguien empuja desde abajo para simular que está respirando. Y, aunque la escena sexual entre Oz y la máquina es apropiadamente grotesca, se nota la procedencia casera de los materiales y las técnicas semi-amateur empleadas en su ejecución.
A fin de cuentas son más importantes las surrealistas ideas del argumento y la honestidad de sus emociones... pero la ausencia de recursos nos recuerda constantemente la humilde procedencia de una B-Movie tan independiente que ni siquiera pueden mostrar gabinetes de videojuegos reales en el taller donde trabaja Oz. Bueno, al principio hay un "cameo" de Galaga, uno de mis juegos favoritos de los ochentas (y uno de los pocos en los que era medianamente bueno)(Los otros eran Frogger y Tempest).
Fue una sorpresa descubrir que, en una película de terror sobre videojuegos poseídos y mutaciones biomecánicas, lo que terminé disfrutando más fue el romance y la dinámica entre los personajes. Pero todo lo demás funciona en mayor o menor medida para ofrecernos una experiencia bastante creativa, un poco confusa, y definitivamente satisfactoria para cualquier adicto a los videojuegos de antaño. Aunque todos sabemos que el auténtico juego diabólico fue "E.T. The Extraterrestrial".
Calificación: 7.5
IMDb
Wednesday, August 22, 2018
Down a Dark Hall
Síntomas: Como último recurso para corregir sus problemas de conducta, la joven Kit Gordy (AnnaSophia Robb) es enviada a la prestigiosa Academia Blackwood, donde la directora Madame Duret (Uma Thurman) ha logrado transformar adolescentes difíciles en estudiantes excepcionales.
Diagnóstico: ...Pero desde luego hay algo extraño en la Academia, empezando por el hecho de que solo hay cinco alumnas en la inmensa mansión victoriana, cada una con su particular disfunción o trauma emocional que las ha vuelto desobedientes o agresivas. Y la directora de la escuela, fantásticamente interpretada por Uma Thurman, pertenece a la categoría de educadoras estrictas y vagamente siniestras que abundan en el cine de terror. De hecho, la actuación de Thurman fue lo que más me gustó de Down a Dark Hall, pues evoca (con el grado justo de humor) el trabajo de legendarias actrices como Barbara Steele, Martine Beswick, Stefania Casini, y demás villanas del cine fantástico europeo de los años setentas.
Sin embargo, las cosas no son tan simples como parecen. El director Rodrigo Cortés (Buried, Red Lights) reunió todos los ingredientes necesarios para un clásico relato de "escuela embrujada" (aislamiento, corredores oscuros, sexualidad reprimida), pero el libreto (basado en una novela de Lois Duncan) utiliza estos elementos para contar una historia distinta, que no es exactamente terror, sino una especie de "thriller académico" que combina interesantes temas de superación personal, inspiración artística, y hasta metáforas sobre injusticia social y opresión femenina, todo lo cual hace la película más ambiciosa, pero menos efectiva en su particular género. Sea cual sea.
Además de Uma Thurman, también destaca AnnaSophia Robb en el papel de Kit, la joven rebelde pero racional que percibe sombras y sonidos inexplicables desde su primera noche en la Academia Blackwood. Hasta ahí todo es como esperamos... exploraciones nocturnas, ocurrencias sobrenaturales, y cinco adolescentes que comparten teorías sobre la "habitación prohibida". Mientras tanto, Madame Duret obviamente oculta algo, y su implacable disciplina sugiere una villana cruel y totalitaria. Sin embargo, conforme avanza la película, reconocemos que las técnicas de Duret están provocando un cambio positivo en las estudiantes. Kit desarrolla el talento musical que abandonó en su infancia; la joven Izzy (Isabelle Fuhrman) se está convirtiendo en un prodigio matemático; y la tímida Sierra (Rosie Day) encuentra inagotable talento e inspiración en la pintura. Además, durante el arduo proceso de "readaptación", Madame Duret muestra genuina empatía por los miedos e inseguridades de las muchachas, alentándolas con discursos brutalmente honestos pero inspiradores, donde explica la responsabilidad de alcanzar su potencial en una sociedad que relega a las mujeres a roles pasivos y serviles.
Es demasiado bueno para ser verdad.
Y, en efecto, eventualmente se revela el gran secreto de la Academia que altera la perspectiva de la película y cuestiona la benevolencia de Madame Duret. Pero el resultado me pareció menos satisfactorio de lo que hubiera sido un relato de terror convencional. Parece mentira, pero terminé extrañando al típico "fantasma vengativo" que busca justicia por una tragedia del pasado, o algo así. Incluso un "twist" estilo Suspiria hubiera sido preferible. Sin embargo, Cortés (y, supongo, la autora de la novela original) toma un camino más "místico" que encontré difícil de tragar, a pesar de su originalidad y lecciones morales.
No sé... siempre me quejo de los clichés, pero en esta ocasión creo que hubieran complementado la sólida base de terror que Cortés y su equipo técnico construyeron durante la primera mitad de la película. En vez de eso tenemos un abrupto giro a territorio de Goosebumps o, en el peor de los casos, a un episodio de Halloween de Girl Meets World (o Boy Meets World, para los lectores de mi generación).
De cualquier modo disfruté muchos aspectos de Down a Dark Hall, incluyendo el diseño de producción, la perfecta atmósfera gótica... y, desde luego, el brillante desempeño de Uma Thurman. Me encantaría que esta fuera la nueva etapa de su carrera... villana de terror cien veces más creíble que sus atroces roles románticos. Y con ese pernicioso atractivo que añade la maldad. Perdón... mejor termino aquí antes de que la crítica se vuelva demasiado personal.
Calificación: 7 (10 para Uma Thurman)
IMDb
Monday, August 20, 2018
Puppet Master: The Littlest Reich
Síntomas: El dibujante de comics Edgar Easton (Thomas Lennon) necesita dinero después de su divorcio, y decide vender una marioneta de origen nazi que perteneció a su hermano, y que podría estar relacionada con una serie de asesinatos cometidos en los ochentas. Entonces Edgar, su novia Ashley (Jenny Pellicer) y su mejor amigo, Markowitz (Nelson Franklin), viajan al pueblo donde se llevará a cabo una subasta de artefactos nazis... y, naturalmente, las cosas se complican.
Diagnóstico: De todas las franquicias de terror, Puppet Master es la que menos me interesaba. La cinta original de 1989 fue razonablemente entretenida gracias al humor negro que balanceaba las atrocidades cometidas por un grupo de marionetas con diversas "especialidades" para torturar y asesinar a sus víctimas (mi favorita era Leech Woman). Y si bien no he visto TODAS las secuelas y precuelas producidas desde entonces (once, sin contar la original), las que conozco mostraron un marcado descenso en calidad a lo largo de los años, lo cual me hace pensar que solo la implacable dedicación del productor Charles Band logró mantener viva esta serie.
Band, por cierto, fue uno de los cineastas independientes que admiré en mi adolescencia, cuando empecé a tomar en serio el hobby del cine. Su micro-estudio Empire Pictures produjo algunas memorables joyas del horror moderno, como Re-Animator (1985), From Beyond (1986), y Sorority Babes in the Slimeball Bowl-O-Rama (1988)(Es broma). Posteriormente, tras la bancarrota de Empire Pictures, Band resucitó en 1990 con Full Moon Entertainment, cuya increíble ambición (su lema era "200 películas para el año 2000") fue realmente inspiradora... aunque nunca bastó para mejorar sus películas (aún así me gustaron muchas obras de este periodo, incluyendo Dollman, Bad Channels y la pentalogía de Trancers).
Sirvan estos tediosos párrafos de historia antigua para explicar mi absoluto deleite y sorpresa al descubrir que la decimotercera película de la serie, Puppet Master: The Littlest Reich, no solo es la mejor de la saga, sino una de las más divertidas películas de horror del año, con grandes dosis de sangre, y un destacado "pedigree" que incluye a la revista Fangoria como coproductora de la cinta, a los directores Sonny Laguna y Tommy Wiklund (Wither), y al escritor S. Craig Zahler (Bone Tomahawk, Brawl in Cell Block 99). Claro, en el fondo Puppet Master: The Littlest Reich sigue siendo una modesta B-Movie con las habituales limitaciones técnicas y creativas que ello implica... pero en el contexto de sus predecesoras resulta un pequeño milagro que disfrutarán por igual los devotos de la franquicia y las nuevas generaciones listas para conocer al ejército de marionetas que cobran vida para continuar la misión de su detestable creador, el titiritero francés Andre Toulon (Udo Kier), quien colaboró con el régimen Nazi durante la Segunda Guerra Mundial, y luego emigró a los Estados Unidos para continuar su cruzada de odio y violencia.
Los directores resumen treinta años de mitología durante una atractiva y eficiente secuencia de créditos iniciales, convirtiendo a Pupper Master: The Littlest Reich en una especie de "reboot" que no descarta la continuidad establecida, sino que la destila hasta sus componentes básicos para iniciar una nueva historia con renovado brío y gran potencial... o al menos eso espero.
Las marionetas y el "gore" son la atracción principal, pero el elemento más importante de Puppet Master: The Littlest Reich es el elenco, integrado por comediantes que saben navegar el humor macabro y ofensivo del libreto sin sacrificar la realidad emocional de sus personajes. Thomas Lennon, Jenny Pellicer y Franklin Nelson (¡Robbie!) forman un trío muy afortunado, con personalidades complementarias y genuino afecto que se manifiesta a pesar de sus diferencias. También me dio gusto encontrar a varios veteranos del horror en papeles integrales para la narrativa, incluyendo a Michael Paré (como policía racista), Udo Kier (el irascible Toulon), y Barbara Crampton (policía retirada).
Por su parte, el estudio de efectos especiales Ill Willed creó "kills" bizarros y sangrientos (mis favoritos fueron el del retrete y el del bebé); sin embargo, las escenas de las marionetas matando gente tienden a ser bastante absurdas, así que no conviene hacer el menor análisis lógico de la situación. En vez de eso recomiendo dejarse llevar por la demencial imaginación de los cineastas y reírse con los irreverentes chistes sobre nazis (el comentario del horno... uf), asimilar el mensaje anti-racismo (estoy totalmente de acuerdo con sus principios, pero la retórica de la cinta es tan estridente que casi arruina sus nobles intenciones), y disfrutar las actuaciones de un reparto que enfrenta con igual aplomo el trauma psicológico de sus personajes, y las escenas donde deben huir despavoridos de un pequeño juguete volador de plástico. En resumen: Puppet Master: The Littlest Reich es el tipo de película que solo funciona cuando el público, los actores y los realizadores son cómplices del mismo chiste. Personalmente fue un placer participar en la broma... aunque algunos podrían considerarla ofensiva. En ese caso, siempre queda el inesperado placer de Barbara Crampton en uniforme de policía.
Calificación: 8.5
IMDb
Saturday, August 18, 2018
Mamma Mia! Vamos Otra Vez (Mamma Mia! Here We Go Again)
Síntomas: Sophie (Amanda Seyfried) trabaja incansablemente para restaurar el hotel que perteneció a su finada madre Donna (Meryl Streep). Mientras tanto, con ayuda de sus "tías" Tanya (Christine Baranski) y Rosie (Julie Walters), Sophie se entera de las aventuras románticas que tuvo Donna (Lily James) en los años setentas, cuando era una joven estudiante enamorada de tres hombres muy distintos.
Diagnóstico: Pocas veces he considerado salirme del cine durante una película, y la original Mamma Mia! fue una de esas ocasiones. Pero reconozco que fue mi culpa, y no de la película. Mamma Mia! hizo exactamente lo que prometía, y para lograrlo usó todo lo que aborrezco del cine musical. Lo cual, como dije, es mi problema.
Y ahora, diez años después (solo cinco en la cronología de los personajes), Mamma Mia! Vamos Otra Vez intenta recapturar la magia con una secuela/precuela que revela el futuro de Sophie (Amanda Seyfried) y el pasado de Donna (Meryl Streep y Lily James) a través de vivaces números musicales con las canciones de ABBA, derrochando suficiente nostalgia "kitsch" para deleitar al público que fue joven en los años setentas (yo estaba demasiado chico en ese entonces)(y además prefería a Kiss).
Y, sí, los números musicales siguen causando pena ajena con sus estridentes arreglos y sobre-producida coreografía. Por mucho que muevan la cámara y utilicen filtros para crear esa idílica atmósfera mediterránea, la película deja un sabor general de forzada artificialidad que impide alcanzar la misma energía y espontaneidad de la cinta original. En resumen: lo que antes parecía encantador ahora se siente torpe y empalagoso.
Entre los aciertos de la cinta señalaría la perfecta selección de Lily James para interpretar la versión adolescente de Meryl Streep; y también hicieron un buen trabajo con Hugh Skinner, Josh Dylan y Jeremy Irvine como sus pretendientes en 1979, todos ellos físicamente similares a sus versiones adultas (Colin Firth, Stellan Skarsgard y Pierce Brosnan, respectivamente), emulando sus personalidades sin caer en la parodia.
Y si nada de eso funciona, al menos queda el carisma de Amanda Seyfried y sus "tías" Christine Baranski y Julie Walters, cuya simpática interacción basta para generar las emociones (desde risa hasta melancolía) que el desabrido romance jamás inspira.
Ojalá tuviera más que decir sobre Mamma Mia! Vamos Otra Vez, pero me declaro incompetente para apreciar las virtudes subjetivas que solo podrán evaluar los fans de la cinta original... y los seguidores del grupo sueco ABBA.
Sin embargo, haciendo a un lado mis prejuicios románticos y apatía musical, debo añadir que el argumento de Mamma Mia! Vamos Otra Vez deambula sin rumbo durante largos períodos de tiempo, buscando oportunidades para cantar sin preocuparse por la congruencia de la narrativa ni la estructura del melodrama. Lo importante es meter suficiente música para simular diversión y atenuar la monotonía. Hablando de lo cual, ahora no sentí la necesidad de salirme del cine porque me senté hasta atrás para poder leer sin molestar a los demás. Buenas noticias: ¡casi terminé el libro!
Calificación: 6
IMDb
Friday, August 17, 2018
El Justiciero 2 (The Equalizer 2)
Síntomas: Mientras trabaja como conductor de Lyft, Robert McCall (Denzel Washington) tiene oportunidad de escuchar las quejas de sus pasajeros, y así descubre a los que sufren alguna injusticia o tienen problemas que la Policía no puede resolver. ¿A quién ayudará en esta ocasión?
Diagnóstico: Respuesta: a nadie. Bueno, hay algunos "clientes involuntarios" a los que McCall termina ayudando, pero son simple relleno sin relación concreta con el argumento principal, el cual sigue la venganza del "Justiciero" contra los criminales que mataron a uno de los escasos amigos que el ex-agente conservó después de renunciar a la CIA.
Y así, alejándose aún más de la serie televisiva ochentera en la que se inspiró, El Justiciero 2 termina convirtiéndose en una genérica cinta de venganza, quizás un poco mejor que las de Bruce Willis, Liam Neeson o Antonio Banderas, pero no por ello más original ni particularmente memorable.
Lo que El Justiciero 2 tiene a su favor es la presencia de Denzel Washington frente a las cámaras, y Antoine Fuqua en la silla de director. La actuación de Washington no es muy notable, pero lo importante es su inmenso carisma y sinceridad para convencernos de que realmente le preocupa un joven artista involucrado en el negocio de las drogas; o la entrañable amistad que tiene con un personaje periférico que toma súbita importancia cuando el guionista decide matarlo para hacer más "personal" la misión de McCall.
Por su parte, Antoine Fuqua es un sólido director que sabe manejar los elementos de la historia con suficiente gravedad para simular dramatismo donde solo hay clichés. Por eso Fuqua deja que la narrativa encuentre su propio ritmo, sin apresurar las escenas ni forzar la llegada de la acción... a diferencia de TODAS las demás películas de este género que tienen pánico de aburrir al espectador si no incluyen una balacera o persecución cada diez minutos. Como ejemplo de lo mucho que Fuqua puede lograr con muy poco, puedo señalar la escena donde McCall examina la fotografía de un asesinato, y pasa varios minutos cavilando sobre la trayectoria de la bala, la ubicación de la pistola y la posición de la víctima. El director deja que Washington haga lo suyo, moviendo lentamente la cámara y permitiendo que el público asimile el proceso mental del ex-agente, lo cual da un resultado mucho más interesante que cualquier truco de edición o efecto especial tipo CSI: Miami que usarían en películas más convencionales.
Por otro lado, este lánguido ritmo podría decepcionar a los fans del cine de acción que realmente querían una balacera cada diez minutos. Supongo que Fuqua no puede complacer a todos.
A pesar de sus aciertos, no puedo ignorar que El Justiciero 2 se siente como una secuela innecesaria que descarta los mejores aspectos de su predecesora para adoptar una fórmula demasiado gastada y predecible, sin ambición de extender el universo de la franquicia ni encontrarle una perspectiva novedosa. A estas alturas la auténtica sorpresa sería que el malo fuera el que creíamos desde el principio, en vez de recetarnos otro "twist" donde el culpable es "el que menos esperábamos" (traducción: un villano penosamente obvio porque todas las películas emplean exactamente el mismo truco). En fin... tal vez para la tercera parte alguien verá un par de episodios de la serie televisiva The Equalizer, con Edward Woodward, y reconocerán lo que debieron hacer desde el principio. Empezando por utilizar el icónico tema musical de Stewart Copeland.
Calificación: 7
IMDb
Thursday, August 16, 2018
Ruin Me
Síntomas: Seis jóvenes participan en un "campamento slasher" donde se recrean las experiencias de una película de terror, acampando en el bosque, buscando pistas y tratando de evadir a los "asesinos" que los persiguen. Sin embargo, el juego resulta más realista de lo que esperaban.
Diagnóstico: La premisa de Ruin Me es similar a la de Fear, Inc. (fans del horror pagan por vivir experiencias terroríficas, con mortales resultados), pero son películas muy distintas en fondo y forma. Tal vez Fear, Inc. me gustó más por su sentido del humor y la gran variedad de "horrores" que maneja, pero Ruin Me ofrece un subtexto psicológico más interesante... lo cual es al mismo tiempo su principal virtud y uno de sus grandes problemas.
Los seis individuos que participan en el "Campamento Slasher" pertenecen a los estereotipos del horror: Pitch (John Odom) y Marina (Eva Hamilton) son "goths" obsesionados con el sexo y la muerte; el nerd Larry (Chris Hill) usa el humor para ocultar su soledad; Tim (Cameron Gordon) es el lacónico "lobo solitario" con apariencia de asesino serial; y Nathan (Matt Dellapina) es el "yuppie" del grupo, acompañado por su novia Alex (Marcienne Dwyer), a quien ni siquiera le gustan las películas de terror, y solo está reemplazando a un amigo de Nathan que no pudo asistir al juego.
Como puede esperarse, el director Preston DeFrancis no pierde tiempo en recetarnos diálogos muy "meta" con referencias a famosas películas de terror y sardónicos comentarios sobre los clichés del género. La competencia incluye situaciones similares a Friday the 13th y Halloween, junto con variados acertijos que los competidores deben resolver mientras escapan de los "maniáticos" que los persiguen (actores contratados por los organizadores del evento... supuestamente). A pesar de su desinterés por el cine de terror, Alex resulta particularmente hábil para descifrar las pistas del juego; pero cuando uno de los participantes aparece asesinado, todos empiezan a preguntarse si es parte de la ilusión, o si el peligro es real.
En su esfuerzo por desafiar nuestras expectativas y tomarnos por sorpresa, DeFrancis se aleja cada vez más de la tema principal, abandonando el cine "slasher" para adoptar esquemas más compatibles con el thriller psicológico. Y, como dije, ahí es donde Ruin Me empieza a titubear.
Durante gran parte de la película se insinúa algún tipo de trauma en el pasado de Alex; aparentemente tuvo problemas de adicción, y su reacción al "horror" simulado podría perturbarla aún más. Pero cuando por fin se revela el gran "twist", no tiene sentido su conexión con el pasado de Alex... tan solo es una excusa para confundir el argumento y hacerlo más inverosímil, sobre todo si analizamos lo que implica esa revelación final. En otras palabras: otro caso de "shyamalanismo", donde una historia razonablemente entretenida perdió el control por tratar de sorprendernos, en vez de continuar por el camino original, quizás un poco previsible, pero más satisfactorio a largo plazo.
Como sea, los actores se divierten con sus exagerados papeles y cumplen dignamente los requerimientos del libreto. Hay un poco de "gore", un poco de humor, y algunas trampas genuinamente ingeniosas (como la del lago). Además, Marcienne Dwyer demuestra ser una acertada "chica final" con carácter e iniciativa, a pesar de las dudas que surgen sobre su estabilidad mental. Desafortunadamente el desarrollo de la trama complica demasiado la experiencia, haciendo Ruin Me más recomendable para estudiosos del horror que apreciarán la intención del director y disculparán su excesiva ambición creativa. Al menos intentó algo distinto con los ingredientes del cine "slasher", en vez de resignarse a repetir el mismo cuento de siempre.
Calificación: 7
IMDb
Wednesday, August 15, 2018
Distorted
Síntomas: Buscando un lugar seguro para vivir, Lauren Curran (Christina Ricci) y su esposo Russell (Brendan Fletcher) se mudan al edificio inteligente "Pinnacle", equipado con la más avanzada tecnología de vigilancia y control ambiental. Sin embargo Lauren empieza a notar extraños detalles que podrían indicar un siniestro propósito detrás del inmueble.
Diagnóstico: Lo advierto desde ahora: Distorted es una terrible película que no recomendaría para nadie... excepto para masoquistas como yo, obsesionados con el fallido género del "techno-thriller", que casi siempre provoca risas en vez de suspenso gracias a sus ridículas interpretaciones de la tecnología informática y sus sórdidas moralejas sobre dejar que las máquinas controlen nuestras vidas.
Cintas como The Net, Swordfish, y desde luego Hackers (indiscutiblemente la más absurda de todas, y por lo tanto mi favorita) erosionaron gradualmente la ya de por sí dudosa credibilidad de este género, hasta relegarlo al barato mercado de la televisión por cable... o al democrático medio del "streaming", donde no importa tanto la calidad sino la cantidad.
Habiendo dicho todo eso... Distorted me sorprendió durante su segunda mitad (cuando estaba a punto de abandonarla) con algunas fascinantes ideas que inspiraron suficiente curiosidad para terminar de verla y dejarme pensando durante más tiempo del que hubiera imaginado.
Para justificar mi fascinación voy a revelar algunos SPOILERS sobre el inesperado ingenio de Distorted, escondido entre largos minutos de insulso melodrama y apáticas actuaciones: Lauren sufrió recientemente un trauma psicológico, y ahora toma medicinas para controlar sus alucinaciones y ataques de pánico. Entonces, cuando empieza a ver mensajes secretos en su televisor, Lauren duda de su percepción... hasta que algunos vecinos mueren en circunstancias misteriosas. Y cuando comparte sus sospechas con Russell, él naturalmente asume que su esposa está experimentando otra crisis psicótica. Sin embargo Lauren no se da por vencida y busca explicaciones en línea, donde encuentra un paranoico hacker con experiencia en técnicas de control mental. Y así, con ayuda del hacker, Lauren intenta llegar hasta el fondo del misterio.
Suena bastante genérico, pero lo que me gustó fue la teoría del hacker: los medicamentos de Lauren alteran su química cerebral hasta permitirle percibir las señales subliminales ocultas en las transmisiones que recibe el edificio Pinnacle, que alguien está utilizando para algún malévolo fin. Es una idea brillante que me recordó algunas películas de David Cronenberg (Videodrome y Shivers, específicamente)... pero implementada con todo el estilo e imaginación de un episodio de Desperate Housewives.
Y, bueno, aunque eventualmente llegamos al obligatorio "twist" que no sorprende a nadie, lo que realmente disfruté fueron las trémulas conspiraciones entre Lauren y el hacker, interpretado por John Cusack con cara de "no me pagaron suficiente para esforzarme en actuar". Lo cual solo hace Distorted más trágica y graciosa, invitándonos a especular sobre lo que alguien más creativo hubiera logrado con esta historia.
El otro factor que casi redime a Distorted es Christina Ricci en el papel principal. Ricci solía ser una excelente actriz, pero una racha de malas películas diluyó sus instintos y extinguió su energía; y aún así muestra suficiente convicción en la cruzada de Lauren para enganchar al espectador y mantener la dignidad entre las ridiculeces que la rodean de principio a fin.
Entonces, no puedo recomendar Distorted en el sentido convencional; pero los espectadores que acepten el reto podrían encontrar el raro fenómeno de una película "tan mala que es buena", con un sólido argumento pobremente ejecutado, y una actriz que es más víctima que participante. En resumen: un morboso espectáculo que divierte a pesar de sus fallas. O por razón de ellas.
Calificación: 6
IMDb
Monday, August 13, 2018
Dead Night
Síntomas: Casey Pollack (Brea Grant) y su familia se disponen a pasar unos días en una remota cabaña construida sobre un depósito mineral que, supuestamente, tiene poderes curativos. Sin embargo las vacaciones serán más terroríficas que terapéuticas.
Diagnóstico: Esa breve sinopsis sugiere otra instancia de "cabaña en el bosque", una de las más populares fórmulas del horror contemporáneo. Afortunadamente el director Brad Baruh (en un impresionante debut) tiene algo más interesante que ofrecer, mezclando rituales ocultos, ciencia ficción (¿creo?), y hasta comentario político en una historia un poco irregular, pero a fin de cuentas divertida y perturbadora.
Para empezar, la familia Pollack está interpretada por veteranos del horror con buena química para representar el afecto y tensiones que inevitablemente se desarrollan entre padres e hijos. Brea Grant (Beyond the Gates) me pareció fenomenal en el papel de Casey, una dedicada madre de familia que organizó las vacaciones como último recurso para curar el cáncer de su esposo James (AJ Bowen), quien parece resignado a su destino y no espera un milagro por pasar unos días sobre rocas magnéticas. Sophie Dalah (Satanic) y Joshua Hoffman interpretan a Jessica y Jason, los hijos adolescentes de Casey, cuya antipática actitud quizás sea un mecanismo de defensa contra el temor de perder a su padre. Y también los acompaña Becky (Elise Luthman), la mejor amiga de Jessica, para descansar un poco de su excéntrica abuela.
Y así comienza el horripilante fin de semana, el cual incluirá el rescate de una mujer inconsciente en la nieve, sombras extrañas en los alrededores de la cabaña, y la revelación de una compleja mitología que deja más preguntas que respuestas, preparando el terreno para una secuela que definitivamente me gustaría ver (no olviden la escena al final de los créditos).
Los valores de producción de Dead Night me parecieron sobresalientes, desde el enigmático diseño de producción, hasta la impresionante cinematografía que captura la etérea belleza del bosque nevado, contrastando el frío exterior con la calidez de la cabaña y los lazos familiares de los Pollack, listos para ser destruidos por fuerzas de incierto propósito.
Los efectos especiales aprovechan la cualidad tangible del látex y la sangre artificial, añadiendo los beneficios de las técnicas digitales para complementar la ilusión de realidad. Hay escenas bastante sangrientas, pero el director nunca olvida el impacto emocional de la familia en crisis, y la intensidad de Casey en sus esfuerzos por salvarlos... quizás no a todos, pero al menos a los que aún tienen esperanzas de sobrevivir. Por cierto, me desconcertó encontrar a Brea Grant en un papel de madre de familia pero, pensándolo bien... ya pasaron diez años desde Heroes y Halloween II. De cualquier modo Grant luce muy bien, y me gustó en este nuevo rol maternal, en vez de las víctimas adolescentes de antaño.
Entonces, Dead Night se acerca bastante a "joya oculta", en mi humilde opinión. Su único problema podrían ser los abruptos cambios de tono que confunden un poco su narrativa. Pero el ingenio del libreto, la creativa dirección de Brad Baruh (protegido del genial Don Coscarelli, quien también produjo esta película), y las increíbles imágenes conjuradas por el director de fotografía Kenton Drew Johnson, se combinan para ofrecer una experiencia de "horror mixto" que rara vez encontramos en el cine B. Ah, y ni siquiera he mencionado la intervención de la sublime Barbara Crampton, otra "scream queen" que logró una brillante transición a actriz de carácter, mejorando todos los proyectos donde participa… incluyendo comerciales políticos (tendrá sentido cuando vean la película).
Calificación: 8.5
IMDb
Sunday, August 12, 2018
Latidos en la Oscuridad (Bad Samaritan)
Síntomas: Un joven ladrón se introduce en una casa para robar, y descubre algo que no esperaba.
Diagnóstico: Latidos en la Oscuridad (?) empieza bastante bien, mostrando gran potencial para identificarnos con el agradable protagonista e imaginar cómo reaccionaríamos en la misma situación, o cómo resolveríamos las terribles disyuntivas morales que encuentra durante su aventura.
Desafortunadamente las grietas empiezan a manifestarse casi de inmediato, revelando que el guionista Brandon Boyce y el director Dean Devlin mordieron más de lo que podían masticar (¿grietas? ¿masticar? ¿Qué clase de metáfora mezclada es esa?)
Lo que quiero decir es que Latidos en la Oscuridad tiene virtudes que la hacen indudablemente entretenida; pero entre más se complica la trama, menos sentido tienen las decisiones del protagonista y de Devlin mismo, tratando de mantener el control del drama mientras ignora los enormes agujeros lógicos y absurdas coincidencias que requiere para llegar a su previsible conclusión.
Desafortunadamente no puedo profundizar en esas vagas quejas sin arruinar la historia. En vez de eso, puedo señalar Latidos en la Oscuridad como apto objeto de estudio sobre la influencia que puede tener un director sobre el resultado final de una película, incluso cuando cuenta con recursos de adecuada calidad para cubrir los aspectos técnicos de su realización.
El año pasado, el mega-productor Dean Devlin trató de emular a su amigo Roland Emmerich con Geostorm, una película sobre desastre global cuyos efectos especiales eran tan pobres como los insulsos personajes y horribles diálogos. Pero ahora, en Latidos en la Oscuridad (perdón, pero no puedo sacarme de la cabeza esa horrible "traducción" mexicana... ¿Cuáles latidos? ¿Cuál oscuridad?) redujo un poco su ambición y encontró una buena historia que omite los efectos especiales para enfocarse en actuaciones, carácter y suspenso. Sin embargo, podemos ver que Devlin aún no alcanza la madurez como director, pues no sabe exactamente cómo aprovechar los mejores elementos de su película para crear tensión, o al menos el interés que deberíamos sentir por los personajes atrapados en una densa intriga de vida o muerte que, sin embargo, se desarrolla con el desgano de una película del canal Lifetime (sí, estoy usando de nuevo esa arcaica comparación, pero les aseguro que resulta apropiada).
Mientras veía Palpitaciones en la Penumbra (o como se llame), estuve recordando una cinta poco conocida llamada Good Time, igualmente enfocada en dos trágicos "losers" que fallan en su primera aventura criminal, y pasan una noche pesadillesca tratando de sobrevivir las inesperadas consecuencias de sus actos. El libreto tampoco era perfecto, pero la dirección de los Hermanos Safdie elevó aquella cinta por encima del material... y ahora Latidos en la Oscuridad ofrece una historia muy similar, pero sin la magia narrativa que aporta un buen director. La comparación es como el día y la noche.
De cualquier modo, como dije al principio, Latidos en la Oscuridad me pareció entretenida dentro de sus limitaciones; además, las actuaciones de Robert Sheehan como el joven ladrón, Carlito Olivero como su cómplice/mejor amigo, y David Tennant como el dueño de la casa, exudan la energía y convicción que le faltó a Devlin, evitando que Ladridos en la Opacidad sea una pérdida de tiempo total. Pero no es necesario verla en el cine; de hecho, este tipo de películas funcionan mejor en alguna pantalla casera, donde podemos cambiar el canal si nos aburrimos... ¿qué estarán pasando en Lifetime?
Calificación: 7
IMDb
Saturday, August 11, 2018
Megalodón (The Meg)
Síntomas: Un submarino sufre un accidente mientras explora la Fosa de las Marianas en el Océano Pacífico, y el Prof. Zhang (Winston Chao) pide ayuda a Jonas Taylor (Jason Statham), el único rescatista que ha trabajado a esas profundidades. Entonces Taylor empieza a sospechar que el accidente está relacionado con una tragedia de su pasado.
Diagnóstico: La novela "Meg: A Novel of Deep Terror", de Steve Alten, se publicó en 1997, y desde entonces comenzó su lento y tortuoso camino a la pantalla grande, pasando por incontables directores y productores que querían hacer "Jurassic Park en el océano". Sin embargo, a lo largo de esas dos décadas, el cine de tiburones prosperó, se acabó, regresó en forma irónica, y volvió a extinguirse por la saturación de bodrios directos a video y televisión por cable (no mencionaré nombres). ¿Qué puede ofrecer entonces la película Megalodón en este mundo post-post-escualo?
Francamente, no mucho. Pero eso no significa que sea totalmente mala. Como bien sabemos, ninguna película con Jason Statham es una pérdida de tiempo (aunque Megalodón podría cambiar esa opinión), sobre todo cuando añadimos algunos competentes efectos especiales, ingeniosas apariciones del tiburón gigante devorando gente (y barcos, y otros tiburones, y ballenas, etc.), y un exuberante libreto que arroja todo lo que puede a la pantalla con la esperanza de que algo conecte con el espectador. Así tenemos el drama personal de Jonas Taylor, atormentado por una tragedia en su pasado; el rescate del submarino en el entorno más hostil de la Tierra; la adorable niña más inteligente que los adultos; el villano corporativo interpretado por Rainn "Dwight" Wilson; y, desde luego, un perrito en peligro.
Nada de esto resulta particularmente interesante o siquiera creíble; pero el director Jon Turteltaub (National Treasure) merece crédito por mantener tantas bolas en el aire sin provocar un desastre de proporciones Bayianas. Habiendo dicho eso, Megalodón probablemente estaba destinada al fracaso con tantos cocineros metiendo su cuchara en una sopa que tardó veinte años en cocinarse, así que lo mejor que puede decirse es: no fue tan mala como esperaba.
Ya basta de apologías. El megalodón devorando todo a su paso es un deleite visual (con niveles de sangre PG-13, desafortunadamente), pero fuera de eso nada funciona en la película. Las actuaciones se sienten forzadas y artificiales; no hay química entre los personajes ni relaciones plausibles (lo más irreal en la cinta no es la criatura, sino el romance entre Jason Statham y Li Bingbing); y el "comic relief" fue simplemente atroz. Sin embargo la mayor decepción fue la ausencia de "ciencia" (o al menos pseudo-ciencia) en las acciones de los genios científicos y expertos rescatistas que quieren evitar una catástrofe ecológica por la presencia del megalodón en la era moderna. Tampoco necesito disertaciones sobre biología marina y la estabilidad del ecosistema acuático... pero cuando no hay contexto en los diálogos ni consecuencias en las secuencias de acción, es imposible sumergirse en la trama (ja, ja) o sentir algo por los personajes, por mucho que se esfuerce el compositor Harry Gregson-Wagner con la música triste cada vez que alguien muere (SPOILER: El perrito sobrevive).
Ah, y para los fans del libro original: olviden que lo leyeron. Megalodón toma algunos detalles de la novela como punto de partida para crear su propia narrativa, arrojando a la basura muchos elementos que contribuyeron a la popularidad del libro. Por ejemplo: contar una buena historia.
No esperaba mucho de Megalodón, y aún con bajas expectativas apenas justificó su existencia con cien minutos de entretenimiento genérico y banal que probablemente olvidaré en dos días. Como comparación puedo señalar que aún recuerdo algunos episodios de Voyage to the Bottom of the Sea que vi de niño. No son los efectos, sino la gente. Y cuando la gente falla, ni el mejor monstruo puede salvar la película. Solo pregúntenle al Sharktopus.
Calificación: 6.5
IMDb
Thursday, August 9, 2018
Extinction
Síntomas: Peter (Michael Peña) tiene perturbadoras visiones de una invasión extraterrestre, pero su esposa Alice (Lizzy Caplan) no le cree, hasta que es demasiado tarde.
Diagnóstico: ¿Tres actores del Universo Marvel combatiendo aliens? ¡Perfecto!
Ojalá fuera tan simple. Extinction se suma a la lista de películas originales de Netflix que toman ideas populares en la ciencia ficción e intentan darles un giro innovador, ya sea en su narrativa o en su apariencia. Cuando esa estrategia funciona (Annihilation, ARQ), los resultados pueden ser bastante buenos; cuando no (Mute, The Cloverfield Paradox)... es mejor no hablar de ello. Por eso me complace decir que Extinction pertenece a la primera categoría, aunque con algunas excepciones que reducen su ingeniosa premisa.
La fórmula de la "invasión extraterrestre" se ha vuelto inmensamente popular en décadas recientes, y se ha explorado desde muy diversas perspectivas (algunas de mis favoritas: Attack the Block, Signs y Beyond Skyline). Sin embargo me atrevería a asegurar que el director Ben Young y su equipo de guionistas encontraron una variación genuinamente original que me tomó por sorpresa, hasta el punto de desear una precuela que nos muestre el otro lado de la invasión. No diré más.
El principio de Extinction es bastante normal. Peter (Michael Peña) trabaja en una fábrica de alta tecnología, y sufre frecuentes pesadillas sobre un ataque desde el espacio exterior. Su esposa Alice (Lizzy Caplan) quiere que vea a un especialista, y cuando Peter finalmente acude a un centro de salud, encuentra otros individuos con experiencias similares. Y, además, su jefe David (Mike Colter) podría saber algo al respecto. ¿Qué está pasando?
Pero no hay tiempo para hacer preguntas, porque las visiones de Peter se vuelven catastrófica realidad, y tiene que proteger a su familia, escapar de un edificio en ruinas, y buscar algún refugio mientras deciden su siguiente paso. Y ahí es donde las cosas empiezan a complicarse.
Desde hace tiempo quería ver a Michael Peña (Ant-Man and the Wasp) en un papel estelar, y aunque no me decepcionó su interpretación en Extinction, reconozco que el material tampoco ofrece suficientes oportunidades para lucir su talento. La película no requiere exactamente un "héroe de acción", sino un hombre común atrapado en circunstancias extraordinarias, y Peña encaja bien en esa descripción; sin embargo encontré una curiosa superficialidad en la historia que me impidió sentir las emociones que el libreto pretende inspirar. Niños en peligro; luces en el cielo; monstruos golpeando la puerta... los ingredientes están presentes, pero la receta salió insípida por alguna razón.
Se me ocurre que el director Ben Young estaba tan contento con el gran "twist", que perdió interés en los aspectos más genéricos de la historia. Entonces, aunque tenemos épicas escenas de destrucción urbana, persecuciones por oscuros corredores, e intensas peleas contra los invasores (me recordaron al robot del reboot de Lost in Space), nunca experimenté auténtico suspenso, ni la sensación de urgencia que debería provocar la desesperada situación de Peter y Alice (Lizzy Caplan, por cierto, apareció en el cortometraje Item 47, lo cual la hace parte del Universo Marvel, en mi humilde opinión).
Los aspectos técnicos de la película son adecuados, aunque no alcanzan el nivel de los grandes estudios hollywoodenses. Al igual que la reciente Tau, Extinction se filmó en Serbia para ahorrar dinero, y esa frugalidad se nota en múltiples ocasiones. De cualquier modo el punto de la historia no son los efectos especiales, sino el drama de la familia que intenta permanecer unida cuando el mundo se desmorona a su alrededor. Y, claro, ese twist que me sorprendió tanto, aunque no conviene analizarlo, porque plantea preguntas que nadie puede responder. Por eso Extinction es una película para pasar el rato sin pensar demasiado. En otras palabras: perfecto material para Netflix.
Calificación: 7.5
IMDb
Tuesday, August 7, 2018
5th Passenger
Síntomas: Después de una colisión con un campo de asteroides, cinco pasajeros de la nave espacial Sagan escapan en una cápsula salvavidas. Sin embargo el oxígeno solo alcanza para cuatro tripulantes.
Diagnóstico: Además del tema de ciencia ficción, tenía interés en ver 5th Passenger por la presencia de muchos veteranos de Star Trek. Algunos son bastante famosos, como Marina Sirtis (Deanna Troy en Star Trek: The Next Generation), Armin Shimerman (Quark en Deep Space Nine), Tim Russ (Tuvok en Voyager), y Doug Jones (Saru en Discovery); otros fueron ocasionales "actores invitados", como Manu Intiraymi (Icheb en Voyager) y Hana Hatae (Molly O'Brien en Deep Space Nine); e incluso hay varios asociados con proyectos extra oficiales inspirados por Star Trek ( como los "fan films" Star Trek Continues y Prelude to Axanar).
En resumen: una convención viviente de Star Trek realizada por los fans para los fans, pero sin conexión narrativa con ese popular universo. Sin embargo, ese sincero afecto no es garantía automática de calidad... y ahí es donde empiezan los problemas de 5th Passenger.
El argumento incluye un clásico dilema ético de la ciencia ficción: cinco personas donde solo caben cuatro, lo cual (teóricamente) podría conducir a un debate sobre el valor de la vida humana y la posibilidad de sacrificar a uno para salvar a los demás (como dijo Spock: "El bienestar de muchos supera el bienestar de pocos")(Aunque, para ser justos, ese argumento se usó varias veces en The Twilight Zone). Pero antes de que lleguen esas discusiones, 5th Passenger ya tomó una abrupta desviación a territorio de Alien; lo cual nos lleva al tercer acto bañado de paranoia y agresión, al estilo de The Thing, donde nadie sabe en quién puede confiar. Y todo lo anterior se ve exacerbado por la profunda disparidad social en este hipotético futuro de la Tierra, donde la población se encuentra dividida entre "ciudadanos" con todo tipo de privilegios, y los "no-ciudadanos" que son tratados como parias inferiores a la clase superior.
Esto significa que 5th Passenger cuenta con interesantes ideas individuales, pero se encuentran mal conectadas y arbitrariamente manipuladas para impulsar un confuso argumento sin mucho ritmo ni razón. Es como un desfile de escenas tomadas de distintas películas para formar una historia fracturada e incompleta. De vez en cuando hay buenos momentos dramáticos y visuales (al menos para fans de la ciencia ficción "indie" acostumbrados al cine de bajos recursos), que sin embargo no adquieren la cohesión necesaria para sostener una película entera.
El elenco contribuye a atenuar los problemas del libreto, ofreciendo buenas actuaciones que resultan más divertidas por contradecir las personalidades que les conocíamos en Star Trek (por ejemplo, Tim Russ era un vulcano impecablemente racional en Voyager, y ahora es el "ciudadano" más arrogante e impulsivo, que no dudaría en matar a todos para sobrevivir).
Y, desde luego, no puede faltar un obligatorio "twist" que intenta resolver las inconsistencias del libreto y unificar sus divergentes sub-tramas. En ciertos aspectos parece un truco gratuito e innecesario; sin embargo reconozco que fue bastante creativo, y añade una dimensión adicional a la historia... aunque llega demasiado tarde para redimir la película entera.
No podría darle una recomendación general a 5th Passenger, pero me gustó como simple curiosidad cultural... más "fan-fic" que película formal; y más reunión de viejos amigos que auténtica ciencia ficción. En otras palabras: solo apta para "trekkies" nostálgicos como yo.
Calificación: 6
IMDb
Monday, August 6, 2018
Mentes Poderosas (The Darkest Minds)
Síntomas: En el futuro cercano, una extraña enfermedad mata al 98% de los niños, mientras que el 2% restante gana poderes que los convierten en un peligro para la sociedad, y por eso son recluidos en campos de concentración. Sin embargo Ruby (Amanda Stenberg), una adolescente particularmente poderosa, logra escapar; y entonces, con ayuda de otros fugitivos, comienzan la búsqueda de un legendario refugio donde podrán vivir sin temor a la represión.
Diagnóstico: En un intento desesperado por sobrevivir, las películas juveniles intentan colgarse del género de superhéroes, con resultados tan previsibles como podemos imaginar.
Por un lado tenemos a la típica adolescente "especial" que vive oprimida por un gobierno totalitario en un futuro distópico y deprimente; pero eventualmente encuentra aliados que le darán esperanza de un mundo mejor, y compartirán aventuras, romance, y retos que los obligarán a tomar difíciles decisiones y aprender valiosas lecciones de vida. Y entonces llegamos al final que no resuelve nada, en caso de que haya una secuela.
En otras palabras: X-Men mezclado con Divergent/The Hunger Games, lo cual quizás hubiera funcionado hace diez años. Pero ahora, con el público "tween" cercano a la edad adulta, y la industria saturada de predecibles fantasías adolescentes, es muy difícil sentir interés por las mismas escenas de siempre, el mismo drama prefabricado, y las incongruentes premisas que desafían toda lógica y sentido común para acomodar las ideas del director. O del escritor de los libros en los que se inspiró la cinta (en este caso fue la saga "The Darkest Minds", de Alexandra Bracken).
Creo que esta será una auténtica "cápsula" porque no quiero perder un minuto más pensando en esta irritante experiencia cinematográfica. Los actores son agradables, pero no tienen nada interesante que decir; los efectos especiales son mediocres y muy esporádicos. Y la dirección de Jennifer Yuh Nelson parece funcional, pero carece de visión o estilo que pudiera imprimir cierta personalidad a esta colección de clichés (¿Encontrarán traiciones los jóvenes héroes? ¿Descubrirán que las cosas no son lo que aparentan? ¿Tendrá el Gran Líder un siniestro propósito detrás de su benevolente apariencia?).
No soy particularmente devoto de las series televisivas de DC Comics o Marvel (con unas cuantas excepciones), pero creo que cualquier episodio de The Flash, Legion, o Runaways ofrece más imaginación y consistencia narrativa que la película Mentes Poderosas.
Si los productores de esta película quería iniciar su propia franquicia de superhéroes, solo tenían que visitar la sección de "indies" de su tienda de comics local (o de Comixology, si prefieren hacerlo desde su oficina). Pero supongo que es más fácil dejarse llevar por la inercia corporativa y repetir los errores del pasado. Hablando de lo cual, tengo una historia sobre un grupo de niños que quieren leer libros buenos, pero viven en un mundo donde solo están permitidas las novelas sobre vampiros románticos...
Calificación: 5
IMDb