Síntomas: En diciembre de 1970, el Profesor Paul Hunham (Paul Giamatti) permanece en la Academia Barton durante las vacaciones de Navidad para supervisar a los alumnos que no saldrán con sus familias. Es una labor ingrata, pero tal vez le enseñará cosas nuevas sobre sus estudiantes y sobre sí mismo.
Diagnóstico: Por enfocarme recientemente en el horror navideño dejé pasar un melodrama muy entretenido, con un elocuente mensaje de unidad y tolerancia que afortunadamente evade los peores clichés de la temporada decembrina. Y, aunque no espero adoptarlo como tradición anual, The Holdovers me pareció un simpático relato con valores tradicionales, pero con una sensibilidad suficientemente moderna para atraer al público hastiado de las cursilerías de Hallmark y Lifetime. Y con mejores actores, además de todo.
The Holdovers se ubica a fines de 1970 en la exclusiva Academia Barton, donde Paul Hunham (Paul Giamatti) ganó fama como profesor estricto e intransigente en la materia de Civilizaciones Antiguas. Por eso recibe la poco envidiable tarea de permanecer en la escuela durante las vacaciones de Navidad para supervisar a los escasos estudiantes que no visitarán a sus familias. Y así es como Hunham, la cocinera Mary Lamb (Da'Vine Joy Randolph), y media docena de estudiantes se preparan para pasar dos semanas de convivencia forzada que nadie espera disfrutar.
Y, bueno, no diría que las cosas se complican, pero definitivamente surgen situaciones que obligan a jóvenes y adultos a reconsiderar sus prejuicios, rectificar sus expectativas, y forjar relaciones libres del antagonismo inherente del sistema escolar... porque solo cuando caen (temporalmente) las barreras autoritarias pueden apreciar su auténtico valor como personas, y no solo como estudiantes o maestros. Es una historia graciosa y profunda, pero sin volverse empalagosa.
Buena parte del crédito pertenece al genial Paul Giamatti, colaborando nuevamente con el director Alexander Payne desde la memorable Sideways. Ya pasaron veinte años para ambos, y se nota la madurez que ganaron en sus respectivos oficios, formando una maravillosa simbiosis enfrente y detrás de la cámara que aprovecha sus mejores atributos y fomenta una camaradería que se contagia al espectador. También merece mención Da'Vine Joy Randolph (Dolemite is My Name) como Mary, la cocinera de la escuela con una reciente tragedia que añade nuevos niveles de subtexto, incluyendo división de clases, racismo, y hasta la controversia de Vietnam. Las guerras vienen y van, pero los prejuicios que las alimentan se mantienen constantes.
Y ese es tan solo uno de tantos temas que contribuyen a la evolución del profesor, de la cocinera, y del estudiante Angus Tully, brillantemente interpretado por Dominic Sessa.
Por el lado negativo... cuando mucho diría que The Holdovers se siente un poco larga por una serie de interludios que no fueron absolutamente indispensables, aunque ciertamente enriquecen el carácter de los personajes (por ejemplo, la visita a la ciudad de Boston). Fuera de eso, recomendaría The Holdovers como una excelente película navideña que no se siente como un producto pre-fabricado, sino como un honesto melodrama ubicado en fechas que inspiran un poco de compasión... incluso si estamos atrapados con individuos que normalmente nos irritan. En The Holdovers es una escuela preparatoria; pero lo mismo ocurre con muchas familias. Afortunadamente nunca es tarde para aprender las lecciones que imparten Payne y compañía.
Calificación: 9
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