Saturday, February 11, 2023

Skinamarink


Síntomas: Los niños Kevin (Lucas Paul) y Kaylee (Dali Rose Tetreault) enfrentan tenebrosos eventos en su casa durante una noche que no tiene fin.

Diagnóstico: ¿La película más terrorífica del año, u otro ejemplo de "el traje nuevo del emperador"?
Ni lo uno ni lo otro, en mi humilde opinión.
Skinamarink es otro "éxito viral" que capturó la imaginación del Internet con rumores de horror en un nivel distinto a las típicas producciones hollywoodenses. Exactamente lo mismo que ocurrió hace un cuarto de siglo con la original The Blair Witch Project. Pero desde entonces ya vimos demasiadas campañas virales que nunca cumplen lo que prometen.
Habiendo dicho eso, creo que Skinamarink ocupa un punto intermedio entre auténtico horror independiente y manipulación mercadológica. Indudablemente hay terror y suspenso en su ambiguo desarrollo; pero también hay confusión, frecuentes bostezos, y una sensación general de "¿eso fue todo?" que me dejó más frustrado que satisfecho. En resumen: un audaz experimento basado en sugestión y en los miedos primigenios de la infancia; pero mediocre e incompleto como película de terror.
El gran truco del director canadiense Kyle Edward Ball es mantener la acción fuera de cuadro, obligándonos a poner atención y deducir lo que está ocurriendo por medio de sonidos e imágenes de objetos ordinarios, como la esquina de una cama, el respaldo de un sillón, o la puerta de un baño. Ni siquiera vemos el rostro de los personajes; solo sus pies en algunas escenas, sus manos en otras, o simplemente su punto de vista mientras investigan las voces que provienen del segundo piso... o del sótano. El resultado es inquietante y perturbador por sus connotaciones de peligro; pero a fin de cuentas todo está en nuestra imaginación. Y, desde luego, el cerebro es mejor que cualquier efecto especial.
Desafortunadamente la repetición del mismo truco se vuelve cansada, pues no sabemos si Bell tiene intención de recompensar nuestra paciencia con un "twist" devastador o con un impacto visceral que justifique la obtusa narrativa.
Aún así me gustó Skinamarink en el mismo nivel que he disfrutado otras películas "raras" como In Fabric, The Strange Color of Your Body's Tears o Beyond the Black Rainbow, donde la forma es más interesante que el fondo. Además debo confesar que hice trampa: el inescrutable diseño de audio me obligó a encender el "close caption" (subtítulos descriptivos para personas con problemas auditivos), y eso me ayudó a entender la historia de la película... lo cual no es decir mucho.
Por último, mención especial para la música de Skinamarink. No hay banda sonora formal, sino las cacofónicas melodías de las caricaturas que los niños ven para distraerse de su situación. Son animaciones "clásicas" en el dominio público; pero Bell hizo una artera selección que complementa los temas de la cinta (abiertos a la interpretación del espectador, aunque yo mencionaría trauma infantil provocado por el divorcio y el abuso doméstico), formando un empalagoso entorno auditivo que contrasta con la textura sucia y deteriorada del cine setentero.
Entonces, Skinamarink no fue "la película más terrorífica del año" (ni siquiera estoy seguro de que sea una película); pero puedo recomendarla como "performance" audiovisual con excepcional visión artística y suficiente integridad dramática para mantener nuestra atención, siempre y cuando logremos permanecer despiertos durante esas largas tomas donde no ocurre nada... excepto en nuestra mente. Eso es lo que realmente cuenta, supongo.
Calificación: 7.5

IMDb

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