Síntomas: La Dra. Anya Fedorova (Milena Radulovic) y un escuadrón militar descienden doce kilómetros bajo la superficie de la Tierra hasta el laboratorio Kola Superdeep, para investigar una epidemia que afectó a los científicos de la instalación... pero algunas víctimas afirman que lo que encontraron fue el infierno.
Diagnóstico: La base de Kola Superdeep realmente existe en el norte de Rusia, dentro del Círculo Ártico... pero no es un laboratorio subterráneo, sino un simple agujero en el suelo, taladrado en los setentas para averiguar la máxima profundidad que podía alcanzarse con la tecnología perforadora de aquel entonces. El agujero tiene 12 kilómetros de profundidad, y persiste como récord mundial del punto artificial más bajo de la Tierra.
Y ahora, la película rusa The Superdeep toma esa reliquia histórica y usa amplia licencia artística para crear un relato híbrido de horror y ciencia ficción bastante absurdo, pero con suficiente sangre y perversiones orgánicas para satisfacer a los fans del género con bajas expectativas (como yo), y con una cierta afinidad por escenarios claustrofóbicos y amenazas biológicas fuera de nuestra comprensión (también yo). De hecho, The Superdeep es como una versión subterránea de Leviathan (1989), pues comparte similares temas de paranoia, "body horror" e infecciones de incierto origen. Y, al igual que Leviathan, The Superdeep tiene abundantes problemas que sabotean su escasa ambición; pero la imaginación de su premisa y las imágenes conjuradas por los artistas de efectos especiales compensan parcialmente los defectos y redimen la experiencia. Aunque definitivamente no es una buena película.
Primero lo malo: The Superdeep es una producción rusa, pero se filmó en inglés para incrementar su potencial comercial... y luego se dobló al inglés. Sí, filmada en inglés, y doblada al inglés (supongo que el acento ruso de los actores era incomprensible). Esto arruina las actuaciones (ya de por sí mediocres) y elimina toda emoción de los diálogos (ya de por sí torpes), creando personajes que discuten mucho y corren por los pasillos del laboratorio, pero jamás capturan la tensión y angustia de su situación: atrapados en una tumba tecnológica a doce kilómetros de profundidad, y con una misteriosa infección que altera la conducta de los científicos antes de convertir sus cuerpos en grotescas aberraciones sin salvación aparente.
El libreto tampoco es bueno, pero sabe aprovechar los clichés del Cine B para mantener nuestra atención. La Dra. Anya Fedorova (Milena Radulovic) es una "ripley" valerosa y decisiva, aunque un poco blanda... lo cual aplica al elenco entero. Yury (Nikolay Kovbas) es el arrogante Oficial del Partido Comunista que quiere usar la amenaza biológica para garantizar la superioridad militar de la Unión Soviética (la trama se desarrolla en los ochentas). Nikolay (Nikita Dyuvbanov) es el ingeniero rebelde pero eficiente; y Grigoriev (Vadim Demchog) es el director del laboratorio que sabe más de lo que aparenta. Los demás soldados, doctores y burócratas son víctimas potenciales u obstáculos en la misión de Anya.
Hablando de lo cual, el director Arseny Syukhin nunca oculta la influencia de películas como The Thing, Alien, y Underwater, incluso encontrando excusa para dejar a la protagonista en ropa interior al final de la película; no muy creativo, pero útil para las ventas internacionales, supongo.
Entonces, The Superdeep es la versión rusa de una "B-Movie" realizada a bajo costo, con todas las fallas y limitaciones que ello implica. Sin embargo también es un vistoso muestrario de grotescos efectos prácticos, algunos buenos momentos de suspenso, y una interesante propuesta de "historia alternativa", donde la carrera armamentista de la Guerra Fría fomenta el uso de tecnologías ridículamente peligrosas. Algo así como la excelente Sputnik, pero con una cuarta parte del talento.
Calificación: 7
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