Síntomas: En el año 2018, el Sargento John Kinley (Jake Gyllenhaal) y su escuadrón de soldados buscan fábricas de explosivos en Afganistán, apoyados por su nuevo traductor, Ahmed Abdullah (Dar Salim), quien tiene sus propias razones para odiar al Talibán.
Diagnóstico: Parecería redundante realizar una nueva película sobre la guerra en el Medio Oriente después de tantas visitas al mismo manantial; sin embargo, algunos eventos relativamente recientes (como el retiro de las tropas norteamericanas de Afganistán) crearon nuevos problemas que ahora la película Guy Ritchie's The Covenant explora parcialmente (no me gusta el prefijo de "Guy Ritchie's", pero aparentemente ese es el título oficial).
Al principio de Guy Ritchie's The Covenant conocemos al Sargento John Kinley (Jake Gyllenhaal) y su escuadrón de soldados intercambiables (Ritchie se esmera en darles rasgos únicos y nombres pintorescos -"Chow Chow", "Jack Jack"- pero aún así es difícil distinguirlos en el fragor de la batalla), cuya ingrata misión consiste en buscar depósitos de armamento del Talibán en las zonas rurales de Afganistán; pero su labor se facilita un poco con la adición de traductor Ahmed Abdullah (Dar Salim), cuyo talento va más allá de interpretar el lenguaje local, pues también conoce las interioridades del inframundo criminal afgano. Pero el Sargento Kinley está cansado de perder el tiempo con pistas falsas e información obsoleta, y por eso decide emprender su propia investigación... con explosivos resultados.
Además de la acción y suspenso característicos del género, Guy Ritchie's The Covenant ofrece una visión más moderna de las complejas dinámicas de una región ocupada por fuerzas opuestas, pero igualmente nocivas para los ciudadanos normales. Esto significa que no todos los afganos son enemigos, y no todos los enemigos son afganos. Y ese simple factor altera fundamentalmente la estructura de Guy Ritchie's The Covenant, conduciendo a una segunda mitad más pasiva, pero igualmente tensa, donde las batallas ya no son contra insurgentes talibanes, sino contra militares apáticos, una burocracia ineficiente, y las malas decisiones de un gobierno que nunca comprendió la situación al otro lado del mundo.
Por eso Guy Ritchie's The Covenant no es un thriller bélico convencional, lo cual podría decepcionar a una parte del público; sin embargo su inusual ambición temática me dejó más satisfecho que otras cintas enfocadas en la acción. Y además ofrece la oportunidad para que el reparto exprese emociones rara vez manejadas en este tipo de películas, destacando Jake Gyllenhaal en el papel principal (casi redimiéndose por los desvaríos de Ambulance); Dar Salim como el traductor más inteligente de lo que creen sus superiores; y Jonny Lee Miller (Hackers), Alexander Ludwig (Midway) y Antony Starr como diversos aspectos del orden militar, a veces arrogante, a veces impotente, y a veces motivado por simple codicia.
Mi única decepción fue que el director Guy Ritchie (¿ya lo había mencionado?) no utilizó su habitual creatividad visual; pero en retrospectiva fue la decisión correcta para no distraer la atención del drama humano que forma el núcleo de la película, y de la historia real que lo inspiró... así como de las historias reales que nunca tuvieron el beneficio de un final estilo Hollywood. Moraleja: los generales pueden cantar victoria, pero la guerra nunca termina para algunas personas.
Calificación: 8
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