Síntomas: De acuerdo a una leyenda de la mitología nórdica, la historiadora Undine Wibeau (Paula Beer) tiene que matar al hombre que la abandonó.
Diagnóstico: Al menos eso afirma Undine (Paula Beer) al principio de la película, pero tal vez nunca cumplirá su amenaza porque está muy ocupada dando conferencias de historia y arquitectura en el Instituto Cultural de Berlín, al mismo tiempo que inicia una nueva relación romántica con Christoph (Franz Rogowski), a quien conoció en un accidente que involucra una pecera y una misteriosa voz. ¿Fue la imaginación de la mujer? ¿O un presagio de su futuro?
Es difícil adivinarlo con pistas tan ambiguas. Afortunadamente el director y guionista Christian Petzold sabe construir un sólido misterio con elementos tan incongruentes como cátedras sobre el origen de Berlín (aparentemente el nombre significa "pantano"), lo cual ocupa los primeros veinte minutos de la película, y sirve para distraer a Undine del rompimiento con Johannes (Jacob Matschenz), el hombre que la traicionó.
Después pasamos otros veinte minutos con Christoph, un buzo industrial que repara la turbina alimentada por un lago cercano. Parece un trabajo normal, hasta que aparece "Big Gunther", un legendario pez gato de gran tamaño, que Christoph logra filmar en su cámara de seguridad.
Entonces ocurre el mencionado accidente con la pecera, y comienza el romance de Christoph y Undine. Y también empiezan nuestras sospechas de que alguien está ocultando algo, pero será necesaria una crisis para revelar la verdad.
Aunque no soy aficionado al cine romántico, Undine tiene una textura totalmente distinta al romance hollywoodense, empezando por la química entre Paula Beer y Franz Rogowski. Sin necesidad de cursilerías ni "grandes gestos", la relación entre Undine y Christoph se desarrolla de manera cálida y natural, con algunos tropiezos tentativos que solo refuerzan el compromiso de la pareja, y resuelven sus diferencias culturales. Christoph disfruta las conferencias de Undine, y Undine aprende algo nuevo buceando con Christoph en las ruinas al fondo del lago. Sin embargo hay algo extraño bajo la superficie (literal y figurada) que podría separar a la pareja, y destruir su felicidad. Y no, no es "Big Gunther".
Supongo que Undine podría describirse como "realismo mágico", donde la "magia" se mantiene oculta durante gran parte de la película, aunque arroja una tenue sombra sobre cada escena y se filtra en nuestra conciencia de manera casi subliminal. Además, Undine no busca un forzado "twist" al final; el misterio no es muy secreto (es una leyenda común en Europa, que ya se había explorado en películas como Ondine, de Neil Jordan), y el componente fantástico de la historia solo funciona como subtexto emocional, sin usurpar el objetivo principal del argumento.
¿Cuál es ese objetivo? No estoy seguro, pero podría decir que Undine es un pariente muy lejano de The Shape of Water, enfocado en la experiencia humana en vez de la biología anfibia. Y, más allá de eso, Undine es un drama romántico con excelentes actuaciones y grácil dirección que genera suspenso hasta llegar al final agridulce que remata los temas de la película... incluyendo la influencia del Tiempo y la Arquitectura en nuestro destino, en una escala tan grande que es difícil comprender. Y tal vez ocurre lo mismo con las leyendas mitológicas; las encontramos todos los días, pero rara vez las reconocemos.
Calificación: 8.5
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