Saturday, January 30, 2016
El Niño (The Boy)
Síntomas: Para escapar de una mala relación romántica, Greta Evans (Lauren Cohan) se muda al Reino Unido y acepta trabajo como niñera de una excéntrica pareja británica, cuyo "hijo" resulta ser un muñeco de porcelana llamado Brahms, el cual "adoptaron" cuando su auténtico hijo falleció a los ocho años en un incendio. Greta naturalmente duda al principio, pero el sueldo es bueno y no tendrá que esforzarse mucho, pues los esposos saldrán de vacaciones durante un mes. Sin embargo, después de notar inexplicables movimientos y sonidos en la solitaria mansión, Greta empieza a sospechar que el muñeco está vivo, quizás poseído por el espíritu del niño fallecido... o por algo más perverso.
Diagnóstico: Supongo que el sub-género de "muñeco maligno" surgió por la natural aversión que muchas personas sienten hacia los juguetes con forma humana, supuestamente diseñados para niños, pero que en realidad resultan más siniestros que divertidos. Y, en el cine de terror, este concepto abarca una amplia gama de situaciones, incluyendo el clásico muñeco que cobra vida y aterra a sus dueños (Child's Play, Dolls, y aquella memorable escena en la original Poltergeist), el muñeco inerte que funciona como catalizador de fenómenos sobrenaturales (Annabelle, The Conjuring), o el muñeco que representa alguna forma de disfunción psicológica o emocional (Magic, May). El Niño funciona como una combinación de todas estas variantes, y aunque la calidad de la mezcla fluctúa ocasionalmente, el resultado global me pareció satisfactorio gracias a la eficiente dirección de William Brent Bell, y al modesto elenco integrado por actores no necesariamente buenos, pero con suficiente energía y convicción para dar sustancia al drama familiar y a las obligatorias revelaciones que arrojan nueva luz sobre el misterio del muñeco Brahms. Y, claro, el diseño de producción nos ubica en una clásica mansión repleta de rincones oscuros, lóbregos pasillos y puertas entreabiertas para atisbar horrores que podrían ser reales, o podrían estar en la imaginación de la aterrada protagonista.
Lo cual me lleva a Lauren Cohan como Greta Evans. Su personaje no es muy creíble, y la asignan un turbulento pasado que inevitablemente regresará para atormentarla de la manera más absurda posible... pero no es mala actriz y posee el balance entre "damisela indefensa" y "mujer de acción" apropiado para convertirla en sólida contrincante del muñeco maldito. La gradual aceptación del insólito trabajo es un punto clave para tragar la historia, y creo que Cohan logra transmitir eficazmente su escepticismo inicial, para luego someterse voluntariamente a las bizarras reglas requeridas para el cuidado de Brahms.
Los demás actores son básicamente títeres del libreto (ja, ja), incluyendo Rupert Evans como el mensajero de la tienda local que termina enamorándose de Greta; y los esposos Heelshire, interpretados por Jim Norton y Diana Hardcastle con aristocrática arrogancia que no logra ocultar la tragedia que los orilló a sumergirse en la fantasía del muñeco como sustituto del hijo muerto. Su participación es corta, pero quizás ofrecen las mejores actuaciones de la cinta... sobre todo cuando nos enteramos de lo que planean hacer durante sus vacaciones.
En lo que respecta al "terror", El Niño tiene algunas buenas escenas y un excelente "twist" que, desafortunadamente, se puede adivinar desde mucho tiempo atrás, lo cual resta un poco de sorpresa e impacto. Aún así mantuvo mi atención durante su breve duración, creando una sólida atmósfera de tensión e inquietud que no tiene nada que ver con los baratos sobresaltos que el director nos receta de vez en cuando, para satisfacer al público que los considera indispensables en una obra de terror. Con todo esto quiero decir que El Niño es ciertamente recomendable por sus múltiples aciertos... aunque ninguno de ellos resalte hasta el punto de la genialidad. Se puede ver porque no es mala, y se olvidará rápido porque tampoco fue particularmente buena. Aunque, para una cinta estrenada en cines, eso ya es ganancia.
Calificación: 8
IMDb
Friday, January 29, 2016
Creed: Corazón de Campeón (Creed)
Síntomas: Adonis Johnson (Michael B. Jordan) tiene un buen trabajo y vive cómodamente en Los Ángeles con su madre Mary Ann (Phylicia Rashad). Pero un día decide abandonarlo todo y mudarse a Philadelphia para seguir su auténtica pasión: el boxeo. Y como los gimnasios locales no le inspiran confianza, solicita la asesoría de un viejo ex-boxeador llamado Rocky (Sylvester Stallone), quien sólo está interesado en el buen funcionamiento de su restaurante.
Diagnóstico: Nunca lo hubiera imaginado, pero el productor Sylvester Stallone y el director Ryan Coogler encontraron una sólida e interesante premisa para revivir la franquicia de Rocky, con mínimo ret-con y una moderna sensibilidad que no altera el espíritu de sus predecesoras.
Bueno, tal vez "revivir" no sea la palabra correcta. Estrictamente hablando, Creed: Corazón de Campeón es más como un "spin-off" donde el legendario Rocky Balboa se limita a entrenar a un boxeador con talento pero poca experiencia. Básicamente Stallone hereda el papel que Burgess Meredith interpretó en la original Rocky, allá por 1976 (de hecho Stallone tiene ahora la misma edad que tenía Meredith en aquel entonces... y no hace falta decir cuánto me sorprendió esa pequeña coincidencia).
Entonces, la estrella indudable de Creed: Corazón de Campeón es Michael B. Jordan (con absoluta justificación), pero la presencia de Stallone influye cada escena, enriqueciendo el relato sin tratar de imponerse, y generalmente evadiendo manifestaciones de excesiva nostalgia.
Digo "generalmente" porque las partes que menos me gustaron de Creed: Corazón de Campeón fueron las forzadas recreaciones de algunos elementos icónicos de la serie de Rocky; por ejemplo, aquella famosa carrera por las calles, y el uso del majestuoso tema musical que todos recordamos. No digo que estén mal usados... simplemente me parecieron arbitrarios caprichos nostálgicos para aplacar a los fans, o algo así.
Pero, bueno, esas breves escenas no afectaron la emotiva y muy satisfactoria experiencia de Creed: Corazón de Campeón. Como dije, Michael B. Jordan ocupa el papel principal con seguridad y enorme carisma (por no mencionar disciplina... apenas puedo imaginar el esfuerzo requerido para filmar una pelea completa sin cortes de cámara), mientras que Sylvester Stallone carga sus años con dignidad y no trata de ocultarlos; por el contrario, aprovecha su edad para mostrarnos la evolución de Rocky, siempre consistente con su carácter y con los hechos establecidos la última vez que lo vimos en Rocky Balboa (2006), sin olvidar los pequeños detalles humorísticos que realzan su humanidad.
Donde falló un poco el director fue en la irrelevante sub-trama romántica. Tessa Thompson es una competente actriz y sin duda atractiva, pero su conexión con el protagonista se siente obligatoria y poco natural (aunque estimo que podría mejorar en una hipotética secuela). Y creo que Coogler tampoco logró desarrollar un apto adversario que fuera tan memorable para Adonis como lo fue Apollo Creed para Rocky. El actor inglés Tony Bellew imprime abundante personalidad a "Pretty" Ricky Conlan, el arrogante campeón de boxeo que necesita una pelea notoria como estrategia de relaciones públicas después de algunos deslices legales; desafortunadamente la película le dedica muy poco tiempo, así que el emocionante encuentro final pierde un poco del impacto que hubiera tenido si conociéramos mejor al contrincante.
Por otro lado, sé que el punto de Creed: Corazón de Campeón no radica exclusivamente en llegar a la "gran pelea", sino también en cultivar una conmovedora relación entre Rocky y Adonis, cada uno llenando de algún modo los huecos en la vida del otro. Y, en ese nivel, Creed: Corazón de Campeón me pareció sobresaliente, muy recomendable, y digna como continuación/tangente de una franquicia con tantos seguidores. Como cinta sobre boxeo es entretenida, aunque no alcanza los álgidos momentos emocionales de Rocky o su secuela... pero definitivamente la consideraría mejor que Rocky III, IV y V. Me gustaría cerrar con una analogía boxística, pero me temo que no sé mucho sobre ese deporte. Ah, se me ocurrió una: ¡Creed: Corazón de Campeón es un knockout! Empiecen la cuenta a doce, por favor.
Calificación: 8.5
IMDb
Wednesday, January 27, 2016
Visions
Síntomas: Evie Maddox (Isla Fisher) y su esposo David (Anson Mount) se mudan a su nueva casa en un viñedo de California, donde aspiran a fundar su propia empresa vinícola e iniciar una familia. Sin embargo Evie empieza a notar extraños fenómenos que señalan la presencia de una entidad sobrenatural en busca de venganza... o algo aún más siniestro.
Diagnóstico: En un gesto agresivo y audaz, el exitoso estudio Blumhouse estrenó simultáneamente en Netflix y VoD tres películas de respetados directores (bueno, algunos más que otros) que probablemente podrían haberse exhibido en cines (sin duda he pagado por ver mucho peores); pero para demostrar su compromiso con la "revolución digital", Blumhouse las envió directamente a los hogares del público potencial. Los resultados fueron... variables. Pero aún así me pareció una valerosa estrategia, y espero que sirva como ejemplo para otros estudios que aún no saben qué hacer con esa "moda" del Internet.
De las tres películas (The Veil, Visions y Curve) la que más me gustó fue Visions. La sinopsis arriba escrita parece seguir la fórmula de incontables cintas sobre "casa embrujada", pero afortunadamente el director Kevin Greutert (el menos famoso de los tres directores, que incluyen a Iain Softley y Phil Joanou) y su guionista Lucas Sussman supieron desarrollar una interesante premisa que desafía nuestras expectativas conforme nos enteramos de nuevos detalles, logrando que el cansado cliché del "fantasma vengativo" cobre una perspectiva distinta y meticulosamente planeada para mantener su consistencia narrativa de principio a fin.
Por el lado negativo, Visions avanza con cierta lentitud, y algunos de los "sustos" se acercan peligrosamente al ridículo (como la escena del maniquí). Y también me pareció innecesaria la sub-trama de los "meth-heads" que podrían estar acechando la casa de los Maddox para asaltarla. Funciona una vez para justificar el escepticismo del esposo (“son tus nervios, querida”), pero termina convirtiéndose en un estorbo recurrente cuando queda claro que los fenómenos experimentados por Evie no son de procedencia tan prosaica.
La carga completa de la película recae en la actriz Isla Fisher, y sale bastante bien librada; me gustó encontrarla en un papel dramático donde aprovecha facetas de su talento que rara vez vimos en sus mediocres comedias románticas. El resto del elenco es competente y "geek friendly", con algunos rostros conocidos (John de Lancie de Star Trek: The Next Generation; Gillian Jacobs de Community; Joanna Cassidy de Blade Runner; Jim Parsons de The Big Bang Theory; y Eva Longoria, quien debe ser amiga de los productores o algo así, pues tiene un papel tan breve e irrelevante que seguramente lo hizo gratis) para añadir un poco de profundidad a los personajes periféricos que funcionan como "engranes" del argumento (psíquica, vecino, mejor amiga, etc.), y por lo tanto no requieren mucho desarrollo.
Lo bueno, obviamente, viene al final, cuando se revela el origen del misterio. No fue muy innovador, pues toma elementos prestados de al menos dos películas que me abstendré de nombrar; pero me pareció bien implementado, sin hacer trampas ni violar la lógica interna del argumento. Y, bueno, quien haya visto suficientes películas de terror sabrá que cualquier desviación de la fórmula se siente como un pequeño triunfo, siempre bienvenido aunque no pretenda cambiar el rumbo del género. Para eso se necesitaría algo más grande. Algo como... no sé... nuevos canales de distribución libres de los vicios de Hollywood. Buena estrategia, Blumhouse; con un poco más de calidad podrían encontrar un nicho valioso y lucrativo, con amplia oportunidad de fomentar esos "pequeños triunfos" que mantienen vivo el optimismo de los fans.
Calificación: 7.5
IMDb
Monday, January 25, 2016
Los Estafadores (Plastic)
Síntomas: Cuatro jóvenes británicos tienen un pequeño pero lucrativo "negocio" de fraude crediticio y robo de identidad. Las cosas van muy bien hasta que un simple robo los pone en la mira de un peligroso criminal que amenaza con matarlos... a menos que le entreguen en dos semanas una enorme cantidad de dinero. ¿Hasta dónde llegarán para saldar su deuda?
Diagnóstico: Los Estafadores es una de esas películas tibias y ligeramente insípidas que provocan una vaga reacción de "meh". No me pareció mala (quizás un poco ilógica), pero tampoco posee cualidades extraordinarias para elevarla de la mediocridad o el olvido. Bueno, algunos dirían que el gran acierto del director Julian Gilbey fue seleccionar a Emma Rigby como interés romántico, pues fue la gran revelación de la película... no solo por ser tan atractiva, sino por su genuino talento para brillar en un papel superficial y estereotípico.
"Superficial y estereotípico". Con esas mismas palabras podríamos describir Los Estafadores. El libreto (co-escrito por el mismo Gilbey) toca las bases necesarias de cualquier "heist movie" sin mostrar particular ingenio ni aspiración de trascender su previsible nicho. El estilo visual de la cinta es atractivo, y hace buen uso de locaciones en ambos lados del Atlántico; sin embargo no bastan para hacerla memorable (y francamente ese viaje a Miami me pareció totalmente innecesario... excepto para mostrar algunos bikinis; supongo que Londres no se presta mucho para ese tipo de vestuario).
De cualquier modo admito que los actores fueron el mejor atributo de Los Estafadores. Además de la mencionada Emma Rigby, el director encontró cuatro jóvenes cómplices con carácter bien definido y rebeldes "actitudes" que no los hacen odiosos, sino muy humanos. Ed Speleers, Will Poulter, Alfie Allen y Sebastian De Souza forman un dinámico cuarteto cuyas interacciones progresan de manera realista, sin perder consistencia con sus respectivas personalidades... lo cual significa que, cuando lleguen las obligatorias traiciones e inesperadas revelaciones, no nos sentiremos particularmente sorprendidos, pues resultaban evidentes desde el principio.
Aún así Los Estafadores se deja ver, y tiene el beneficio de mostrar algunos de los trucos empleados por los ladrones de identidad y estafadores crediticios, así que incluso podría funcionar como una experiencia semi-didáctica (en el futuro definitivamente evitaré comprar diamantes en joyerías súper-exclusivas en Miami)(Solo Londres y París de ahora en adelante)(Y solo en mis sueños).
Los Estafadores necesitaba "más" de algo para hacerla recomendable. Lo que fuera. Un libreto más ingenioso, violencia más brutal, o un estilo narrativo más creativo. Pero en su forma actual apenas justifica 100 minutos de nuestra atención, sobre todo en el cine. Aunque tal vez en video casero podría entretener como "ruido de fondo" mientras hacemos algo más interesante en la computadora. Como leer obsesivamente el Twitter de Emma Rigby (en realidad no tiene; ya busqué).
Calificación: 7
IMDb
Saturday, January 23, 2016
Revenant: El Renacido (The Revenant)
Síntomas: El experto guía Hugh Glass (Leonardo DiCaprio) acompaña a un grupo de cazadores de pieles, pero se ven obligados a huir tras el ataque de una tribu india hostil. Entonces Glass es brutalmente atacado por un oso y sus compañeros lo dan por muerto, abandonándolo en el gélido bosque; sin embargo Glass recobra la conciencia y, a pesar de sus graves heridas, inicia la lenta marcha hacia la civilización, impulsado por su indomable espíritu... y por el deseo de venganza.
Diagnóstico: No sé si Revenant: El Renacido será la "mejor" película del año, pero puedo afirmar que me pareció una extraordinaria fusión de técnica cinematográfica y visión artística, cuyos atributos estilísticos trascienden un argumento simultáneamente denso y vacío (basado en la novela de Michael Punke, quien se inspiró tenuemente en hechos reales).
Ciertamente hay material para llenar dos horas y media de película, pero el efecto general fue menor a la experiencia que ofrecen las escenas individuales. Su fundamento narrativo radica exclusivamente en los tradicionales ideales del género western (auto-suficiencia, honor, venganza, y el inevitable desafío de las fuerzas naturales, al mismo tiempo que se les rinde el respeto que merecen). Y, claro, todo ello aderezado con generosas dosis de pseudo-filosofía vaquera para demostrar que la tortura física del protagonista tiene un significado cósmico que apenas podemos comprender (“Dios es una ardilla”). Resumiendo: mucho ruido y pocas nueces.
Habiendo dicho eso... qué ruido tan extraordinario. El director Alejandro González Iñárritu y el virtuoso director de fotografía Emmanuel Lubezki repitieron el increíble ballet visual de Birdman, con la grácil cámara flotando sin dificultad a través de complicadas secuencias para mostrarnos de manera al mismo tiempo casual y precisa los más dramáticos detalles de la acción y las actuaciones, a veces en tomas abiertas para ilustrar la geografía de las locaciones, y a veces en esos elocuentes acercamientos extremos que no pierden claridad ni se sienten confinados. Una genuina muestra de magia cinematográfica que dejaría pasmados a los maestros del siglo pasado.
Desafortunadamente lo que Iñárritu no logró conservar de Birdman fue el deliciosamente intrincado argumento, ni el excepcional trabajo de un perfecto ensamble de actores, cada uno contribuyendo a su propia manera al rico tapiz de carácter y emoción que, a fin de cuentas, resultaba más importante que cualquier largo plano secuencia o invisible integración de efectos especiales. Por el contrario, Revenant: El Renacido es un simplista relato lineal con personajes unidimensionales que, eso sí, sufren mucho... pero expresan poco además de lo que ya es evidente. Hugh Glass es el héroe con voluntad de hierro y muy clara motivación. Fitzgerald es el villano taimado, traicionero e intolerante, como establecen sus constantes diálogos racistas. Y eso es todo. Dos horas y media de lenta persecución, magníficamente filmada pero sin mayor ambición dramática.
Cierto, además del héroe y villano también interviene otra facción de perseguidores para complicar un poco el asunto y darnos una obvia lección sobre la maldad del "hombre blanco"; pero fuera de eso no tienen mucha relevancia, al menos hasta que el libreto los necesita como previsible deus ex machina. Y sobra decir que el director no pierde oportunidad de mostrarnos las muertes (simuladas) de osos, búfalos y caballos para enfatizar las horribles condiciones del viejo oeste (y para amargarme un poco la experiencia).
A pesar de todo las actuaciones son muy buenas, con inmensa convicción e intensidad para compensar la simplicidad de los personajes. Leonardo DiCaprio y Tom Hardy recibirán grandes elogios, pero me gustó más el trabajo de Domhnall Gleeson como el Capitán Henry, pues al menos muestra una gama más amplia de emociones y reacciones humanas.
Se trata indudablemente de un caso de "estilo sobre sustancia", pero aún así Revenant: El Renacido me pareció fascinante, y me alegra haberla visto en la pantalla grande, donde fueron más notables sus triunfos técnicos. Ojalá González Iñárritu fuera menos auto-indulgente como director, y más sustancioso como guionista; pero nada de eso me impide recomendar Revenant: El Renacido como exhibición artística de impecable manufactura cuyas imágenes se quedarán largo tiempo en la memoria. Si tan solo pudiéramos decir lo mismo de la historia.
Calificación: 9
IMDb
Wednesday, January 20, 2016
Dope
Síntomas: Malcolm Adekanbi (Shameik Moore), Diggy (Kiersey Clemons) y Jib (Tony Revolori) son tres "geeks" que tratan de sobrevivir la escuela preparatoria en el peligroso barrio de Inglewood, en Los Ángeles, manteniéndose al margen de las pandillas y "dealers" que infestan cada esquina. Sin embargo el destino les depara una peligrosa aventura que los sumergirá en el mundo criminal que tanto se han esforzado en evitar.
Diagnóstico: Dope es al mismo tiempo una excelente comedia juvenil, un emotivo relato "coming of age", y una extraordinaria reflexión sobre la experiencia de la población "de color", cada vez más significativa en la sociedad norteamericana (de hecho ya es mayoría étnica en muchas ciudades). Por otro lado, no sé si Dope será estrictamente “real”, pero se siente consistente y honesta.
Algunas personas han descrito esta película como una mezcla de Superbad y Scarface, lo cual me parece acertado. La primera mitad del relato nos introduce al simpático trío de protagonistas y establece su condición "geek", no solo por ser fanáticos obsesivos de la cultura "hip-hop" de los noventas, sino porque sus buenas calificaciones y cordial actitud los separan de los demás estudiantes, generalmente apáticos o en camino de unirse a alguna pandilla criminal. Por el contrario, Malcolm, Diggy y Jib quieren ir a la universidad, ayudar económicamente a sus padres, y quizás encontrar éxito con su banda de música punk. Pero, a fin de cuentas, también son adolescentes normales; y cuando la atractiva Nakia (Zoë Kravitz) invita a Malcolm a una fiesta organizada por un "gángster" local, el joven no puede resistirse... y ahí comienzan sus problemas.
Esto nos lleva a la segunda mitad, donde el director y guionista Rick Famuyiwa maneja con envidiable destreza los múltiples temas y tangentes narrativas que dan forma al complejo desenlace de Dope, al mismo tiempo trágico, optimista y tremendamente satisfactorio en todos los niveles posibles.
Como simple comedia, Dope ofrece agudos contrastes entre los arcaicos clichés de la cultura "gangsta" y la realidad contemporánea de redes sociales, tecnología y consumismo desenfrenado. ¿Qué significa esto? A veces una iPad es más peligrosa que una pistola Glock; y los "forties" ya fueron reemplazados por los "chia lattes". Ah, y el comediante Donald Glover es solo para "whiteys". Malcolm y sus amigos analizan con pragmática visión los vicios y virtudes de la sociedad, exentos de prejuicios obsoletos o falsa moralidad; y así nos abren los ojos a grandes verdades ocultas tras la fachada de nuestras viejas costumbres y expectativas.
Como melodrama criminal, Dope nos muestra con amargo realismo lo fácil que es descarrilar la vida de alguien en un entorno que fomenta la corrupción y castiga la honestidad. En otras palabras, no hace falta que Malcolm busque problemas; los problemas están constantemente a su alrededor, esperando la más pequeña oportunidad para manifestarse y cambiar su destino.
Finalmente, como símbolo de su tiempo Dope me pareció tan icónica como lo fueron Rebel Without a Cause, Over the Edge o Boyz 'n the Hood en sus respectivos períodos históricos. Suena como hipérbole, pero realmente creo que ganará reconocimiento con el paso del tiempo, tras ser ignorada por el público y la crítica durante su breve estreno comercial en los Estados Unidos (se me ocurre que fue por enfocar su argumento en personajes juveniles; si fueran adultos quizás hubiera sido tan bien recibida como Hustle & Flow). Pero, independientemente de su público objetivo, las verdades que revela son igualmente importantes; e incluso si no nos interesan sus lecciones sociales, Dope es una experiencia muy graciosa, divertida y emocionante, que puedo recomendar con absoluta confianza... sobre todo para "geeks" que entenderán la dimensión y profundidad de la obsesión noventera de Malcolm. Esta vez no son comics ni ciencia ficción... pero los "geeks" siguen siendo "geeks" en cualquier contexto o afición.
Por cierto, la venerada "Academia" está inconforme porque este año los nominados al Óscar fueron caucásicos en su inmensa mayoría. Bueno, pues aquí tenían la oportunidad perfecta de añadir un poco de color a la ceremonia. Lástima que no hayan reconocido Dope como la obra maestra que realmente fue.
Calificación: 9
IMDb
Monday, January 18, 2016
La Maldición de Charlie (Pay the Ghost)
Síntomas: Un año después de perder a su hijo Charlie (Jack Fulton) durante un desfile de Halloween, el profesor universitario Michael Lawford (Nicolas Cage) sigue obsesionado con encontrarlo, o al menos con entender lo que ocurrió en aquella fatídica noche. Pero cuando Michael sufre extrañas visiones en el aniversario de la desaparición, empieza a sospechar que hubo alguna influencia sobrenatural en el secuestro del niño.
Diagnóstico: El primer instinto después de ver una mala película con Nicolas Cage es echarle la culpa al actor, famoso por sus excéntricas interpretaciones. Pero, para ser justos, La Maldición de Charlie es terrible por muy distintas razones, y aunque la actuación de Cage no podría considerarse buena, tampoco fue suficientemente mala para hundir la película... ni para disfrutarse como irónico "placer culpable".
No, los principales culpables de este olvidable bodrio fueron el desabrido libreto de Dan Kay (basado en una novela de Tim Lebbon), y la apática dirección de Uli Edel, cineasta alemán otrora respetado por sus esporádicas incursiones en el cine de arte, como Last Exit to Brooklyn, The Mists of Avalon, y The Little Vampire (?). Esta vez su reputación no bastó para rescatar La Maldición de Charlie, pero admito que la película tiene la apariencia profesional y el "star power" que tanto codician los productores/inversionistas europeos (aunque la cinta se filmó en Canadá).
Por su parte, el mencionado libreto está integrado por rancios clichés del moderno cine de terror: visiones "siniestras" (realizadas con pobres efectos digitales), risibles manifestaciones sobrenaturales (como mensajes del más allá en una iPad), y un misterio totalmente arbitrario que en el último momento decide robarse el tercer acto de Insidious, porque de algún modo había que terminar la película. Dicho misterio, por cierto, trata de innovar basándose en una antigua leyenda celta (ni siquiera me interesa checar Wikipedia para averiguar si es real o inventada). Pero sus raíces étnicas son irrelevantes; podría haber sido una leyenda china, africana o hasta mexicana (tiene bastante similitud con "La Llorona") y hubiera dado lo mismo, porque todo se reduce a la típica fórmula que hemos visto cien veces: las visiones conducen a una investigación en Google, luego viene la visita del experto que convenientemente tiene todas las respuestas, y finalmente llegamos al "terrorífico" desenlace donde el héroe entra en conflicto directo con la entidad en turno. Creo que no es "spoiler" revelar esta previsible estructura, pues resulta penosamente fácil adivinar desde el principio hacia donde se dirige La Maldición de Charlie. Al menos los buitres digitales me parecieron un buen detalle.
Como dije antes, Nicolas Cage pasa sin pena ni gloria, cobrando su cheque sin gastar energía en su interpretación. Sarah Wayne Callis se encarga de la sobre-actuación como la histérica madre de Charlie, mientras que Lyriq Bent aborda el obligatorio papel de policía que sólo cree en hechos y evidencias, ¡así que por favor no le quiten el tiempo con supersticiones absurdas, o los arrestará!
Lamentablemente La Maldición de Charlie continúa la tendencia de estrenar malas películas de terror en cines mexicanos, así que sugiero evitarla activamente para no fomentar esta desafortunada política. Si tienen mucha curiosidad, la cinta ya está en el catálogo norteamericano de Netflix (bajo su nombre original, Pay the Ghost). Supongo que este es el tipo de películas que Netflix quiere "proteger" de los "piratas" que usan VPNs para evadir las irritantes restricciones geográficas. Tiene sentido; la ignorancia es esencial para lograr que alguien pague por películas como ésta.
Calificación: 5
IMDb
Saturday, January 16, 2016
La Chica Danesa (The Danish Girl)
Síntomas: Cuando la pintora Gerda Wegener (Alicia Vikander) le pide a su esposo Einar (Eddie Redmayne) que pose para un cuadro con ropa de mujer, se inicia una transformación que tendrá gran impacto en sus vidas... y también en la sociedad danesa de los años veintes.
Diagnóstico: No me malinterpreten: hay mucho que admirar en la historia (tenuemente basada en hechos reales) de Gerda y Einar Wegener, incluyendo su mensaje de realización personal, su sincera búsqueda de identidad sexual, y el profundo amor de una pareja dispuesta a todo para encontrar la felicidad, incluso si para ello necesitan sacrificar su matrimonio y desafiar las reglas de una sociedad intolerante. Además, La Chica Danesa nos cuenta esta historia con gran estilo, tomando las pinturas de Gerda como pauta visual para convertir cada escena en un cuadro cuidadosamente compuesto e iluminado con delicados claroscuros de inusual profundidad, ya sea el pintoresco departamento bohemio de los Wegener, o las espectaculares vistas exteriores de Copenhague (excelente trabajo del cinematógrafo Danny Cohen y el estudio de efectos especiales Double Negative para trasladarnos a Dinamarca de principios del siglo veinte). Y no olvidemos la sutil música de Alexandre Desplat, repleta de frágiles melodías que evocan la dualidad del protagonista. En resumen: un deleite para los sentidos y una inspiradora lección para el espíritu... al menos conceptualmente.
Sin embargo el resultado final se siente frío y cansado, como si el renombrado director Tom Hooper (The King's Speech, Les Misérables) no hubiera encontrado el eje emocional del relato, y para compensarlo puso demasiado énfasis en diseños y vestuario, dejando un hueco al centro de la narrativa que no logra llenar por mucho que sus personajes lloren o sufran en aras de su transformación física y psicológica.
O quizás el problema fue que el actor Eddie Redmayne se quedó corto en su interpretación de Einar, un personaje difícil de capturar sin caricaturizarlo o caer en clichés ofensivos. Claro, su transformación física es notable y ciertamente audaz (aunque no tan convincente como en The Theory of Everything); pero sin alcanzar la auténtica "verdad" de un personaje tan complejo. De vez en cuando observamos destellos de su conflicto interno, como en su primer encuentro con Henrik (interpretado por Ben Whishaw); desafortunadamente son escasas las escenas de ese calibre, y la mayor parte del tiempo lo encontramos apelando a la misma tímida sonrisa y ojos coquetos que pierden sustancia con cada repetición.
O, tercera teoría, tal vez La Chica Danesa distribuyó mal su tiempo, haciendo que algunos momentos importantes se sientan apresurados (como la primera vez que Gerda "disfraza" a su marido), mientras que otros parecen aburridos y monótonos, sin aportar gran sustancia al melodrama (como el asunto de las pinturas de Gerda y su nueva "modelo", lo cual me pareció una rebuscada e innecesaria mecánica de los guionistas para encontrar beneficio mutuo en la transición de Einar).
En fin... no sé exactamente dónde falló La Chica Danesa, pero el resultado fue menor a la suma de sus partes; y aunque podría recomendarla por sus altos valores técnicos y por la notable actuación de Alicia Vikander (definitivamente el mejor descubrimiento europeo desde Carey Mulligan), no fue una experiencia particularmente interesante o satisfactoria. Por otro lado, tampoco hay muchas películas sobre el delicado tema del "transgénero" que tomen en serio los retos prácticos y emocionales de la re-asignación de sexo, así que tan sólo por eso La Chica Danesa podría volverse indispensable para el segmento del público interesado en tales cuestiones, ya sea por curiosidad o experiencia personal. Pero siento que lo hicieron mejor en cintas como But I'm a Cheerleader o en series de televisión como Transparent y The L Word... aunque con menor sensibilidad artística, lo cual me hace pensar que Tom Hooper es bueno para pintar trazos generales, pero apenas regular para delinear los detalles donde reside el alma de sus personajes. Aún así, nominaciones justificadas para vestuarios y decorados.
Calificación: 7
IMDb
Friday, January 15, 2016
En Primera Plana (Spotlight)
Síntomas: En el año 2001, cuatro reporteros del periódico Boston Globe investigan una conspiración de la Iglesia Católica dedicada a ocultar los terribles crímenes sexuales cometidos por varios de sus sacerdotes. Sobra decir que la Iglesia no está muy contenta con esta investigación.
Diagnóstico: Creo que todos hemos escuchado noticias sobre los "deslices" de "unos cuantos" sacerdotes católicos que abusaron de su posición para obtener favores sexuales de niños y adolescentes. Sin embargo, la película En Primera Plana tiene el propósito de mostrar la trágica realidad de estos "deslices", así como la enorme dimensión del problema y la imperdonable complicidad de las más altas figuras religiosas que trataron de ocultar la verdad, o al menos minimizarla hasta que pareciera algo infrecuente y disculpable.
Para cumplir tal propósito, el director Tom McCarthy co-escribió un brillante libreto que, debo advertir, se siente difuso y fragmentado al principio, con los reporteros hablando rápidamente sobre gente que no conocemos y eventos que nadie nos ha explicado. Durante quince o veinte minutos fue una experiencia frustrante, como si hubiera llegado tarde a la película. Sin embargo McCarthy lo planeó así para que el público vaya armando el rompecabezas al mismo tiempo que los reporteros; y cuando descubrimos la "imagen" final, la auténtica envergadura del asunto, recibimos el mismo impacto emocional que los protagonistas. Fue una estrategia arriesgada, pero el resultado me pareció sobresaliente, mostrando una cosa muy rara en el cine contemporáneo: confianza en la capacidad del público para pensar, en vez de recibir todo diluido y pre-masticado para su fácil asimilación. O quizás me costó trabajo entenderlo desde el principio por ignorancia sobre el tema, y sentí como un triunfo atar los cabos sueltos en mi cabeza. Como sea, fue muy satisfactorio.
En un nivel menos político, En Primera Plana se siente como una carta de amor al periodismo de investigación, una disciplina prácticamente desaparecida en esta época de "clickbait", gratificación instantánea y "listicles" como reemplazo de genuina información. Aún con auxilio digital (los hechos que retrata la película ocurrieron hace apenas quince años, de modo que ya existía el correo electrónico, los teléfonos móviles, y toda clase de bases de datos electrónicas) los reporteros tienen que invertir largas horas de trabajo real, entrevistando gente, revisando registros impresos en el siglo pasado y, sobre todo, creando hipótesis que deben respaldar con evidencias. Hollywood nos tiene demasiado acostumbrados a la típica escena donde alguien usa una laptop para buscar en Google, y listo... en treinta segundos encontró la información necesaria para capturar al terrorista/encontrar el origen de un fantasma/deducir la identidad del asesino, etc. Pero tener que buscar todo eso en el mundo real cambia la perspectiva de la narrativa misma, e inspira renovado respeto por esta arcaica disciplina en peligro de extinción.
Por otro lado, esto significa que En Primera Plana es una película lenta, con un paso deliberado que nos permite saborear cada detalle de la historia y las actuaciones. Su drama es gradual y reposado, no de la variedad obvia y estridente que excita el morbo. Casi todo ocurre dentro de las austeras oficinas del periódico; no hay persecuciones, movilización policíaca, ni juicios legales con veredictos sorpresivos; y aunque los personajes están bien definidos, tampoco existen conflictos artificiales para acentuar sus emociones (tal vez otro director hubiera apelado al clásico "reportero borracho en busca de redención" para engancharnos en las partes difíciles del relato). Afortunadamente no hacen falta esos trucos cuando McCarthy cuenta con un impecable reparto que incluye a Michael Keaton, Mark Ruffalo, Rachel McAdams, Liev Schreiber, John Slattery, Stanley Tucci, Billy Crudup y Brian d'Arcy James, a quien no conocía, pero seguramente recordaré en el futuro. Y, bueno, creo que es mi obligación recomendar cualquier película que reúna en una oficina a Sabretooth, Howard Stark, Bruce Banner, Batman y... quien sea que interprete Rachel McAdams en Doctor Strange. Con o sin capas, formaron un elenco de héroes que no decepciona.
Calificación: 9
IMDb
Wednesday, January 13, 2016
He Never Died
Síntomas: Jack (Henry Rollins) lleva una vida solitaria en un inmundo departamento donde ve televisión todo el día y trata de evitar cualquier contacto con sus vecinos. Pero cuando toca a su puerta Andrea (Jordan Todosey), la hija adolescente que ni siquiera sabía que tenía, Jack se ve obligado a salir de su coraza emocional, lo cual podría hacerle bien... aunque tal vez no será muy bueno para el resto del mundo.
Diagnóstico: Nadie podría decir que Henry Rollins ha tenido una distinguida carrera como actor, pero realmente no podríamos culparlo en vista de su tremendo éxito como "poeta urbano", locutor y cantante de bandas como la legendaria Black Flag y Rollins Band. Por eso me alegra decir que He Never Died resultó ser su mejor película, y la primera (creo) donde lleva el papel estelar, en vez de ser un pintoresco personaje secundario o inesperado cameo.
El director primerizo Jason Krawczyk escribió un fascinante libreto, y se sacó la lotería cuando seleccionó a Rollins como el lacónico e introvertido "Jack", cuya gris rutina cotidiana oculta increíbles secretos y una tendencia a la violencia que ha tratado de controlar durante mucho tiempo. La historia es bastante interesante por derecho propio, pero la actuación de Rollins es lo que "vende" el concepto, y lo que nos mantiene enganchados de principio a fin a pesar de las marcadas (e intencionales) imperfecciones del personaje y los ocasionales momentos lentos o repetitivos de He Never Died.
Por cierto... al igual que ocurrió recientemente con Anguish, He Never Died es otra de esas películas que revelan prematuramente su "misterio". En este caso creo que fue una decisión válida, pues dicho "misterio" no representa el eje principal de la película; pero hubiera sido agradable usarlo como respaldo del drama que gradualmente se gesta entre Jack, su hija Andrea y la mesera Cara (Kate Greenhouse), cuando accidentalmente se involucran con mafiosos de poca monta en la anónima ciudad donde viven (en realidad Toronto... sí, He Never Died es otra humilde cinta canadiense que merecería un público más amplio). Además, es posible que el "secreto" de Jack sea más complicado (o más simple) de lo que imaginamos, así que hay espacio para evolucionar su personaje más allá de nuestras impresiones iniciales.
Hablando de impresión, me sorprendió el trabajo de Jordan Todosey como Andrea, la hija descarriada de Jack (sobre todo después de verla vestida de hombre durante varios años en cierta serie televisiva que ya mencioné demasiado). Su papel es relativamente corto, pero desde su primera aparición logra congraciarse con el espectador, estableciendo de inmediato la disfunción familiar que la orilló a buscar a su padre perdido, y las malas decisiones que han puesto en peligro su vida. Lo mismo aplica para Kate Greenhouse, la dulce mesera del restaurante que frecuenta Jack. Al igual que Todosey, Greenhouse no necesita mucho para transmitir al espectador su melancólico pasado y su tímida atracción por el seco cliente con el que apenas cruza un par de palabras al día. Y cuando las cosas se complican, Greenhouse muestra reacciones totalmente creíbles y consistentes, sin transformarse en "heroína inesperada" ni caer en el ingrato rol de "damisela en peligro". En resumen: su actuación me gustó tanto como la de Rollins, lo cual es decir bastante.
Desde luego todos estos logros nos regresan a Jason Krawczyk, cuya precisa dirección mantiene el balance justo de humor, acción y carácter (bueno, quizás me hubiera gustado un poco más de acción, sobre todo en las escenas donde Krawczyk corta justo cuando iba a empezar la pelea... o la masacre). Pero siempre preferiré una película donde sean más memorables las actuaciones y la interacción entre los personajes, que las peleas y los efectos especiales.
Lo cual me recuerda: aunque He Never Died tiene un poco de sangre y ambiguos elementos que podríamos llamar "sobrenaturales", no la clasificaría como película de terror, sino como un económico thriller eficientemente realizado para sacar el máximo provecho de sus modestos recursos. Probablemente no se convertirá en un clásico "neo-noir", pero puedo recomendarla con entusiasmo, a pesar de que el final se diluye un poco por extenderse más de lo necesario. De cualquier modo me encantaría ver una secuela, pues hay inmensas posibilidades por explorar en este sórdido universo de crimen y castigo influenciados por una torcida lógica que se siente ajena a nuestra realidad... y al mismo tiempo muy humana.
Ojalá Henry Rollins encuentre nuevos papeles tan sustanciosos como "Jack", en vez de regresar a "policía rudo" (The New Guy) o "médico loco" (Johnny Mnemonic). Claro que con una carrera musical tan destacada, entiendo si la actuación es un mero hobby ocasional. Pero por primera vez me encontré deseando que se convirtiera en su actividad principal. Y lo digo como fan de Black Flag desde los ochentas.
Calificación: 9
IMDb
Monday, January 11, 2016
Punto de Quiebre (Point Break)
Síntomas: El novato agente del FBI Johnny Utah (Luke Bracey) se infiltra en una pandilla criminal que usa deportes extremos para cometer impresionantes delitos por todo el mundo. Pero Bodhi (Édgar Ramírez), el carismático líder de la banda, empieza a convencer a Utah sobre sus inusuales motivos e ideología, y entonces el joven agente deberá decidir si su lealtad yace con el FBI o con sus nuevos amigos.
Diagnóstico: No he visto la original Point Break en varios años, así que voy a aprovechar mis nebulosos recuerdos para evaluar este re-make con la mayor objetividad posible. Solo diré que la legendaria pareja de Keanu Reeves y Patrick Swayze formaba un "bromance" mucho más creíble y emotivo que Luke Bracey y Édgar Ramírez en esta renovada versión.
En cuanto al argumento, me costó trabajo tragar la hueca filosofía "new age" de los villanos (tal vez debería llamarlos "anti-héroes"), repleta de vaga palabrería que suena profunda aunque no signifique nada ("Tú sólo ves los límites... yo solo veo la verdad"). Pero, bueno... al menos ayuda a justificar su difuso estilo de vida y la ambigüedad moral de sus acciones, las cuales francamente no tienen mucho sentido. A veces quieren "regresar algo a la Tierra" (traducción: robar a los ricos y repartir a los pobres), mientras que en otras ocasiones parecen simples eco-terroristas o vulgares ladrones en busca de botín para financiar sus aventuras. Ejemplo: el único asalto bancario en la película ocurre en un banco ubicado en la cima de una montaña. ¿Por qué? Para poder efectuar el audaz escape en motocicletas y funiculares, con las cimas nevadas como majestuoso escenario de la acción. O quizás solo necesitaban un banco que abriera los sábados.
Se nota que el director Ericson Core (hasta su nombre es ¡EXTREMO!) no tiene particular interés en armar una historia congruente o interesante, a diferencia de Kathryn Bigelow en la cinta original de 1991 (dato inútil: la banda sonora de Point Break fue el primer CD que compré). Core simplemente quiso integrar tantas muestras de deportes extremos como fuera posible, y no le importa sacrificar la lógica del argumento para cumplir su voluntad.
Habiendo dicho eso... las mencionadas exhibiciones deportivas son realmente asombrosas y están retratadas con pasmosa espectacularidad visual (Core aprovechó muy bien sus veinte años de experiencia como director de fotografía, incluyendo la original The Fast and the Furious). Desde luego hay abundante manipulación digital pero, en general, las proezas se sienten "reales" y extremadamente peligrosas. El trabajo de efectos especiales es impecable (con excepción de una tardía escena ubicada en alta mar, donde el "green screen" no funcionó como esperaban), permitiendo la creación de impresionantes secuencias de alta tensión y gran belleza. Mi favorita fue probablemente la que se ubica en Venezuela. Dato inútil número dos: Punto de Quiebre tiene los créditos finales más largos que he visto en mucho tiempo. Son casi quince minutos de "consultores deportivos", servicios locales en los numerosos países donde se filmó la película, y al menos una docena de estudios de efectos especiales, incluyendo lola VFX, Image Engine y UPP. Pero valió la pena; las imágenes resultantes son fantásticas.
Ojalá pudiera decir lo mismo del conflicto pseudo-intelectual que enfrenta Johnny "Utah" Bingham (Utah ni siquiera es su apellido real), interpretado por Luke Bracey, cuando empieza a aceptar la filosofía de Bodhi, interpretado por Édgar Ramírez como una especie de gurú hipster con ideas trascendentales... casi divinas. Y mejor ni hablar del forzado romance entre Utah y "Chica Hippie Genérica" interpretada por Teresa Palmer. Mientras tanto, los cómplices de la banda están tan pobremente definidos que cuando uno de ellos muere durante uno de los eventos, ni siquiera sabemos quién fue. ¿Era el de la barba y tatuajes, o el de la barba y tatuajes, o el de la barba y tatuajes y lentes?
Esa misma esterilidad narrativa marca Punto de Quiebre de principio a fin; pero tan solo por las escenas "extremas" merece una recomendación, con la advertencia de que el drama intersticial inspira aproximadamente el mismo interés que los mencionados créditos finales. Como re-make, Punto de Quiebre fue un fracaso; pero como "performance" visual, valdría la pena si elimináramos los barbudos tatuados y el mini-Thor que no sabe actuar.
Calificación: 6.5
IMDb
Sunday, January 10, 2016
La Gran Apuesta (The Big Short)
Síntomas: En el año 2005, el excéntrico genio matemático Michael Burry (Christian Bale) predice el inevitable colapso de los mercados hipotecarios en Wall Street, y la depresión global que ese evento acarreará. Pero nadie le cree, excepto un pequeño grupo de inversionistas que podrían ganar millones apostando por este improbable y catastrófico evento.
Diagnóstico: No puedo creer que el director de Anchorman 2: The Legend Continues vaya a ganar el Óscar este año.
Estoy bromeando. O tal vez no; cosas más raras han ocurrido en Hollywood.
A decir verdad, no sé si La Gran Apuesta ganará alguno de los grandes premios cinematográficos, pero eso no impide declararla como una fascinante película en igual medida hipnótica y frustrante.
El director Adam McKay, más conocido por su larga carrera como guionista y comediante, me sorprendió muchísimo con la destreza y seguridad que muestra en su primera película "seria"... aunque no tan seria, pues si bien La Gran Apuesta relata una historia trágica e impactante, sus ritmos y estructuras nos recuerdan la cadencia del fino humor empleado por obras como Dr. Strangelove, o quizás Ocean's Eleven. Sí, esta última analogía es más apropiada, pues lo que McKay hizo fue una fusión de sátira económica y "heist movie", donde el "gran golpe" se ejecuta con matemáticas y análisis financiero en vez de túneles e infiltraciones nocturnas; y la víctima no fue un pez gordo que se lo merece, sino la gente trabajadora de todo el mundo.
Otra similitud es la presencia de una colorida pandilla de cómplices: el antisocial genio matemático, los inversionistas con talento pero poca experiencia, el "tiburón" con corazón de oro que arriesga su fortuna para financiar el golpe, y el hablador que convence a todos con su desorbitado plan. Incluso trabajando por su cuenta, cada uno de ellos tiene alguna pintoresca neurosis personal y un rol específico que deben cumplir para sacar provecho de la ruina mundial y hacerse millonarios al final de la misión.
Y aunque conocemos bien el final de la historia (la crisis económica mundial que seguimos sufriendo hasta hoy), hay tanto suspenso en La Gran Apuesta como en las mejores heist movies, lo cual revela el talento de McKay para atraparnos en las experiencias de sus personajes y hacernos olvidar por unos momentos la cruda realidad. Quizás ese sea el más significativo "gran golpe" de la cinta.
Para lograrlo, desde luego, McKay cuenta con su propia cuadrilla de cómplices, incluyendo un brillante reparto integrado por célebres rostros (disfrazados hasta volverse casi irreconocibles) y actores desconocidos que a veces roban sus escenas bajo las narices de sus veteranos colegas.
Entre los famosos: Ryan Gosling, Christian Bale, Steve Carell y Brad Pitt. Su desempeño es fantástico, no necesariamente "realista", pero ideal para el travieso tono y atmósfera de La Gran Apuesta. Los menos conocidos como Hamish Linklater, John Magaro y Finn Witrock mantienen igual aplomo y compiten sin dificultad con sus mejor pagados colegas. No encontré un solo eslabón débil en el elenco, y fue un placer verlos interactuar de principio a fin.
Hablando de eslabones débiles... la "frustración" que mencioné al principio se refiere al abundante y continuo manejo de términos financieros que cuesta trabajo entender, no solo por sus crípticos acrónimos (ISDA, CDO, MBS, etc.), sino por los incomprensibles conceptos que representan. ¿Ganar dinero vendiendo deudas vencidas? ¿Quién demonios comprende esa lógica?
Los bancos la comprenden, y aunque McKay usa algunos ingeniosos trucos para impartir amenas lecciones financieras (como el uso de una famosa actriz en un baño de burbujas para explicar algunos de los términos antes mencionados), la verdad es que me sentí perdido durante muchos momentos clave del argumento. O, mejor dicho, me sentí racionalmente perdido, pero gracias a las excelentes actuaciones y a la audaz dirección de McKay, nunca perdí el hilo emocional de la historia... y ahí radica el triunfo de este comediante que alguna vez pensó que sería buena idea producir una telenovela cinematográfica en español con Will Ferrell en el papel de "Armando".
En esta década se han realizado muy buenas películas sobre el colapso económico, como los dramas Margin Call y Wall Street: Money Never Sleeps, y documentales como Inside Job. Sin embargo La Gran Apuesta nos ofrece algo distinto, al mismo tiempo más complicado por su estructura, y más simple por la facilidad para asimilar las vivencias de personajes que, en cualquier otra cinta, estarían entre los villanos. Claro, siguen siendo villanos por sus cínicas acciones, pero al menos no produjeron el desastre... simplemente encontraron la manera de explotarlo a su favor. ¿No hubiéramos todos hecho lo mismo?
Calificación: 9.5
IMDb
Saturday, January 9, 2016
Campamento del Terror (Summer Camp)
Síntomas: Cuatro jóvenes norteamericanos preparan un decrépito campamento español llamado "El Búho" para la inminente llegada de los niños que pasarán ahí sus vacaciones de verano. Sin embargo sus planes se arruinan cuando descubren una amenaza de incierto origen que amenaza sus vidas. ¿Lograrán sobrevivir la noche o serán víctimas de... lo que sea que acecha en los oscuros pasillos del edificio?
Diagnóstico: ¿Una película de terror co-producida por Televisa y distribuida por Filmax? Suena como receta perfecta para un desastre. Y en cierto modo lo fue... sin embargo Campamento del Terror guarda uno o dos detalles bastante originales que hicieron un poco más estimulante esta cinta por demás blanda y olvidable.
Los primeros veinte minutos sirven para introducir a los insípidos personajes y a explicar la "lógica" del argumento. Los productores seguramente pensaron (con razón) que nadie tragaría una decrépita mansión como un "campamento de verano" infantil, y el director/co-guionista Alberto Marini tuvo que inventar múltiples diálogos para justificar la incongruencia entre locación y premisa.
Pero, bueno... si ese fuera el único problema de Campamento del Terror, no sería tan grave. Sin embargo también tenemos los mediocres actores que no consiguen generar la menor química o emoción en sus respectivos papeles, ya de por sí genéricos. El libreto da muchas vueltas para inflar la corta duración de la cinta, y la cámara tiene la irritante costumbre de moverse frenéticamente durante los momentos de "terror", para simular tensión que el material no logra generar. Y, de paso, la convulsiva cámara también sirve para distraernos de la escasez de efectos especiales (por no mencionar la profunda oscuridad de casi todas las escenas). Con excepción de un taladro y un poco de sangre embarrada en el rostro o manos de los actores, no hay realmente instancias de "gore" que quizás hubieran amenizado la experiencia. Al parecer carece de clasificación oficial, pero Campamento del Terror se siente cercana al PG-13, así que ni siquiera cumple en el más elemental nivel visceral.
Por el lado positivo, me gustó que Campamento del Terror confunda nuestras expectativas desde el principio, sugiriendo varias alternativas temáticas que inspiran cierto misterio y adecuado suspenso. Durante un buen rato no estamos seguros si será una cinta slasher (hay un misterioso hombre espiando desde el bosque con un cuchillo), o con fantasmas (la aislada mansión sugiere espíritus en cada sombría habitación), o de posesión satánica (un perro muestra claras señales de influencia demoníaca... o podría ser rabia)(por cierto, Campamento del Terror pierde puntos por usar el odioso cliché de "matar" un perro para establecer que "las cosas van en serio").
Aunque la publicidad de Campamento del Terror muestra la auténtica naturaleza de la amenaza, me abstendré de revelarla, así como el interesante "twist" que añade inesperada profundidad a un popular cliché del horror contemporáneo. Desafortunadamente llega demasiado tarde y no se explota al máximo para compensar el monótono desarrollo de la cinta. Por otro lado, el final gana un poco de subversiva energía para dejarnos en una nota positiva, y casi me hizo olvidar los insulsos diálogos, el anémico subtexto de "confianza", y los ineficientes sobresaltos que toleramos durante los previos noventa minutos.
A fin de cuentas Campamento del Terror no fue el desastre esperado gracias a sus fugaces momentos de ingenio, pero tampoco puedo darle una amplia recomendación para fans del género. Cuando mucho será una curiosidad multicultural que puede verse sin demasiado arrepentimiento... aunque sugiero esperar al video casero, donde será más fácil saltarse las partes aburridas para llegar a lo bueno. Vale advertir que lo bueno, en este caso, funciona mejor como concepto que como historia.
Calificación: 6.5
IMDb
Friday, January 8, 2016
Joy: El Nombre del Éxito (Joy)
Síntomas: A principios de los noventas Joy Mangano (Jennifer Lawrence) vive en constantes apuros económicos, hasta que diseña un innovador implemento de limpieza que goza de inesperado éxito en el floreciente canal de ventas por televisión QVC. Sin embargo la falta de experiencia de Joy en el mundo de los negocios y la intromisión de su excéntrica familia podrían arruinar para siempre su única esperanza de prosperidad.
Diagnóstico: La película Joy: El Nombre del Éxito tiene muchas cosas a su favor: una fuerte protagonista femenina que no se doblega ante los golpes del destino; un colorido ensamble de personajes periféricos interpretados por excelentes actores de carácter; y una satisfactoria historia inspirada en hechos reales que incluye los clásicos altibajos y sorpresas de un buen melodrama. Además, la virtuosa dirección de David O. Russell derrocha suficiente estilo para darle a la película una identidad visual y narrativa única, pero sin perder la espontaneidad de un relato íntimo y muy humano. En otras palabras, todos los ingredientes de una obra maestra.
Entonces, ¿por qué se siente tan insípida y superficial? Creo que el problema es: mopas. O "trapeadores". O como quieran llamarle al implemento usado para limpiar pisos con fibras de algodón.
A pesar de su accesible estructura, el tema central carece del peso o gravedad necesarios para atraparnos en el drama. Al menos esa fue mi impresión; disfruté Joy: El Nombre del Éxito más por sus partes individuales que por la experiencia total.
Y la parte más relevante es sin duda Jennifer Lawrence, cuya arrolladora presencia e hipnótica interpretación rescata por sí sola la película entera, incluso opacando a Robert De Niro, Diane Ladd, Isabella Rossellini y Bradley Cooper.
Hablando de Bradley Cooper, su papel es sin duda esencial para la trama (presidente del canal QVC), pero tan breve que podría haberlo ocupado cualquier actor secundario. Obviamente lo contrataron para reunir al equipo original de Silver Linings Playbook (Russell, Lawrence y Cooper), y quienes vean Joy: El Nombre del Éxito con similares expectativas románticas quizás se sentirán defraudados.
El mencionado estilo visual empleado por Russell emula las telenovelas vespertinas que la madre de Joy (interpretada por Virginia Madsen) sigue obsesivamente en televisión (con apariciones de Susan Lucci y Donna Mills, nada menos); y la bien balanceada banda sonora complementa el tono de las escenas al mismo tiempo que nos recuerda la nostálgica procedencia noventera del relato, pero sin abusar de canciones demasiado famosas que podrían sacarnos de la historia.
Como dije al principio: una cinta repleta de virtudes técnicas e histriónicas que sin embargo no alcanza el punto crítico de emoción para compenetrarnos con la protagonista. Y cuando más se acerca a lograrlo es gracias al trabajo de Jennifer Lawrence, y no porque el argumento sea realmente interesante. Aún así supongo que merece una tibia recomendación porque Joy: El Nombre del Éxito entretiene a pesar de su superficialidad, y nos ilustra sobre un capítulo ignorado (quizás con razón) de la cultura popular. Además, no dudo que existan fetichistas de las "mopas" que fin encontraron su Santo Grial. No los juzgo, aunque tampoco comparto su entusiasmo.
Calificación: 7.5
IMDb
Wednesday, January 6, 2016
Garm Wars: The Last Druid
Síntomas: Tres tribus con distintas habilidades están enfrascadas en una guerra inmemorial por el control del planeta Annwn. Pero el descubrimiento del último Druida, que se creían extintos, podría determinar de una vez por todas el destino del devastado planeta.
Diagnóstico: Para bien o para mal, el legendario director Mamoru Oshii empieza Garm Wars: The Last Druid con un denso prólogo repleto de absurda palabrería que intenta "explicar" el universo de la película, y solo consigue dejarnos más confundidos.
Tribus, personas y lugares con nombres como Garm, Kumtak, Briga, Viskia, Gula, Khara, Kiakra, Wurm, Basse, Seta, Borzoi, Zenen, Columba, Danaan, y Wydd. ¿Se supone que debemos memorizarlos para entender quién es quién, en dónde están y qué hacen?
Afortunadamente este obtuso comienzo no me desanimó por completo, y después de media hora ya había logrado asimilar la trama que gira en torno a la búsqueda del último Druida y la intriga política instigada por un Kumtak rebelde para impedir que el conflicto entre las tribus Briga y Columba destruya el planeta Anwwn. ¿Quedó claro? Aún no estoy seguro de los detalles, pero no importan mucho, pues por debajo de su rebuscada mitología Garm Wars: The Last Druid oculta una clásica historia de humanidad y redención, adornada por atractivas secuencias de acción y el brillante diseño gráfico que estamos acostumbrados a ver en las obras de este cineasta.
Conviene señalar que Garm Wars: The Last Druid está realizada con actores reales y escenarios creados digitalmente, al estilo de Sin City y 300... pero con resultados más cercanos a The Spirit o Mutant Chronicles. La cinta fue producida por el legendario estudio I.G., responsable de incontables "animes" (incluyendo el reciente "reboot" de Ghost in the Shell); desafortunadamente la composición de acción viva sobre "green screen" se siente muy artificial y no logra integrarse exitosamente para engañar al ojo. Y si a eso añadimos la irreal paleta de color (quizás implementada para ocultar errores), parece que estamos viendo un producto amateur de YouTube, en vez de una costosa co-producción japonesa-canadiense.
Aún así estoy dispuesto a aceptar que el "look" fue intencional, como fusión de animación clásica con acción viva convencional. Y, como dije antes, todo esto es simple adorno del drama que se desarrolla entre enemigos declarados que deben cooperar para... no sé... resolver el conflicto en el planeta Annwn, o algo así.
Mélanie St-Pierre y Kevin Durand interpretan a Khara y Skellig, soldados rivales clonados para seguir ciegamente las órdenes de sus superiores sin cuestionar jamás su propia ideología o individualidad; hasta que un subversivo Kumtak (algo así como un brujo informático) llamado Wydd (Lance Henriksen) y una Druida (cyborg) llamada Nascien (Summer H. Howell) los convencen de internarse en territorio prohibido donde, según la leyenda, se oculta Dannan, el dios creador de las tribus, que podría ser una entidad espiritual o una simple inteligencia artificial... si es que existe en realidad. Y no podemos olvidar a Gula (Holly), canalizadora del verbo divino cuya bendición confiere privilegios especiales a sus discípulos. Gula, por cierto, es una perrita Basset Hound (una figura recurrente en las películas de Oshii), y su bendición consiste en mover la cola o lamer al elegido. No estoy bromeando.
Aunque se me ocurre que Oshii estaba bromeando un poco, satirizando la impenetrable mitología de muchos "animes", así como los ilógicos argumentos que distinguen al género. O tal vez se perdió algo en la traducción, y me faltaron elementos culturales para comprender plenamente el simbolismo que subraya el mensaje humanista y anti-bélico de la película.
Como sea, no podría recomendar Garm Wars: The Last Druid como ciencia ficción “normal”; pero hablando estrictamente como fanático de Mamoru Oshii me pareció una experiencia interesante, quizás menos satisfactoria que sus previas cintas a pesar de su llamativa estética steampunk y elevada ambición filosófica. Ah, y con los hipnóticos acompañamientos musicales de Kenji Kawai que nos ayudan a ignorar los problemas narrativos y la torpe estructura del libreto. Creo que Gula movería el rabo más por caridad que por auténtica convicción.
Calificación: 7
IMDb
Monday, January 4, 2016
The Green Inferno
Síntomas: Como parte de su experiencia universitaria, la joven Justine (Lorenza Izzo) se integra a un grupo de activistas encabezado por el carismático Alejandro (Ariel Levy), y su primera misión consiste en viajar a Perú para salvar una aldea nativa en peligro de ser arrasada por una empresa petrolera. Sin embargo las buenas intenciones de los jóvenes se transforman en terror cuando descubren los grandes peligros que oculta la jungla...
Diagnóstico: Para su cuarta película como director ("enlatada" desde el 2013 por dificultades económicas de Worldview Entertainment, el distribuidor original), Eli Roth realizó un sangriento y afectuoso homenaje al cine sobre caníbales, popularizado en los ochentas por directores italianos como Umberto Lenzi, Aristide Massaccesi (más conocido como Joe D'Amato) y Ruggero Deodato... a quien Roth dedica The Green Inferno, nada menos.
Nunca he sido aficionado a este sub-género debido al frecuente uso de tortura animal real para hacerlo más "realista" o impactante. Afortunadamente Roth no recurre a esos atroces trucos para hacer The Green Inferno memorable y perturbadora; son más que suficientes las asombrosas locaciones peruanas, los absolutamente grotescos efectos especiales del estudio KNB EFX, y el bien estructurado libreto que respalda el gore con incisivos comentarios sobre la avaricia corporativa y la cuestionable ética del activismo a corto plazo, capaz de provocar más daño que ayuda. Por el lado negativo, los personajes se sienten unidimensionales, los actores no son particularmente buenos, y la historia es un tanto previsible... aunque su propósito nunca fue re-inventar el género, sino rendir tributo a estos sórdidos horrores ochenteros con el beneficio de la manufactura moderna.
En ese aspecto, The Green Inferno me pareció sobresaliente. El esmero invertido en la recreación de una tribu caníbal es impresionante (con ayuda de genuinos nativos peruanos) y, a diferencia de otras aventuras selváticas como Congo o el re-make de King Kong, la tribu de The Green Inferno jamás parece un artificio hollywoodense, sino una auténtica cultura enclavada en mitad de una densa jungla, ya de por sí terrorífica por derecho propio. Claro, no soy experto en civilizaciones perdidas, y no podría juzgar el realismo antropológico de The Green Inferno... pero definitivamente se siente real, al menos en el contexto de las expectativas creadas por el "cine selvático" del siglo veinte. Solo faltó una de esas tediosas escenas de baile nativo... aunque en estos días podría considerarse racista, así que todos salimos ganando.
La actriz chilena Lorenza Izzo flaquea un poco durante el lento comienzo de la cinta, cuando la conocemos como caprichosa estudiante en Nueva York; pero cuando empiezan los problemas su actuación mejora sustancialmente, transformándose en una sólida "chica final" (no será SPOILER para quien haya visto cualquier película de terror en los últimos treinta años), al mismo tiempo aterrada por los horrores que la rodean, pero con suficiente sentido común para sacar la máxima ventaja de la situación. En cierto modo Ariel Levy tiene una actuación más interesante como Alejandro, el líder de los activistas cuya pasión por las cruzadas sociales oculta el inevitable cinismo de alguien que ha enfrentado grandes corporaciones durante mucho tiempo. Y aunque Richard Burgi tiene muy pocas escenas como el influyente padre de Justine, me dio gusto verlo de regreso en el Cine B, que tenía un poco abandonado por culpa de sus éxitos televisivos.
Como dije antes, carezco del contexto para hacer una comparación más universal, pero dentro de mi limitada experiencia en este sub-género puedo decir que The Green Inferno es una de las mejores películas sobre "caníbales en la jungla" que he visto. Los efectos especiales son apropiadamente repulsivos, no solo por su violencia, sino por el inevitable tabú del canibalismo, gráficamente retratado hasta el punto de la náusea. Y la extraordinaria atmósfera y diseño de la tribu caníbal compensa los puntos débiles en las actuaciones durante el primer acto. Por lo demás, The Green Inferno me pareció muy recomendable como auténtico cine de terror, del tipo que solo puede producirse de manera independiente. Y ojalá que el nuevo distribuidor (Blumhouse) conserve el plan original de realizar una secuela, pues hay amplia oportunidad de extender la historia, quizás dejando atrás el simple "homenaje" para buscar algo más moderno e interesante... y más sangriento. El público probó carne humana (simulada), y ahora queremos más.
Calificación: 8.5
IMDb
Saturday, January 2, 2016
Frente al Mar (By the Sea)
Síntomas: Durante los años setentas, el escritor Roland (Brad Pitt) y su esposa Vanessa (Angelina Jolie Pitt) experimentan una parsimoniosa crisis marital durante sus vacaciones en una idílica isla francesa.
Diagnóstico: Estamos tan solo en el segundo día del 2016, y creo que ya encontré la peor película del año.
Bueno, probablemente estoy exagerando... o tal vez no.
Sin ser grandes obras de arte, me gustaron las previas películas de la Angelina Jolie en su faceta de directora (In the Land of Blood and Honey, Unbroken). Creo que con un poco más de experiencia logrará ser una de esas "estrellas" capaces de trabajar con igual aplomo al frente y detrás de las cámaras. Sin embargo Frente al Mar se siente como un paso atrás... o, mejor dicho, como un tropiezo lateral, excesivamente indulgente y pretencioso en su intento por parecer maduro y trascendente. Pero, eso sí, adornado con primorosas locaciones francesas y la delicada estética visual del cinematógrafo Christian Berger, quien fusionó el estilo de Godard o Antonioni con una acertada paleta de colores pastel sacados de las revistas de moda setenteras.
Las actuaciones también son buenas, aunque un tanto repetitivas, como el resto de la película. Con lánguidas escenas donde se dice poco pero se expresa mucho, Brad Pitt y Angelina Jolie crean con minucioso detalle la imagen de un matrimonio al borde del colapso, no por antagonismo o incompatibilidad, sino por el simple aburrimiento que trae consigo la gradual extinción del amor... si es que alguna vez existió. Incluso como incurable solterón entendí esa parte de la historia.
Ahora que lo pienso, tal vez la monotonía de la película fue el instrumento que Jolie (en su labor de escritora/directora) usó para transmitir al espectador el fastidio de un romance agonizante, donde ninguno de los participantes se atreve a hacer algo al respecto, y la situación sólo empeora entre más tiempo dejan pasar. Si fue así, felicidades... tuve exactamente esa reacción mientras veía Frente al Mar y pensaba: "¿Me salgo del cine, o espero a que termine? ¿Me da tiempo de ver otra vez The Force Awakens?"
A fin de cuentas decidí quedarme para conocer el destino del escritor y su sufrida esposa, atrapados en un irritante ciclo de disfunción: Roland en la cantina local, tratando de "inspirarse" (traducción: emborrachándose); y Vanessa recostada en la cama de su habitación (o en el diván, o en una silla... Angelina Jolie tiene gran talento para evocar "ennui" en reposo), muy deprimida pero sin intención de compartir sus sentimientos con Roland.
Por suerte esta rutina se rompe de vez en cuando con hermosas vistas del mar Mediterráneo, caminatas por el pintoresco pueblito, y paseos en Citroën por la carretera costera; auténticas "postales vivientes" que inspiran deseos de visitar la isla de Malta, o viajar en el tiempo a la época más simple y bucólica que retrata la película.
Otra distracción ocasional que descubre Vanessa es espiar a los ocupantes de la habitación vecina. Mélanie Laurent y Melvil Poupaud interpretan una joven pareja celebrando su aniversario, cuya relación se encuentra en el extremo opuesto del espectro romántico que ocupan Roland y Vanessa. Entonces, cuando no está acostada o mirando melancólicamente el mar, Vanessa se entretiene con las apasionadas manifestaciones amorosas de los jóvenes, lo cual solo incrementa la desilusión por su propio matrimonio.
Y así transcurren básicamente las dos horas de Frente al Mar. De vez en cuando surgen esbozos de tangentes dramáticas más interesantes, pero casi siempre se ignoran para regresar a la aplastante monotonía original. Y quizás algunas personas encontrarán fascinante la nebulosa línea divisoria entre el matrimonio ficticio de Roland y Vanessa, y el matrimonio real de Brad Pitt y Angelina Jolie (resulta sospechoso que por primera vez use el nombre "Angelina Jolie Pitt" en los créditos de una película). Pero siento que eso se acerca al terreno del chisme, que no encuentro particularmente atractivo.
Entonces, quizás exageré cuando dije que Frente al Mar es/será la peor película del año... estoy seguro de que encontraré peores. Pero el desperdicio de actores, recursos y locaciones parece doblemente decepcionante en vista de la floreciente carrera de Angelina Jolie como directora, y solo espero que haya sido un "capricho creativo" que necesitaba cumplir, para luego dirigir su atención a historias más sustanciosas e interesantes. Después de todo, no necesitamos una versión femenina de Tommy Wiseau.
Calificación: 5
IMDb
Friday, January 1, 2016
La Verdad Oculta (Concussion)
Síntomas: El tenaz doctor y médico forense Bennet Omalu (Will Smith) descubre una grave condición cerebral que afecta a los veteranos del fútbol americano que han recibido demasiados golpes en la cabeza; pero la monolítica organización NFL hará hasta lo imposible por ocultar la verdad.
Diagnóstico: ¿Quién hubiera imaginado que recibir golpes en la cabeza durante muchos años tendría consecuencias negativas?
Perdón. No quiero parecer insensible. Obviamente el Dr. Bennet Omalu es un genio de la medicina que no solo superó los prejuicios raciales y culturales de su nueva nación (los Estados Unidos), sino que tuvo el valor de desafiar los inmensos intereses económicos que se opusieron a sus descubrimientos. Esa es la premisa central de La Verdad Oculta, y está bien realizada por el director y guionista Peter Landesman (basado en un artículo de la revista GQ), apoyado por impecables actuaciones del reparto entero, empezando por Will Smith en el papel principal. Su acento africano distrae un poco al principio, pero su pasión por el material y su intenso desempeño disipan cualquier obstáculo para aceptar al personaje. Y también vale la pena señalar a David Morse y Alec Baldwin en roles secundarios breves pero esenciales para el complejo tapiz narrativo de la cinta.
Habiendo dicho eso... me costó trabajo interesarme en la investigación del Dr. Omalu. ¿Realmente había dudas sobre los efectos del fútbol americano en sus jugadores... sobre todo en el brutal nivel profesional? Es como si hicieran una película sobre el primer nutriólogo que relacionó los Doritos con la obesidad (me ofrezco como testimonio viviente, por cierto); es difícil sorprenderse cuando ya lo sabíamos, incluso sin evidencia científica. Entonces, todas las escenas donde distintos expertos examinan los datos de Omalu y asienten gravemente con la cabeza carecen del esperado impacto dramático, porque sería absurdo suponer que el fútbol americano es un deporte seguro e inofensivo para sus jugadores. Pero, bueno... supongo que hacía falta un detallado estudio con el método científico para validar la intuitiva realidad de esos riesgos.
Y ya que estoy quejándome, tampoco me convenció la sub-trama romántica del Doctor y su atractiva "roomie", interpretada por Gugu Mbatha-Raw. Quizás así ocurrió en la vida real, pero no contribuye mucho a la historia principal, y se siente más como típico relleno para "humanizar" a un personaje que no lo necesitaba. O quizás querían darle al Doctor motivación adicional que lo inspirara a luchar por sus convicciones con mayor empeño. Como sea, las escenas con Smith y Mbatha-Raw me parecieron las partes más flojas de la película. Lo cual es decir bastante.
Quizás debí advertir desde el principio que no soy aficionado al fútbol americano, ni conozco mucho sobre el deporte (y lo poco que sé probablemente sea erróneo porque lo aprendí de películas como Any Given Sunday y Draft Day). Por lo tanto no tenía ilusiones sobre la lealtad de la NFL hacia sus empleados, ni me escandalizó su fría traición al espíritu del deporte; no por nada las "corporaciones" son el villano más popular en el cine. Pero al parecer La Verdad Oculta ha sido un devastador golpe (¿ja, ja?) para los auténticos aficionados, divididos entre la decepción de descubrir que su pasatiempo favorito es un simple negocio para los ejecutivos que lo controlan, y el cinismo de los fans que replican: "los jugadores saben en lo que se meten, y además ganan millones por los riesgos que toman". Supongo que hay razón parcial para ambos enfoques.
Obviamente diseñada como "señuelo de Óscares", La Verdad Oculta se puede ver por las actuaciones y su válida advertencia sobre los peligros de un violento deporte. Incluso, ¿quién sabe? la película podría salvar vidas de jóvenes futbolistas universitarios (o de "high school") que reconozcan el peligro antes de que el daño sea irreversible. Tan sólo por eso La Verdad Oculta merece admiración. Pero como entretenimiento casual de fin de semana... lo dudo. Su lento desarrollo y tendencia a desinflarse al final contradice todas las expectativas del cine deportivo, incluso en su variedad "seria" (como Invictus y la mencionada Draft Day). Sólo podría recomendarla para los más entusiastas fans del fútbol americano y para detractores de la NFL. Por mi parte, la usaré como nueva excusa para no hacer ejercicio. Aunque siempre corro el riesgo de dañar un músculo al abrir otra bolsa de Doritos.
Calificación: 7
IMDb