Wednesday, March 11, 2015
Everly
Síntomas: Tras pasar cuatro años como esclava sexual de un mafioso japonés, Everly (Salma Hayek) intenta escapar del departamento que se ha convertido en su prisión; pero no será fácil, pues además de los incontables esbirros que quieren matarla, también deberá preocuparse por la seguridad de su madre y su pequeña hija.
Diagnóstico: El director Joe Lynch tiene una corta pero variada filmografía, integrada por cintas que van desde el cine slasher (Wrong Turn 2: Dead End) hasta los zombies (su segmento en la compilación Chillerama), sin olvidar un paseo por la fantasía heroica (Knights of Badassdom). Y ahora, con la película Everly, Lynch incursiona en el cine de explotación que gozó popularidad en los años setentas, y que ha regresado en este nuevo siglo con renovado vigor y énfasis en sangre y violencia. El resultado de su experimento me pareció razonablemente entretenido, con una historia simple en su forma, pero intensa en sus detalles; y Salma Hayek es una protagonista perfecta para este tipo de películas, donde no hacen falta grandes actuaciones para enganchar al espectador y arrastrarlo por el frenesí de peleas, balaceras y ocasionales digresiones emocionales que añaden sustancia al argumento y motivación a la protagonista.
La trama de Everly es tan superficial como parece: una mujer valerosa llega al límite de su tolerancia y decide tomar la iniciativa para vengarse de quienes la ultrajaron. La madre e hija de Everly (interpretadas por Laura Cepeda y Aisha Ayamah, respectivamente), no pasan de ser simples "mcguffins" humanos con tendencia a meterse en situaciones peligrosas que podrían arruinar el plan de la protagonista. Los villanos son igualmente huecos y genéricos: una procesión de matones desechables listos para incrementar el "body count" (bastante alto, por cierto) y reducir las opciones de Everly, quien eventualmente debe reconocer que quizás no saldrá viva del departamento. Pero eso no evitará que les haga pagar por los años de humillaciones y esclavitud que sufrió a sus manos. Desafortunadamente el "final boss" resulta tan básico como sus empleados, y cuando finalmente llega la batalla final, parece una desganada obligación del libreto, en vez de la catártica confrontación que esperábamos desde el principio.
Por el lado positivo, la sangre es abundante y frecuente (tanto práctica como digital); las balaceras están bien coreografiadas, aunque no resultan particularmente espectaculares. No sé si fue porque Lynch trató de mantener la acción dentro de niveles "realistas" (¡ja, ja!) o porque faltó presupuesto para crear secuencias más impresionantes (me inclino por lo segundo, considerando que Everly se filmó en Serbia por razones económicas). A fin de cuentas no es un factor importante, tomando en cuenta la producción minimalista; pero de vez en cuando podemos notar que la ambición de Lynch excedió los recursos disponibles.
Sería fácil comparar Everly con cintas de explotación como Ms. 45 o I Spit on Your Grave, pero en realidad me recordó más las cintas "rosa" de Japón (también conocidas como "pinku eiga"), no solo por los villanos asiáticos, sino por la estilización de las imágenes, el amor familiar como justificación de la violencia, y la presencia de una voluptuosa protagonista que no teme usar sus "atributos de mujer" para vencer a sus enemigos (esta vez sin necesidad de desnudos... mala suerte, fans de Salma Hayek). Everly funciona bien en ese nivel, y no pretende ser una obra maestra ni una joya oculta; simplemente es un sólido thriller que, al igual que su estrella, es eficiente, compacto y desbordante de energía. En el contexto del cine B, eso basta para hacer Everly entretenida y, por lo tanto, recomendable. Pero no esperen "Die Hard en un departamento", como algunos críticos han sugerido.
Calificación: 7.5
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