Síntomas: El "influencer" Shawn Ruddy (Joseph Winter) se dispone a pasar la noche en una casa embrujada para atraer más seguidores a su canal de YouTube. Entonces descubre que no está solo, y la situación se complica.
Diagnóstico: Sí, Deadstream repite la premisa de incontables películas de "found footage", y además llega muy tarde a la moda de "influencers en casa embrujada". Sin embargo, Deadstream confirma que hasta la más rancia fórmula puede producir excelentes resultados cuando sus creadores se preocupan por llegar más allá del cliché.
No estoy negando las fallas de esta modesta producción independiente; pero los directores (y productores, escritores, editores, compositores, etc.) Joseph y Vanessa Winter pusieron admirable esmero en cada detalle de la película, empezando por el carácter del popular "youtuber" que quiere hacer algo especial en su regreso al Internet, después de haber sido "cancelado" por una broma inapropiada. En vez de los odiosos "milenios" que encontramos casi siempre en este sub-género, Joseph Winters interpreta un individuo simpático, expresivo y sincero, con el toque justo de narcisismo para justificar su vocación, pero sin sacrificar perspectiva y sentido común. Esa candidez sirve como perfecto balance del suspenso, convirtiendo a Deadstream en una de las mejores "comedias de terror" del año... aunque, a decir verdad, tampoco ha habido mucha competencia en ese nicho particular.
Deadstream comienza con un promocional de la serie "Wrath of Shawn" donde Shawn Ruddy (Joseph Winters) graba "videos extremos" de actividades peligrosas, con el propósito de vencer sus numerosos temores (por ejemplo, escapar de la policía, o cruzar ilegalmente la frontera con México). Y ahora, después de una ausencia forzada, Shawn anuncia que pasará la noche en la "Casa de la Muerte", una desvencijada mansión en mitad del bosque con un largo historial de muertes inexplicables y actividad paranormal.
Otro acierto de la cinta fue utilizar tecnología real para grabar las peripecias de Shawn desde múltiples ángulos a pesar de que nadie lo acompaña. En vez de de un genérico "teléfono en mano", Shawn tiene cámaras montadas en su persona para capturar su rostro y su punto de vista; y puede editar en tiempo real por medio de un acelerómetro de pulsera, lo cual me pareció absolutamente brillante. También instala cámaras GoPro© en puntos estratégicos de la casa, y las monitorea con una tableta que también le permite interactuar con sus fans. Las conversaciones de Shawn con su audiencia son muy divertidas, y ofrecen la excusa ideal para añadir información conforme se complica la velada... o para pedir ayuda, en caso de peligro. Y, bueno, sobra decir que la aventura nocturna de Shawn podría revivir su carrera, o terminar su vida.
A pesar del humor y exageraciones satíricas (estoy casi seguro de que los directores se inspiraron en los "streams" de PaymoneyWubby en Twitch), Deadstream tiene abundante suspenso y momentos de terror que funcionan bastante bien a pesar de sus cuestionables efectos especiales y agujeros lógicos. En resumen, Deadstream me pareció un recomendable ejemplo de lo que aún puede lograrse con el "found footage" sin necesidad de re-inventarlo... y sin cometer el error de tomarlo muy en serio.
Calificación: 8
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