Sunday, March 25, 2018
El Proyecto Florida (The Florida Project)
Síntomas: Varios niños viven y juegan en los alrededores de dos moteles en los barrios pobres de Orlando, Florida.
Diagnóstico: A pesar de las elogiosas críticas y aplauso universal que recibió El Proyecto Florida durante su estreno, solo obtuvo una o dos nominaciones para los principales premios cinematográficos del 2017, y siempre se enfocaron en Willem Dafoe, el único actor "famoso" de la película.
Creo que ahora entiendo por qué. El Proyecto Florida es una película tan impactante y genuina, que resulta imposible compararla con las fantasías románticas, solemnes dramas, o estoicas "biopics" que llamaron la atención de "la Academia". En otras palabras: es demasiado dura y real para competir como ficción. Pero tampoco es un documental. Así que... ¿mejor ignorarla, supongo?
El Proyecto Florida emplea actores no profesionales (con excepción de Willem Dafoe) para presentarnos un retrato desgarrador (y al mismo tiempo optimista) de un estrato social muy específico en su ubicación geográfica, pero universal en los problemas que enfrenta. Los inquilinos de los moteles Magic Castle y Futureland son étnicamente diversos, y sus dificultades económicas son manejadas por cada familia con una combinación de ingenio y tenacidad, haciendo lo que pueden para pagar la renta, alimentarse o, ¿por qué no? de vez en cuando darse el gusto de comprar juguetes para los niños.
Y ahí es donde destaca la brillante ejecución de El Proyecto Florida. La modesta existencia en estos moteles se explora desde el punto de vista de varios niños, cuya perspectiva es muy distinta a la de los adultos, y sin embargo igualmente válida para contar su historia. Mientras los padres y madres de familia están ocupados ganando dinero, los niños (de entre 6 y 8 años, más o menos) corren a su libre albedrío, haciendo lo que quieren y metiéndose en situaciones que ellos ven como divertidas, mientras el espectador queda horrorizado por la ausencia de vigilancia adulta y sentido común.
Sin embargo, El Proyecto Florida no busca juzgar a esos padres de familia, ni regodearse en los sórdidos aspectos de la negligencia familiar... simplemente acompaña a los niños en sus inocentes travesuras, casi siempre exentas de malicia y sin consideración alguna por las consecuencias.
Y, sí, la actuación de Willem Dafoe como el administrador del motel Magic Castle es sin duda notable, aunque quizás sea el elemento más inverosímil de la película. Parece casi imposible que un hombre cuyo trabajo consiste en resolver problemas y mediar conflictos provocados por los propios inquilinos, pueda tener esa infinita paciencia y bondad para ayudarlos cuando hace falta, y tolerar toda clase de conductas inapropiadas porque, en el fondo, sabe que solo intentan sobrevivir en las terribles circunstancias que el destino les asignó. O que ellos mismos se buscaron. Da lo mismo... el administrador no juzga, solo trata de facilitar la convivencia en un disfuncional ecosistema siempre al borde del colapso.
Los niños Brooklynn Kimberly Prince (Moonee), Christopher Rivera (Scooty) y Valeria Cotto (Jancey) fueron un descubrimiento realmente extraordinario. No sé si serán grandes actores, o niños tan espontáneos y energéticos que no importa si están actuando o jugando... el resultado es hipnótico y conmovedor. También merecen mención Bria Vinaite como la pragmática madre de Moonee, y Josie Olivo como la abuela de Jancey, preocupada por su nieta, pero agradecida de que haya encontrado amigos en un entorno desolador.
En vez de utilizar una estructura formal, El Proyecto Florida nos presenta viñetas vagamente interconectadas, lo cual hace la cinta un poco difusa y a veces cansada. Pero todo es parte de un audaz plan; el director Sean Baker no quiere hacernos llorar con el drama de los niños desvalidos, ni denunciar los vicios sociales provocados por una mala economía. Por el contrario, su mensaje es tan abierto como la narrativa misma... cada quién sabrá cómo interpretar las tomas abiertas de las tiendas de "souvenirs", o la proximidad de los moteles a Disney World, donde la experiencia de Florida es muy distinta a la de Moonee, Scooty y Jancey. Aunque, a fin de cuentas, los niños siempre encuentran su propia versión de la magia.
Calificación: 9
IMDb
Anotada para visionarla!!!
ReplyDeleteGracias
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ReplyDeleteBelleza de película: la vida a través del filtro de la infancia.
ReplyDeleteCómo extraño las horas perdidas viendo las nubes en mi infancia... En fin a seguir trabajando.
Fuera de tema como siempre, pero no se por qué tengo esta extraña idea de que Frank(God Bless América), Frank (Super), y Frank Black, son la misma persona cada una en su multiverso ¿tu que opinas?
ReplyDelete-Pikuy
Que bueno volver a leerte y que siga mejorando la salud de tu mamá. Por supuesto tambien que tu sigas adelante con el blog y leyendo tus buenas criticas
ReplyDeleteNicolas Arzamendia: Ojalá te guste! No es exactamente una película "feel good", pero vale la pena por su única narrativa. Saludos!
ReplyDeleteneofolkier: Como decía mi abuelo: no sabe uno lo que tiene hasta que lo pierde. Por eso he luchado contra la madurez toda mi vida ;-) Muchos saludos y feliz fin de semana!
Pikuy: ¡Ja, ja! Excelente teoría. Obviamente esos "sideways" Franks tienen muy mal karma, en vista de lo que les ha ocurrido. Me pregunto cómo será mi "alter ego" en otros "continuums". Por cierto, alguna vez escuché que cuando soñamos estamos "visitando" nuestras versiones en universos paralelos. Dudo que sea cierto, pero me gustó la idea. Gracias y muchos saludos!
Ramon Lozano: Muchas gracias por tus buenos deseos! Espero también tener oportunidad de seguir escribiendo y compartiendo estos intercambios con los lectores. Muchos saludos y feliz fin de semana!