Monday, June 19, 2017
Voice From the Stone
Síntomas: Durante los años cincuentas, en la región italiana de Toscana, la enfermera Verena (Emilia Clarke) es contratada para cuidar a un niño que dejó de hablar cuando falleció su madre. Sin embargo, la solución al problema podría estar en las voces que el pequeño cree escuchar en las paredes de la vieja mansión.
Diagnóstico: Estoy disfrutando el renacimiento del horror lento y mesurado (al estilo de Tod Browning o Val Lewton), exhibido en películas como Sweet, Sweet Lonely Girl, I Am the Pretty Thing That Lives in the House, y A Dark Song, donde el miedo se manifiesta por medio de atmósfera, actuaciones, y precisa dirección que añade misterio y significado a los eventos más prosaicos. Voice From the Stone aspiraba a ser una de esas películas, y sin duda cuenta con los ingredientes correctos; desafortunadamente la dirección del ex-stuntman Eric D. Howell falló en los puntos más importantes: la creación de suspenso y el correcto manejo de una narrativa minimalista para expresar más de lo que vemos en la pantalla.
Los valores técnicos de Voice From the Stone son excelentes: un viejo castillo italiano que vio mejores épocas; bosques sombríos bajo el eternamente nublado cielo toscano (filmado en genuinas locaciones italianas); y un mausoleo donde el niño Jakob (Edward Dring) pasa gran parte de su tiempo, sentado junto a la tumba de su madre. Los actores son igualmente aptos para sus papeles: Emilia Clark tiene un rostro clásico que evoca la inocencia de los años cincuentas, y lo aprovecha para ganar la simpatía del espectador. Bajo su resoluta actitud podemos vislumbrar un cierto dolor interno... una soledad que le ayudará a entender la melancolía de su paciente. Marton Csokas (más conocido por The Lord of the Rings, aunque yo siempre lo asocio con Xena: Warrior Princess) es el viudo Klaus, un escultor tosco y lacónico que enfrenta a su propia manera la pérdida de su esposa. Y, en la mejor tradición gótica, no podían faltar los sirvientes del castillo (Remo Girone y Lisa Gastoni... ¡de I Criminali della Galassia!), con sus propias intrigas y opiniones sobre lo que realmente ocurre tras las murallas de piedra.
La premisa también es buena, estableciendo desde el principio la ambivalencia de las supuestas "voces" que el niño dice escuchar. ¿Será realmente un fenómeno sobrenatural, o un simple escape de la realidad para aminorar su dolor? Verena naturalmente piensa lo segundo, pero gradualmente se convence de que algo raro está ocurriendo, y empieza a sospechar que sus conocimientos médicos no bastarán para resolver la situación.
Y ahí es donde llega el error del director; en vez de "apretar las tuercas" del suspenso, nos somete a casi una hora de trivialidades mientras Verena se adapta a la vida en el castillo, utilizando variaciones de "psycho-babble" (o su equivalente en los años cincuentas) para convencer a Jakob de que todo está en su imaginación. Y tampoco ayuda mucho el forzado romance, producto de la inevitable atracción entre el áspero Klaus y la modesta enfermera, sobre todo cuando ella se ve obligada a usar un vestido de la fallecida esposa.
El resultado es una serie de viñetas que no avanzan la trama, ni contribuyen a generar esa indispensable sensación de amenaza inminente, o al menos una leve angustia que nos haga temer por la seguridad de los personajes. Y cuando finalmente llegamos al origen del misterio... la escasa tensión existente se evapora para verse reemplazada por un previsible cliché que me provocó más irritación que sorpresa. ¿Tanto preámbulo para esto?
Es una lástima pues, como dije, Voice From the Stone cuenta con los componentes ideales para construir un sólido relato de terror gótico... o al menos un thriller psicológico donde se enfrentarían los "poderes" de la ciencia médica contra la superstición milenaria de una región rica en tradiciones ocultas. Pero Eric D. Howell prefirió el camino más blando posible, con insípido romance y vagas explicaciones que no funcionan en nivel alguno. En fin... aún con esta decepción, sigo entusiasmado por el regreso del horror que germina en nuestra mente, en vez de atacar nuestros sentidos. El "gore" me gusta y tiene su lugar en el cine fantástico... pero rara vez perturba tanto como el miedo a lo desconocido.
Calificación: 6.5
IMDb
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