Monday, October 6, 2014
Cockneys Vs. Zombies
Síntomas: Durante la construcción de un complejo habitacional en el East End de Londres, los trabajadores descubren una bóveda sellada desde el siglo diecisiete, y la abren esperando encontrar algún tesoro. Pero lo que descubren es un decrépito zombie que procede a morderlos... y así comienza una epidemia que amenaza con destruir la ciudad entera.
Diagnóstico: Desde hace algún tiempo decidí eliminar los zombies de mi dieta cinematográfica debido a la saturación y consiguiente descenso en calidad de las películas sobre ese tema (y además engordan). Sin embargo me animé a ver Cockneys Vs. Zombies por algunas entusiastas recomendaciones; y me alegra haberlo hecho, pues aunque no contiene un ápice de originalidad, está realizada con abundante humor, energía e ingenio.
Supongo que la comparación obvia sería con Shaun of the Dead, pero el estilo de Cockneys Vs. Zombies me pareció más similar al de Lesbian Vampire Killers y Doghouse, por sus pintorescos personajes, satírico tono y énfasis en la cultura "cockney" (término semi-peyorativo aplicado a la clase trabajadora de Londres, particularmente los habitantes del barrio industrial East End) (Por cierto, recomiendo verla con subtítulos, pues el acento y jerga "cockney" es bastante impenetrable). Esta desafiante e irreverente actitud se extiende a los personajes, todos ellos simpáticos y memorables. Rasmus Hardiker y Harry Treadaway encarnan a los ineptos hermanos que deciden robar un banco con ayuda de su ruda prima Katy (Michelle Ryan) justamente el día de la epidemia zombie. Mientras tanto Ray (Alan Ford), el abuelo de los hermanos, organiza a los ancianos del asilo donde vive para rechazar la marea de zombies que amenazan con robar los años de vida que les quedan. Y así, en compañía de irascibles pensionados y jóvenes delincuentes, recorremos el East End entre violentas/humorísticas secuencias de acción, abundante incorrección política (la crueldad hacia un bebé rivaliza aquella memorable escena en Feast 2), y tantos "headshots" (prácticos y digitales) como puede justificar el director Matthias Hoene; las armas de fuego están prohibidas en Londres, pero eso no detiene al industrioso bajo mundo de la ciudad.
Como dije, no hay mucha innovación en Cockneys Vs. Zombies, pero lo que intenta hacer le sale muy bien, y puedo recomendarla como una de las escasas películas de zombies que vale la pena ver, resaltando notablemente entre la aglomeración de genéricas bazofias realizadas sin talento ni imaginación que han surgido en años recientes. Y si eso no fuera suficiente, Cockneys Vs. Zombies también resucita (ahem) algunas leyendas de la pantalla británica como Alan Ford y Honor Blackman, quien aún recuerda cómo manejar una ametralladora. James Bond y Mr. Steed estarían orgullosos.
Calificación: 9
Trailer
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