Monday, April 30, 2018
Batman Ninja
Síntomas: Cuando intenta detener un experimento de Gorilla Grodd (voz de Fred Tatasciore), Batman (voz de Roger Craig Smith) viaja accidentalmente en el tiempo y despierta en la era feudal de Japón, donde descubre algunos rostros conocidos...
Diagnóstico: Inicialmente pensé que Batman Ninja sería una historia "Elseworlds" (como la reciente Batman: Gotham by Gaslight), pero no fue así, lo cual genera graves problemas de credibilidad que requieren múltiples coincidencias y ridículos "deus ex-machina" para justificar la presencia de tantos aliados y enemigos de Batman en el siglo catorce. Sin embargo, al poco tiempo me di cuenta de que Batman Ninja jamás intentó contar una historia lógica ni consistente con el resto del Universo Animado de DC Comics. En vez de eso, Batman Ninja es un exuberante capricho creativo que sirve como excusa para lucir increíble animación clásica y digital, sorprendentes efectos especiales, y un minucioso diseño de arte que combina “steampunk” y cultura feudal japonesa como jamás había visto en la pantalla.
Y probablemente no la había visto porque no soy seguidor del "anime". Sin embargo Batman Ninja (producida por Warner Bros. Japan) es un homenaje a la exagerada estética de la animación japonesa y su exuberante imaginación, la cual no persigue "realismo", sino exaltadas emociones y dramatismo que no siempre es fácilmente asimilado por los neófitos en estos asuntos. Como yo.
Esto significa que Batman Ninja es un desastre como historia. Las cosas ocurren sin causa ni consecuencia; el carácter de los personajes cambia de escena a escena para justificar una nueva pelea entre clanes ninjas, o alguna incongruente fusión de tecnología pre-industrial con elementos futuristas. Y aunque algunos actores de voz son los mismos que en el Universo Animado, su trabajo se siente hueco e impersonal; como si hubieran grabado sus diálogos sin adecuada dirección ni comprensión del argumento.
Habiendo dicho eso... Batman Ninja es una cinta visualmente ESPECTACULAR. El director Junipei Mizusaki y sus diseñadores parecen competir por superar su trabajo en cada nueva escena. Si al principio sorprende el Batimóvil multi-transformable, esperen el final cuando... bueno, no quiero arruinar las sorpresas de Batman Ninja. Además, probablemente pensarían que estoy bromeando. Solo diré una cosa: ejército de monos.
Lo cual me hizo pensar que los "problemas" de Batman Ninja no radican exclusivamente en un libreto perezoso que quiere llegar a "lo bueno" tan pronto como sea posible, sin perder tiempo en detalles como lógica e integridad narrativa; además de eso, la otra parte del problema es que algunos factores culturales se perdieron en la traducción (literal y metafórica) de simbolismo religioso y político que obviamente no alcancé a comprender... pero al menos noté su presencia, y las consecuencias de mi ignorancia sobre el feudalismo japonés del Siglo XIV (podría ser XII o XV). Pero al menos aprendí algo con el impresionante interludio donde Batman visita una pareja de campesinos, animado en el estilo de las acuarelas japonesas "emakimono".
En circunstancias normales, Batman Ninja sería la peor película del Universo Animado de DC Comics (aunque ni siquiera puedo asegurar que pertenece a dicha serie); pero tan solo por sus extraordinarias imágenes y desenfrenada creatividad merece una entusiasta recomendación, sobre todo para fans del steampunk y para quienes están cansados de los mismos conflictos entre Batman y su galería de pintorescos villanos... los cuales nunca habían sido tan pintorescos como en Batman Ninja. Será difícil sacar a "Catwoman Geisha" de mi mente.
Calificación: 7.5 (Promedio entre horrible historia y brillantes visuales)
IMDb
Friday, April 27, 2018
Avengers: Infinity War
Síntomas: El titán Thanos (Josh Brolin) continúa su búsqueda de las seis Gemas Infinitas, y para obtenerlas tendrá que enfrentar a diversos héroes en el espacio y en la Tierra.
Diagnóstico: Sabía de antemano que Avengers: Infinity War no sería una fiel adaptación de la clásica novela gráfica The Infinity Gauntlet; pero aún así me sorprendió la increíblemente satisfactoria fusión de ese libro con los temas y personajes del Universo Cinemático de Marvel, el cual culmina después de diez años con un óptimo balance de humor, melodrama y acción, respaldados por el historial que compartimos con personajes tan memorables que se han vuelto parte integral de la cultura popular. ¿Quién hubiera imaginado ésto cuando se estrenó Iron Man allá por el 2008, enfrentando el escepticismo de "fanboys" como yo?
Tal vez el productor Kevin Feige lo imaginó desde el principio, reconociendo las conexiones entre los personajes como ingrediente indispensable para fortalecer la mitología y establecer una narrativa congruente que trasciende la visión de los creadores individuales (tal como ocurre en los comics). Y eso es lo que celebra Avengers: Infinity War.
Claro, el libreto (co-escrito por Christopher Markus y Stephen McFeely) es un modelo de ritmo y estructura, manteniendo las cosas en movimiento a lo largo de dos horas y media con múltiples grupos de personajes distribuidos por el universo, cada uno con una función específica y consistente con la Gran Misión de la película. Los efectos son asombrosos, recreando una multitud de locaciones con gran realismo y atención al detalle, tanto en nuestro planeta como en... otros lugares. Y los actores... bueno, a estas alturas todos (hasta los relativamente nuevos) están firmemente compenetrados con sus respectivos papeles, y conocen su lugar en el denso rompecabezas de la sagrada Continuidad que de algún modo se siente meticulosamente construida, y al mismo tiempo más espontánea y orgánica que en muchas otras cintas de Marvel.
Sin embargo lo que mejor recuerdo al salir del cine son esas conexiones, nuevas y antiguas, que revelan inesperadas facetas de los héroes (¡y villanos!), logrando que Avengers: Infinity Wars sea más que la suma de sus partes.
Para no extenderme mucho con repetitivas alabanzas, mencionaré algunos detalles que no me gustaron (y realmente son detalles... nada significativo que pudiera opacar la abrumadora experiencia visceral y emocional de Avengers: Infinity War).
Con tantos personajes en juego es inevitable relegar algunos a segundo (o tercer) plano, separándolos de la acción principal durante tanto tiempo que en ocasiones me costó trabajo recordar dónde estaban, o cual era su importancia en el contexto de la trama. Y, tal vez reconociendo eso, los guionistas incorporaron una serie de obstáculos forzados que se sienten como "side-quests" en un videojuego, más útiles como relleno que como parte fundamental del relato. Por ejemplo, cuando Thor tiene que visitar Rivende... perdón, "Nidavellir".
Igualmente sentí de vez en cuando la "fatiga digital" que inspiran las obras de Marvel, con tantos héroes digitales peleando contra villanos digitales en escenarios digitales, todo muy bien hecho, pero con esa vaga artificialidad que reduce su impacto dramático. Y lo mismo podríamos decir del blando estilo visual que ya se convirtió en el estándar de Marvel. Por otro lado, quizás este no sea el momento de tomar riesgos, sino de unificar el Universo entero. Dejemos los caprichos creativos para las cintas individuales.
En cierto modo Avengers: Infinity War podría ser mi película favorita de Marvel... sin embargo, no hubiera sido posible sin todo lo realizado previamente, convirtiéndola en algo así como los "Grandes Éxitos"... los mejores cortes del pasado, junto con un par de piezas nuevas para completar la experiencia. Lo único malo es que sentiré muy largo el año que falta para el estreno de la secuela, Avengers 4 (o cualquiera que vaya a ser su título oficial). Pero, bueno... al menos la escena post-créditos sugiere un futuro muy interesante, y para eso solo faltan diez meses. Uf.
Calificación: 10
IMDb
Thursday, April 26, 2018
The Female Brain
Síntomas: La Dra. Julia Brizendine (Whitney Cummings) ha dedicado su carrera a estudiar el cerebro humano (particularmente el femenino) para desentrañar los misterios de las relaciones personales. Sin embargo, lo que parece claro en teoría resulta más complicado en la práctica.
Diagnóstico: Sé que la comediante Whitney Cummings no es para todos los gustos, pero es difícil negar que sus estridentes monólogos incluyen agudas observaciones sobre el comportamiento humano, mostrando una profundidad analítica que pocos humoristas alcanzan, y muchos jamás intentan.
Y ahora, en su debut como directora, Cummings condensa sus ideas (y las del epónimo libro escrito por Louann Brizendine) en The Female Brain, una mediana comedia romántica rescatada por fascinantes comentarios sobre la eterna "guerra entre los sexos" que van más allá de "los hombres nunca tapan la pasta de dientes".
Para lograr esto, Cummings (también co-autora del libreto) examina tres parejas estables en distintos momentos de su relación. Así tenemos a Steven (Deon Cole) y Lisa (Sofía Vergara), casados desde hace más de una década y empezando a sentir los efectos de la monotonía, que tratan de aliviar con métodos cada vez más extremos. Lexi (Lucy Punch) y Adam (James Marsden) llevan un año juntos, pero ella sigue empeñada en "cambiar" todos los detalles irritantes de su pareja. Finalmente, la emprendedora Zoe (Cecily Strong) no quiere depender del dinero de su esposo Greg (Blake Griffin), un famoso atleta, y por eso está obsesionada con establecer su propio negocio. Ah, y mientras todo esto ocurre, Julia misma encuentra un inesperado admirador (Toby Kebbell) que pretende iniciar un romance.
Así, con ayuda de estos "conejillos de indias", Cummings explora los retos del romance moderno desde el punto de vista neurológico, donde encontramos la raíz de actitudes asignadas tradicionalmente a alguno de los sexos: ¿Por qué les gusta "el chisme" a las mujeres? ¿Por qué los hombres son más celosos? ¿Por qué ambos géneros tienen opiniones contradictorias sobre la intimidad? Julia piensa que todo se reduce a hormonas y procesos químicos en el cerebro... pero eventualmente debe reconocer que los sentimientos no siempre obedecen el método científico.
Esta irregular fusión de "ciencia" y comedia tiende a tropezar de vez en cuando, pero en general me gustaron las ideas propuestas por Cummings como guionista, y también su ejecución de la cinta como directora. Con tantos elementos narrativos en juego se ve obligada a utilizar abundantes clichés y situaciones prefabricadas; sin embargo creo que su mensaje resulta suficientemente interesante para disculpar la torpe presentación.
Por el lado de los actores, creo que todos hacen un buen trabajo, destacando Cecily Strong y Blake Griffin como la pareja "desbalanceada" por factores económicos; Strong desde luego tiene amplia experiencia cómica en Saturday Night Live, y sabe balancearla con los requerimientos dramáticos de su papel (que no son muy complicados, a decir verdad). Judy Punch aprovecha su exuberancia personal para suavizar la ansiedad de la mujer perfeccionista que necesita "arreglar" a su novio. Aunque Punch tiene una rutina muy específica, siempre encuentra los papeles idóneos para aprovechar ese limitado rango, y el resultado me parece invariablemente divertido. Finalmente, Cummings misma se siente rígida como la neuróloga que cree tener todas las respuestas de la vida (revelación personal: me identifiqué bastante con su fría y determinista interpretación del mundo); aunque terminé admirando su audacia para interpretar un personaje arrogante e imperfecto, sin perder la simpatía del público.
Bueno, al menos la mía; entiendo perfectamente que The Female Brain será una experiencia positiva o negativa dependiendo de la tolerancia que cada espectador sienta por Whitney Cummings y su estilo de comedia, que ha veces se ha descrito como "militancia feminista". En lo personal sentí la película bien balanceada, a veces simplista, pero a fin de cuentas con la noble intención de examinar asuntos muy emocionales desde una perspectiva sobria y racional. Tal vez The Female Brain sea la primera comedia que funcionaría mejor como "TED Talk" (de hecho ya existe)... pero aún así me inspiró a tapar la pasta de dientes. Al menos hoy; ya veremos mañana.
Calificación: 8
IMDb
Tuesday, April 24, 2018
El Espíritu del Mal (Pyewacket)
Síntomas: La joven Leah Reyes (Nicole Muñoz) conjura un espíritu del bosque para matar a su madre (Laurie Holden), con quien pelea constantemente desde el fallecimiento de su padre. Sin embargo, la invocación tendrá graves consecuencias para ambas mujeres.
Diagnóstico: No sé si Pyewacket pertenece a muchas categorías del cine de horror, o si no encaja en ninguna. La historia abarca temas muy variados y el resultado no es malo... simplemente demasiado superficial para funcionar adecuadamente en cualquiera de los niveles que intenta abordar.
A pesar de la sinopsis descrita arriba, Leah Reyes (Nicole Muñoz) no es una fría psicópata dispuesta a matar a su propia madre para que deje de interferir en sus planes. Por el contrario, Leah es una adolescente normal, con las mismas inseguridades que afligen a sus compañeros en la escuela, y con una complicada situación familiar que la pone en constante conflicto con su madre (Laurie Holden), quien tampoco es una tirana, sino una mujer agobiada por su reciente viudez y las dificultades de empezar una nueva vida como mujer independiente. Entonces, después de una gran pelea, Leah realiza un ritual en el bosque para invocar un espíritu llamado "Pyewacket", sin saber realmente lo que ocurrirá. Leah está obsesionada con el ocultismo, la cultura "dark", y las novelas de terror, pero sólo como fantasías que la confortaron durante la amarga experiencia de perder a su padre. Entonces, al igual que cualquier adolescente, la joven sigue un capricho impulsivo que se sale de control por no pensar en las consecuencias. ¿A quién no le ha pasado?
Claro, el "capricho" de Leah es más grave por despertar fuerzas que no puede controlar. Y aquí es donde el director Adam MacDonald divide la atención entre los aspectos sobrenaturales de la historia y el estudio de carácter de Leah, quien debe enfrentar un monstruo que podría ser una alegoría de las responsabilidades de la vida adulta, o un genuino espíritu del bosque empeñado en cumplir su misión... sin importar que la incipiente "bruja" haya cambiado de opinión.
Las actuaciones de Nicole Muñoz y Laurie Holden son profundas y detalladas, conservando los inquebrantables lazos familiares durante las agrias peleas y recriminaciones que provocan sus contradictorios puntos de vista. Y cuando las disputas domésticas se mezclan con ruidos nocturnos y sombras amenazadoras, sus reacciones se mantienen honestas y creíbles, lo cual inspira bastante tensión... pero no logra coronarla con un desenlace contundente que justifique el suspenso.
De cualquier modo me gustó el final, aunque no fue lo que esperaba. Y, en el aspecto visual, Pyewacket genera una sombría atmósfera apoyada por tenebrosos bosques llenos de misterio y toques de "magia rural", similar a la que vimos en The Ritual o incluso la clásica The Wicker Man (claro, guardando proporciones).
Hablando de lo cual, ésta es la segunda película del director Adam MacDonald centrada en los bosques canadienses (la primera fue Backcountry, que tal vez me gustó más), y aunque son muy distintas, muestran las consecuencias de incursionar en territorio hostil (literal y metafórico) sin suficiente preparación para afrontar lo desconocido. Es una buena moraleja, supongo, pero Pyewacket se queda a la mitad de la lección y no alcanza el impacto prometido. No sé si fue falta de ambición por parte del director, o temor a caer en algunos clichés de terror; sin embargo siento que Pyewacket debió llegar más lejos para cumplir cabalmente su misión dramática y emocional. Admiro la sutileza en estos temas, pero a veces hace falta exagerar para dejar satisfecho al público.
Calificación: 7
IMDb
Monday, April 23, 2018
Demon House
Síntomas: El investigador paranormal Zak Bagans documenta el caso más difícil de su carrera, centrado en una modesta casa en la ciudad de Gary, Indiana.
Diagnóstico: Había leído comentarios positivos sobre Demon House, pero la vi con expectativas bastante bajas porque, con el paso del tiempo, he desarrollado gran desconfianza por cualquier "documental" que asegura demostrar la existencia de espíritus, demonios, o cualquier otro fenómeno sobrenatural, lo cual siempre ha conducido a exactamente NADA... videos confusos, audio ininteligible, y cuestionables testimonios de individuos que podrían ser actores pagados... y nunca son buenos actores.
Además, me gustaría imaginar que cualquier "prueba" remotamente creíble sobre estos fenómenos se difundirá en un contexto más crítico y analítico que un documental semi-amateur, o un episodio de los incontables programas de televisión dedicados a estos temas... incluyendo Ghost Adventures, creado y producido por Zak Bagans, el director/narrador de Demon House.
De cualquier modo el sobrio tono de Demon House y sus ocasionales intentos de imparcialidad ayudan a compensar su rutinaria estructura, haciéndolo más tolerable que otros "documentales" que fallaron porque exageraron demasiado y no lograron mantener viva la incertidumbre del espectador, ni crearon una tangible atmósfera de suspenso y terror.
Tal vez sea buen momento para aclarar términos: al decir "documental" no me refiero a las películas de "found footage" al estilo de The Blair Witch Project (videos recuperados de individuos que desaparecieron misteriosamente... o algo así). Por el contrario, Demon House aspira a ser un documental "serio" con narración, entrevistas, recreaciones de eventos pasados, y grabaciones directas de la investigación realizada por Bagans y su equipo de producción. En otras palabras: un episodio de noventa minutos de Ghost Adventures (o Ghost Hunters, o Fact of Fiction, o cualquiera de los múltiples programas de idéntica manufactura que infectaron los canales de cable durante la década pasada).
En esos términos Demon House me pareció entretenida, con una gradual acumulación de "evidencia" para insinuar que algo raro ocurre en una pequeña casa en la ciudad de Gary, Indiana... la cual Bagans decide adquirir y convertir en su laboratorio personal de investigación paranormal. Y, mientras llega su gran experimento (encerrarse una noche totalmente solo en la casa), podemos ver entrevistas con los previos ocupantes, quienes sufrieron perturbadoras instancias de posesión; con los policías y trabajadores sociales que acudieron a las llamadas de auxilio de esa familia; y, desde luego, con el sacerdote que condujo los exorcismos de los niños poseídos.
A fin de cuentas las conclusiones de la investigación son muy vagas y los métodos de Bagans se sienten absolutamente arbitrarios. Sin embargo, el desarrollo de Demon House me pareció interesante y con el grado justo de escepticismo para nivelar sus descabelladas afirmaciones, trémulos testimonios, y la ausencia total de evidencia. Por otro lado, sabía desde el principio que Demon House no llegaría a algo concreto; solo quería noventa minutos de entretenimiento semi-realista, y obtuve lo que buscaba. No puedo culpar a Bagans por no motivar mejor a los espíritus. Quizás logrará eso en algún episodio de Ghost Adventures.
Calificación: 7
IMDb
Saturday, April 21, 2018
Reencuentro (Last Flag Flying)
Síntomas: Tres veteranos de Vietnam emprenden un melancólico viaje para enterrar al hijo de uno de ellos, quien murió en la guerra de Irak.
Diagnóstico: Creo que las mejores películas de Richard Linklater no buscan contar una historia concreta, sino presentarnos ideas interesantes por medio de personajes muy humanos, cuya interacción genera una maravillosa espontaneidad más satisfactoria que cualquier narrativa formal. Entre esas cintas podría mencionar la trilogía que comenzó con Before Sunrise, la onírica (literalmente) Waking Life, y desde luego Boyhood, su reciente éxito crítico y comercial. Habiendo dicho eso, mi favorita de Linklater sigue siendo School of Rock, la cual no encaja para nada en esa descripción... aunque tampoco estoy diciendo que sea "la mejor" de su filmografía.
Sin embargo Reencuentro pertenece exactamente a ese estilo fílmico, desenfadado pero sin descuidar las emociones que se agitan por debajo de la superficie, a veces explotando en momentos catárticos que pueden ser tristes, graciosos, o tan devastadoramente honestos que solo queda admirar el inusitado talento del cineasta y su perfecto manejo del reparto.
La trama de Reencuentro emula los altibajos de la vida... esa inexplicable sucesión de risas y lágrimas que pueden surgir de un momento a otro, revelando que hasta las más profundas convicciones son capaces de transformarse en un santiamén cuando se examinan desde otra perspectiva... quizás una perspectiva que no entendíamos hasta que encontramos la clave para descifrarla. Es increíble cómo una situación tensa puede convertirse en una sincera carcajada, y viceversa; pero siempre en función de definir el carácter de los personajes.
Toda esta palabrería significa que Reencuentro es una de esas películas con una historia vaga y minimalista; Doc (Steve Carell), Mueller (Laurence Fishburne) y Sal (Bryan Cranston) viajan en automóvil a la base militar donde recibirán el féretro del joven soldado muerto en Irak; y la abrumadora presión emocional del recorrido invita toda clase de conversaciones, a veces amistosas, a veces antagónicas, y siempre con un importante mensaje para el espectador, incluso si no comprendemos su significado de inmediato.
En cierto modo podríamos encasillar Reencuentro dentro del cine anti-bélico; sin embargo eso limitaría demasiado su considerable ambición, que no se reduce a criticar al ejército ni la política de aquel entonces (la trama se desarrolla en el año 2003). Para crédito de Linklater, nunca teme mostrarnos el otro lado de la moneda... en esta caso, los militares que se resisten a dejar que un héroe de guerra sea sepultado sin los honores que merece. Claro, es bastante obvia la postura del director, pero también es admirable la imparcialidad con la que examina situaciones imposibles de resolver.
Finalmente, un pequeño misterio de la vida (¡Peligro! ¡Diatriba del anciano!): ¿Por qué Reencuentro no recibió numerosas nominaciones a cualquiera de los grandes premios cinematográficos del año pasado? ¿Habrá sido por su ambigua postura ideológica? No, yo creo que la razón del "snub" fue la productora Amazon Studios. Como bien sabemos, la industria cinematográfica está enojada (celosa) por la calidad que está adquiriendo el cine que no es cine de verdad porque se transmite a través de pantallas y dispositivos caseros que no encajan en el ritual divino del Cine Tradicional (sarcasmo). En fin... por eso no me interesan las premiaciones. Están dominadas por el lado económico de la industria, y hace mucho dejaron de ser una genuina celebración de la calidad, fuerza y diversidad de cineastas visionarios (Fin del sermón).
Mi única queja sobre Reencuentro es que ciertos pasajes se sienten truncados y superfluos (por ejemplo, el interludio en Nueva York). Sin duda ofrecen buenos momentos de humor y valiosos antecedentes sobre los tres amigos, pero también hacen más notorio el origen literario del relato (basado en la novela Last Flag Flying, de Darryl Ponicsan), así como las dificultades de condensar un libro en un tiempo relativamente corto.
Como dije, School of Rock sigue siendo mi película favorita de Richard Linklater; sin embargo me atrevería a decir que Reencuentro es su obra más madura y satisfactoria en todos los niveles, abierta a explorar ideas contradictorias, y siempre respetuosa de la gente e instituciones que intenta criticar... o al menos determinar por qué merecen ser criticadas. Quién hubiera pensado que el "slacker" de Austin alcanzaría este triunfo artístico.
Calificación: 10
IMDb
Friday, April 20, 2018
Verdad o Reto (Truth or Dare)
Síntomas: La joven Olivia (Lucy Hale) y varios amigos disfrutan su último "spring break" en una playa mexicana. Entonces un hombre los invita a una iglesia abandonada donde inician un juego de "verdad o reto", sin saber que las consecuencias serán mortales.
Diagnóstico: Otra blanda y desganada producción que intenta capturar al público adolescente con la misma fórmula de "horror juvenil" que hemos visto en incontables bodrios "PG-13" (como The Bye Bye Man, Wish Upon y Satanic). Y no es que este nicho sea malo por sí mismo; simplemente hay películas que no se esfuerzan lo suficiente para aprovechar sus limitados recursos.
La sinopsis de Verdad o Reto lo dice todo: un grupo de jóvenes encuentra un fenómeno sobrenatural y empiezan a morir uno por uno, obligando a los sobrevivientes a resolver el misterio para escapar con vida. Y, mientras tanto, sabemos que habrá abundante melodrama, sobresaltos y quizás un poco de romance para balancear el supuesto "horror".
El libreto se escribe solo... con ayuda de la fotocopiadora, que en este caso tomó la premisa de It Follows y la diluyó con un confuso juego de "verdad o reto", cuyas reglas parecen arbitrarias y confusas hasta el desenlace, cuando algunas tardías explicaciones le dan más sentido a la película. Sin embargo, fue demasiado tarde para recuperar el interés que perdí durante el tedioso comienzo.
Es casi tradición que las estrellas televisivas se gradúen a la pantalla grande con alguna inocua cinta de terror (algunos ejemplos: Nina Dobrev, Bella Thorne, Miranda Cosgrove, Leighton Meester y Jessica Lowndes), y ahora le toca el turno a Lucy Hale (más conocida por Pretty Little Liars), con resultados generalmente aceptables. El director Jeff Wadlow tuvo el acierto de incorporar a la narrativa la inocente apariencia de Hale y su imagen de "niña buena", estableciendo obstáculos que desafían la moralidad de Olivia, así como su tendencia a hacer lo correcto en cualquier situación (por ejemplo, al principio de la película Olivia se dispone a pasar sus vacaciones construyendo casas para "Habitat for Humanity", hasta que su mejor amiga la convence de ir a una playa mexicana)(En efecto, Verdad o Reto pertenece tangencialmente al sub-género de "No Vayan a México Porque Van a Morir", el cual quizás veremos con mayor frecuencia en el entorno cultural contemporáneo)(Fin del mini-comentario político). Acompañando a Hale tenemos una homogénea colección de rostros atractivos pero olvidables, con la excepción de Violett Beane en el papel de Markie, la mencionada mejor amiga. Y no lo digo por su cabello rubio y ojos verdes, sino porque Beane realmente posee una fuerte presencia escénica, de modo que sus momentos "dramáticos" me parecieron más convincentes que los de la estrella principal (lo cual no es decir mucho, pero bueno...)
En cuanto al "horror", Verdad o Reto ofrece un poco de suspenso, muertes "limpias" con mínima sangre (también es "PG-13", desde luego), y las obligatorias tensiones personales que por alguna razón se vuelven más importantes que la amenaza mortal del juego maldito.
Para ser justos, Verdad o Reto mejora un poco durante el tercer acto, cuando se explica el origen de la maldición y se revelan secretos más sustanciosos que el insulso triángulo romántico de los protagonistas. Sin embargo para ese momento ya había visto mi reloj decenas de veces, esperando el bendito final... que resultó inesperadamente cruel y perturbador. Ese detalle, junto con el aceptable trabajo de Lucy Hale y Violett Beane justifican la más tenue recomendación para Verdad o Reto; pero siempre será mejor ver de nuevo It Follows, o alguna otra cinta de Blumhouse que no insulte tanto la inteligencia del público adolescente. Algunas sugerencias: Happy Death Day, Ouija: Origin of Evil, y Viral. No serán perfectas, pero confirman que el horror juvenil puede llegar más lejos con un poco de visión y talento.
Calificación: 6
IMDb
Thursday, April 19, 2018
Deep Blue Sea 2
Síntomas: La bióloga marina Misty Calhoun (Danielle Savre) es invitada a participar en el proyecto secreto de una empresa farmacéutica que alteró genéticamente a varios tiburones para sintetizar nuevos medicamentos neurológicos. Sin embargo, los tiburones tienen otros planes.
Diagnóstico: Al menos diré esto: los efectos especiales mejoraron considerablemente en los diecinueve años transcurridos desde la semi-clásica Deep Blue Sea (1999). Desafortunadamente la inteligencia de esta tardía secuela disminuyó en proporción inversa, lo cual significa que Deep Blue Sea 2 no pasa de ser un desperdicio de tiempo y recursos que ni siquiera alcanza el mediocre estándar de su predecesora.
Para ser justos, Deep Blue Sea 2 empieza bastante bien, con un par de pescadores ilegales que reciben su merecido de manera deliciosamente sangrienta. Pero después llega la parte "seria" de la historia y las cosas empeoran con alarmante rapidez, añadiendo malas actuaciones, diálogos prefabricados ("¡No me puedes despedir porque renuncio!"), y escenas tan absurdas que al menos inspiran una o dos sonrisas involuntarias (me encantó el tiburón espiando por la ventana); todo lo cual solo sirve para retrasar lo único que estamos esperando: las muertes de estos estúpidos personajes entre los dientes de los enormes escualos (también hay algunos tiburones pequeños, para añadir variedad). Idealmente la historia debería ser más interesante que el "gore", pero bueno... a veces tenemos que conformarnos con la sangre cuando falla todo lo demás.
La instalación marítima donde se desarrolla la película parece bastante pequeña en las tomas exteriores, pero aún así cuenta con suficientes túneles y corredores para seguir a los antipáticos personajes durante casi una hora, mientras discuten a gritos, se echan la culpa por su trágica situación, y buscan algún modo de escapar. Entonces los tiburones de infiltran al complejo semi-inundado y empiezan a despachar a los miembros desechables del elenco, ayudándonos a que la película termine más rápido (muchas gracias, amigos tiburones).
En otras palabras: la misma receta de la original Deep Blue Sea (lo cual puedo aceptar), pero cocinada sin los ingredientes necesarios (como buenas actuaciones, suspenso o dirección) para hacerla entretenida, o al menos suficientemente ridícula para alcanzar el nivel de "tan mala que es buena".
Hablando de nostalgia, Deep Blue Sea 2 incluye un par de referencias que los fans tal vez apreciarán; por ejemplo, Misty Calhoun (Danielle Savre) es una copia del personaje que interpretó Saffron Burrows hace diecinueve años (obviamente no puede faltar otra escena gratuita en ropa interior). Y el director Darin Scott (egresado de Lifetime y Cinemax) nos regala no una, sino dos "sorpresas" que intentan duplicar aquel memorable momento en Deep Blue Sea (ya saben a cual me refiero), excepto que en esta ocasión no funcionan por ser tan predecibles y forzadas.
Entonces, Deep Blue Sea 2 no sirve ni como película de terror, ni como continuación de una incipiente franquicia de thrillers acuáticos, y mucho menos como comedia accidental. Sus escasas virtudes incluyen algunas escenas sangrientas, tímidos intentos de creatividad visual (como los pasillos iluminados en vivos colores para distinguir las áreas del laboratorio), y los mencionados efectos especiales, bastante competentes en el contexto del cine B.
Sin embargo, como casi siempre ocurre en este nicho cinematográfico, lo que falla es la narrativa y el drama. Es fácil mostrar a un tiburón arrancándole la cabeza a una persona; pero es muy difícil lograr que nos preocupemos por la víctima.
Calificación: 5
IMDb
Wednesday, April 18, 2018
Suicide Squad: Hell to Pay
Síntomas: El equipo "Task Force X", controlado por Amanda Waller (voz de Vanessa Williams), recibe la misión de recuperar una misteriosa tarjeta de inmenso valor.
Diagnóstico: En pocas palabras: así es como se hace una película de Suicide Squad.
El director Sam Liu y el guionista Alan Burnett capturan a la perfección la sensibilidad del comic, y entienden la volátil dinámica entre los integrantes del equipo, así como el tipo de historias que aprovechan la amoralidad de varios súper-criminales colaborando con el gobierno en misiones suicidas a cambio de reducciones en sus respectivas condenas.
La alineación del escuadrón cambia frecuentemente, pero Suicide Squad: Hell to Pay emplea a los miembros más populares, junto con una saludable dotación de oscuros personajes de DC Comics que podríamos considerar "redshirts", por sus bajas probabilidades de supervivencia... aunque eso no impide que la película ofrezca algunas genuinas sorpresas, no sólo con muertes inesperadas, sino con una ingeniosa conexión a cierto "Mega-Evento" de DC Comics que me pareció absolutamente brillante.
Por cierto, hemos visto otras películas animadas de Warner/DC Comics con clasificación "R" (para adultos), como Justice League Dark y Batman: The Killing Joke... pero siempre fueron R "suaves", asignadas por temas maduros y un poco de lenguaje altisonante. Por el contrario, Suicide Squad: Hell to Pay aprovecha al máximo dicha clasificación para mostrar abundante violencia y más sangre de la que había visto en cualquier otra cinta de la serie... lo cual fue un gran acierto, en mi humilde opinión.
Por el lado "negativo" (término muy debatible), Suicide Squad: Hell to Pay sabe que su principal audiencia está compuesta por ávidos lectores de comics, y por lo tanto puede prescindir de explicaciones e "historias de origen", lo cual tal vez confunda al público casual que esperaba una narrativa más accesible y comercial, como ocurre en las películas de acción viva.
Hablando de lo cual, otra limitación de Suicide Squad: Hell to Pay es la música que acompaña las peleas y secuencias de acción; no pretendo denigrar la partitura de Robert J. Kral, pero después de la excelente (y costosa) banda sonora que escuchamos en Suicide Squad, es difícil aceptar este blando y anémico "heavy metal" que solo nos recuerda el bajo presupuesto del Universo Animado, y demerita la irreverente atmósfera de la cinta.
En cuanto a las voces, me parecieron funcionales pero no muy memorables. En el papel de Deadshot, Christian Slater expresa el conflicto interno del asesino con conciencia, que los demás confunden con debilidad. Tara Strong interpreta a Harley Quinn, y aunque no lo hace mal, se ve opacada por el energético trabajo que realizó Melissa Rauch en la divertida Batman and Harley Quinn. Vanessa Williams no hace gran cosa como Amanda Waller; y casi por default mi favorito fue Liam McIntyre en el papel de Captain Boomerang, renuente "comic relief" que reconoce desde el principio su función como soldado desechable en las maquinaciones de individuos más poderosos y desalmados que él.
Y, a fin de cuentas, ese ha sido siempre el tema central de Suicide Squad... la nobleza oculta en los villanos, y la perversión del sistema judicial que los persigue. ¿Quienes son "los buenos", y quienes "los malos"? En el universo de Suicide Squad: Hell to Pay la respuesta cambia en cada escena, y eso es lo que captura la imaginación del espectador y nos atrapa en las desventuras de sus personajes. No hacen falta costosos efectos especiales ni actores famosos... aunque no me hubiera molestado escuchar Bohemian Rhapsody o un poco de AC/DC para sazonar la experiencia.
Calificación: 8.5
IMDb
Monday, April 16, 2018
Órbita 9
Síntomas: Debido a un misterioso accidente, la joven Helena (Clara Lago) se quedó sola en la nave que transportaba a su familia a la colonia espacial "Celeste". Entonces recibe la visita del primer humano que ha visto en muchos años.
Diagnóstico: Los primeros minutos de Órbita 9 prometen una historia "seria" de ciencia ficción apoyada por la enigmática actuación de Clara Lago, por el perfecto diseño de producción de la nave espacial que la transporta a un nuevo mundo; y por una premisa quizás no muy novedosa, pero provocativa y funcional. De hecho, al principio parece una combinación de Passengers y Moon... pero entonces el director y escritor Hatem Khraiche nos arroja un "twist" que cambia por completo la perspectiva de la trama, transformándola en una especie de thriller romántico ilógico, pobremente planteado, y con un desarrollo tan lento e inverosímil que perdió mi interés incluso antes de llegar a la mitad de la película.
Tratando de buscar aspectos positivos de ese abrupto cambio de género, podría decir que los efectos especiales son bastante buenos, transportándonos a un ambiguo futuro no muy distinto del presente, pero con importantes adiciones tecnológicas que se sienten creíbles y consistentes con el ritmo actual del progreso (en particular me gustó el lobo poligonal). Las actuaciones son buenas, incluso cuando se abandona la "ciencia ficción dura" del principio, destacando Clara Lago como Helena, víctima de las circunstancias y de sus propias emociones; y Álex González como Álex, el mecánico que aborda la nave para reparar el sistema de ventilación, y termina haciendo algo muy distinto. También merece mención la breve presencia de Belén Rueda como una psicóloga interesada en el caso de Helena... y en el error de Álex.
Sería “spoiler” detallar las partes de la historia que me parecieron particularmente decepcionantes; solo diré que, además de sacrificar la fascinante premisa inicial, el mencionado "twist" requiere la creación de inmensos agujeros en el argumento para propiciar el melodrama artificial que envuelve a los protagonistas. Francamente no logré "suspender la incredulidad" porque Khraiche nos pide aceptar demasiados eventos y circunstancias que no tienen sentido, y que no parecen realistas en el contexto de la película (lo cual incluye un segundo "twist" que prometía algo distinto... pero se ignora casi de inmediato). Si el resultado final fuera muy entretenido o innovador, sería fácil ignorar tantas inconsistencias (estoy bastante acostumbrado a hacer eso, como demuestran mis críticas de The Last Jedi, Beyond Skyline y Guardians); sin embargo Órbita 9 nunca logra recuperar la convicción del principio, y degenera en algo comparable a las monótonas cintas juveniles donde una pareja enfrenta incontables obstáculos en el nombre del amor. Pero esta vez con adultos, lo cual solo empeora la situación.
Habiendo dicho todo eso, me da gusto que una co-producción colombiana-española se haya arriesgado a abordar temas de ciencia ficción, demostrando que existen los recursos y la ambición para crear obras cuya manufactura no le pide nada al cine norteamericano o europeo. Solo hay que evitar los mismos errores narrativos de aquellas regiones, y tendremos una sólida cultura "fantástica" en América Latina.
Calificación: 6.5 (Sube medio punto por la impresionante arquitectura de Medellín... tienen edificios fantásticos en esa ciudad).
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Saturday, April 14, 2018
Yo Soy Simón (Love, Simon)
Síntomas: Simon Spier (Nick Robinson) es un joven perfectamente normal, que pertenece a una familia normal, con padres normales, amigos normales y un perro normal ("normal" significa que son blancos y de clase media alta). Sin embargo Simon oculta un secreto que alguien está a punto de revelar, lo cual podría arruinar su vida. O quizás mejorarla.
Diagnóstico: Yo Soy Simón pretende ofrecer una versión honesta y realista de un adolescente luchando con los clásicos problemas de la edad... y además tratando de definir su sexualidad sin arruinar la relación con sus padres, con sus amigos, y en general con el mundo que lo rodea.
En verdad admiro las buenas intenciones del director Greg Berlanti (más conocido por las numerosas series de superhéroes que produce para el canal CW); y espero sinceramente que una película como Yo Soy Simón logre ayudar a jóvenes en similar situación, evaluando no solo sus sentimientos íntimos, sino la percepción pública de su persona, que temen ver reducida a una simple palabra que no expresa todo lo que realmente son y pueden ofrecer. Sin embargo, Yo Soy Simón es una película tan blanda y tímida que cuesta trabajo tomarla en serio, por mucho que intente convertirse en la voz de su generación (y recordemos que Berlanti hizo algo similar hace veinte años, cuando trabajaba en Dawson's Creek).
Pero, bueno... independientemente de mi opinión como viejo cínico y amargado, reconozco que Yo Soy Simón es una obra entretenida y bien escrita (basada en una popular novela de Becky Albertalli), con agradables actores que abordan con excepcional sensibilidad los complicados temas del libreto, donde no hay soluciones fáciles ni respuestas preestablecidas para algo que solo cada individuo sabe cómo manejar. O quizás no sabe, pero puede aprender, lo cual podría ser el punto de la película.
Por eso creo que Yo Soy Simón es una cinta valiosa para jóvenes que no vieron Call Me By Your Name, Moonlight, Brokeback Mountain, o cualquiera de las incontables cintas "coming out" que se han producido desde los años setentas. Claro que también podría ser útil para familias cuya dieta cultural está restringida por cuestiones religiosas. En lo cual no pretendo meterme.
En fin, regresando al punto, Berlanti utiliza la "normalidad" de sus personajes para explorar la falacia de esa palabra... así como el valor de ser "diferente", en cualquier sentido que quiera tomarse. Nick Robinson es un protagonista afable y accesible, libre de la actitud artificial que algunos escritores perezosos utilizan para crear más drama del necesario. Sus padres, interpretados por Josh Duhamel y Jennifer Garner son cálidos y comprensivos (en otras palabras, no muy creíbles, pero trabajan bien juntos; casi puedo imaginar a Sidney Bristow retirada y con una familia muy "normal" después de sus aventuras como espía). Y aunque los amigos de Simon parecen seleccionados para cubrir una homogénea gama de razas y personalidades, la verdad es que contribuyen bastante al humor y melodrama, sin sentirse como relleno ni "comic relief".
A fin de cuentas, Yo Soy Simón aprovecha el micro-universo de la típica "high-school" para reflejar los prejuicios y actitudes del mundo real; pero el auténtico triunfo de la película es mostrarnos el conflicto interno de un individuo en relación a su propio carácter e identidad. Lo de afuera puede ser importante, pero lo de adentro es esencial... y esa es la gran lección oculta tras la colorida e inofensiva manufactura de Yo Soy Simón (que incluye un número musical a ritmo de Whitney Houston). Aunque no soy admirador de sus series de superhéroes, debo reconocer que Greg Berlanti sabe comunicarse con su audiencia.
Calificación: 8
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Friday, April 13, 2018
Rampage: Devastación (Rampage)
Síntomas: Cuando un accidente altera genéticamente a varios animales, el zoólogo Davis Okoye (Dwayne Johnson) y la Dra. Kate Caldwell (Naomie Harris) intentan controlar la situación antes de que el ejército provoque más caos y destrucción.
Diagnóstico: Supongo que era cuestión de tiempo... las horrendas "B-Movies" (más bien "Z-Movies") del canal SyFy se graduaron a las grandes ligas. Y ahora, con la excusa de adaptar a cine un antiguo videojuego de culto, la cinta Rampage: Devastación nos ofrece los mismos niveles de estupidez e ineptitud narrativa que vimos en televisión, pero adornados con efectos especiales de primera línea y actores de "Lista A" que no se tomaron la molestia de leer el libreto... aunque seguramente se fijaron muy bien en el sueldo escrito en su contrato. No los culpo; cualquiera haría lo mismo.
Para ser justos, Dwayne Johnson sabe que no puede tomar en serio la película, y adopta desde la primera escena el característico sentido del humor que lo distingue de los demás héroes de acción, tan solemnes que solo harían el ridículo en una película como Rampage: Devastación. Por suerte Johnson sabe integrarse orgánicamente al tono semi-cómico establecido por el director Brad Peyton (intencional o accidentalmente, da lo mismo), y termina haciéndose cómplice del espectador en vez de víctima de sus burlas. Así, cuando el gorila gigante y el lobo gigante están destruyendo la ciudad de Chicago, "The Rock" finge preocupación... pero por debajo del "drama" está riéndose de sí mismo, lo cual ayuda mucho (al menos en mi caso personal) a diluir la frustración de una obra tan absurda como Rampage: Devastación.
En cuanto al videojuego original... recuerdo vagamente haberlo visto en Chispas durante mi adolescencia (los lectores que hayan vivido en la Ciudad de México durante los ochentas sabrán de lo que estoy hablando), pero nunca lo jugué, ni podría evaluar la fidelidad de la película respecto a la fuente original. De hecho, en vez de considerarla como una adaptación de videojuego, Rampage: Devastación se acerca más al cine "kaiju" (aquí está mi evidencia), con criaturas gigantes sembrando devastación (como promete el título mexicano) en múltiples locaciones de los Estados Unidos. Por cierto, me pareció una buena decisión utilizar Chicago en vez de Nueva York o Los Ángeles; no es una ciudad muy vista, y tiene enormes edificios...
Sin embargo, mientras veía Rampage: Devastación, siempre estuvieron en mi mente películas como Supergator, Megashark Vs. Giant Octopus y Mega Python Vs Gatoroid del mencionado canal SyFy. Aún no llegamos al extremo de tiburones derribando aviones... pero ¿lobos derribando helicópteros? ¡Claro! ¿Por qué no?
Acompañando a Johnson tenemos a Naomie Harris como la atractiva doctora con misterioso pasado; al ambiguo aliado/antagonista interpretado por Jeffrey Dean Morgan; y Malin Akerman y Jake Lacy como los obligatorios villanos corporativos responsables por la mutación de los animales. En particular me gustó el inesperado "casting" de Akerman como empresaria amoral, pues reveló una faceta que nunca había explorado en su carrera (creo), y me pareció bastante convincente.
Sin embargo, las estrellas son Johnson, manteniendo la misma férrea convicción mientras pilotea alguno de los muchos helicópteros que encuentra abandonados (¡qué suerte!), o cuando enfrenta una bestia irracional cara a cara (me refiero a Jeffrey Dean Morgan); y desde luego los efectos especiales realizados por los estudios Hy*drau"lx y Weta, notables por su realismo (casi siempre) y atención al detalle. Me impresionó bastante la expresividad de "George" (captura de movimiento de Jason Liles), en ciertos momentos más elocuente que los simios de War for the Planet of the Apes.
Que quede claro: Rampage: Devastación es una terrible película de principio a fin. Pero me hizo reír en varias ocasiones, disfruté el cada vez más descabellado desarrollo de la premisa, y me hizo pensar en lo que alguna vez dijo Roger Corman: para bien o para mal, el cine "mainstream" ya adquirió todas las características de las antiguas "B-Movies". Ahora estaré preparado cuando Robert Zemeckis dirija el re-make de Sharktopus, producido por Steven Spielberg. Es un chiste, pero en realidad me gustaría verla.
Calificación: 6.5 (las calificaciones numéricas suelen ser irrelevantes para películas de este estilo)
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Wednesday, April 11, 2018
I Kill Giants
Síntomas: A pesar de la incredulidad de su familia y maestros, la niña Barbara Thorson (Madison Wolfe) se prepara para el inevitable combate contra los gigantes que acechan en los bosques cercanos a su pequeño pueblo costero.
Diagnóstico: Con la cinta I Kill Giants podemos declarar oficialmente establecido el sub-género de "monstruos como metáforas de traumas psicológicos", al que también se adhieren obras como Colossal, A Monster Calls y The BFG. Creo que hasta The Babadook y The Monster podrían encajar en esa definición, aunque sus respectivas criaturas hayan sido de tamaño "normal" (y, bueno, algunos podrían alegar que esta corriente se inventó en 1956 con la clásica Forbidden Planet).
I Kill Giants (basada en el comic de Joe Kelly y J.M. Ken Niimura, publicado por Image) sigue puntillosamente la receta básica del género (niña incomprendida, tragedia familiar, conflictos con figuras de autoridad), pero cuenta con numerosas virtudes para distinguirla de las demás, empezando por el fascinante personaje de Barbara Thorson, cuya difícil situación doméstica y obsesión con los juegos de rol se conjugan para crear un mundo de fantasía que se entrelaza de inesperadas maneras con su complicada realidad.
Barbara cree haber visto gigantes en el bosque, y pasa su tiempo libre diseñando trampas, colgando señuelos y preparando las armas con las que planea derrotarlos cuando se acerquen demasiado a su pueblo. Obviamente esta evasión de la realidad provoca problemas en la escuela, donde la benevolente psicóloga (Zoe Saldaña) intenta una y otra vez analizar a Barbara, con frustrantes resultados. Francamente no es muy difícil adivinar el origen de las fantasías, pero el director Anders Walters se enfoca más en el proceso que en las causas; por ejemplo, mostrando el cambio que provoca en Barbara su incipiente amistad con Sophia (Sydney Wade), la niña recién llegada que no tiene amigos, y termina admirando a Barbara por su inquebrantable resistencia a los ataques de los "bullies" y los castigos de sus maestros.
En cierto nivel sabemos que ninguna de las dos niñas cree en la existencia de los gigantes; pero eso no los invalida como mecanismo de defensa que facilita la asimilación de verdades demasiado dolorosas, las cuales solo pueden procesarse a través del lente de la imaginación. O algo así.
Por el lado negativo, I Kill Giants tiende a dar demasiadas vueltas para mantener el suspenso sobre los gigantes y su significado. Las visitas al hogar de la familia Thorson aportan suficientes pistas sobre los eventos que propiciaron el "escape" de Barbara: su hermano Dave (Art Parkinson) es un antipático adolescente que juega videojuegos todo el día; y Karen (Imogen Poots), la hermana mayor, tiene que trabajar para mantener a la familia, además de lidiar con las llamadas telefónicas de la escuela por alguna nueva pelea o travesura de su hermana.
Todo esto resulta en una creativa fábula moderna con firmes bases emocionales y un elenco ideal para capturar la esencia de los excéntricos personajes. Madison Wolfe expresa sutilmente el balance de disfunción e inteligencia de Barbara, quien admite la imposibilidad de sus fantasías, pero sin perder la convicción en su "realidad alterna". Sydney Wade interpreta a Sophia, la niña nueva que podría ser la salvación de Barbara u otra víctima de su mundo imaginario. En el papel de Karen, Imogen Poots suspira mucho para mantener la calma durante las discusiones con su hermana, y a veces con la psicóloga escolar. Ambas entienden solo una parte del acertijo, y quizás con un poco más de cooperación lograrán descifrar el enigma de Barbara. Y me dio gusto ver a Zoe Saldaña en un papel "normal", sin maquillaje ni escenas de acción, para recordarnos que es una sólida actriz cuando el papel lo requiere.
En algunos momentos I Kill Giants se siente afectada y artificial, pero en general ofrece una historia universal y conmovedora, celebrando la excentricidad de los personajes sin ofrecer disculpas por las imperfecciones de su carácter. Y tampoco intenta ocultar las dificultades que enfrentarán los "outsiders" repudiados por los "normales". No hay respuestas fáciles; todo requiere esfuerzo, y las consecuencias a veces exceden el tamaño de las causas. De hecho, a veces son auténticos gigantes.
Calificación: 8.5
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Monday, April 9, 2018
#WarGames
Síntomas: Kelly "L1GHTMAN" Grant (Jess Nurse) y su equipo de hackers inician una campaña llamada #WarGames contra Anne Sawyer (Lucy Walters), comentarista de televisión que está acusando de traición a la madre de Kelly, quien servía en Afganistán cuando murió en circunstancias misteriosas. Sin embargo lo que comienza como una inocente "ciber-travesura" se convierte en una investigación sobre las actividades de los Estados Unidos en un pequeño país africano.
Diagnóstico: Por lo general no escribo sobre "series web"; sin embargo #WarGames no solo está basada en una de mis películas favoritas de los ochentas, sino que además representa un audaz experimento que explora la línea divisoria entre percepción y narrativa, convirtiendo estos seis episodios en una "película virtual" un poco lenta pero interesante, que podríamos ubicar en el sub-género del "desktop thriller" (término usado para describir historias que se desarrollan en pantallas de computadoras, teléfonos y similares dispositivos, como Open Windows, Unfriended y The Den).
La idea central de #WarGames es buena; sin embargo el formato de "elige tu propia aventura" necesariamente rompe el flujo dramático en incontables ocasiones, y hace que la experiencia se vuelva cansada y monótona a cambio de una supuesta "interactividad" que no tiene mucho impacto en el resultado final. O al menos esa fue mi impresión; quizás tomé las decisiones incorrectas que me llevaron a un desarrollo mediocre; tal vez existe un argumento más ágil y consistente en alguna otra "rama" del árbol de decisiones que ofrece #WarGames; supongo que nunca lo sabré.
Otro problema atribuible al medio digital es que los valores de producción de #WarGames son terribles. Claro, la cinematografía intenta imitar la rugosa estética de webcams y videoconferencias, a veces con malas conexiones a la red; pero aún así todo se ve barato e improvisado.
Lo cual, lamentablemente, también se extiende a las actuaciones. Jess Nurse, en el papel principal de "L1GHTMAN" no es muy convincente ni como hacker, ni como la hija de una familia traumatizada por una reciente tragedia. La única actriz que me gustó fue Rasha Zamamiri, quien interpreta a "FAT32" (alias Fátima), la principal promotora de la cruzada política que emprende la protesta #WarGames en una república africana. Sus "escenas" son las más creíbles y, en mi humilde opinión, hubiera preferido que ella llevara el papel principal.
Hablando de lo cual, el mecanismo de "elige tu propia aventura" se maneja con múltiples pantallas visibles simultáneamente, las cuales pueden ser activadas en cualquier momento por el espectador para enfocar su atención en algo que le interesa. En algunas ocasiones existe un elemento interactivo adicional (por ejemplo, ejecutar un "hack" sobre drones que amenazan varias locaciones civiles), pero la mayor parte del tiempo solo hay que hacer "click" en una ventana, y la historia cambiará de acuerdo a esa selección (al menos esa es la promesa de la empresa EKO, productora de #WarGames en alianza con el estudio MGM). Y, finalmente, la principal conexión entre #WarGames y la venerable WarGames de 1983 fue un poco más "meta" de lo que esperaba (no la revelaré porque fue una de las escasas sorpresas de la serie web).
A fin de cuentas, mi conclusión es que hubiera preferido una secuela/reboot de WarGames en el formato de película "normal", en vez de desperdiciar la franquicia en este experimento digital, ciertamente ambicioso, pero afectado negativamente por las limitaciones técnicas y económicas del medio. O quizás todo esto fue una prueba mercadológica para averiguar cuánto interés existe en una auténtica secuela/reboot (la cual, espero, será mejor que la mediocre WarGames: The Dead Code, del 2008). El tiempo dirá.
"Shall-We-Play-A-Game?" Sí, pero uno mejor que éste, por favor.
Calificación: 6
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Sunday, April 8, 2018
El Gran Huracán Categoría 5 (The Hurricane Heist)
Síntomas: Aprovechando el caos provocado por el huracán "Tammy", un grupo de criminales planea robar un enorme lote de billetes viejos que esperan ser triturados en una instalación gubernamental.
Diagnóstico: Estoy a favor de cintas "experimentales" que se atreven a combinar géneros para obtener algo nuevo... o al menos un poco distinto a las arcaicas fórmulas de Hollywood. Por eso, a pesar del absurdo argumento de El Gran Huracán Categoría 5, tenía la vaga esperanza de que su amalgama de “película de desastre” y "gran golpe" ofrecería suficiente entretenimiento para validar su existencia. Y, sí, hasta cierto punto lo logró, pues su vertiginoso ritmo y catastróficas imágenes no dejan lugar alguno para el aburrimiento. Sin embargo me pareció una película terrible, cuya principal virtud son las risas que provocan sus actuaciones, su pobre dirección y descabellado libreto.
Si examinamos por separado sus componentes, encontraremos un robo interesante pero pobremente planeado, con suficientes "agujeros" para permitir que los héroes interfieran a cada paso. Y tampoco podemos ignorar la herramienta favorita del guionista perezoso: coincidencias increíbles para introducir obstáculos artificiales o secuencias de acción cuando las cosas se ponen un poco lentas. Por cierto, gracias a la clasificación PG-13, El Gran Huracán Categoría 5 es una de esas películas donde se disparan miles de balas, pero casi no hay sangre (solo un poco al final). Ah, y uno de los "malos" insiste en usar dardos tranquilizantes para evitar muertes innecesarias durante el gran robo. Naturalmente sus buenas intenciones duran poco tiempo.
Por el lado del desastre natural, el director Rob Cohen (quien tiene la distinción de haber iniciado las franquicias de xXx y The Fast and the Furious) no intenta llegar a los niveles de destrucción global favorecidos por Roland Emmerich; simplemente utiliza el huracán para incrementar la complejidad de los clichés que integran la historia. Por ejemplo, una simple persecución automovilística se transforma en un caótico espectáculo de efectos especiales cuando se añaden ráfagas de viento, lluvia torrencial, relámpagos, y el colapso de edificios por la fuerza de los elementos. Pero, bueno... ese es el "gimmick" de la cinta, y no puedo negar que introduce un pequeño "extra" en rutinas que conocemos de memoria.
Finalmente, por el lado de comedia involuntaria, tenemos amplio material para reír. Maggie Grace interpreta a Casey, ruda agente de la Tesorería encargada de proteger los billetes viejos en su viaje al triturador. Su personaje es el típico rebelde que no sigue las reglas pero, demonios, obtiene resultados. Toby Kebbell es Will, el meteorólogo que ayuda a Casey porque, qué coincidencia, su hermano Breeze (Ryan Kwanten) fue secuestrado por los ladrones para arreglar el generador del edificio donde se guarda el dinero. Y, como la historia se desarrolla en el estado de Alabama, todos hablan con un exagerado acento sureño... excepto el villano británico, desde luego. Afortunadamente el acento se pierde cuando los actores gritan, lo cual ocurre sin tregua alguna durante la segunda mitad de la película... a veces para simular tensión, y a veces para escucharse sobre el ruido de la lluvia y el viento.
Otro factor semi-humorístico fueron las inverosímiles maniobras que los guionistas deben realizar para encontrar situaciones donde el meteorólogo puede contribuir a la lucha contra los ladrones. Spoiler menor: prácticamente todas esas situaciones involucran la fantástica camioneta de Will, equipada con todo tipo de "gadgets" y tecnología que, supongo, lo ayudan en sus labores cotidianas; pero cuando se trata de combatir a los villanos, es como una combinación del Batimóvil "Tumbler" y el Jet Car 88 de Buckaroo Banzai. Definitivamente fue lo que más me gustó de la película, no solo por el diseño del vehículo, sino porque es un objeto inanimado que no habla con acento sureño.
Entonces, El Gran Huracán Categoría 5 es una bizarra fusión de Twister (desastre natural), The Fast and the Furious (gran robo con elementos "extremos"), y The Dukes of Hazzard (celebración de la cultura sureña), realizada por un director y actores con suficiente convicción para tomar en serio su trabajo, pero sin el talento necesario para trascender la inherente ridiculez de la premisa, todo lo cual la transforma en una inesperada comedia accidental. Francamente, la recomendaría más por morbo que por su calidad intrínseca. Los fans del cine "tan malo que es bueno" quizás la apreciarán más, pero a fin de cuentas El Gran Huracán Categoría 5 (no me canso de escribir ese melifluo título mexicano) tiene algo para todos. Aunque sea un dolor de cabeza por tantos gritos y ruido ambiental (nunca dije que ese "algo" sería bueno).
Calificación: 6 (Probablemente 4 para espectadores más sensatos)
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Saturday, April 7, 2018
Noche de Juegos (Game Night)
Síntomas: Max y Annie (Jason Bateman y Rachel McAdams) acostumbran organizar "noches de juegos" donde compiten con sus amigos en distintos juegos de mesa... y casi siempre ganan. Entonces Brooks (Kyle Chandler), el hermano de Max, los invita a una noche de juego muy especial, donde tendrán que investigar la desaparición de uno de los invitados. Pero las cosas se complican cuando descubren que el secuestro fue real.
Diagnóstico: Muchas comedias "de estudio" cometen el error de contratar buenos actores cómicos para compensar la mediocridad de libretos flojos y pobremente escritos. Sin embargo, de vez en cuando la estrategia funciona... parcialmente. Noche de Juegos es uno de esos raros casos donde el instinto humorístico y excelente química de los actores rescata la película de su previsible desarrollo e insípido "melodrama" (porque ya sabemos que no puede haber comedia sin lecciones de vida ni revelaciones sobre el carácter de los personajes).
Max y Annie ocultan gentiles neurosis que empañan su felicidad marital y los motivan a tomar arriesgadas decisiones durante su inesperada aventura nocturna. Jason Bateman interpreta a Max con suficiente simpatía para compensar su habitual cinismo, y el resultado nunca se siente forzado ni artificial. Por otro lado, podríamos decir que Bateman simplemente repite lo mismo que viene haciendo desde hace quince años en Arrested Development. En el papel de Annie, Rachel McAdams es tan adorable como siempre, aunque le cuesta trabajo mantener el realismo de su personaje durante las escenas más surrealistas de la película (por ejemplo, el interrogatorio con posiciones de Yoga). Desde luego McAdams ha demostrado su habilidad cómica en cintas como About Time, Midnight in Paris y Mean Girls... pero el humor específico que requiere Noche de Juegos está ligeramente fuera de su rango. Lo cual no significa que arruine la película; simplemente se siente menos natural que sus colegas, quienes están más acostumbrados al estilo absurdista de las modernas comedias adultas.
Al igual que ocurrió en Date Night (donde otra fotogénica pareja suburbana se involucra en una intriga criminal que los obliga a re-valorar su matrimonio), la aventura policíaca de Noche de Juegos es absolutamente ridícula e inverosímil. Pero no importa, pues no debemos tomarla en serio; todas las persecuciones, peleas y balazos no pasan de ser simples excusas para pasar más tiempo con Max, Annie y sus amigos, escuchando sus conversaciones, compartiendo la emoción del "peligro", y descubriendo el potencial que nunca imaginaron poseer. En resumen, lo mismo de siempre, pero con actores que realmente mejoran la experiencia. No quiero imaginar cómo sería Noche de Juegos con Adam Sandler y Katherine Heigl (por decir algo).
Y, naturalmente, los directores John Francis Daley y Jonathan Goldstein reclutaron un elenco secundario que eleva hasta las más intrascendentes escenas, incluyendo a Lamorne Morris (New Girl), Billy Magnussen (Unbreakable Kimmy Schmidt), Chelsea Peretti (Brooklyn Nine Nine), y Jesse Plemons (Fargo), quien se roba la película como el obligatorio "vecino raro" que anhela participar en las noches de juego. Por cierto, el perrito Bastian (Olivia) sale ileso... aunque un poco ensangrentado.
No puedo decir que Noche de Juegos me haya sorprendido (después de todo, no esperaba mucho de ella); sin embargo pude disfrutar el desempeño de un reparto tan seguro de su habilidad que no necesita un libreto estelar para obtener algunas risas y dejarnos satisfechos al final de la película (no olviden las escenas adicionales durante los créditos). El único problema es que este experimento positivo probablemente reforzará la falacia hollywoodense de que el libreto es irrelevante cuando hay talento frente a la cámara. En fin... ya aprenderán en otra ocasión.
Calificación: 7.5
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Friday, April 6, 2018
Un Lugar en Silencio (A Quiet Place)
Síntomas: Después de una catástrofe global que casi extinguió la civilización, la familia Abbott trata de sobrevivir en una granja... y siempre en silencio, porque cualquier ruido podría ser fatal.
Diagnóstico: No sé si Un Lugar en Silencio se convertirá en un clásico del cine de terror... pero en mi humilde opinión es una de las mejores películas del género que he visto este año. Claro, apenas estamos en Abril, pero aún así cuenta.
El actor/director/co-guionista John Krasinksi (más conocido como Jim en la versión norteamericana de The Office) realiza su tercer largometraje con notable madurez y seguridad, reciclando conceptos tradicionales del cine fantástico para crear algo que desafía clasificación, al mismo tiempo viejo y nuevo, pero siempre satisfactorio a nivel emocional.
Creo que Un Lugar en Silencio es la tercera película que he visto recientemente sobre una familia tratando de sobrevivir en un entorno post-apocalíptico. It Comes at Night y la mexicana Las Tinieblas manejaron premisas muy similares, pero a las dos les faltó ese "algo" mágico para trascender el minimalismo de su ejecución. Afortunadamente Un Lugar en Silencio encontró el ingrediente faltante, y lo usa para cocinar un fascinante misterio que no necesitamos resolver para comprender la angustiante situación de la familia Abbott, así como los imposibles retos que enfrentan para subsistir y protegerse de... lo que sea que acabó con el mundo moderno.
Desde luego no diré más (de cualquier modo no hay que esperar mucho tiempo, pues todo se revela al principio de la cinta); solo mencionaré que Krasinski desarrolla la trama con mesura e ingenio para incrementar el suspenso y crear secuencias angustiantes que jamás había visto en una obra similar (por ejemplo, lo que ocurre en la torre).
El lado negativo de esto es que Un Lugar en Silencio se siente un poco simple y superficial; la mayor parte de la acción transcurre en un par de días, durante los cuales ocurren tantas cosas que podemos escuchar los rechinidos de las piezas que el director intenta acomodar sin derribar la estructura de la cinta. Afortunadamente esto se compensa con la profundidad de los personajes, establecidos en escenas breves y económicas que definen su carácter y motivación de la manera más eficiente posible. Como muestra puedo señalar los primeros diez minutos de Un Lugar en Silencio, cuando nos enteramos de todo lo necesario para asimilar la situación de los Abbott, y se estimula nuestra curiosidad por descubrir el origen de la amenaza y sus efectos en la dinámica familiar.
Por cierto, me enteré de los nombres hasta leer los créditos finales. Fiel a su título, Un Lugar en Silencio transcurre casi sin diálogos, haciendo las actuaciones mucho más elocuentes y relevantes para el espectador. Krasinski siguió al pie de la letra la clásica conseja cinematográfica "no lo digas, muéstralo", diseñando momentos de inmensa importancia que capturan la esencia de los personajes, aunque parecen detalles menores en sus rutinas cotidianas. Incluso los detractores de la cinta (si es que surge alguno)(¡Ja, ja! Estamos en el Internet... inevitablemente habrá "haters") deberán reconocer el increíble trabajo de los escritores Bryan Woods y Scott Beck (con la colaboración de Krasinski) para crear un universo consistente y un flujo narrativo sorprendentemente lógico, que rara vez hace trampa para conjugar sus múltiples tangentes en un relato entretenido y bien balanceado.
Aunque ya me extendí demasiado, necesito mencionar el fantástico trabajo de los actores. John Krasinski y Emily Blunt expresan literalmente sin palabras la intensa preocupación por sus hijos, y el temor a un futuro incierto y desolador. Sin embargo los niños Noah Jupe y Millicent Simmonds se roban la película con su perspectiva de un mundo hostil, pero no exento de esperanza y hasta ocasional humor. Con solo cuatro personajes durante la mayor parte de la película, es indispensable la exitosa proyección de emociones para sostener la atención del público, lo cual este reparto consigue sin dificultad alguna.
Finalmente, mención especial al estudio Industrial Light & Magic por el sutil manejo de elementos digitales perfectamente integrados a la atmósfera rural de la película.
Como dije, Un Lugar en Silencio fue una de las más agradables sorpresas del año (hasta el momento); y además me alegra que Krasinksi haya incursionado en el género fantástico, pues necesitamos más obras de este calibre para validarlo como genuina expresión artística, y no como mórbido espectáculo de vísceras y violencia. Ambas cosas están presentes en Un Lugar en Silencio, y sin embargo lo que recordaremos al salir del cine son las relaciones entre los personajes, y la tensión que compartimos con ellos. Así sabemos que no solo es una buena película de terror, sino una buena película, y punto.
Calificación: 9.5
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Wednesday, April 4, 2018
The Titan
Síntomas: En el año 2048 la Tierra se ha vuelto casi inhabitable. Por eso la NASA y la OTAN desarrollan un programa secreto para colonizar Titán, el satélite de Saturno con mejores condiciones para sustentar vida humana... siempre y cuando los candidatos se sometan a un misterioso proceso de adaptación genética. El ex-piloto Rick Janssen (Sam Worthington) es uno de esos futuros colonizadores, pero durante su "entrenamiento" descubre que el precio de la supervivencia podría ser más alto de lo que esperaba.
Diagnóstico: Otra semana, otra película original de Netflix de ciencia ficción. En realidad me alegra que estén cultivando uno de mis géneros cinematográficos favoritos; sin embargo, sigue en tela de juicio su capacidad para seleccionar proyectos con suficiente calidad para justificar tanta inversión.
Afortunadamente The Titan no me pareció tan mala como Mute o The Cloverfield Paradox, aunque tampoco fue tan buena como Annihilation. Por el lado positivo, la trama incluye ideas audaces e innovadoras, respetando el auténtico espíritu de la ciencia ficción (en cualquier medio); por el lado negativo, el libreto tiende a descuidar dichas ideas para poner mayor atención en el predecible drama doméstico que sin duda fue más fácil escribir, aunque menos interesante como soporte de la película entera.
La "terraformación" (modificación de la atmósfera de un planeta para hacerla similar a la Tierra) ha sido un tema frecuente en la ciencia ficción desde que Jack Williamson acuñó el término en las páginas de Astounding Science Fiction en los años cuarentas. Sin embargo, The Titan ofrece una alternativa más ingeniosa y, sobre todo, más cercana a la tecnología contemporánea: en vez de cambiar la atmósfera de Titán, ¿por qué no adaptar el cuerpo humano para que pueda vivir ahí?
Es una idea fascinante, cuya exploración abarcaría aspectos biológicos, sociales y psicológicos de la experiencia humana; sin embargo el director Lennart Ruff (haciendo su debut en largometrajes) y el guionista Max Hurwitz prefirieron enfocarse en el drama personal de la familia Janssen, cuya estabilidad se evapora conforme Rick "evoluciona" hacia algo... más que humano. O quizás menos.
Sam Worthington hace un decente trabajo como el ex-piloto dispuesto a arriesgarlo todo para garantizar el futuro de su pequeño hijo; no es una actuación particularmente notable, pero transmite con éxito las contradictorias emociones de su inusual situación. Entonces, para acentuar el misterio, Worthington pasa gradualmente a segundo plano, y Taylor Schilling (en el papel de su esposa Abigail) se convierte en la protagonista cuyo punto de vista redefine la metamorfosis de su esposo.
En otras palabras: lo que yo quería ver eran las explicaciones del procedimiento, la planeación del viaje espacial, y la solución de los incontables retos que presenta la colonización de otro planeta (una cosa es respirar nitrógeno, y otra es diseñar la infraestructura que soporte una migración masiva de habitantes)... todo aquello que despertaba mi imaginación de niño, leyendo libros de Robert A. Heinlein y Kim Stanley Robinson. Pero The Titan se enfoca más en la angustia de Abigail mientras ve a Rick cambiar frente a sus ojos, y el resentimiento que surge contra el Dr. Collingwood (Tom Wilkinson), creador del proyecto, y la Dra. Upton (Agyness Deyn), responsable por la salud de los voluntarios. Estos aspectos de la historia favorecen la conexión emocional con el espectador... pero no hacen justicia a la magnitud y originalidad de la premisa.
De cualquier modo The Titan plantea una pregunta muy válida para nuestros tiempos: ¿es necesario perder nuestra humanidad para salvar a la raza humana? La respuesta que ofrece la cinta es un poco ridícula, pero merece crédito por llevarla hasta su conclusión lógica... incluso si esa conclusión parece de una "B-Movie" de los años setentas, cuando la "ciencia fuera de control" era simultáneamente la amenaza más grande del hombre, y su única esperanza de supervivencia.
Pensándolo bien, seguimos en la misma situación. Y si Netflix quiere explotarla con más B-Movies, me parece perfecto.
Calificación: 7
IMDb
Monday, April 2, 2018
Tragedy Girls
Síntomas: Las jóvenes McKayla Hooper (Alexandra Shipp) y Sadie Cunningham (Brianna Hildebrand) están obsesionadas con los recientes asesinatos cometidos en el pequeño pueblo de Rosedale, y deciden hacer algo al respecto.
Diagnóstico: Cuando pienso que el cine slasher ya dio todo lo que podía, llega una inesperada y refrescante película como Tragedy Girls. Es un milagro de Pascua.
Aunque Tragedy Girls tiene algunos problemas de tono y estructura, disfruté su peculiar interpretación de la "slasher movie", al mismo tiempo clásica y absolutamente moderna para incrementar su relevancia en el entorno cultural actual, donde cualquier crimen o tragedia puede convertirse en "clickbait" y ganar "likes" para individuos suficientemente ingeniosos (o desvergonzados) que aprendieron a manipular las mareas de popularidad en las redes sociales.
Entonces, sí, Tragedy Girls definitivamente incluye previsibles comentarios sobre la disfunción de la vida reducida a "tweets", así como los riesgos de compartir información personal de manera indiscriminada... pero el mensaje didáctico no es el punto de la película, y hasta me atrevería a especular que el director Tyler MacIntyre (demostrando que Patchwork no fue "suerte de principiante") lo incluyó tan solo para atenuar la feroz subversión del libreto, y justificar la crueldad del humor negro que empapa cada escena de la cinta. De hecho, a riesgo de cometer un grave pecado de hipérbole, diría que Tragedy Girls aspira a ser la Heathers de esta generación. Excepto que Heathers se estrenó cuando no existía nada parecido a ella, mientras que ahora Tragedy Girls invitará comparaciones con todas las imitadoras espirituales (por ejemplo Tormented, Jennifer's Body y All Cheerleaders Die).
A diferencia de otras cintas slasher, Tragedy Girls EMPIEZA con un "twist" inesperado, cambiando de inmediato la dirección de la historia y atrapándonos en su misterioso laberinto de sangre, amistad y traición, donde la relación entre Sadie y McKayla enfrentará retos que jamás imaginaron. ¿Lograrán salvar su amistad entre la paranoia y desconfianza que contagia a los habitantes del pueblo? ¿Convencerán al Alguacil de que hay un asesino serial entre ellos? ¿Sobrevivirán siquiera para intentarlo?
En la mejor tradición del cine de horror, los adultos y figuras de autoridad no reconocen la evidencia frente a sus ojos, y por eso McKayla y Sadie inician una campaña en Twitter para crear conciencia sobre el peligro, especulando sobre la identidad del culpable y su motivación para matar... lo cual, desde luego, no le gusta mucho al asesino
Y hasta ahí dejaré la explicación del argumento (ya de por sí bastante engañoso) para enfocarme en todo lo demás que me gustó de Tragedy Girls.
Brianna Hildebrand (más conocida como Negasonic Teenage Warhead) y Alexandra Shipp (más conocida como Storm) adoptan personalidades distintas pero complementarias, llevando su amistad hasta niveles co-dependientes, sin perder el realismo emocional. Y esa inquebrantable lealtad permite que parezcan "lógicas" hasta sus más descabelladas ideas (no dije que fueran buenas ideas). La torcida moralidad de las muchachas no se basa en el consenso popular, sino en su limitada percepción del mundo, lo cual hace que la historia se vuelva impredecible, y añade otro nivel de subtexto a su compleja mitología.
Y si bien Tragedy Girls no es una cinta slasher bañada en "gore", definitivamente sabe cuándo derramar sangre para máximo efecto dramático. En otras palabras, no hay muchas muertes, pero las que vemos son impactantes, grotescas... y graciosas.
A decir verdad dudo mucho que Tragedy Girls alcance tanta resonancia cultural como Heathers, pero igualmente captura el "zeitgeist" de nuestra época con delicioso cinismo y precisión, exagerando lo suficiente para hacernos reír y pensar al mismo tiempo. Y con dos simpáticas/odiosas protagonistas que disfrutan el caos reinante tanto como el asesino enmascarado. ¿Quién será peor? Para averiguarlo sigan @TragedyGirls (Spoilers). Y también vean Tragedy Girls.
Calificación: 8.5
IMDb